lunes, 26 de diciembre de 2016

Los suicidas de PODEMOS

Al finalizar el año es ineludible echar algo la vista atrás para analizar lo que ha ocurrido (probablemente para volver a caer en los mismos errores). No voy a centrarme hoy en mi persona, quizás, y si tengo ganas haré la reflexión en los próximos días, aunque en cierto modo lo que voy a señalar también habrá tenido alguna repercusión en mí mismo.

El año empezó de forma ilusionante, desde el punto de vista de la parte de la sociedad que quiere ver cambios, Podemos y sus confluencias habían tenido 69 diputados, incluso la izquierda tradicional de IU, aunque solo tuvo 2 fueron unos resultados bastante aceptables. Si bien es cierto que no se logró ser partido de gobierno, ni el Sorpasso, las cosas habían cambiado, y en teoría para mejor.

Hay que recordar que la aparición de PODEMOS en las europeas fue un soplo de aire fresco que tumbó el tablero tradicional de la política donde todo era previsible y al que se habían adaptado los partidos de izquierda más tradicionales, quizás sólo la izquierda nacionalista y soberanista Catalana,  Bildu o la confluencia de AGE en Galicia había sido capaz de actuar de forma diferente. Había surgido a nivel estatal una fuerza que aspiraba a todo, que no era conformista, que apostaba por una democracia más pura y horizontal, que utilizaba un lenguaje que llegaba a todo el mundo y que tenía un liderazgo muy fuerte…. ¡¿Dónde Coño se ha quedado ese proyecto?!

Pero volviendo al año actual. Las cosas no estaban mal, y de hecho incluso en la repetición de elecciones tampoco se puede decir que fuera un fracaso, aunque la estrategia fue errónea , las negociaciones fallidas fueron vistas como “vieja política” y la coalición, me niego a llamar confluencia a una coalición entre partidos  donde los puestos vienen marcados por las siglas, con IU no tuvo el efecto deseado. Pero bueno, al final el único movimiento que a nivel estatal propone cambios profundos tiene 71 escaños y eso hay que ponerlo en valor. Es el reflejo de lo que las calles decían en su momento: La sociedad española es más plural, ha cambiado.

Pero, a partir de ahí, y a pesar de que el PSOE ha competido con ellos, en PODEMOS se están dedicando a destruirse. Me da igual que la prensa lo magnifique, que sea un debate de ideas (que no me creo que solo sea eso). El caso es la percepción que tiene la ciudadanía de ellos, que es algo que hasta el momento habían sabido jugar. No se dan cuenta que los medios de comunicación van a aprovechar cualquier error para fulminarles y ahora mismo PODEMOS parece una carnicería para una jauría de perros hambrientos. Tampoco parecen darse cuenta de que ellos no son el PSOE, que el PSOE tiene una base electoral fuerte, que hace que en su momento de mayor debilidad no bajen del 18% de intención de voto.

Además se han convertido en un partido previsible en la actividad parlamentaria, juegan demasiado al tactismo, han cambiado demasiado de discurso. A mí siempre me gustó el discurso del PODEMOS del principio: la gente, la ciudadanía, la casta… simple y lo entendía todo el mundo.


En más de una ocasión me he sentido identificado con PODEMOS, y concretamente con las palabras de Pablo Iglesias, quien creo que es el líder político que mejor transmite, y para mí con más carisma. Pero ahora mismo me empiezan a preocupar.  Me daría igual que se quisieran destruir si no fuera porque si caen se jodió cualquier tipo de alternativa. Nos deben un respeto a los que nos creímos que podía haber una izquierda parlamentaria más allá del 15% de los votos. Si PODEMOS se diluye puede que haya una masa crítica pero no habrá un canal mediante el cual pueda tener una importante presencia en las instituciones. 

viernes, 16 de diciembre de 2016

¿Nos hemos inventado la necesidad de participación?

“Nos hemos inventado la necesidad de participación por parte de la gente” Me dijo un conocido, vecino, y con el que he tenido el gusto de compartir más de una asamblea. Eran unas palabras que evidenciaban una situación, que yo veía pero que no quería reconocer, se trata de la falta de interés de la gente por participar en la vida pública, en la toma de decisiones de las normas que rigen su día a día, de la política en definitiva. Para mí algo imprescindible en una sociedad de futuro que quiera ser mejor. Soy de los que piensa que si tú no decides, otros lo hacen por ti.

Miro hoy esa recuperación de las plazas con gente que quería decidir sobre su futuro o esos procesos de unión de los ciudadanos para conformar candidaturas electorales que hicieran ayuntamientos más abiertos, y lo que veo, es casi una utopía. ¿Qué nos hemos dejado por el camino? ¿Qué hemos hecho mal? ¿O es que la sociedad española no está acostumbrada a participar en la vida democrática? Probablemente sea una conjunción de todo.

