martes, 26 de diciembre de 2017

Lo que esconde Carracastro

Pecamos de cortoplacismo, somos así (yo también), somos incapaces de ver más allá de la respuesta inmediata, queremos beneficios rápidos y si aparece algún problema tirar la pelota hacia adelante. Somos así, aunque quizás sea pesimismo.

Hace unos meses apareció en los periódicos una noticia sobre la instalación de un parque eólico en el término municipal de Tordesillas, concretamente en la Cuesta Carracastro (un cerro testigo), pensé: “bien, el ayuntamiento recibe dinero, que gastará en alguna chorrada, se generará algún puestecillo de trabajo, y salvando el impacto visual y el ruido no se producen excesivos problemas”. Lo que si me extrañaba es que no se hubiera hablado de esto y prácticamente la gente se enterara porque salió publicado en el boletín oficial, no le dí importancia hasta que hubo gente que me habó del yacimiento arqueológico que hay en ese lugar.

Poca gente conocía ese dato, y sigue sin conocer (o no quiere conocer), pero parece que en Tordesillas tenemos un auténtico tesoro arqueológico.  Carricastro guarda un asentamiento de la edad del Bronce de más de 1000 años, dónde se han encontrado restos que datan del siglo XV a.c. Allí, en diferentes prospecciones (nunca ha habido una gran excavación) se ha encontrado granito del sistema central y hachas, cuchillos, utensilios y demás objetos de bronce, así como goterones que señalan que  fue un lugar de fundición de bronce, algo que ya indica la importancia del asentamiento, pues lo normal era que, en el interior de la Península, al ser zona de menor contacto entre pueblos, no existiera proceso de creación sino solo intercambio. Además, si lo unimos al hecho de que en otros yacimientos se han encontrado apenas cuatro piezas de bronce y aquí han sido más de veinte hace pensar que podríamos estar en un importante centro económico de la época en el interior peninsular.

Cuando me enteré de todo esto esbocé una pequeña sonrisa porque pensé “seguro que el primer aerogenerador que pongan cogen y se cargan un edificio importante, encima de la necrópolis por ejemplo”. Me entristece, porque al final eso es patrimonio, es una huella de lo que fuimos, y egoístamente, no atender correctamente esto supone perder mucho más de los 200.000-300.000 euros que el Ayuntamiento de Tordesillas ganará.

El patrimonio arqueológico, cultural, histórico… es una posibilidad de desarrollo no solo municipal sino comarcal, una posibilidad que no nos deberíamos permitir perder. Se trata de un potencial recurso turístico, bien gestionado y vendido, claro, un reclamo para el turista que ansía consumir productos culturales diferentes. Es decir, una posibilidad de introducir dinamismo económico en la comarca, de hecho podría formar parte  de una red de productos patrimoniales, que a veces se echa en falta dado el empeño de los municipios de no colaborar entre ellos, la riqueza cultural que tenemos en nuestro entorno es inmensa, pero la sacamos poco rendimiento. Siempre me ha parecido un “lujo” que no se pueden permitir el hecho de que todos los municipios alaben su pequeña fuente o su pequeño monumento pero no sean capaces de colaborar entre ellos para venderlo dentro de una oferta turística diversa.

Yo no sé si que se contruyan aerogeneradores y que se inicie un proceso de puesta en valor de ese patrimonio que tenemos en Carracastro es algo compatible. Pero lo que sí tengo claro es que si no lo es, sitios para poner aerogeneradores hay muchos como para arriesgarnos a destruir un recurso de esas características. Creo que una puesta en valor de ese espacio podría introducir un reclamo para visitantes, no solo a Tordesillas, y eso también generará dinamismo económico, pero sobre todo vida en las calles y posibilidades de nuevos negocios o que se mantengan los ya existentes.


viernes, 15 de diciembre de 2017

El envejecimiento como negocio y sus posibles soluciones

De nuevo una alarma de un día de duración. No es la primera vez que los indicadores demográficos señalan un envejecimiento de la población, será la primera vez que el saldo vegetativo total es negativo, pero es que se veía venir. La pregunta no puede ser, por lo tanto, ¿Qué hacemos? tiene que ser ¿Qué hemos hecho hasta ahora? Porque antes de abordar planes futuros habrá que ver de dónde partimos, y el hecho es que en España, salvando Andalucía, hace tiempo que abandonamos las altas tasas de natalidad y que se consiguió aumentar la esperanza de vida.

Personalmente no me creo el discurso del “drama” demográfico, en todas sus vertientes,  porque creo que ningún partido político con capacidad de gobernar va a abordar el problema de raíz. En realidad es un problema enraizado en el modelo de desarrollo económico que nos hemos dotado y del que la oligarquía ha conseguido sacar rédito (la verdad es que es increíble la capacidad de adaptación del capitalismo), desde estabilidad política derivada de una gente mayor que es improbable que cambie el voto, hasta ganancias económicas ya sean a través de gestionar desde lo privado las necesidades de la tercera edad o empujando a la gente a contratar planes de pensiones privados con el discurso del miedo. Es decir, toda una serie de ventajas, para los que mandan que no van a querer perder.

Aun así, y aunque a base de una gran inversión económica, se pudiera paliar la caída de la natalidad con una política natalista importante (conciliación de la vida familiar, ayudas por hijos, a la emancipación, permisos de paternidad y maternidad, incluso se podría meter iniciativas para beneficiar al medio rural al respecto…), algo que no está demás, tenemos que tener claro que solo con esto no bastará, y no bastará porque hay una serie de elementos que no deben ser reversibles porque están en la base de nuestro desarrollo.

Por una parte tenemos las causas del aumento de esperanza de vida, de la caída de la mortalidad, como son mejoras sanitarias, alimenticias, higiénicas, buenos hábitos para la salud… es decir, una serie de mejoras que lógicamente deben seguir avanzando en la misma línea.

Por otra parte nos encontramos con la caída de la natalidad. Como antes he mencionado, si bien es cierto que se puede aplicar una política de natalidad fuerte, lo cierto es, que ya no será posible volver a las tasas de los años 70 cuando empezó a caer el número de nacimientos por mujer, en gran parte debido a la progresiva liberación de estas, algo que debe seguir en progresión: su incorporación al trabajo, a la educación, la mentalidad de mujer moderna… Elementos que han hecho que ya no todas las mujeres, parejas se planteen tener hijos y, si los tienen, haber atrasado mucho la edad para ello con lo cual el número de hijos por mujer es menor.


¿Puede mejorar esto como consecuencia de una política natalista fuerte? La respuesta es sí, pero no basta, hay que mirar a nuestro alrededor, incluso a nuestro país, para encontrar lo que ha funcionado. En nuestro país, concretamente, la caída de los nacimientos por mujer ha ido cayendo y solo cuando España se convirtió en un país receptor de emigración, de corte latinoamericano y africano, aumentaron estas. Pero no solo en nuestro país, países del centro y norte de Europa se beneficiaron de ello mucho antes. Por lo tanto, y aunque puede ser controvertido, lo cierto es que, la experiencia demuestra, que la recepción de inmigrantes es un seguro a la hora de combatir el sobrenvejecimiento. Como todo tendrá otras consecuencias, negativas si es mal gestionada (competir por los mismos recursos y servicios, choque cultural, utilización para precarizar el empleo…), pero es algo que ya se ha demostrado que funciona desde el punto de vista de aumentar el saldo vegetativo. 

viernes, 8 de diciembre de 2017

El juego de las banderas o el circo catalán

¿Cuál sería el debate mediático si no existiera el “proces”? Esta pregunta me surge porque a lo largo de estos meses he visto como siguen saliendo noticias en torno a tramas de corrupción, los desahucios siguen existiendo (y para colmo hay un repunte de la burbuja), las eléctricas siguen haciendo lo que quieren y para nada se plantean medidas contra la pobreza energética, hay un giro autoritario de la legislación, el paro empieza a ser estructural, no se han revertido los recortes en sanidad, hay un proceso de asfixia a los ayuntamientos para que se lancen a la privatización de servicios… Es decir, toda una lista de dramas y de escándalos que entre unos y  otros nos tapan con banderas. 

Para colmo no hay un debate sosegado, con datos, todo parece teatro, pero teatro que polariza y da alas a quien no tiene que dar alas. Por una parte, tenemos a los independentistas, ideando un relato engranado a través de una consulta que hubo sin garantías y empeñados en hablar de que España no es un estado democrático, con su división de poderes y mencionando constantemente a presos políticos. Refiriéndose a gente que está en la cárcel por saltarse la ley, no por su forma de pensar, leyes, que, por otra parte, desde el marco constitucional se pueden cambiar. Me parece un lenguaje muy agresivo, aunque entiendo que estamos en campaña electoral.  

Por otro lado tenemos a los llamados constitucionalistas, más bien señalaría unionistas (porque también Cataluña en Común quiere que se cumpla la constitución aunque quiera adaptarla a los nuevos tiempos) o “nacionalistas españoles” a los que les ha venido esto al pelo y piensan tensar la cuerda hasta sacar todo el rédito electoral posible, en el caso de algunos, incluso, dándoles igual si crean un problema parecido en el País Vasco, eso sí, luego con mencionar a Adolfo Suarez lo tienen hecho. No sé qué nuevo pacto constitucional quieren hacer cuando desprecian la plurinacionalidad del estado. Quieren, por lo tanto, solucionar el problema territorial aplicando las mismas recetas que lo generaron, es decir, la imposición de su idea de España.


Y detrás de eso, nos encontramos con la problemática social:  el drama de muchas familias que siguen sufriendo las consecuencias de una crisis económica, que yo no sé si se ha acabado o no, pero cuyos efectos siguen estando muy presentes. Dramas con nombre y apellido. Sigamos jugando al juego de las banderas mientras la fractura social es cada vez mayor.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Feminismo, izquierda e igualdad

No suelo dar mi opinión cuando estoy en grupos donde hay gente que no conozco, como mucho digo palabras amables que no me vinculan a nada, supongo que por evitar tensiones innecesarias, al fin y al cabo me gusta debatir con quien me puede aportar visiones diferentes y hacer pensar.

