miércoles, 26 de abril de 2017

Apuntes sobre el avance del padrón

Según el avance del Padrón Castilla y León es la comunidad autónoma que más población pierde. No me sorprende que esté entre ellas, vamos que tradicionalmente la cosa siempre ha sido pierden las comunidades autónomas con más peso del sector primario (a excepción de Andalucía): Galicia, Castilla y León, Extremadura y Castilla La Mancha, y ganan las que tienen más peso del sector servicios: Madrid, la Costa Mediterránea, así como Andalucía. Con la destrucción de la industria Asturias entró en el equipo de los primeros. Así fundamentalmente, luego hay otro tipo de comunidades, que francamente se escapan más a la dinámica tradicional y tienen altibajos y habría que estudiar el por qué. Al final, se podría concluir que pierde las comunidades rurales y ganan las ubanizadas o que pierde el centro y gana la costa y Madrid.

Me parece bien simplificar todo, pero me gustaría que por una vez los medios de comunicación analizaran las cosas huyendo de los limites administrativos. Por ejemplo, centrándonos en la provincia de Valladolid (que conozco algo más porque soy de aquí y sobre la que algún día me lanzaré a interpretar los datos demográficos si es que termino de hacer las gráficas), he visto alarmismo sobre que la ciudad pierde habitantes, puede ser que eso afecte a la distribución de concejales o a la hacienda local, pero desde el punto de vista demográfico quiero saber si esos habitantes los recogen los municipios colindantes (que a falta de confirmar, es imposible que compensen la pérdida), porque de ser así no me parece como para echarse la mano a la cabeza, debemos entender que las ciudades por lo mucho que han crecido y los lazos con el periurbano deben ser gestionadas de forma diferente (claro, que falta legislación al respecto), ya están avanzando en la CUVA, aunque cada vez me parece más un cajón de Sastre donde van a acabar entrando los municipios de media provincia, algunos municipios de dinámica rural han visto ahí su “salvación”.

Lo interesante será ver si se confirma la tendencia de otros municipios con relación directa con la capital pero con una cierta entidad como “pueblo”, es decir que no son ciudades dormitorio aunque hay importantes movimientos diarios hacia la ciudad. Hablo de municipios como Tudela de Duero o Cigales que empezaban a perder población en el último dato del padrón, y se trataría de confirmar la tendencia porque ahí sí que introduciría una dinámica nueva en nuestra provincia, ya que hasta ahora había tres fundamentales, dentro de la pérdida generalizada de población, por supuesto:

  • la capital perdía (y envejecía) y crecía el periurbano (y rejuvenecía)
  • Los centros de servicios se mantenían a costa de los pueblos de alrededor (envejecimiento, despoblación, baja tasa de fecundidad, de fertilidad, de feminidad... Prometo, que si termino de hacer gráficas algún día me lanzaré a hacer su interpretación).
  • Centros de servicios más alejados de la ciudad y de dinámica más “rural” perdían


Es decir, entiendo que el Padrón no va a cambiar nada de estas tres tendencias, tampoco hemos hecho nada para que así sea, y desde luego aunque empecemos ahora la efectividad se verá a largo plazo, pero podemos tener otro problema si no actuamos en esos núcleos del alfoz que empiezan a perder habitantes.  

martes, 25 de abril de 2017

¿Es el turísmo rural una alternativa?

Este fín de semana he tenido algún que otro debate sobre temas “relativamente” interesantes, quizás el que me ha llamado más la atención es uno que tuve con un conocido, con el que me encontré el 23 de Abril en Villalar, sobre la necesidad de potenciar el turismo rural. Yo, que sin ser fan de esta modalidad turística para dinamizar el medio la otorgo cierta efectividad, defendí que debido a la experiencia previa y la diversidad dentro del mundo rural hay que analizar muy cuidadosamente cuales van a ser las acciones de futuro.

