jueves, 31 de agosto de 2017

Y en esto llegó Septiembre

Desde que era pequeño he vivido en mi entorno una extraña atracción hacia el mes de Septiembre. Lo que en otros lugares era un mes maldito, pues se acababa el verano, en Tordesillas era (y es) algo parecido a “La traca final”, la última gran fiesta antes del largo y “aburrido” Otoño en el  que mi pueblo pierde esa vitalidad veraniega. Al fin y al cabo, como bien decía la letra de una canción que adaptaron: “Si algún dia Tordesillas, De tu lado me tuviese que ir. Yo te juro que en Septiembre volvería para ser feliz”. 

Las fiestas de los pueblos son un fenómeno social que hace aflorar en la gente un sentimiento de fervor patriótico irracional, el famoso “las fiestas de mi pueblo las mejores” . He visitado muchas fiestas de municipios, y las he disfrutado de múltiples maneras, pero como las de Tordesillas llegado el mes de Septiembre ninguna, y eso que no soy de los que digan “Este es el mejor lugar del mundo”, creo que cada sitio tiene su encanto, pero oye, para mí las fiestas de mi pueblo, las mejores. Y a lo largo de los años creo haber entendido el por qué. 

Cuando era pequeño mi ilusión era ir acompañado de la mano de mis abuelos a ver las corridas de toros (si, de pequeño me gustaban ¿algún problema?) o los encierros rodeado de mis tíos. Luego me quedaba en la casa de “los yayos” donde iban pasando mis primos mayores y demás familia para al final quedarnos a cenar un amplio numero de personas, al fin y al cabo esa siempre fue la casa de reunión familiar.  Quizás es muy sencillo y algunos pensarán que es una bobada, pero me gustaba y recuerdo aquellos días con gran felicidad.

Llegaron los años de empezar a salir con los amigos y poco a poco ibas descubriendo cosas nuevas: las tardes en los coches de choque, correr los faroles infantiles (y ganarlos), los días deambulando sin rumo... y cada año descubrías cosas nuevas y empezabas a negociar el horario nocturno con tus padres (bueno eso los demás, mi padre como  buen comunista ortodoxo no negocia). Y así corres por primera vez el desfile de faroles, las dianas y pasas las horas muertas en el cuarto sin hacer nada... Ahora miro para atrás y hecho esas cosas de menos. 

Y llegamos a hasta el día de hoy, dónde tengo claro que las fiestas ya no se basan en tiempo con la familia, ni en descubrimientos... sino el hecho de estar con los amigos, con esos que empecé a salir en mi adolescencia y que quedábamos un viernes y un sábado detrás de otro sin bajar de la cifra de 15 personas. Hoy viernes y sábados esa cifra se ha reducido bastante (nuevas responsabilidades, parejas, nuevos amigos...). Es por ello que disfrutas esos días de otra forma. Como hace poco dijo un amigo mío: “Estos días son importantes porque rara vez nos podemos juntar ya todos”. Muchos hacen un esfuerzo por estar aunque sea el fin de semana, y  es por ello que ahora lo prioritario ya no es disfrutar tanto la noche como  sentarse a comer y echarse unas risas .


Para mí Septiembre es eso, un mes para disfrutar con mis amigos: pasado y presente, es decir, recuerdos y nuevas anécdotas para recordar juntos, viejos y nuevos amigos, ver a gente que no ves en todo el año... Algunos dirán que lo único que buscamos es beber (quizás los mismos que siempre he criticado que no entienden cual es la razón social de un botellón), yo lo niego...  busco estar con los míos: con los que me han tocado (la familia) y con los que he elegido (mis amigos). Sé que no todo el mundo busca eso, pero claro, yo soy una persona para la que uno de los mejores planes del mundo son unas cañas y un grupo de amigos. Es por lo que yo entiendo que las fiestas de Tordesillas son las mejores que existen para mí. 

martes, 29 de agosto de 2017

Un país incapaz de mostrar unidad

Hay una película que vi hace tiempo y que me marcó bastante por lo que me hizo pensar, por las reflexiones constantes que me genera. Se trata de la película Martín (Hache), dónde un chico viene de Argentina a vivir con su padre, que es director de cine, y chocan entre otras cosas en la forma de entender la vida y el mundo. En un momento concreto de la película el padre le dice al hijo que “La Argentina” es una causa perdida. Con el tiempo no he podido evitar pensar que eso se podía extrapolar a España.