En esas situaciones me dedico a observar, me gusta ver como se comporta la gente en grupo. Uno de los temas más comentados estos días ha sido la violación, supuesta pues todavía no hay sentencia, de una joven en los san fermines. Me he dado cuenta de que, aunque hay una condena bastante unánime, como no podía ser de otra forma, cuando se profundiza un poco más se empieza a matizar las cosas, empiezan los comentarios machistas incluso, ya en algún caso, a cosificar a la mujer.

Cuando observas estos comportamientos, bastante extendidos, te ratificas en que el machismo es un problema más grande del que pensamos, que en el extremo lleva a lo ocurrido en los san fermines pero que impregna todas las capas de la sociedad, se trata de valores negativos que se van transmitiendo de generación en generación. Creo que en cierto modo todos tenemos algo de machistas, yo me he llegado a obsesionar en buscar comportamientos míos que no tenía localizados (otros sí que los tengo), reconozco que a veces me los han tenido que echar en cara, lo que pasa, que, como en todo, solo le doy valor a la gente que me respeta a mí como persona. Además soy bastante comprensivo con quien los posee, suelo pensar, no es culpa suya es la sociedad que nos dice como debemos comportarnos.


Francamente no ha sido hasta hace relativamente poco cuando me he dado cuenta de que el feminismo debe ser una de las prioridades de la izquierda. Mi yo de 18 ni siquiera del de 24, hubiera dicho esto. Para mí la izquierda siempre ha sido la lucha por la igualdad, pero siempre pensé que lo mas importante era el derribo de las clases sociales, sin darme cuenta que todo está unido y que una cosa no se puede separar de la otra, algo que he aprendido hace relativamente poco tiempo. Nunca es tarde. La gente de izquierdas que desdeña el feminismo de la lucha, se olvida de un aparte fundamental porque jamás se podrá conseguir el objetivo de eliminar las desigualdades si se prescinde de la lucha contra la discriminación de genero.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

El cierre de la central de Velilla del Río Carrión, una contradicción para la izquierda

Hace unos días saltó la noticia a los medios de comunicación sobre el posible cierre de la central térmica de Velilla del Rio Carrión. Me he fijado en las reacciones, y una vez más me sorprende la falta de capacidad de análisis, de sensibilidad y de autocrítica.

Falta de autocrítica porque, como siempre ocurre, lo ocurrido es consecuencia de una serie de toma de decisiones, o ausencia de estas, en el pasado. En nuestro país ha habido ayudas para todo, desde el propio estado, pero sobre todo desde la Unión Europea, dónde se ha nos ha vendido que la lucha por la igualdad de los habitantes de todo el territorio solo puede conseguirse a través de los fondos de cohesión, algo que en la práctica se ha visto como algo no cierto, posiblemente porque no se han aplicado correctamente, pero también porque el mercado y las políticas de cuotas han asfixiado el modelo productivo de muchas zonas.

En las zonas mineras ha habido un problema, el carbón no es rentable por diversas circunstancias: es más barato en otras zonas europeas, hay nuevas formas de energía… Pero todo el desarrollo de esas zonas estaba vinculado a la extracción y utilización de este. ¿Qué hacer? La idea era buena, es decir, la lluvia de recursos económicos para subvencionar el sector e ir diversificando el modelo productivo. Pero en la práctica ha sido un desastre, la inversión no ha ido destinada a la construcción de una alternativa laboral y económica. ¿Quién es el culpable? Las administraciones autonómicas y locales no han utilizado ese dinero para dinamizar la zona, pero a la vez los ciudadanos han vuelto la mirada a sus pueblos y lo han invertido en las ciudades. En el futuro se debería empezar a buscar otro modelo de inversión desde el estado, porque este no funciona.

Personalmente creo que es importante, en la izquierda y en la derecha, analizar los hechos que nos llevan hasta el momento actual, porque las cosas no ocurren por generación espontánea, y una vez más, ha faltado el relato.

Por otra parte, me asusta la superioridad moral de una importante parte de la izquierda urbana.  Reconozco que siempre me he movido en una constante contradicción en este aspecto, desde pequeño me han hablado de las luchas obreras, dónde los mineros despertaban especial interés para mí, pero a la vez, hay que tener en cuenta que el futuro pasa por las energías renovables, y que conceptos como ecología, pacifismo y feminismo (aunque en algunos casos estoy en contra de la forma que se tiene de conseguir los objetivos) forman parte de la izquierda del siglo XXI. Ahora bien, para mí no es muy difícil pensar que para mantener vivos determinados espacios, y luchar contra el vaciamiento demográfico, es necesario promover perspectivas laborales y que se pueden cerrar fábricas sin dar alternativas porque obligas a la gente a emigrar. Pues bien, creo que hay un sector importante de la izquierda urbana que actúa mal, que aplaude con las orejas el cierre de una central, que si bien hace tiempo tenía que haber sido sustituida por otras alternativas para la zona, va a destruir las perspectivas laborales de un espacio muy castigado por el mal hacer de las administraciones. Un giro de tuerka más hacia la irreversibilidad del problema de la despoblación en estos espacios.  Pero claro, desde la ciudad siempre se ha tenido una moralidad superior y se pueden permitir decir lo que le conviene a cada uno sin preguntar.

 Lo lógico es, cambiar el modelo productivo, pero mientras tanto mantener la central abierta. Hay mundo más allá de la ciudad, aunque no nos guste afrontar de forma consecuente sus problemas.


lunes, 6 de noviembre de 2017

Ilusión perdida

“Ibamos a dar el sorpasso y al final nos han dado un sopapo” Así sentenció una amigo mío el día de las últimas elecciones generales, mientras seguíamos el escrutinio en un bar, tomando una cerveza después de una jornada dónde nos creíamos que algo “gordo” podía ocurrir. Por primera vez la izquierda había actuado como la derecha, apartando las diferencias y acudiendo conjunta a una cita electoral. Por ello muchos nos habíamos comido principios, aceptado cosas que en otros momentos no aceptaríamos, incluso involucrándonos en campañas y proyectos electorales (no hablo solo de las generales). En la puerta se encontraban personas más mayores como ajenas al sentimiento de decepción que un servidor tenía, quizás porque ellos ya habían vivido muchas derrotas de la izquierda aunque tuvieran sabor a victoria. Por mi parte, lo más grande que yo había vivido eran 11 diputados de IU que valían para poco y que si me pilla unos años más adelante me hubiera comido el voto, y las maravillosas historias de mi padre señalando que la izquierda una vez tuvo 21, despertando así mi interés por la figura de Anguita. Ese día no solo perdió la izquierda, se apagó la ilusión, le política dejó de ser menos atractiva y volvimos a la estrategia de resistencia.

Toda esta conclusión, que no se si será coyuntural, viene de la mano de todo lo que estoy viendo relativo a Cataluña, pero es un proceso que arrastro de muy atrás. Aunque, personalmente pienso que toda esa frescura que me enamoró de PODEMOS se ha ido perdiendo y el último episodio es un debate identitario que me aburre y que no me aporta nada ni me ilusiona.

Pablo Iglesias ha pasado de ser ese tipo con coleta que hablaba para todos en las televisiones a ser una persona que ha adoptado el discurso y las formas de una izquierda “perdedora” y lo peor de todo es que con tanto cambio de estrategia, dudo que ya tenga credibilidad si lo cambia. Ese discurso valiente y desafiante, que convenció en el pasado, se ha convertido en un discurso previsible y cobarde que ya he escuchado y visto fracasar un montón de veces. La estructura de partido, las formas, la retórica... todo eso ya es pasado. Es más, incluso se han vuelto torpes delante de las cámaras, que era una cosa que antes se les daba muy bien.


Da la sensación de que el próximo ciclo electoral va a ser una ola de decepciones, yo, por si acaso, en esta próxima etapa ya he decidido no comerme más principios, que me pegué un empacho y me he indigestado. Al fin y al cabo, ya no me pueden prometer el cielo y considero que principios es de las pocas cosas buenas que tengo, me tengo esa estima y me jodió mucho obviarles por "una causa mayor".

viernes, 3 de noviembre de 2017

Paco Frutos y la falta de crítica al independentismo

Los partidos de izquierda tienen un debate pendiente sobre el nacionalismo, quizás, este se ha enterrado por el periodo de “excepcionalidad” que vive Cataluña y por las puertas que esto podría abrir para el cambio político, que no ruptura, como algunos sueñan como más deseo que análisis de la realidad.

Pero, para pesadilla de algunos, este debate ha llegado al panorama mediático, de la mano de un viejo comunista ya denostado por muchos. El discurso que Paco Frutos pronunció en la manifestación contra la independencia que tuvo lugar en Barcelona ha escocido bastante a los cabecillas de Unidos Podemos, que tiene más de “jaula de grillos” que de “unión”, y le ha valido críticas de sus compañero de trinchera.

El que fuera secretario general del PCE se equivocó de lugar dónde pronunciar esa “autocritica”, pero no se equivocó en el contenido, porque tiene derecho a expresar una opinión para nada antagónica con postulados progresistas. De hecho, a través de sus palabras está representada una parte de esa “vieja izquierda” que progresivamente se está apartando para ir dando paso a la “nueva política” y que no entiende la falta de crítica a posturas nacionalistas, que no comparten, ni a la antigua convergencia que durante años ha sido una de las patas en las que se han sustentado las políticas de agresión a los servicios públicos, a los derechos sociales y la conformación de redes clientelares en contra de los ciudadanos. Parece que no tenemos memoria, pero no hace tanto, CiU era la elección preferencial del PP y del PSOE para sacar adelante investiduras y presupuestos desplazando así la política española hacia la derecha y aislando a los partidos de la izquierda parlamentaria. Creo, por lo tanto, que, quienes han vivido esa etapa tienen derecho a tener todos los recelos del mundo.


Posiblemente, por todo esto que estoy señalando me llueva alguna crítica por entender que me posiciono con posturas algo centralistas, pero para nada, solo estoy pidiendo comprensión para aquella gente de izquierdas que no se sienten representados ene ste debate sobre la identidad. Además, asisto con recelo a una especide de falta de reflexión en determinados postulados que me asusta, cuando una de las cosas más atractivas que tiene la izquierda es esa capacidad de autocrítica constante. 