No obstante, y antes de entrar a analizar la historia y las características de esta modalidad de turismo, me parece interesante realizar una definición. En cierto modo y atendiendo a la definición de turista, es decir cualquier persona que se mueve de su domicilio habitual a otro lugar y realiza al menos una pernoctación, está claro que el alojamiento es un eje básico del turismo rural, de ahí que rápidamente lo asociemos a las casas rurales. Pero el turismo rural, consiste, no solo en el alojamiento, sino en la realización de actividades en un espacio diferente al urbano, tratándose de actividades que en las ciudades, donde se concentra la mayoría de la población, no se pueden realizar, lo que lo hace mucho más llamativo. Así pues, y teniendo en cuenta esto, hay definiciones variadas, pero a mí la que más me ha llamado la atención ha sido: “todas las actividades lúdicas o turísticas desarrolladas por los agricultores para la acogida, el alojamiento o la distracción de huéspedes que a menudo tienen un origen urbano”. Digo que me ha llamado la atención, por la sencilla razón de los agentes que en ella se señala como autores del desarrollo de esta tipología turística son los agricultores, y no dudo de que en principio tuvieran una relación directa con el sector primario, pero en la actualidad no solo son agricultores, también lo son empresarios de las ciudades, ya que han visto en esta actividad un medio de generar dinero en sus bolsillos cuando debería ser exclusivamente un apoyo a las rentas agrarias del medio rural. Así pues, yo entiendo que el turismo rural sería el conjunto de actividades realizadas por personas en las áreas rurales, que desplazándose y viviendo en ellas durante más de un día contribuyen a la dinamización del espacio en cuestión. Y lo dinamizan de muchas formas:, alquilando casas y habitaciones, pero también realizando actividades agrarias que acercan a las personas de hábitos urbanos al sector primario del que se encuentran aislados en las ciudades, venta de productos, y consumo de cultura, autóctona, degustación de comidas en establecimientos de la zona, además de actividades de aventura en ambientes naturales… Todo esto llama la atención de una población que, debido a los efectos espaciales del modelo económico y productivo se concentra cada vez más en las áreas urbanas y se alejan de las zonas rurales, las cuales, por su diferencia con respecto a la vida en la ciudad, su cercanía a la tradición y la naturaleza y sus paisajes fascinantes, se convierten en un atractivo turístico para un tipo de turista de formación media alta, que no se conforma solo con tostarse al sol en la playa y busca otras alternativas para disfrutar de sus vacaciones.

No obstantes, cabe preguntarse ¿en qué lugares se desarrolla este turismo? Está claro que en el medio rural, pero ¿Qué es el medio rural? Se dice que espacio rural es todo lo que no es espacio urbano, pero obviamente esta es una definición demasiado ambigua que no me convence ni a mí ni creo que convenza a nadie. Otra definición sería caracterizar el espacio rural por el número de habitantes, es decir entender los espacios rurales como aquellos que tengan menos de 2000 habitantes, y desde mi punto de vista, la delimitación es demasiado estricta ¿Por qué no 3000? De he hecho a aspectos prácticos las casas rurales se pueden construir en lugares con más habitantes, además, no es lo mismo los espacios rurales que se encuentran en España que los que encontramos en Francia, de hecho dentro de España no es lo mismo los espacios de Castilla y León que los de Andalucía que poseen una estructura mucho más concentrada, con municipios de mayor número de habitantes. Atendiendo a lo mencionado queda claro que la definición de espacio rural es muy compleja, para mí sería “aquel territorio donde se desarrollan las actividades agrarias fundamentalmente como base económica y está constituido por paisajes agrícolas, de pastoreo y forestal” ¿Por qué opto por esta definición? Pues por la sencilla razón de que me parece claro que es en los espacios rurales donde se desarrolla mayoritariamente la agricultura, por lo menos, en el primer mundo, independientemente del número de habitantes (un criterio secundario), que lógicamente, sobre todo en nuestro país, debido a la tecnificación del sector agrario y el excedente de mano de obra que eso ha generado, ha hecho que la población tenga que irse del pueblo y la ciudad.

Una vez aclarados los conceptos de espacio rural y turismo rural, hay que preguntarse ¿Cómo se ha llegado a la situación actual? Desde luego en lo que a turismo rural se refiere hay un punto de inflexión en nuestro país, que son los años 80. Lo cierto es, que antes de los años 60 las actividades de ocio rural se dedicaban exclusivamente al alojamiento, de forma puntual en toda Europa, en zonas de montaña unidos al alpinismo y al montañismo, pero durante esta década se expande por el Benelux, Italia y Francia.

