Los partidos de izquierda
tienen un debate pendiente sobre el nacionalismo, quizás, este se ha enterrado
por el periodo de “excepcionalidad” que vive Cataluña y por las puertas que
esto podría abrir para el cambio político, que no ruptura, como algunos sueñan
como más deseo que análisis de la realidad.
Pero, para pesadilla de
algunos, este debate ha llegado al panorama mediático, de la mano de un viejo
comunista ya denostado por muchos. El discurso que Paco Frutos pronunció en la
manifestación contra la independencia que tuvo lugar en Barcelona ha escocido
bastante a los cabecillas de Unidos Podemos, que tiene más de “jaula de
grillos” que de “unión”, y le ha valido críticas de sus compañero de trinchera.
El que fuera secretario
general del PCE se equivocó de lugar dónde pronunciar esa “autocritica”, pero
no se equivocó en el contenido, porque tiene derecho a expresar una opinión
para nada antagónica con postulados progresistas. De hecho, a través de sus
palabras está representada una parte de esa “vieja izquierda” que
progresivamente se está apartando para ir dando paso a la “nueva política” y
que no entiende la falta de crítica a posturas nacionalistas, que no comparten,
ni a la antigua convergencia que durante años ha sido una de las patas en las
que se han sustentado las políticas de agresión a los servicios públicos, a los
derechos sociales y la conformación de redes clientelares en contra de los
ciudadanos. Parece que no tenemos memoria, pero no hace tanto, CiU era la elección preferencial del PP y del PSOE para sacar adelante investiduras y presupuestos desplazando así la política española hacia la derecha y aislando a los partidos de la izquierda parlamentaria. Creo, por lo tanto, que, quienes han vivido esa etapa tienen derecho a tener todos los recelos del mundo.
Posiblemente, por todo esto que estoy señalando me llueva alguna crítica por entender que me posiciono con posturas algo centralistas, pero para nada, solo estoy pidiendo comprensión para aquella gente de izquierdas que no se sienten representados ene ste debate sobre la identidad. Además, asisto con recelo a una especide de falta de reflexión en determinados postulados que me asusta, cuando una de las cosas más atractivas que tiene la izquierda es esa capacidad de autocrítica constante.
Quizás Paco Frutos no debió
hablar en un foro dónde frente al independentismo se situaba una defensa de la
unidad de España algo “cañí”, pero no se debería cercenar el debate y dar nada
por hecho en lo que respecta a la izquierda y el nacionalismo.
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