Quizás Paco Frutos no debió hablar en un foro dónde frente al independentismo se situaba una defensa de la unidad de España algo “cañí”, pero no se debería cercenar el debate y dar nada por hecho en lo que respecta a la izquierda y el nacionalismo. 

viernes, 27 de octubre de 2017

¿Y ahora qué?

No se si decir que lo que mal empieza mal acaba (que no creo que haya acabado), se veía venir o que hubieran estado más espabilados. Pero lo cierto es que en todo esto ha sobrado testosterona. Recuerdo a una concentración que fui a favor del derecho a decidir, el día de la votación del “referendum” (pongo entre comillas porque yo no lo reconozco como tal), en la que una activista allí presente me dijo que en el conflicto faltaban mujeres, yo me reí, a pesar de que estoy un poco cansado de esas insinuaciones que a mí como hombre no me dejan en buen lugar, pero lo jodido es que tenía razón.

Hasta ahora hemos llegado a través de un cúmulo de infortunios y de ver quien la tiene más larga. El independentismo no ha medido bien su fuerza, en un primer momento se envalentonó y cabreó al estado, y se ha comprobado que el estado es más fuerte. Quizás cometieron el error de rechazar la ayuda que desde el exterior de Cataluña podrían tener, de aquellos que apostaban por un referendum pactado. Pero claro, ese hubiera sido un camino más largo y no se puede vivir eternamente de propaganda y prometer un mañana que nunca llega.

Por su parte el estado, el PP, no ha solucionado para nada un problema territorial que yo considero que está en las bases de la configuración del estado, vamos que es estructural y forma parte de eso que llaman “crisis de régimen”, aunque no me guste utilizarlo. Pero si que es cierto que ha ganado este asalto, anulando a la oposición, salvo a PODEMOS que se están anulando ellos solos, y con una habilidad de actuación por parte de Rajoy a la que nos tiene poco acostumbrados, como ha sido la forma en la que ha aplicado el 155. Realmente yo pensaba, que siendo como es la derecha española, aprovecharía para intentar recentralizar algo las competencias (y ojo yo soy de los que piensa que educación y sanidad deben ser gestionadas, en parte, por el estado) y convocar elecciones en el momento que más les hubiera convenido, pero mira, Rajoy ha hecho algo como señalando “oigan, que es que les decía la verdad”. Probablemente esto es una batalla ganada para ellos, a la espera de como se reconfigure el bloque independentista.


Y me queda PODEMOS, reconozco que me han cansado. Quiero decir ¿Aparte de referendum y plurinacionalidad ¿hay algo más? Lo digo porque yo vivo en Tordesillas no en Cataluña. Ya se la apuesta de IU, el eterno estado federal con poca permeabilidad entre los ciudadanos. Pero ¿y PODEMOS? ¿Ese estado plurinacional? ¿En que consistiría? ¿Y cual es la posición frente al nacionalismo y el independentismo?

Como somos los tordesillanos

Soy tordesillano, quizás es una de las pocas cosas que tengo claras, en cualquier otro lugar si me preguntan de dónde soy digo que de Tordesillas (aunque la gente no tenga ni idea de dónde está), he sufrido las burlas por todo el tema relacionado con el Toro Vega, y aun no gustándome me he puesto, por mera situación de cercanía, al lado de mis vecinos, me encanta tomar el vermut, alternar y estar con mis amigos, Septiembre es uno de los mejores meses del año, las fiestas de los pueblos son de obligado cumplimiento, la noche de reyes me disfrazo por que sí, Juana es mi Reina se ponga su hijo como se ponga, el Tratado de Tordesillas el acontecimiento más importante que hubo y habrá, confundo dejar con quedar, soy leísta, y alargo las vocales cuando hablo… ¿Qué pasa? Pues eso, que soy de tordesillano aunque hay que ver cómo somos los tordesillanos.

Durante un tiempo llevo viendo en el periódico noticias relativas al fallido proyecto Meseta Sky, ya sabéis, ese macroproyecto dónde la Diputación de Valladolid malgastó 12 millones de euros y que vulneraba la ley de Montes por lo que jamás pudo ser utilizado.  No he podido recordar como en Tordesillas se orientó la opinión de la gente para buscar un culpable que no fuera, ni quienes firmaron las licencias, ni quienes promovieron la actuación. La culpa fue, para un gran número de Tordesillanos, los ecologistas, argumentando que lo habían denunciado porque en Tordesillas se celebraba el Toro de la Vega, un argumento que carece de sentido, pero a la gente la valía, y a muchos les sigue valiendo. ¡Pobres ecologistas! Me dijo un profesor de la universidad cuando se lo conté.

Recuerdo que a mí me molestaba, porque nunca vi ese proyecto con buenos ojos, me parecía un despropósito digno de la fiebre de la construcción,  y además me parecía tremendamente irresponsable por parte de quien decía eso no tener una postura de crítica hacia alcaldes, concejales y diputados provinciales que se hacían fotos y aplaudían un proyecto que se saltaba la ley y que tiró a la basura tantos recursos económicos. Puede ser que estuviera conforme con aquella propuesta, dónde se pedía que ya que estaba construido sería una ruina no utilizarlo, me parecía bien siempre y cuando hubiera responsabilidades, si no legales (porque los gobernantes pueden derrochar dinero de todos sin que se les juzgue, y muy gorda la tienen que liar), sí políticas. A la vista está que ni las hubo, ni las habrá. Otra cosa es que yo no viera la rentabilidad de ese proyecto por ninguna parte, hablando en términos de dinamización del territorio.

Creo que esta posición en la cual no pasamos factura al derroche de dinero público es propia del español allá donde esté, porque como se suele decir “Lo que es del común, es del ningún”. Pero que encima se intente culpabilizar al mensajero y no se señale a los verdaderos culpables, una vez más… En fin, como somos los tordesillanos. 

domingo, 15 de octubre de 2017

La mujer en el medio rural

Es triste decir que en el mundo en el que vivimos necesitamos que haya días señalados en el calendario con el que acordarnos de los fallos que tenemos como sociedad: el día del niño, el día contra el maltrato, el día de la paz... o en el caso de hoy el día de la mujer rural.

Si amigos, hoy es el día de la mujer rural, que hasta hace bien poco estaba olvidada de las luchas (como el medio rural en general) y hoy nos acordamos de ellas desde nuestras cuentas de twitter. De hecho, no se si pedir perdón por ello, no he podido dejar de sonreír al imaginarme a una serie de personas tomándose una caña en alguna terraza de la ciudad mandando un twitt en favor de la igualdad en el medio rural mientras, en algún “pueblico”, una señora de 50,60 o 70 años está en su casa viendo la tele y mirando quien pasaba delante de su ventana, ajena a que hoy es su día.

Se trata de nuestras madres, de nuestras tías, de nuestras abuelas... No de nuestras hermanas o nuestras hijas que ya marcharon con la maleta a otro lado al no encontrar oportunidades laborales acordes con una formación que en el medio rural jamás se ha sabido aprovechar (ni cuando había crisis, ni cuando no la había).

Me acuerdo de los viajes, forzosos, al pueblo cuando era pequeño. De como mis tíos estaban en el bar echando la partida y mis tías en casa hasta que llegara la hora de dar el paseo con un ojo puesto en lo que hacíamos los pequeños que estábamos ocupados o tirándonos de las alpacas o sacar provecho de cualquier cosa que nos encontrábamos para divertirnos. Es un ejemplo clarificador de la separación de roles ¿no? A día de hoy, cuando me dejo caer por allí, veo que las cosas cambian pero demasiado lento, pues los espacios de la mujer y el hombre siguen demasiado diferenciados. Pero si me permitís la maldad, viendo cada vez más casas cerradas, dentro de poco no habrá desigualdades que solucionar. Pero lo cierto es, que las consecuencias de esta sociedad altamente masculinizada cobran en los pueblos su máxima expresión, tengamos en cuenta que en la ciudad existe el choque entre formas de entender la vida y eso ayuda a intercambiar ideas, a agitar conciencias, y a cambiar formas de pensar, en cambio en los pueblos tenemos una sociología más o menos homogénea, unas formas de vida que se han repetido para quienes no han emigrado por lo tanto los cambios son más lentos y hay más resistencia.

De hecho, y aunque no me gusta comparar el mundo rural con el mundo urbano ( porque a menudo se cae en el error de separarlos, cuando están, para bien y para mal, muy entrelazados y se suele aludir al primero como algo negativo frente a lo positivo del segundo), si nos preguntamos sobre el perfil de mujer urbana nos vendrá a la mente una figura joven, moderna, que usa nuevas tecnologías, independiente, con trabajo... una imagen muy de película americana (que casualidad), en cambio si nos preguntamos sobre la mujer rural nos vendrá a la mente una señora de mediana edad, ama de casa, dependiente del hombre, sin acceso a las nuevas tecnologías... Esto son estereotipos pero algo hay de verdad, y es que la vida no es blanca o negra todo tiene matices. Aún así, lo cierto es que en los pueblos nos encontramos con un tipo de mujer mayor de 50 años que, rara vez, posee una actividad laboral fuera del núcleo doméstico.


Pues bien, el futuro del medio rural pasa también por romper esto. No solo por la justicia que significa equiparar las oportunidades ya no solo entre la ciudad y el campo, sino entre el hombre y la mujer, porque son activos imprescindibles en el medio rural. De hecho, son garantes de la unidad familiar, pues independientemente de los hijos, son las que se ocupan de las personas dependientes, pero aparte de eso, se ha demostrado, que a la hora de diversificar la economía de estos espacios, tradicionalmente vinculada a la tierra, se han mostrado más capaces: desde la agricultura ecológica, al turismo rural, pasando por el mantenimiento del patrimonio y la puesta en valor de la cultura y la gastronomía... es decir, cosas imprescindibles cuando hablamos de que la lucha contra la despoblación es también la recuperación y explotación de lo autóctono.  

lunes, 9 de octubre de 2017

El Largo Otoño

En la mayor parte de los pueblos de la zona donde vivo el Otoño es una estación triste, es una estación dónde las calles pierden esa vida y ese dinamismo que floreció con la primavera tardía y llegó a su culmen en el verano. El mío, a pesar de ser más grande y el corazón de la comarca, no es una excepción. Se podría, quizás, acuñar aquella frase que se ha hecho famosa con Juego de Tronos de “Winter is coming”.