Pero como he dicho la década de los 80 es un punto importantísimo en nuestro país, ya que la entrada en la Unión Europea y la consecuente aplicación de las políticas agrarias comunitarias genera un potente éxodo rural, debido a la tecnificación del campo, que ya había empezado tiempo atrás pero que se aumenta, lo que genera además la necesidad de buscar actividades económicas complementarias con las que conseguir una ayuda importante a la renta, así es como se potencia desde las administraciones el turismo rural, fomentando la creación de alojamientos, a la vez que la venta de productos de la zona, es decir de “productos naturales”. Se produjo además, un incremento de las plazas destinadas al turismo rural durante el boom inmibiliario, debido a una mayor variedad socioeconómica de los demandantes y a las ayudas a la construcción de viviendas rurales, lo que produjo cierto descontrol y la entrada de intereses empresariales urbanos. Lógicamente, al estallar la burbuja inmobiliaria este sector también quedó afectado y solo las zonas con un turismo rural más intensivo han podido mantener un nivel de afluencia representativo.

Pero sea como fuere y mirando a largo plazo la pregunta es: ¿Se ha logrado el objetivo? Pues se ha logrado a medias, ya que ha entrado capital foráneo, es decir de fuera del medio rural, con el objetivo de ganar dinero, ya sea con alojamientos rurales o con establecimientos gastronómicos, que deberían comprar los productos del espacio en cuestión, pero que muchas veces los compran a distribuidores que nada tienen que ver con las zonas rurales adonde distribuyen, rompiéndose así otro de los principios de este dinamizador de las zonas rurales.

Aunque hay que señalar que aunque los resultados no sean los esperados, si es verdad que el turismo rural permite mitigar la emigración de las áreas rurales en cierta medida, generar más ingresos que son complementarios, beneficiarse del intercambio cultural entre lo urbano y lo rural, revalorizar los modelos de vida rural y diversificar la economía de estos espacios. Es decir esta modalidad está posibilitando un desarrollo más equilibrado de las zonas marginales. Y esto se ha hecho notar en el aumento de las plazas de alojamiento, ya que son muchas las áreas rurales que apuestan por el turismo rural.

En este sentido de alojamientos rurales España posee una oferta de casas elevadas, aunque con poca diversificación, eso sí Navarra, Asturias, Cataluña y Galicia están más avanzados en este sentido. Por su parte en Europa reina sobre todo el alquiler de habitaciones, pero está evolucionando hacia formas más especializadas.

Lo cierto es que en la actualidad se está denotando un cambio en estas áreas, encaminado hacia unas mejores infraestructuras, y es que, el turista rural, que como ya he dicho es un turista de procedencia urbana y de una formación media alta, que además necesita y quiere disfrutar de unos servicios mínimos, con lo cual las casas y los medios rurales deben estar bien equipados, a la vez, claro está que queremos acercarnos a la “naturaleza”, y lo digo entre comillas porque, lógicamente, para que nosotros podamos disfrutar de ella previamente ha tenido que realizarse acciones de adaptamiento, lo cual es muy legítimo, no seré yo desde la ciudad quien diga a aquellas personas, que están viendo como muere su pueblo, como deben gestionar su medio, al fin y al cabo las ciudades realizan un impacto mayor en el espacio que cualquier medio rural. De todas maneras es curioso ver cómo queremos ir a disfrutar del campo, en un medio relativamente natural y un paisaje agrario, pero a la vez queremos transformarlo y cambiar el paisaje ¿no es una paradoja? Para mí personalmente sí.

Hay que señalar, aunque ya se puede intuir, que hay diferentes tipos, mejor dicho subtipos, de turismo rural, ya que los diferentes espacios rurales, debido a su heterogeneidad han ido buscando sus potencialidades, además muchos de ellas
·       Gastronómico: basado en la comida tradicional de cada área rural.

·       Deportivo: se trata de realizar alguna actividad deportiva en el camino disfrutando del entorno natural y pasar experiencias nuevas y emocionantes, por ejemplo hacer ciclismo.

·       Ecoturismo: disfrute del medio natural que los seres humanos han cambiado para su propio beneficio desde la prehistoria, pero que en lugar de haber sido destruido, el entorno natural es cuidado y aprovechado para las actividades agropecuarias.

·       Aventura: alpinismo, turismo cinegético, buceo marino y lacustre, deslizamiento en los rápidos, son varias las actividades que se pueden practicar en el turismo rural.

·       De salud: cuando se realiza por lo general en balnearios de aguas termales y/o curativas.