Yo, aun creo en la gente, por eso pienso que, pese a la situación actual, hay que dar la oportunidad a la participación, aunque luego participen las mismas personas de siempre. Pero la herramienta debe estar ahí. Que es la herramienta para el control de los representantes, para el control de las cuentas de las administraciones, para el conocimiento de nuestras carencias como sociedad y de nuestras posibilidades…

Si bien es cierto que siempre ha habido gente pidiendo mecanismos de participación ciudadana, cuando no una democracia más horizontal, no es menos cierto que fue a partir de Mayo de 2011 cuando esos reclamos fueron más populares, no necesariamente realizados exclusivamente por sectores de la izquierda, y ni mucho menos por la mayor parte de la sociedad española. Aun así, sí que se incorporó un gran porcentaje de nueva gente y se empezó a hablar de ello en los medios de comunicación.

Cuando llegó la oportunidad de intentar institucionalizar esos reclamos no faltó la ilusión, no faltó la gente, ¿Qué ha pasado después? ¿Por qué se ha ido descolgando gente? ¿y cómo si las confluencias no son capaces de recuperar y mantener a la gente que los impulsó va a conseguir conquistar más espacios?  Eso es quizás lo que nos tenemos que preguntar de cara al futuro.

¿Dónde ha quedado toda esa frescura de los proyectos de confluencia y unidad popular? Cada vez más irreconocible entre la imagen de tactismo, lucha por el poder y falta de cimiento ideológico del principal partido impulsor de estas candidaturas. El PODEMOS de hoy poco, o nada, tiene que ver con aquel PODEMOS que dio la sorpresa en las elecciones europeas, donde de entrada apostaban sin condiciones por  mecanismos de democracia interna, como elecciones primarias, y por un discurso que llegaba a todas las capas de la sociedad, y penetraba en estas de una forma transversal, aunque en el fondo, era fácil descubrir entre sus propuestas los reclamos de la izquierda.

La sensación (no dudo que también propagada por los medios de comunicación) de que PODEMOS, Unidos Podemos, Compromis, En Comú Podem, En Marea…, en ese proceso de institucionalización, se están volviendo extremadamente tradicionales es un hecho. A esto hay que añadir declaraciones desacertadas que se magnifican, peleas internas…. Etc. Cosas que repercuten al resto de Candidaturas de Unidad Popular, cada cual además con sus peculiaridades y sus roces internos (ya saben, lo viejo-lo nuevo, idealismo-pragmatismo…), y que, por supuesto, cada una debería analizar.

Pero también hay un factor en la sociedad, ni estamos acostumbrados a la participación, ni queremos acostumbrarnos. La participación requiere dejar las conversaciones de barra de bar donde solo se critica e informarse, porque cuando tienes que decidir, lo lógico es informarse de propuestas y comprenderlas. Pero eso cuesta, y la ciudadanía española no está dispuesta a perder su tiempo libre (los que lo tengan) en ese tipo de cosas.  Hay que entenderlo, pero también hay que saber cómo combatirlo.

Como también hay que entender que la monotonía y el día a día de los movimientos, entre las elecciones, no es tan seductor como la situación de estar creando algo nuevo con unas espectativas electorales altas. Aún así ese trabajo del día a día hay que hacerlo. 

En definitiva, soy de los que están preocupados por el futuro de los proyectos que promueven la participación ciudadana, sobre todo porque es necesario saber en qué se ha fallado para poder solucionarlo, y desgraciadamente, de momento, no veo un análisis crítico. Yo tengo mis ideas, pero como ven son pocas y no son muy profundas. 

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Reflexionemos

No creo que la no tramitación por parte del Tribunal Constitucional sobre el decreto ley para prohibir matar en público animales que participen en espectáculos taurinos tradicionales y populares genere  mucha discordia en mi municipio, la gente lo tenía más que asumido. No se lo creía ni el alcalde. De hecho recuerdo uno de los últimos plenos municipales que fui a ver, donde el portavoz del PP (aliado del PSOE en la presentación del recurso) criticó como se habían realizado las fiestas e insinuó (probablemente sin pretenderlo), que el Toro Vega no iba a volver, a lo que el alcalde le respondió que el si lo creía. Las caras de los asistentes, incluidos concejales, fueron un poema, por lo bajo, incluso, a alguno se le escuchó un “lo lleva claro”. Es decir, que ya estaba más que asumido, lo único que siempre me he preguntado es, ese empeño por armar “trafulla” si sabe que no va a llegar a ninguna parte.