Lo cierto es que, aunque siempre ha sido así, cuando yo era pequeño esto no era tan acusado. Siempre ha habido gente que volvía de la ciudad al pueblo, pero también es cierto que antes había más vida y en Tordesillas apenas se notaba ese cambio.

Las calles se callan, se genera el silencio, no hay "terraceo", no hay bullicio, los niños cambian las largas tardes de paseo por las consolas y las señoras mayores ya no salen "al fresco".

Reconozco que encuentro algo encantador este estado temporal. Para mí es el momento del placer de la manta en casa y el libro de lectura, de ver los partidos de futbol con los amigos buscando el calor de un bar, de las huídas a ver a mis amigos de la ciudad para volver valorando más la tranquilidad, de los paseos el fin de semana aprovechando los cuatro rayos de sol… Pero lo cierto es que, en general, me entristece. Me entristece porque he visto Otoños dónde no todo se apagaba, dónde había más vida y me da la sensación, escuchando a la gente, de que nos hemos resignado, que es ley de vida lo que está ocurriendo, cuando, en realidad, no nos damos cuenta de que esa resignación es la condena.


Por mi parte trataré de disfrutar con mi gente, no quiero luchar contra esa resignación y tampoco quiero convencer a nadie de nada. Quizás yo también estoy resignado o sencillamente ya no es mi motivación intentar cambiar nada, al fin y al cabo este largo Otoño es pasajero aunque cada vez haya menos gente.

viernes, 6 de octubre de 2017

Rajoy, por favor, vete

El mejor servicio que podía hacer Rajoy a nuestro país es irse. No estoy pidiendo que el PP deje de gobernar, seguro que hay gente en su grupo parlamentario más consciente del momento en el que nos encontramos y que puede marcar otro rumbo, pero Rajoy ya ha demostrado que no.

No voy a negar que no soy muy fan del Partido Popular ni de todo lo que representa, tampoco lo soy del PSOE (y en general de la mayor parte de partidos políticos presentes desde el 78), en parte porque creo que su gestión de la crisis económica ha sido nefasta para la mayor parte de la ciudadanía, aunque no les achaco torpeza en esa gestión como hacen otros, sencillamente creo que tienen claras cuales son sus lealtades, el problema, quizás, le tienen quienes sufriendo las consecuencias de sus políticas siguen apostando por ellos. Aún así, y manifestándome cuando entendía que tenía que hacerlo contra sus políticas, no me gustaba la idea de apartar a Mariano a cualquier costa, es decir, con propuestas de gobiernos débiles y de poco recorrido (PSOE-Cs-Podemos o POSE-Podemos-independentistas) y que no se creen ni los propios protagonistas.

No me rasgado las vestiduras por el proceso soberanista de Cataluña, también es cierto que jamás pensé que algo así pudiera pasar con Convergencia en el Govern, pero está claro que la fuerza de la calle ha podido más que ellos. No me molesta que la gente vote (es más, lo prefiero), ojalá pudiera haberse normalizado el proceso y no caer en este cúmulo de despropósitos, aunque si que me gustaría que el resultado fuera en la dirección de poder seguir caminando todos juntos, aunque haya que cambiar el marco de convivencia. Pero reconozco que tampoco era algo que me quitara el sueño. Hasta ahora he vivido el proceso entre bromas e ilusión, incluso desinterés, frente a la indignación de otros.

Aún así, durante los últimos días me ha envuelto un sentimiento de preocupación cuando he pensado en este tema, de momento no muy grande pero está ahí. Quizás viene dada por esa posición irresponsable por parte de determinados partidos políticos, Ciudadanos entre ellos, pero sobre todo del Partido Popular. Un partido que ya utilizó esta estrategia, que no es más que una estrategia electoral basada en agitar los sentimientos más patrióticos e irracionales de la población para reunirles en torno a su redil, durante las negociaciones para poner fin al conflicto con ETA, poniendo el peligro el fin de un problema que ha traído mucho sufrimiento.

Ahora en el gobierno, el PP está agitando contra el soberanismo, ya no solo contra el independentimo, ese sentimiento patriótico, poco práctico y peligroso vinculado a ese ideal conservador de una España centralizada dónde solo habría una identidad que es esa que muchos tenemos interiorizada, en mayor o menor medida, y que es fruto de una fuerte imposición ideológica de un pensamiento único durante la dictadura y que ha sido transmitida a través de generaciones aunque se haya adaptado a los tiempos modernos. Ejemplo claro de esa interiorización es que nos asusta (y choca) más una urna que ver banderas con el águila y cánticos propios de otras épocas en manifestaciones a favor de la democracia, ver para creer. Digo que este sentimiento es poco práctico porque intenta laminar o obviar otras identidades que conviven dentro del mismo territorio, es decir, no se da cuenta de que vivimos en un estado plurinacional, y solo gestionando esta circunstancia se podrá buscar un marco de convivencia común.

Es precisamente la consecuencia de esta agitación del “españolismo” por parte del gobierno lo que me tiene preocupado, creo que está alimentando a una bestia dormida, que hasta ahora el partido popular tenía controlada pero que se le puede ir de las manos, la vinculada a esa derecha más radicalizada, algo violenta, xenofoba, racista... y que da síntomas de estar despertando, y de no preocupar en exceso al conjunto de la población.


Es por ello, no por las ansias de voto de los catalanes, sino por el estar alimentando los sentimientos más irracionales de una parte de la derecha que pido al Señor Rajoy que se vaya, que no le está haciendo ningún favor a España, que aparte de la desmembración social, está alimentando una desmembración territorial y un despertar del pasado. Vayasé, no haga más daño.  

sábado, 30 de septiembre de 2017

La cosa va de votar

Me ocurre que, por lo general, no suelo seguir mucho la actualidad. Digamos que estoy un poco cansado. Pero me ha resultado imposible abstraerme del debate nacional sobre la independencia de Cataluña, que en realidad es un debate sobre votar o no votar, es decir, sobre democracia.

Reconozco que no me encuentro a gusto con todo lo que tiene que ver con el nacionalismo. No comparto aquello de intentar dividir a la población en función de dónde hayan nacido. Soy de los que piensa que un trabajador catalán tiene más en común con uno castellano que con el presidente del Futbol Club Barcelona, por ejemplo. Ya bastante fragementada está la sociedad por el status que da el dinero como para que encima metamos una división basada. Pero esto no quiere decir que esté a favor de ese españolismo rancio, sencillamente quiere decir que ideológicamente estoy en contra del nacionalismo de cualquier tipo, también del que practican los gobiernos de España.

Ahora bien, desde un punto de vista pasional, rechazo la imagen de cientos de “demócratas” con banderas de España, incluso preconstitucionales. Mientras me da bastante igual la de miles de catalanes en las calles pidiendo que se pueda votar (que no independencia). Y sin embargo, me parece que hay causas mucho más nobles en las que “perder el tiempo” (lo siento, mi yo reivindicativo está en modo off).

Aún así, hay que ser prácticos. Se debe comprender que, desgraciadamente, hay reivindicaciones territoriales con las que hay que lidiar, y respetarlas. No cabe duda de que la única salida es votar, sí, una salida populista, una salida que apela a la gente y que permitirá liberar toda la tensión que hay en la calle. Y a partir de ahí, abrir la caja de los truenos y reformar el estado, pues está claro que lo ocurrido en Cataluña es la constatación de que el “régimen del 78” ha colapsado. Esto además abre una oportunidad a la izquierda que debe aprovechar, si se juegan bien las cartas se puede volver a abrir ese ciclo de cambio que se cerró tras las últimas elecciones generales y dónde el asalto al cielo quedó en un susto. De hecho, la izquierda, de la mano de Iglesias, Domenech y Colau, son quienes están proponiendo algo diferente al choque de trenes.


Pero recordemos, la cosa va de votar, no de independencia, eso vendrá cuando haya que defender posturas. Y desde ese punto de vista, y en ese punto programático, la izquierda debe estar con los nacionalistas.

martes, 26 de septiembre de 2017

Te recordaré.

No he podido evitar que me viniera a la mente el poema de Miguel Hernández “Elegía”. Curiosamente uno de mis preferidos, pero que, quizás, hasta hoy, no había comprendido al cien por cien el dolor que de sus versos mana.

Te voy a echar de menos. Me cuesta creer que ya no voy a recibir mensajes por sorpresa para preguntarme opinión sobre algo o interesarte sobre que tal me va todo, que, cuando vaya a un concierto dónde toque Mago de Oz no te voy a enviar el video de rigor, o que me recomiendes algún libro que creas que me va a gustar, tu que me conocías desde pequeño, pues hemos crecido juntos jugando en la calle, haciendo deberes del colegio o sencillamente perdiendo el tiempo.

Me vienen recuerdos a la mente, como la vez que hicimos un diario entre cuatro personas, aquel verano que quedábamos todas las tardes para pintar el farol y te cabreabas con nosotros porque ralentizábamos el trabajo, aquella vez que me quisiste inculcar “amor” por los libros del señor de los anillos y no conseguí pasar de la quinta página...

No sé si en mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes... pero lo que sí sé es que me da rabia, y me muestro impotente. Es injusto que tú que tenias toda la vida por delante ya no estés. Jamás le habías hecho daño a nadie, nunca guardabas rencor y siempre tenías una sonrisa para dedicar a todo el mundo. Cuanto hijo de puta habrá que no muestra respeto ni por sí mismo y ahí sigue. Sí, la vida, a veces, es una mierda.


Miro atrás con nostalgia, pensando que, aunque ya no estuvieras cerca pensaba que siempre te iba a encontrar por sorpresa en algún bar o saliendo de casa de tus padres mientras me veías sonriente y me decías “¡hombre, vecino!” y me doy cuenta que tenía muchas cosas que contarte, compañera del alma, compañera.  

domingo, 24 de septiembre de 2017

¿Refugiados para combatir la despoblación?