·       Turismo religioso: son aquellos desplazamientos hacia santuarios localizados en poblados rurales donde se celebran fiestas religiosas.

·       Enoturismo: dedicado a potenciar y gestionar la riqueza vitivinícola de una determinada zona.

También, dependiendo de las zonas, se puede hablar de:

·       Turismo rural esporádico: donde la frecuentación de turismo es breve e irregular, como lo serían en zonas rurales periféricas: Castilla La Mancha, Castilla y León y Extremadura.

·       Turismo rural intensivo: se nutre de los desplazamientos de fin de semana o vacaciones cortas, gracias a la proximidad, de las grandes ciudades: Barcelona con los Pirineos o Madrid con la Sierra…En prácticamente la mayoría de los casos en segundas residencias, de hecho la Junta de Castilla y León considera que todos los madrileños hacen pernoctación en la sierra de Guadarrama.

·       Turismo plural: los agricultores se decantan por la pluralidad de los servicios (rutas a caballo, rafting, senderismo…), se trataría ya de un grupo que ha abandonado totalmente las actividades agrícolas: Francia e Inglaterra.

·       Granjas escuelas: se trata de reemplazar la producción ganadera por las granjas escuelas: Francia, Alemania, Inglaterra y Países Bajos.

Me gustaría señalar también la importancia de las mujeres en esta modalidad turística, y es que gracias a la implantación de esta nueva actividad como estrategia de diversificación de rentas en la explotación, las mujeres han encontrado su nicho profesional en estos espacios. Ejercen su papel de acogida a los turistas en las casas rurales y promueven la revalorización de la cultura y el paisaje, pues han sido las que más han apostado por una “venta” del medio rural para el consumo urbano. Aunque, lo cierto es que esta ocupación no se entiende como un trabajo “real” porque los ingresos son bajos en el conjunto de la renta familiar y porque las mujeres no obtienen un salario sino ingresos irregulares.

En conclusión el turismo rural es un turismo más exigente, que surgió debido a las aplicaciones de las políticas agrarias comunitarias que provocaron que el medio rural tuviera que buscar otras actividades para la supervivencia, Su auge  se entiende dentro de una sociedad cada vez más urbana y alejada de los espacios rurales, pero que debido a su formación cada vez más elevada poseen una conciencia más ecologista y la capacidad de bien de consumo de la naturaleza.


martes, 11 de abril de 2017

La Aconfesionalidad en España


Se me ha atragantado el pollo con arroz de la comida de hoy al escuchar en las noticias que la Xunta de Galicia va a pagar a curas para que ofrezcan sus servicios en hospitales públicos. Debe ser que, como estamos en Semana Santa, a los gobernantes se les sube el catolicismo a la cabeza y se olvidan de que vivimos en un Estado aconfesional, por lo menos en la teoría. 

Pero la realidad es que no somos aconfesionales, y no lo somos desde el momento en el que el estado promociona, y garantiza, un status superior a la Iglesia católica sobre cualquier otra creencia, o no creencia, e institución, cuando lo que se debería hacer es garantizar la accesibilidad al culto de cualquiera, respetando las costumbres siempre que no impliquen la imposición o la ventaja sobre otro. Yo creo en eso, frente a los que creen en la unión del estado con una creencia y los que creen en la “eliminación” de todo lo que tenga que ver con la religión, que puede que fuera lo más “justo”, pero que desde luego no está acorde con la realidad, dónde nuestra sociedad está estrechamente ligada a una tradición judeo-cristiana, y tenemos importantes huellas de ello, y dónde avanzamos, cada vez más hacia un Mundo multicultural, dónde no vale tanto la integración como la interacción, convivencia, y la aceptación de costumbres. Dicho de otra forma, me parece muy bien que alguien en su cuello lleve colgado un crucifijo mientras no me lo quiera poner a mí, o que alguien lleve velo mientras no me lo quiera poner a mí, o hacer que desde las administraciones públicas se promocione el significado de esos símbolos.