Hay que recordar que la Junta de Castilla y León realizó un decreto ley que en la forma afectaba a toda Castilla y León aunque en la práctica solo afectaba al festejo conocido como Toro de la Vega. Generando que este no fuera un problema que afectara a la autonomía municipal, y evitando que un posible recurso del Ayuntamiento llegara a ser tramitado. Como bien dijo, y advirtió, Tordesillas Toma La Palabra en el pleno donde se trató “El Ayuntamiento no  está legitimado para interponer este recurso, para ello se necesita la firma de 50 parlamentarios”. No hace falta decir que este comentario sirvió para que el alcalde atacara al concejal de dicha plataforma. Pero, de nuevo, el tiempo la dio la razón.

Personalmente, pienso que todo este jaleo, que el alcalde ha montado cuando los tordesillanos ya lo tenían asumido, ha sido para intentar justificarse porque en el municipio es bien sabido que ha sido su postura sobre la defensa de la ley (no la moralidad) en el debate sobre “toro si-toro no”, la que le dio la mayoría absoluta de la que goza actualmente, porque no creo que fuera su gestión, o mejor dicho el desconocimiento de su gestión, porque en general no parece que nos interese mucho controlar a nuestros representantes, solo quejarnos… pero ese es otro tema. Aun así, siempre me quedará la duda (o el tiempo me la soluciona) de si entre bastidores le han ofrecido algún puesto en su partido, de hecho seguramente reuniones entre Junta-PSOE y Corporación Municipal previas a que se realizara el decreto. Las cosas en política son como un iceberg, solo ves la punta (y si esta es una mierda imagina lo que tiene que haber debajo).


Me gustaría conocer datos de esas supuestas reuniones y si Tordesillas se podía haber beneficiado con un trato de favor de la junta en algunos aspectos. Personalmente creo que algo podíamos haber sacado, ya que estaban “locos” porque se montara el menor espectáculo posible, No sería la primera vez que en Tordesillas la posibilidad de negociar sobre el “Toro Vega” nos abre una puerta y vamos y la quemamos, acordémonos del “Rock in Vega”. Pero de todas formas Tordesillas es uno de los principales cruces de caminos de la Península y seguimos estancados desde hace años… Se invirtió dinero en la celebración del V centenario del Tratado de Tordesillas y no se nos ocurrió otra cosa que hacer un paseo de madera al lado del río que llegaba a una pared y había que volver (la de botellones que se habrán/habremos hecho en esa estructura).


En fin, que sobre este tema desde hace unos años se sabía que este día iba a llegar. A mí jamás me han gustado las imposiciones, y esta no es una excepción, me hubiera gustado que se hubiera fomentado el debate y no la orden. Pero también es cierto que no hemos tenido unos gobernantes valientes, que hayan luchado por el futuro, más bien han sido cobardes, porque en vez de negociar han preferido no hacerlo por miedo a que sus votantes no lo entendieran.  

viernes, 9 de diciembre de 2016

LA DIPUTACIÓN Y EL REPARTO DE RECURSOS

Uno de los grandes problemas que actualmente tiene nuestro entramado organizativo es la cuestión de una financiación de los municipios con la que poder resolver las necesidades sociales de los vecinos, y, concretamente, de los municipios más pequeños. La mayor parte de este dinero es entregado por el gobierno central a las diputaciones provinciales para que estas lo gestionen.

Esto ha generado en el pasado, y genera actualmente, en la distribución de los recursos problemas de transparencia, falta de conocimiento, partidismo, una burocracia excesiva, derroche en megaestructuras… Además, de imponerse en el reparto, criterios injustos que no tratan de revertir los desequilibrios territoriales generados por la dinámica económica y que, como mucho, tratan de dulcificarlos.

Se trata de criterios liberales, desde el punto de vista económico, e interesados, desde el punto de vista electoral, derivados de una composición de fuerzas, dentro de la institución, dónde los ciudadanos ni siquiera podemos intervenir con nuestro voto directo. El más utilizado de estos criterios, es el demográfico, es decir, dar más recursos a aquellos municipios con más población. En la práctica, son las zonas que bordean a las ciudades, es decir, el periurbano. Zonas con gran cantidad de equipamientos sociales y con un nivel de infraestructuras bastante satisfactorias que han llegado a ese número de personas debido a la absorción de recursos que, de forma natural, se genera en el mundo urbano.

¿No sería más lógico romper con ese centralismo e invertir más en aquellos lugares donde el devenir económico ha generado estragos? No es creíble la apuesta de las instituciones por combatir la despoblación cuando para ello utilizan las mismas ideas y los mismos criterios que han fracasado durante años.