Era de esperar que en esto de la lucha contra la despoblación, dónde ya se invierte mucho dinero en congresos y poco en actuaciones, íbamos a escuchar de todo. Durante la tarde de hoy, y dado que estaba haciendo tiempo antes de salir a dar una vuelta, he decidido ponerme a leer ese estudio (que me ha mandado un amigo para iniciar un debate que yo no quería) en el que se señala a los refugiados como posibles nuevos habitantes en municipios de la provincia de Valladolid, algo que, según creo, ya se había propuesto en algún otro estudio dentro del marco de una serie de propuestas para combatir la despoblación. Debo decir que la primera vez que oí hablar de este estudio se me vino a la cabeza un caldero de agua que tiene una pitera por dónde se va el agua y que, para solucionarlo, en vez de tapar la pitera, echamos más agua, con lo cual se vuelve a llenar pero se sigue vaciando. Pues eso es lo que me parece esta propuesta a grandes rasgos, con el agravante de que mal realizada podría conllevar otros problemas en los municipios.

Lo primero que he hecho ha sido fijarme en la ficha técnica, para ver cuales eran los municipios propuestos dónde se había desarrollado el muestreo. Y son básicamente, las cuatro cabezas comarcales más importantes de la provincia y el área metropolitana. Pienso que vincular el proceso que llamamos despoblación, y que ocurre en el medio rural, con el medio urbano o periurbano como es el de los municipios colindantes a la capital es un error de libro, porque los procesos por los cuales se produce esa pérdida de habitantes no son ni mucho menos los mismos, así como el envejecimiento y la desfeminización de los núcleos. Por lo tanto nos quedarían las cabezas comarcales como lugares afectados por esa dinámica de vaciamiento, que aunque agravada con la crisis, lleva desde la mecanización del campo allá por los años 60. Un problema, por lo tanto, si no de sistema económico, si que vinculado al modelo del que nos hemos dotado.

Hay que señalar que, en el estudio si que pone que todos somos muy transigentes, pero que vemos ciertos problemas a la recepción de inmigrantes, por ejemplo que afecte a la devaluación del trabajo. Me viene a la mente un hostelero de mi pueblo diciendo, y esto es real, que no entendía como la gente estaba en contra de la llegada de inmigrantes, que el estaba a favor porque así les podía pagar menos que a un español. Quizás este hombre sea muy cabrón, pero por lo menos tiene la valentía de decir abiertamente lo que piensa, que no es el único que “barrunta” de esta forma. Pero, en realidad, lo que me parece importante en este aspecto, y es algo que más o menos se cumple, es que, en espacios donde la gente tiene una forma de pensar conservadora, costumbres muy marcadas, gran arraigo y relación entre ellas.... la introducción de un sujeto extraño se ve con rechazo y se dificulta la integración.

Por otra parte, creo que es un error intentar utilizar el drama de los refugiados para solucionar otro aspecto que no tiene nada que ver (mas que en el caso remoto del sistema globalizado en el que vivimos y que relaciona las dos cosas). No dudo que puntualmente puedan caer en alguno de estos núcleos de población, pero no de forma generalizada. Pienso que, a día de hoy, la ciudad está mucho más dotada para ofrecerles la ayuda necesaria para unas personas que están huyendo del del horror y a las que hay que dar ayuda a muchos niveles.


Por más que lo doy vueltas, y por más que lo he debatido con gente, sobre todo este fin de semana, sigo viendo más puntos negativos en esta propuesta que positivos, así como negar que una propuesta así, de forma sectorial sea eficaz en un problema que tiene profundas raíces.  

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Toca serenarse

Como en mi pueblo sin pretensión tengo mala reputación y he puesto mi cara dónde no estoy seguro de si la tenía que haber puesto, así como hablado más de la cuenta cuando no lo tenía que haber hecho (aunque me esté desintoxicando de ello), hoy que los cimientos de esta nuestra gran nación, y las costuras de nuestro marco constitucional, se han retorcido un poquito más, parece ser que la gente se ha acordado de mí, algunos para bien, otros para tocarme la moral.

Voy a ser claro: Ni soy nacionalista, ni quiero que Cataluña se vaya de España en plan “balsa de Piedra” (que si lo pienso más profundamente, la verdad es que me da bastante igual), si quiero que la gente vote y opine , ya sea sobre esto, sobre el toro vega, sobre presupuestos municipales o sobre si un partido financiado ilegalmente debe gobernar el país (que eso lo tenemos claro, dijimos que sí en las últimas elecciones).

Pero dejando esto de lado, lo que me parece es que se está produciendo una tensión innecesaria e irresponsable, y no voy a perdonar jamás al PP y al PSOE que me esté haciendo pensar que estoy más cerca de un gobierno de Convergencia, con lo amigos que eran antes y ahora no se pueden ni ver.


Ahora en serio, un poco de serenidad. Es imposible que el 1 de Octubre unos logren la independencia (sea cual sea el resultado) y otros piensen que ahí se acabó el problema o que actuando de una forma tan poco dialogante se puede llegar a algo. Cuando se apela a la constitución, y no es que yo sea fan de esta o de la transición, deberíamos recordar que al final todo el mundo cedió (unos más que otros, eso sí, al fin y al cabo, unos estaban gobernando y otros habían sido denostados), deberíamos recordar que hubo dialogo y que las élites, tuvieron que realizar un ejercicio de imaginación para diseñar un marco dónde todos tuvieran cabida. Si es cierto que ahora también existe una sociedad organizada, pero bueno, son las élites políticas quienes lo están complicando.... Yo, pase lo que pase, creo que voy a seguir viviendo en mi aldea castellana.

domingo, 17 de septiembre de 2017

La Ordenación del Territorio en Castilla Y León: ¿lucha contra la despoblación o negocio?

Uno de los grandes desafíos que tiene Castilla y León, y que ni mucho menos es nuevo, es el desafío de la Ordenación del Territorio. De hecho ya nadie esconde que la actual forma de vertebrar nuestra comunidad ha sido un auténtico fracaso, de no ser así, no habría esa carencia de servicios en el medio rural y la situacióne no sería tan dramática.

Es curioso que cuando se ha puesto el grito en el cielo por la despoblación que sufre el mundo rural, cabe destacar que hace tiempo que los geógrafos lo llevan denunciando (pero claro ya sabemos el poder mediático de Jordi Evole y de los grandes titulares de periodistas), no se ha señalado como un factor clave la Ordenación del Territorio. Y es extraño, porque aunque en los debates siempre “revolotea” por el aire la OT, lo cierto es que no hay una señalización clara a esta.

Si un servidor fuera algo “desconfiado” podría pensar que es que a la agenda mediática le interesa que se hable de despoblación pero no de vertebrar el territorio de otra forma. ¿Por qué? ¿Por qué no se dice claramente que lo que hay ahora es “una mierda” y  se abre la caja de los truenos? Pues porque si el foco mediático se pone sobre la OT impediría a la Junta de Castilla y León sacar a la luz con total tranquilidad la nueva Ley de Ordenación del Territorio  que tienen en el horno (que la sacarían igual, porque a estos “se la Pela”, solo que con más problemas).

Una buena Ordenación territorial es fundamental en la lucha por la despoblación y en la construcción a largo plazo de lo que queremos ser como Comunidad Autónoma. Se trata de buscar cohesión territorial, económica y social, de dotar de infraestructuras y servicios los diferentes espacios y de explotar sosteniblemente los recursos del territorio. En definitiva, algo que está en la base de la lucha contra la llamada “demotanasia” (palabra que no me termina de gustar). Pero por el contrario la Junta de Castilla y León nos presenta una ley alejada de la realidad de la comunidad, pues omite a las comarcas tan presentes en nuestra comunidad y  donde se muestran lazos culturales, históricos y económicos. Y centra la ordenación en las llamadas Unidades Básicas de servicios del territorio. Pero al final, lo que se pretende, no es ni más ni menos que seguir la filosofía de la Ley Montoro, es decir, atentar contra el poder municipal y aplicar el principio, liberal, de las economías de escala, dónde se supone que los recursos son más eficientes si sirven a una mayor concentración de población, lo cual está demostrado que es mentira, ya  que la gestión directa de servicios por municipios pequeños saneados es más barata. Pero de esta forma, se permite que las diputaciones ganen poder, y que cada vez más servicios de los municipios sean gestionados por unos organismos de “dudoso” carácter democrático y que intentarian externalizar la gestión de estos, a través de consorcios provinciales. Por lo tanto se ve la intención de la Junta, no solo en no querer solucionar el problema de la despoblación sino en querer entregar a negocios privados los servicios al ciudadano. Se trata pues, de una ley ideológica y poco realista para afrontar los problemas de la región.

Frente a esta hay alternativas, que cuanto menos pasan por democratizar administraciones como la diputación, pero sobre todo por atender a la realidad territorial de Castilla y León y al concepto tan arraigado de comarca,  con el objetivo de dinamizar económicamente el territorio y mejorar la prestación de servicios públicos esenciales así como corregir los desequlibrios territoriales cada vez más acentuados. Para ello, no cabría otra cosa, que iniciar un proceso de descentralización de competencias desde las diputaciones a los municipios, que tendrían en las cabezas comarcales sus centros de servicios, sobre todo de aquellos servicios que afectan directamente al ciudadano. Sin olvidar, que esta prestación de servicios requeriría de una nueva forma de financiación municipal. Es decir, una nueva Ordenación Territorial que diera autonomía a los municipios y a los territorios para poder potenciar y tomar iniciativas de desarrollo rural y local atendiendo a sus potencialidades. Una forma de gestión más cercana al ciudadano, más participativa ( si se hace correctamente) y con un mayor control de estos sobre los servicios pues serían los ayuntamientos los que los gestionarían directamente.



Lo que quiero decir con esto, es que, en pleno debate sobre la despoblación, con la ley de la Junta sobre OT están, una vez más, señalando cuáles son sus prioridades, y no es la lucha contra el vaciamiento demográfico del mundo rural, ni mucho menos, sino la privatización y el negocio con los servicios públicos. Y que, esto está ocurriendo sin que haya una contestación y alarmismo de la sociedad, a pesar de que nos echamos las manos a la cabeza por un problema tan unido como es el de la despoblación. 

viernes, 15 de septiembre de 2017

Si te ponen una urna, votas

Desde hace tiempo me parece gobierno central y el gobierno de la generalitat catalana no hablan el mismo idioma. El empecinamiento de PP (y PSOE y Cs) con la constitución es algo que impide entender un acercamiento a la realidad plurinacional de españa y a la demanda de soberanía, que, bien sea por parte de la Generalitat o de la socidad catalana, se está reclamando. Es como si unos hablaran en Chino y otros en Inglés, además a la vez, sin concentrarse para ver si pueden comprender al otro. Así que cada uno mirando para su lado.