Dicho lo cual, y volviendo a la noticia, esta me ha recordado a una anécdota del colegio, que con el tiempo me ha molestado y me ha hecho que pensar. Recuerdo que, durante un tiempo, era la única persona de mi promoción que no asistía a la asignatura de Religión, lo cual aceptaba, pero con los años me molestó el hecho de que yo tuviera que desplazarme a otra clase, es decir, que tuviera que salir de clase. Me parecía que, dentro de lo incoherente de la promoción de una creencia religiosa en la escuela pública, la acción de tener que salir del aula me pareció excesivo. Es una anécdota, no le doy más valor, peor fue cuando en una clase de educación infantil (colegio público) la profesora nos hacía rezar al empezar, allá por el año 90, en conocimiento de toda la comunidad educativa, que poco hicieron  para evitarlo, al fin y al cabo solo lo prohibía la legalidad. Y ojo, yo no soy de aquellos que quieren que la religión desaparezca de las aulas, aunque sí que creo que se debe transformar la asignatura, es decir, que se convierta en un estudio de todas las religiones dónde se muestren los impactos (tanto positivos, como negativos) que han tenido en la sociedad, porque nos guste, o no, somos hijos de esa herencia cultural y es necesario para comprender la realidad actual.


¿Qué estoy intentando decir con esto? Pues que no nos lo pongan tan difícil, que respeten un poco las formas y la diversidad de creencias. Personalmente me da igual que un grupo de encapuchados celebren paseando “la flagelación” a su mesías o que haya que santificar las fiestas de los municipios con misas, pero no creo que haga falta que los cargos públicos estén ahí o vayan detrás de la virgen, aun así esto no es algo que me moleste especialmente y creo que aquí, desde la izquierda, se puede ser flexible, porque hay que entender la realidad. Lo que si que me molesta de verdad es la promoción, el pago, o el trato de favor a la iglesia católica: la exención del IBI de las Iglesias, el adoctrinamiento en las escuelas públicas, el pago de locales (privados) para que den misas, el arreglo de iglesias con dinero público sin discutir la propiedad de uso o el pago a curas para que vayan a dar misa a instituciones públicas… De verdad, creo que no pedimos tanto. 

domingo, 9 de abril de 2017

¿Qué le ha pasado al PCE?


Este domingo se han cumplido 40 años de la legalización del Partido Comunista de España. Quizás habría que analizar esa “anécdota” para entender, en parte, la progresiva “erosión”, tanto activista como electoral, de la que fue la principal trinchera de la lucha antifranquista.

Pese a que pueda verse la legalización del PCE como una gran azaña, al final, y pensándolo mucho, creo que fue la escenificación de lo ocurrido en la  Transición. Es decir, el régimen franquista se reinventaba, no cambiaba las estructuras de poder y restauraba la monarquía d que el pueblo había “abolido” décadas antes. Y en todo esto, y para legitimarlo, necesitaban un pacto entre las partes, un pacto que se realizaba de forma desigual, pues la oligarquía franquista iba a caballo y los comunistas no tenían ni lanza, y lógicamente eso se notó y cristalizó en aquel momento en que Carrillo aceptó bandera, monarquía y hubiera aceptado todo lo que le hubieran puesto por delante…

No quiero decir que la Transición no se tuviera que hacer, probablemente era la única forma de avanzar algo, pero desde luego que un PCE de perfil bajo y a la defensiva no era lo que se necesitaba.
Aun así, el PCE ha dado grandes intelectuales, ha generado grandes debates, a pesar de la rigidez de su estructura interna y, no cabe duda, que durante años, en los años de la ofensiva neoliberal, ha sido, por coherencia, por ejemplo, por historia,  el principal núcleo de resistencia. Quizás por ello, durante una parte de mi vida lo tuve como principal referencia, a pesar de que no me gustara la estructura organizativa y su estrategia discursiva, porque aunque creo en la “lucha de clases” también pienso que esa retórica es más propia del siglo pasado. Que le vamos a hacer, soy de los que opinan que la izquierda o es populista o no tiene posibilidad de salir de la “marginalidad”. Pero bueno, lo cierto es que no pienso igual que hace 10 años, ni siquiera que hace 2. 

De todas formas, y con todas las pegas que pueda ponerle, todavía me estremezco al leer historias de la lucha antifranquista o al escuchar la internacional, cuya letra aprendí de tantas veces que he escuchado cantarla a mi padre, leo líneas del Manifiesto y solo hago que asentir... y a pesar de eso, ya no sería mi principal opción política…

miércoles, 5 de abril de 2017

La Prensa haciendo de las suyas

Hoy, al levantarnos, nos hemos encontrado con una noticia que ha sacudido España: Ramón Espinar ha sido fotografiado con dos latas de coca cola en el Senado. Así, en plan robado en la playa para la revista “Hola”. Desde luego no voy a defender a Espinar, una persona que creo que no debía estar en el puesto en el que está porque, para mí, resta y crea controversia innecesaria. Ahora bien, este asunto de las coca colas no es más que una anécdota, algo contradictoria  después de pedir la retirada de esta bebida del Senado por solidaridad con los trabajadores … pero bueno, yo tampoco soy capaz de dejar la Coca Cola, así que no le condenaré al fuego eterno por esto.