Se demuestra, también aquí, la ineficacia de unos organismos señalados por la ciudadanía y que solo son útiles para los partidos políticos, y sus intereses, como herramientas de poder.

viernes, 2 de diciembre de 2016

¿Qué significa Fidel?

No quería a escribir sobre lo que creo que significa Fidel, o por lo menos lo que para mí significa. Pero durante toda la semana he visto titulares y he sido observador de debates en diversos grupos de WhatsApp dónde no he querido entrar por falta de ganas.

Para unos Fidel pasará a la historia como un revolucionario, para otros como un dictador. Y las dos partes tendrán razón. Nos empeñamos en observar el mundo, y la realidad de otros países, desde nuestra posición de hombres blancos europeos, o a través de las noticias de medios de comunicación cuyos hilos son movidos por dueños de grande multinacionales perjudicados por las ideas que la Revolución Cubana mostraba al mundo (porque que nadie niegue que a la hora generar opinión la televisión es la primera trinchera). Cuando lo justo es que analicemos la realidad con los parámetros del lugar donde ocurre el suceso, porque solo así vamos a entender el fenómeno. Y la Cuba de los años 50 del pasado siglo (sitio de recreo de millonarios estadounidenses, muy bien descrita en el Padrino II por cierto) hay que analizarla desde la perspectiva de la situación reinante, donde desde los años 30 la mano derecha de los intereses de estadounidenses, Fulgencio Batista, tutelaba la política de la isla y permitía que la pobreza asolara a su pueblo vendiendo la materia prima del país a manos extranjeras.

Solo en una situación de desesperación se entiende que el pueblo se levantara, porque la gente solo se levanta cuando no tiene nada que perder. Y fue el pueblo cubano el que derrocó al gobierno ilegítimo, y por lo tanto fue él el que otorgó legitimidad a lo que vino después. Aunque no fuera democrático, no había posibilidad para elecciones en aquel momento. Al frente de ellos estaban Fidel, El Che, Raúl, Camilo… sí, empezaron siendo 4, ellos supieron organizar esa masa crítica, pero al final fue la gente. Esta se unió por la esperanza de conseguir algo mejor.

Después vinieron las nacionalizaciones, el alineamiento con la URSS, el socialismo, el sistema sanitario y educativo del que nunca escucharemos hablar en la televisión… Pero al final, para una persona, que, como yo, ha vivido la mitificación del hombre, es que Fidel (aunque el solo no fuera), devolvió la dignidad a un pueblo, demostró que otras vías eran posibles y que por muy pequeño que seas puedes convertirte en algo relevante. Es la figura que simboliza todo el romanticismo de este proceso. Los años posteriores deterioraron su figura, dieron argumentos a los que jamás quisieron una Cuba rebelde. Siempre he comparado al Che con Fidel, si este último no hubiera gobernado durante tantos años su figura estaría tan impoluta como la del primero. Sin duda Fidel ha sido uno de los grandes personajes del siglo XX.

Es cierto, la imagen que se proyecta de la Cuba de castro actualmente es una imagen de pobreza. ¿Pero como estaríamos nosotros si no se nos permitiera comerciar? Ojalá la comunidad internacional se mostrara tan determinante con el resto de dictaduras y no solo con las que dicen no a los intereses de multinacionales estadounidenses. Se transmite una imagen de violaciones de derechos humanos pero ¿y en cuantas democracias ocurre esto? Siempre me ha parecido curiosa (y penosa) la imagen de televisiones españolas contactando con disidentes cubanos en pleno centro de la Habana para hablar de lo reprimidos que están. No estoy defendiendo que ocurran estas cosas en el país caribeño, pero sí que seamos justos y critiquemos todo por igual.

Por otra parte soy de los que defiende que por muy injusto que sea el bloqueo comercial, no solo Estados Unidos tiene la culpa, y quizás Cuba podría haber hecho algo más. Sobre esto último me hizo gracia las portadas de periódicos cuando se iniciaron los contactos para superar el bloqueo, todos coincidían en que los Castro habían perdido, pero lo cierto es que USA hizo un bloqueo para acabar con el régimen Cubano y el bloqueo se va debilitando (ya veremos lo que pasa con Trump) y el régimen sigue ahí. Estoy seguro de que además el sistema cubano ha generado una élite burócrata en torno al poder (algo que llamaríamos Casta aquí) y eso tampoco es defendible.


Pues bien, para mí esto es lo que me suscita Fidel y su Cuba, todo un mundo de contradicciones. Es una figura a favor del socialismo, de la dignidad, contra la pobreza… está claro. Pero no soy de los que me gusta idealizar al hombre, porque como hombre tiene sus contradicciones. Y eso que desde pequeño he vivido con la mitificación constante del líder cubano.