Hay una película que vi
hace tiempo y que me marcó bastante por lo que me hizo pensar, por
las reflexiones constantes que me genera. Se trata de la película
Martín (Hache), dónde un chico viene de Argentina a vivir con su
padre, que es director de cine, y chocan entre otras cosas en la
forma de entender la vida y el mundo. En un momento concreto de la
película el padre le dice al hijo que “La Argentina” es una
causa perdida. Con el tiempo no he podido evitar pensar que eso se
podía extrapolar a España.
Miremos lo que ha pasado
con los atentados ocurridos en Barcelona. El señor Puigdemont ofrece
una rueda de prensa en Catalán, es su idioma, al fin y al cabo la
estaba ofreciendo como presidente de Cataluña, pues bien los
patriotas de bandera, de esa España verdadera, decidieron atacarlo
por hacerlo, uno piensa que si hubiera hablado en inglés no hubiera
pasado nada.
Por otra parte, mientras
se estaba intentando organizar una manifestación que diera una
imagen de unidad tuvimos que asistir de nuevo a una demostración
varonil de “a ver quien la tiene más larga”, como si la
confrontación constante hubiera traído alguna vez algo bueno. No
era el momento de agitar banderas, ni de silbar al rey, ni de
aguantar las constantes pataletas de las CUP... La culpa es nuestra
por permitir a los nacionalistas catalanes y al gobierno del estado
darse de de cabezazos como ciervos en celo, ahora, cuando se supone
que hay algo en lo que deben estar de acuerdo, no saben actuar de
otra forma y eso está presente en la sociedad civil. El problema de
la identidad existe no hace falta que se le eche más leña al fuego
sino intentar buscar una solución conjunta.
Esto al final es la
cristalización de la historia de nuestro país: Cuando por fin el
pueblo consiguió un gobierno que avanzara por el interés de la
mayoría la reacción dio un golpe de estado con posterior guerra
civil y dictadura, cuando esta se acabó la Transición dejó un
montón de vacíos que con el tiempo se han convertido en
frustraciones, y ahora tenemos un país totalmente dividido que es
incapaz de mostrar unidad en los momentos más duros.
En mi generación
llevamos toda la vida escuchando hablar de la guerra civil y la
dictadura, sin haberla vivido, y no hemos sido capaces de hacer
justicia con nuestro pasado para que las heridas cicatricen bien.
Desde que tengo uso de razón los problemas territoriales, que suelen
tener un alto componente emocional, se ha solucionado con dinero y
concesiones para los territorio en cuestión ¿Alguien no se había
dado cuenta de que algún día no habría más que dar? ¿Que al ser
igualados todos como comunidades autónomas habría algunas que se
sentirían agraviadas?
Pues bien, muchas gracias
a todos, hemos conseguido ser incapaces de mostrarnos unidos cuando
más lo necesitamos. No se que proyecto de país vamos a hacer en el
futuro si somos incapaces de convivir juntos.
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