Quizás la gran decepción de los últimos días, para mí, es PODEMOS y el “gallinero” que es CSQP. Se trata de la gran novedad en varios meses. Hasta ahora PODEMOS tenía un discurso seductor, era el discurso de tender puentes y de la democracia, porque al final el tema va de eso, de practicar la democracia, es decir de que la gente decida. Un referendum pactado por el estado, es, desde mi punto de vista la salida más viable, pues permite el reconocimiento de cualquier resultado por parte de las partes, y por parte de la comunidad internacional. Pero el 1 de Octubre eso no va a ser así, lo que va a ocurrir es un referendum unilateral, pero un proceso participativo al fin y al cabo.

Yo, que al igual que le pasaba a Machado “por mis venas corre sangra jacobina”, creo que Pablo Iglesias aquí se está equivocando. Tu puedes seguir defendiendo la idea de que el único referendum válido es el que sea pactado con el estado y defender que todo proceso participativo es positivo, más aún cuando encima puede ser un motivo de desobediencia civil. Y con esta decisión y estas disputas internas dentro de PODEMOS y la coalición electoral de la que participa en Cataluña (no soy confluencia aunque se empeñen), está debilitando la posición soberanista, la de la democracia, la de la participación ciudadana. Tarde o temprano ponerse de perfil ya no valdrá, para eso ya está el PSC.


Si te ponen una urna, pues votas, es así de sencillo. Lo malo es que no la pusieran para más cosas, sino solo cuando las élites catalanas o españolas quieren.  

jueves, 7 de septiembre de 2017

El final del verano

Bueno pues se acabó el verano. Para los tordesillanos eso no quiere decir más que empiezan las fiestas y son días que cada algunos tenemos marcados en el calendario. Este año además tengo especial necesidad de pasar esos días con los amigos. La vida va complicando el poder reunirnos todos, pese a que siempre estamos ahí cuando nos necesitamos. De hecho, raro han sido las veces que he subido al bar donde nos solemos reunir los viernes por la noche, solo cuando necesitaba quitarme cosas de la cabeza, y es raro que nos juntemos más de 5.

Reconozco que ha sido un verano raro, las cosas cambian. Quizás he estado mirando mucho a otros lugares y cuando he vuelto a pasar más tiempo con mis amigos de siempre ya nada era igual. Se ha notado mucho el cambio: ya no hay cenas, no hay fiestas en los pueblos, no hay grandes vermut... pero también es cierto que cuando estamos todos juntos lo disfrutamos mucho más, de ahí que haya días.

Agarré el verano con fuerza, con ilusión, supongo que por el hecho de dejar de lado unas oposiciones que me estaban haciendo demasiado mal, y pese a un mes de Julio espectacular. Agosto 2017, salvando alguna anécdota, no va a estar entre los mejores meses de mi vida. A dia de hoy miro para atrás, y a pesar que soy gente que idealiza el pasado, solo veo errores por mi parte: cosas que no debí decir, personas en las que no debí confiar, proyectos que no debí empezar... Y todo esto, siendo egoísta, y pensado en mí, por primera vez en mucho tiempo. Ha sido este verano cuando me han dicho que tengo que pensar mas en mí, quizás es una frase un poco “nazi” pero creo que mal no me vendría.


Pero si para algo me han servido todas estas experiencias y reflexiones es para comprender que tengo que cambiar el chip, que tengo que empezar a ser más positivo, que rechazar las cosas donde no quiero estar (porque al final nadie te lo va a agradecer) y estar con la gente que me ha demostrado que merece la pena. Prefiero empezar a quedarme con eso, o por lo menos lo intentaré aunque creo que seré algo incapaz.  

domingo, 3 de septiembre de 2017

La importancia de la mujer en la lucha contra la despoblación

Durante una charla entre conocidos (a base de chascarrillos y risas, nada serio) empezaron a hablar sobre el medio rural y sobre despoblación. Yo escuchaba, estaba a gusto pero no soy de los que dé su opinión en ambientes donde haya gente con la que no tengo mucha confianza. En un momento de la charla uno me dijo “¿tu Juanfran? ¿cual crees que es el mayor problema de los pueblos?”, supongo que mi respuesta les chocó al ver la cara que pusieron, al fin y al cabo, la gente estaba relacionándolo todo con la falta de perspectivas laborales (que sin duda es un tema clave en este asunto). Dije que la mentalidad, pero que como esto era algo muy difícil de cambiar, a corto plazo el gran problema era la desfeminización del campo.

Me preguntaron que por qué, supongo que por esa idea de “la gente se va de los pueblos porque no hay trabajo”. Señalé, que en mi opinión, aunque eso sea verdad, el gran movimiento al respecto ya ocurrió en la segunda mitad del siglo pasado y que ya las tasas de emigración ya no eran tan altas y la mayor parte de la gente que se va de los pueblos son ancianos, y lo hacen por falta de servicios o para estar cerca de la familia (quizás si se consiguiera revertir esa idea de que los abuelos deben estar cerca de los hijos y no al revés, sería un paso importante), no por búsqueda de trabajo. Es decir, que ha cambiado al respecto la naturaleza de las migraciones campo-ciudad. No es ya tanto un tipo de migración que afecte a los segmentos de población en edad reproductora, y cada vez va a ser menos cuantiosa ese movimiento de población, porque cada vez hay menos gente en edad joven, la mayor parte de gente joven y mediana edad que ves en los municipios son los hijos e hijas de quienes se fueron en el pasado y que no tienen una intención de enraizar en esos municipios más allá que, como mucho, pasar la temporada estival. Entonces, si no tenemos entradas de efectivos desde la inmigración, lo único que tenemos sería a través de la natalidad y cada vez hay menos mujeres en edad fértil.

Si nos damos cuenta, éxodo rural, lleva habiendo mucho tiempo, pero los pueblos resistían porque tenían nacimientos, en épocas de bonanza también había inmigrantes... es decir, se compensaba un poco la pérdida de efectivos. Pero cuando cada vez hay menos mujeres en edad fértil, va a estar complicado.



Ya he dicho alguna vez que creo que a veces pecamos de infantilismo al pensar que el tema de la despoblación se puede solucionar. Es unproblema estructural, sistémico (cuanto menos de modelo). Pero pienso que una buena política de discriminación positiva hacia el campo puede revitalizar algunas áreas, y compensar ciertos problemas como el de la desfeminización.

jueves, 31 de agosto de 2017

Y en esto llegó Septiembre

Desde que era pequeño he vivido en mi entorno una extraña atracción hacia el mes de Septiembre. Lo que en otros lugares era un mes maldito, pues se acababa el verano, en Tordesillas era (y es) algo parecido a “La traca final”, la última gran fiesta antes del largo y “aburrido” Otoño en el  que mi pueblo pierde esa vitalidad veraniega. Al fin y al cabo, como bien decía la letra de una canción que adaptaron: “Si algún dia Tordesillas, De tu lado me tuviese que ir. Yo te juro que en Septiembre volvería para ser feliz”. 

Las fiestas de los pueblos son un fenómeno social que hace aflorar en la gente un sentimiento de fervor patriótico irracional, el famoso “las fiestas de mi pueblo las mejores” . He visitado muchas fiestas de municipios, y las he disfrutado de múltiples maneras, pero como las de Tordesillas llegado el mes de Septiembre ninguna, y eso que no soy de los que digan “Este es el mejor lugar del mundo”, creo que cada sitio tiene su encanto, pero oye, para mí las fiestas de mi pueblo, las mejores. Y a lo largo de los años creo haber entendido el por qué. 

Cuando era pequeño mi ilusión era ir acompañado de la mano de mis abuelos a ver las corridas de toros (si, de pequeño me gustaban ¿algún problema?) o los encierros rodeado de mis tíos. Luego me quedaba en la casa de “los yayos” donde iban pasando mis primos mayores y demás familia para al final quedarnos a cenar un amplio numero de personas, al fin y al cabo esa siempre fue la casa de reunión familiar.  Quizás es muy sencillo y algunos pensarán que es una bobada, pero me gustaba y recuerdo aquellos días con gran felicidad.

Llegaron los años de empezar a salir con los amigos y poco a poco ibas descubriendo cosas nuevas: las tardes en los coches de choque, correr los faroles infantiles (y ganarlos), los días deambulando sin rumo... y cada año descubrías cosas nuevas y empezabas a negociar el horario nocturno con tus padres (bueno eso los demás, mi padre como  buen comunista ortodoxo no negocia). Y así corres por primera vez el desfile de faroles, las dianas y pasas las horas muertas en el cuarto sin hacer nada... Ahora miro para atrás y hecho esas cosas de menos. 

Y llegamos a hasta el día de hoy, dónde tengo claro que las fiestas ya no se basan en tiempo con la familia, ni en descubrimientos... sino el hecho de estar con los amigos, con esos que empecé a salir en mi adolescencia y que quedábamos un viernes y un sábado detrás de otro sin bajar de la cifra de 15 personas. Hoy viernes y sábados esa cifra se ha reducido bastante (nuevas responsabilidades, parejas, nuevos amigos...). Es por ello que disfrutas esos días de otra forma. Como hace poco dijo un amigo mío: “Estos días son importantes porque rara vez nos podemos juntar ya todos”. Muchos hacen un esfuerzo por estar aunque sea el fin de semana, y  es por ello que ahora lo prioritario ya no es disfrutar tanto la noche como  sentarse a comer y echarse unas risas .