Pero lo llamativo de todo esto es el trato de la Prensa Española, o de un sector de esta, a esta información que no llega ni a la categoría de noticia, la cual le ha dedicado tantas páginas en periódicos y minutos en la televisión como a la pseudodimisión del presidente de Murcia. Una vez más, la prensa española elevando “niñerías” que tienen que ver con PODEMOS al rango de casos de corrupción. De esta forma desprestigian al partido de los círculos y trivializan la corrupción en los partidos tradicionales.

Sería lógico decir que los españoles no nos merecemos unos medios de comunicación así, pero ,siendo una persona que cada vez cree menos en la gente no lo digo porque tengo claro que es lo que nos merecemos. Tenemos una prensa servil, “amoral”, partidista y desinformadora… Sin duda, porque el sistema está así montado, es decir, tu pasas por el aro y tienes acceso a la financiación. Así de complicado lo tienen los medios alternativos. El ejemplo más claro de esto fue cuando el presidente del gobierno les humilló apareciendo en rueda de prensa en un plasma… No se movió en señal de protesta nadie.


domingo, 2 de abril de 2017

La importancia del concepto de Soberanía

La devaluación de una democracia se muestra por la falta de poder de decisión de sus miembros. Entre tanta globalización y tratados internacionales hemos ido progresivamente acotando la capacidad de hacer política de los parlamentos. Todo esto, por la creencia de que el crecimiento sostenido era lo que traería prosperidad, algo que, a la larga, se ha visto que no y ha pillado a la socialdemocracia, y a gran parte de los movimientos a su izquierda, con el pie cambiado. De hecho, algo curioso, en ese marco de internacionalización económica y de cesión de gobernanza por parte de los estados, ha sido la pérdida de fuerza electoral y de movilización de los movimientos de izquierda, sobreviviendo solo, y es para tenerlo en cuenta, aquellos que unían sus reclamos progresistas a una identidad nacional.

Que nadie se confunda, no me voy a hacer nacionalista de momento, aunque sí que creo en la necesidad de recuperar un cierto discurso de identidad por parte de las izquierdas, porque al final, y aunque creo en el discurso de clase, la gente no se siente tan reconocido en este como en el de elementos que están culturalmente aceptados.

Pero, y aunque esté relacionado con el nacionalismo, lo que me interesa fundamentalmente es el concepto de soberanía. Entiendo la soberanía como la capacidad de un colectivo de gestionar su entorno, su vida, su futuro. Para mí eso es soberanía, pero si me hubieran preguntado hace 5 años hubiera dicho que es la capacidad del estado de gestionar su territorio, porque siempre había considerado al estado como la el ente legítimo para dirigir un país, por lo menos siempre que este tuviera mecanismos democráticos (lo sé, era muy “Nazi”, pero es que quería que el estado fuera dueño de todo XD). El problema viene cuando no los tiene o cuando estos son muy pobres. Así pues, poco a poco he ido desconfiando del estado, y confiando más en la gente, al entender que la soberanía reside en los colectivos y no en las instituciones, a cuyo mando pueden tener gente con los que me resulta imposible estar identificado. Otra cosa es que entienda, que en el momento actual para recuperar soberanía la gente común debe participar en esas instituciones ¿Paradójico verdad?


Ya he hablado varias veces en este blog de la necesidad de que la izquierda cambie el discurso, de hecho yo soy de esos que ya la etiquete izquierda-derecha me molesta un poco, aunque me identifico claramente con la primera. Uno de esos conceptos sobre los que debemos articular un discurso progresista es sobre la recuperación de soberanía, la recuperación de democracia, la recuperación de nuestra capacidad de decisión… nada más revolucionario que eso, y más tangible…. Por cierto, si no lo hace la izquierda lo hará la derecha, nosotros veremos si no queremos disputar un concepto tan valioso.