martes, 29 de agosto de 2017

Un país incapaz de mostrar unidad

Hay una película que vi hace tiempo y que me marcó bastante por lo que me hizo pensar, por las reflexiones constantes que me genera. Se trata de la película Martín (Hache), dónde un chico viene de Argentina a vivir con su padre, que es director de cine, y chocan entre otras cosas en la forma de entender la vida y el mundo. En un momento concreto de la película el padre le dice al hijo que “La Argentina” es una causa perdida. Con el tiempo no he podido evitar pensar que eso se podía extrapolar a España.

Miremos lo que ha pasado con los atentados ocurridos en Barcelona. El señor Puigdemont ofrece una rueda de prensa en Catalán, es su idioma, al fin y al cabo la estaba ofreciendo como presidente de Cataluña, pues bien los patriotas de bandera, de esa España verdadera, decidieron atacarlo por hacerlo, uno piensa que si hubiera hablado en inglés no hubiera pasado nada.

Por otra parte, mientras se estaba intentando organizar una manifestación que diera una imagen de unidad tuvimos que asistir de nuevo a una demostración varonil de “a ver quien la tiene más larga”, como si la confrontación constante hubiera traído alguna vez algo bueno. No era el momento de agitar banderas, ni de silbar al rey, ni de aguantar las constantes pataletas de las CUP... La culpa es nuestra por permitir a los nacionalistas catalanes y al gobierno del estado darse de de cabezazos como ciervos en celo, ahora, cuando se supone que hay algo en lo que deben estar de acuerdo, no saben actuar de otra forma y eso está presente en la sociedad civil. El problema de la identidad existe no hace falta que se le eche más leña al fuego sino intentar buscar una solución conjunta.

Esto al final es la cristalización de la historia de nuestro país: Cuando por fin el pueblo consiguió un gobierno que avanzara por el interés de la mayoría la reacción dio un golpe de estado con posterior guerra civil y dictadura, cuando esta se acabó la Transición dejó un montón de vacíos que con el tiempo se han convertido en frustraciones, y ahora tenemos un país totalmente dividido que es incapaz de mostrar unidad en los momentos más duros.

En mi generación llevamos toda la vida escuchando hablar de la guerra civil y la dictadura, sin haberla vivido, y no hemos sido capaces de hacer justicia con nuestro pasado para que las heridas cicatricen bien. Desde que tengo uso de razón los problemas territoriales, que suelen tener un alto componente emocional, se ha solucionado con dinero y concesiones para los territorio en cuestión ¿Alguien no se había dado cuenta de que algún día no habría más que dar? ¿Que al ser igualados todos como comunidades autónomas habría algunas que se sentirían agraviadas?


Pues bien, muchas gracias a todos, hemos conseguido ser incapaces de mostrarnos unidos cuando más lo necesitamos. No se que proyecto de país vamos a hacer en el futuro si somos incapaces de convivir juntos.  

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