Para mí Septiembre es eso, un mes para disfrutar con mis amigos: pasado y presente, es decir, recuerdos y nuevas anécdotas para recordar juntos, viejos y nuevos amigos, ver a gente que no ves en todo el año... Algunos dirán que lo único que buscamos es beber (quizás los mismos que siempre he criticado que no entienden cual es la razón social de un botellón), yo lo niego...  busco estar con los míos: con los que me han tocado (la familia) y con los que he elegido (mis amigos). Sé que no todo el mundo busca eso, pero claro, yo soy una persona para la que uno de los mejores planes del mundo son unas cañas y un grupo de amigos. Es por lo que yo entiendo que las fiestas de Tordesillas son las mejores que existen para mí. 

martes, 29 de agosto de 2017

Un país incapaz de mostrar unidad

Hay una película que vi hace tiempo y que me marcó bastante por lo que me hizo pensar, por las reflexiones constantes que me genera. Se trata de la película Martín (Hache), dónde un chico viene de Argentina a vivir con su padre, que es director de cine, y chocan entre otras cosas en la forma de entender la vida y el mundo. En un momento concreto de la película el padre le dice al hijo que “La Argentina” es una causa perdida. Con el tiempo no he podido evitar pensar que eso se podía extrapolar a España.

Miremos lo que ha pasado con los atentados ocurridos en Barcelona. El señor Puigdemont ofrece una rueda de prensa en Catalán, es su idioma, al fin y al cabo la estaba ofreciendo como presidente de Cataluña, pues bien los patriotas de bandera, de esa España verdadera, decidieron atacarlo por hacerlo, uno piensa que si hubiera hablado en inglés no hubiera pasado nada.

Por otra parte, mientras se estaba intentando organizar una manifestación que diera una imagen de unidad tuvimos que asistir de nuevo a una demostración varonil de “a ver quien la tiene más larga”, como si la confrontación constante hubiera traído alguna vez algo bueno. No era el momento de agitar banderas, ni de silbar al rey, ni de aguantar las constantes pataletas de las CUP... La culpa es nuestra por permitir a los nacionalistas catalanes y al gobierno del estado darse de de cabezazos como ciervos en celo, ahora, cuando se supone que hay algo en lo que deben estar de acuerdo, no saben actuar de otra forma y eso está presente en la sociedad civil. El problema de la identidad existe no hace falta que se le eche más leña al fuego sino intentar buscar una solución conjunta.

Esto al final es la cristalización de la historia de nuestro país: Cuando por fin el pueblo consiguió un gobierno que avanzara por el interés de la mayoría la reacción dio un golpe de estado con posterior guerra civil y dictadura, cuando esta se acabó la Transición dejó un montón de vacíos que con el tiempo se han convertido en frustraciones, y ahora tenemos un país totalmente dividido que es incapaz de mostrar unidad en los momentos más duros.

En mi generación llevamos toda la vida escuchando hablar de la guerra civil y la dictadura, sin haberla vivido, y no hemos sido capaces de hacer justicia con nuestro pasado para que las heridas cicatricen bien. Desde que tengo uso de razón los problemas territoriales, que suelen tener un alto componente emocional, se ha solucionado con dinero y concesiones para los territorio en cuestión ¿Alguien no se había dado cuenta de que algún día no habría más que dar? ¿Que al ser igualados todos como comunidades autónomas habría algunas que se sentirían agraviadas?


Pues bien, muchas gracias a todos, hemos conseguido ser incapaces de mostrarnos unidos cuando más lo necesitamos. No se que proyecto de país vamos a hacer en el futuro si somos incapaces de convivir juntos.  

lunes, 21 de agosto de 2017

EL DEBATE SOBRE EL TURISMO, UNA OPORTUNIDAD PARA LA REFLEXIÓN EN TORDESILLAS

Durante los meses de verano hemos estado asistiendo a un debate vinculado a la actividad turística que no debe caer en saco roto. Se está centrando en la afluencia masiva de gente en un espacio determinado y sus efectos en el cambio de estos, pasando de lugares residenciales a lugares turísticos, y si bien ambas cosas pueden ser complementarias el hecho de realizar una mala planificación turística dónde vecinos y vecinas compitan con los turistas por recursos limitados es lo que ha desembocado en la denominada “turismofobia”.

Pero sería interesante que el debate no se quedara ahí, la actividad turística tiene muchos más puntos para la reflexión. En primer lugar, la utilización en los municipios, como cortina de humo, por parte de las administraciones. Es decir, muchas veces los gobernantes utilizan las actividades turísticas para tapar la gestión de los servicios públicos y de la satisfacción de las necesidades básicas al ciudadano, porque este tipo de actividades son actividades con facilidad para la promoción (periódicos, radio, redes sociales...). Mientras tanto los vecinos y vecinas pensamos aquello de “que de cosas hace este Ayuntamiento”, cuando en realidad no lo necesitamos porque, para la mayoría, hay otras prioridades o debiera haberlas.

En segundo lugar hay que desmitificar aquello de que el turismo genera trabajo, porque es una verdad a medias. El turismo está muy vinculado a la hostelería y a la restauración, sí, y es cierto que estas se ven muy beneficiadas de ello, se mantienen establecimientos y se generan puestos de trabajo. Pero también es cierto que llegados a un punto óptimo esto ya no ocurre (Un ejemplo: ¿Cuantos camareros puede haber detrás de una barra por mucha gente que haya?). En el mismo sentido ¿que puestos de trabajo se crean con el turismo? Es decir, el hecho de que sea una actividad estacional, o concentrada en fines de semana debido a que es cuando suelen tener lugar los eventos (porque es cuando la gente dispone de tiempo libre), hace que no sea necesaria una gran mano de obra más allá de esos días, por lo tanto se generan puestos de trabajo precarios no compatibles con un proyecto de vida a largo plazo.

En nuestro municipio, en Tordesillas, no sufrimos ese impacto de grandes afluencias de turistas que nos obliguen a los vecinos a competir en un mismo espacio con ellos. El mayor malestar que puede generar todo lo relacionado con lo que estamos hablando es a los vecinos del centro del pueblo, ya que es ahí dónde se concentra la mayor parte de los eventos. Pero si que sufrimos las otras dos cuestiones planteadas. Es decir, las buenas cifras de visitantes a nuestro municipo, unidos a la buena organización de las numerosas actividades que hay a lo largo del año para atraer turistas, y también para el ocio de los tordesillanos (algo que es necesario pues permite dinamizar el pueblo y socializar entre los vecinos) no debe impedirnos juzgar la gestión de los servicios básicos. Da la impresión de que no es son tan importantes en nuestra escala de prioridades cosas como la gestión del agua, el gasto en infraestructuras, que se caiga un edificio que debía estar hace tiempo consolidado... como que no suba un encierro un día de las fiestas o el concierto de tal o cual cantante.

Por otra parte, el aumento de eventos que tenemos en Tordesillas, que buscan en gran parte el aumento de visitantes, llega a un punto en que no da más de sí y no va a generar más puestos de trabajo ni que se abran más establecimientos. Por lo tanto, habrá que buscar otra alternativa económica, sin perjuicio de todo lo relacionado con el ocio y el turismo, que consiga absorber toda esa mano de obra que estaba vinculada a la construcción y solventar los problemas económicos de las familias.


La cuestión es ¿dónde buscamos esa alternativa complementaria al turismo y el ocio? Estamos esperando como “agua de Mayo” que nuestro polígono se llene de empresas, pero la realidad es que eso no está ocurriendo y la mayoría son empresas de servicios (requieren pocos trabajadores) que ya estaban implantadas en nuestro municipio. No podemos esperar que eso sea nuestra salvación, más aún cuando la cantidad de suelo industrial libre en Castilla y León es muy alto, debemos buscar un plan B aunque se siga trabajando en la promoción del polígono. Todo esto, desde luego, no es fácil, hay que analizar nuestras potencialidades y localizar nuestras debilidades para poder tener un proyecto de futuro, y es un proceso difícil y que se une a otros debates como son la Ordenación Territorial o el debate sobre la despoblación, es decir, el de gestionar de manera más eficiente los servicios y encontrar alternativas que reviertan la situación de éxodo que está sufriendo las zonas “no urbanas”. Desde luego, no hay fórmulas mágicas, pero no podemos buscar las soluciones en lo que ha fracasado en el pasado o en las actividades que ya no dan más de sí.   

martes, 8 de agosto de 2017

PP, PSOE, PODEMOS y EL DERECHO A DECIDIR

El debate territorial suscitado a raíz del desafío soberanista catalán es, sin lugar a duda, la prueba más visible de la crisis de régimen que tenemos en nuestro país, y a la vez, el punto más importante de fricción entre PSOE y PODEMOS, que hace imposible, cualquier acuerdo para formar gobierno entre ambas formaciones. Desde cualquier análisis, y comparación con otros países como puede ser Portugal, este punto debe siempre estar sobre la mesa, y es que, la realidad (plurinacional, de identidades, territorial... como prefiramos llamarla) hace imposible un acuerdo entre un partido que apuesta por la defensa del orden constitucional actual y otro que apuesta por un cambio de este. Se trata de una realidad que no existe en otros países, por lo que es más fácil el acercamiento entre “las izquierdas”.

Tanto PP como PSOE quieren que nada cambie, a pesar del ruido que llega desde Cataluña. Unos con un inmovilismo, que aunque irresponsable, electoralmente les viene muy bien, y otros articulando una serie de propuestas basadas en un poco más de autonomía, pero que ya no tienen cabida en el momento actual, porque el debate ya no es ese. El debate, ahora, se centra en derecho a decidir, es decir en democracia, o no. Por ello las propuestas del PSOE no funcionan, o tienen difícil calado, y al final se les asocia más con fórmulas parecidas a las del Partido Popular.

PODEMOS, por su parte, sí que ha sabido dar una respuesta, basada en la participación del ciudadano, como es un referéndum pactado con el estado, y, si es necesario, modificar la constitución para facilitarlo. De hecho, solo así, este podría tener garantías de fiabilidad, ya que en el caso que saliera sí a la independencia, solo el reconocimiento de la comunidad internacional da a otro país el status de estado. Además, esto juega a favor, electoralmente, del partido morado, pues puede, en Cataluña, ser visto como la herramienta útil para tender puentes entre Barcelona y Madrid.


Es normal, que partidos como PP y PSOE no reconozcan el derecho a que la gente vote en Cataluña. Un resultado que no entre en las expectativas, creo que de nadie, como sería el sí a la independencia, valdría para abrir la caja de los truenos y probablemente avanzar hacia otro proceso constituyente. 

domingo, 6 de agosto de 2017

Las minorías en Juego de Tronos

No soy muy de comentar el mundo audiovisual, más que nada porque reconozco mi nula capacidad analítica al respecto. Sí que se que me gustan mucho las películas con temática histórica y las de denuncia social. Además, por descontado, que ese frikismo innato que tengo me hace ser un loco de las películas de Marvel y de Star Wars. Y tengo clara que mi película preferida es Novecento, no la he visto muchas veces, 3 o 4 (las que me quedarán de verla), solo o con amigos mientras la comentábamos, pero es la que más me ha gustado. Como veis tengo un amplio abanico de temáticas al respecto, no se si eso es porque consumo cine de forma poco crítica.

Pero hoy no quiero hablar de cine, quiero hablar de una serie que se ha convertido en fenómeno de masas, como es Juego de Tronos (y no, no me he leído los libros ni me los voy a leer, tengo una lista amplia de recomendaciones que hace imposible nuevos proyectos al respecto en unos años).

Me he convertio en fan de Juego de Tronos, sí. Me interesa mucho como se ha convertido en algo que ha sobrepasado el mundo del frikismo y se ha convertido en un fenómeno transversal, que hace que puedas comentarla con cualquier persona. Es una serie diferente, compleja, dónde no hay buenos y malos, porque todos tienen su cuota de protagonismo, su propia personalidad, la cual va evolucionando a lo largo de toda la serie (sensacional el caso de Jamie Lanister, dónde tras una experiencia traumática ves como empieza a tener contradicciones internas que le hacen tener una lucha constante consigo mismo) y todos tienen sus razones igualmente válidas para hacer lo que hacen.

Es cierto que trata muy bien la lucha por el poder, dónde cada uno lo ejerce de una forma y se ve claramente como dependiendo de un momento y un lugar el poder se sustenta sobre diferentes cosas, pero lo que más me gusta es como trata temas relacionados con las minorías: problemas físicos, homosexualidad, el racismo o feminismo, además, muchos de ellos desde diferentes puntos de vista culturales y sociales.

Tyrion, Bran, Jamie o incluso Ser Davos, son personajes cuyas dificultades físicas les generan problemas para moverse en la sociedad. Pero nadie podrá dudar que han desarrollado cualidades que les hacen ser indispensables. En el caso de Tyrion además es sorprendente, creo que es uno de los personajes con mejor visión y capacidad crítica de la serie, sería un auténtico maestro de las Ciencias Sociales.

El tema de la homosexualidad es un tema que cobra cierta importancia en determinados momentos de la trama. Loras Tyrrel, Randly Baratheon y Asha Greyjoy, son quienes, desde percepciones culturales, muy diferentes exponen este tema. Frente a los primeros que lo deben llevar con “secreto” debido a esa moral, muy vinculada a la religión y al orden de su sociedad (de hecho cuando la religión aparece en escena se producen situaciones traumáticas), Asha lo trata con especial naturalidad, dado que parece aceptado por los suyos, quizás desde un punto poco ético, ,incluso heteropatriarcal, porque al final es una hija del hierro, y los hijos del hierro saquean y violan.

Hay también aspectos de racismo que se ven en el trato con el Pueblo Libre, son tratados como los de fuera, son demonizados, los intrusos (incluso se construyen muros para que no perturben la paz de los 7 reinos). Dentro de este grupo hay un personaje que me fascina, como es Ygritte, porque es el personaje que hace que Jon Nieve se replantee muchas de las cosas que el creía, que le genera reflexiones internas, que le muestra como muchos de las costumbres que tiene son un poco absurdas, y que le hace ver que el Pueblo Libre no es el enemigo, es como una especie de profesora que le ayuda a ser mejor.

Por último está el tema del feminismo, creo que es lo más vistoso de todo lo que he señalado. Desde Daenerys a Arya, pasando por Cercei, Brienne de Tarth, Asha o, incluso, Sansa (que a base de palos dejó de ser sumisa). Todas ellas ejercen esa liberación y empoderamiento femenino de forma diferente, en función de las circunstancias. Es cierto que el caso de Daenerys es el que más nos gusta, al fin y al cabo es la que defiende su legitimidad al trono con un discurso y unas acciones más “justas” (desde un punto de vista progresista). Pero, a mí me gusta Cercei, frente a una Daenerys que gobierna para el pueblo (lo que ella considera pueblo que son los más pobres), Cercei piensa en los suyos, su gente, que se reduce a sus hijos fundamentalmente, el problema de Cercei es que no tiene empatía por nadie más (mucho menos por el pueblo), pero no cabe duda que es temida por muchos debido a su posición dentro de un mundo de hombres. Es una de mis debilidades, quizás por las veces que he oído criticarla, y porque me encanta esa forma de hacer lo que sea por quien le importa.


Todo esto es lo que más me fascina de Juego de Tronos, y que se esconde tras un argumento principal que es “el poder”, y por cuya pugna, dependiendo de las circunstancias, se ejercen liderazgos diferentes, y lo que no son liderazgos. Por ejemplo, frente al orden y lo establecido, que es la casa Lanister, nos encontramos con alguien que debe su ascenso a la gente y al pueblo que es Daenerys, que confian en ella. Y siendo algo malo, solo diré, que al final Daenerys no representa tanta diferencia a los Lanister (aunque ojalá Daenerys fuera reina XD) pues ambos quieren el poder para no cambiar las relaciones sociales existentes... por contra tenemos al Pueblo Libre que son los que se estructuran de otra forma y lo único que quieren es sobrevivir... pero eso ya es otro debate....

lunes, 31 de julio de 2017

La Mentalidad como problema para luchar contra la despoblación

A lo largo del mes de Julio he tenido muchas conversaciones con amigos y conocidos (con los primeros, a veces, con cervezas de por medio con las teorías y absurdeces divertidas que ello supone) sobre el tema de la despoblación. La mayor parte pensábamos que esto no era más que una moda pasajera y cuando ya se entraba a hablar sobre las medidas a tomar también el grueso coincidía en que no se iba a solucionar el problema. Y yo siempre he achacado esta falta de confianza por mi parte a la falta de intencionalidad de los que mandan, es decir, que no van a querer cambiar grandes cosas y por lo tanto va a fracasar por ausencia de radicalidad (de ir a la raíz de los problemas), pero me di cuenta que el problema es más profundo, es un problema de ideología y de mentalidad de la población, que se refleja, lógicamente, en las instituciones (y a la vez ambas se retroalimentan). Quizás es que a veces tendemos a analizar los problemas con meros criterios técnicos  y perdemos la esencia de las cosas.

¿Qué quiero decir? En primer lugar, que tenemos un problema con el término “despoblación”, no sé si es intencionado o no, pero achacamos este término a dos problemas que tienen diferente génesis. Recuerdo en este sentido a la portavoz de Valladolid Si SE Puede hablando en un pleno de la capital pucelana sobre cómo se despoblaba la ciudad de Valladolid, en sentido estricto tiene razón, pero puede confundir la ciudadanía utilizar este término para referirnos a un proceso urbano y a lo que ocurre en el medio rural. Me explico: A lo largo del siglo XX las ciudades han crecido y han rebasado sus límites municipales incrementándose la población y urbanización del alfoz, pero entre municipios del alfoz y ciudad se han mantenido las mismas dinámicas que ocurrían dentro de la ciudad. Esta población era, en su mayoría, población que venía del medio rural, por lo tanto, ya el medio rural estaba sufriendo pérdida de población, y sobre todo, pérdida de población joven y femenina. Actualmente, con la crisis económica hay municipios del alfoz (periurbano) que han empezado a perder población, pero es debido a un problema coyuntural de la economía española, no quiero decir que no haya que estar atento, pero utilizar el mismo término para describir un problema que ha empezado hace unos años con algo que lleva más de medio siglo, y que genera otros problemas más preocupantes como son el sobreenvejecimiento y la desfeminización, puede dar lugar a confusión

En segundo lugar, y creo que más importante, es la mentalidad de la gente. Es decir, vivimos en una sociedad consumista y urbana, lo cual hace que inevitablemente empecemos a pensar soluciones con los mismos parámetros de la ciudad: de ahí el turismo activo o el turismo rural que van más encaminados a seguir manteniendo el estatus de sitio de recreo de urbanitas que de solucionar problemas. Pero también de ahí el asía de los pueblos por crecer demográficamente (algo a lo que contribuye la forma en que las administraciones “sueltan la pasta”), que es algo que tenemos interiorizado por aquello que nos venden de que crecer económicamente es bueno cuando la realidad es que llega un punto óptimo en el que una vez cubiertas las necesidades básicas ya no tiene tanto sentido ese crecimiento. Pues algo parecido debería pasar con los pueblos. El problema no es la falta de habitantes, el problema es la falta de juventud, mediana edad y mujeres, por lo tanto las políticas deben ir orientadas a esos sectores, y el discurso igual. Esto inevitablemente traerá consigo el crecimiento de áreas del medio rural, pero llegará un punto en que sea óptimo y no habrá necesidad de mayor crecimiento de población. Ahora bien, por mucho que demos las facilidades y se dote de servicios, ¿Cuánta gente de forma voluntaria está dispuesta a salir de la ciudad donde tiene todos los servicios para el ocio a un pueblo, que aunque tenga las necesidades básicas cubiertas la vida es menos consumista? Creo que no la suficiente para generar un movimiento de retorno a gran escala. De hecho recuerdo una tertulia dónde estaba Sergio del Molino (Periodista estrella por hacer una fotografía del medio rural muy acertada y con grandes titulares) y este señaló que él no estaba dispuesto a salir de la ciudad (por cierto, en la mesa había otros expertos que hablaban también desde sus sitios de confort en el mundo urbano). Es decir, podemos teorizar y dotar de todos los servicios posibles pero la mentalidad de la sociedad impedirá lograr objetivos.

En este sentido me gustaría contar un chiste que me cuenta un conocido en diferentes ocasiones:
-Jaimito: Papá hoy hemos ayudado entre 5 a una señora a cruzar la calle
-Padre: Muy bien Jaimito ¿pero por qué entre tantos?
-Jaimito: Porque no quería cruzar.