Miremos lo que ha pasado con los atentados ocurridos en Barcelona. El señor Puigdemont ofrece una rueda de prensa en Catalán, es su idioma, al fin y al cabo la estaba ofreciendo como presidente de Cataluña, pues bien los patriotas de bandera, de esa España verdadera, decidieron atacarlo por hacerlo, uno piensa que si hubiera hablado en inglés no hubiera pasado nada.

Por otra parte, mientras se estaba intentando organizar una manifestación que diera una imagen de unidad tuvimos que asistir de nuevo a una demostración varonil de “a ver quien la tiene más larga”, como si la confrontación constante hubiera traído alguna vez algo bueno. No era el momento de agitar banderas, ni de silbar al rey, ni de aguantar las constantes pataletas de las CUP... La culpa es nuestra por permitir a los nacionalistas catalanes y al gobierno del estado darse de de cabezazos como ciervos en celo, ahora, cuando se supone que hay algo en lo que deben estar de acuerdo, no saben actuar de otra forma y eso está presente en la sociedad civil. El problema de la identidad existe no hace falta que se le eche más leña al fuego sino intentar buscar una solución conjunta.

Esto al final es la cristalización de la historia de nuestro país: Cuando por fin el pueblo consiguió un gobierno que avanzara por el interés de la mayoría la reacción dio un golpe de estado con posterior guerra civil y dictadura, cuando esta se acabó la Transición dejó un montón de vacíos que con el tiempo se han convertido en frustraciones, y ahora tenemos un país totalmente dividido que es incapaz de mostrar unidad en los momentos más duros.

En mi generación llevamos toda la vida escuchando hablar de la guerra civil y la dictadura, sin haberla vivido, y no hemos sido capaces de hacer justicia con nuestro pasado para que las heridas cicatricen bien. Desde que tengo uso de razón los problemas territoriales, que suelen tener un alto componente emocional, se ha solucionado con dinero y concesiones para los territorio en cuestión ¿Alguien no se había dado cuenta de que algún día no habría más que dar? ¿Que al ser igualados todos como comunidades autónomas habría algunas que se sentirían agraviadas?


Pues bien, muchas gracias a todos, hemos conseguido ser incapaces de mostrarnos unidos cuando más lo necesitamos. No se que proyecto de país vamos a hacer en el futuro si somos incapaces de convivir juntos.  

lunes, 21 de agosto de 2017

EL DEBATE SOBRE EL TURISMO, UNA OPORTUNIDAD PARA LA REFLEXIÓN EN TORDESILLAS

Durante los meses de verano hemos estado asistiendo a un debate vinculado a la actividad turística que no debe caer en saco roto. Se está centrando en la afluencia masiva de gente en un espacio determinado y sus efectos en el cambio de estos, pasando de lugares residenciales a lugares turísticos, y si bien ambas cosas pueden ser complementarias el hecho de realizar una mala planificación turística dónde vecinos y vecinas compitan con los turistas por recursos limitados es lo que ha desembocado en la denominada “turismofobia”.

Pero sería interesante que el debate no se quedara ahí, la actividad turística tiene muchos más puntos para la reflexión. En primer lugar, la utilización en los municipios, como cortina de humo, por parte de las administraciones. Es decir, muchas veces los gobernantes utilizan las actividades turísticas para tapar la gestión de los servicios públicos y de la satisfacción de las necesidades básicas al ciudadano, porque este tipo de actividades son actividades con facilidad para la promoción (periódicos, radio, redes sociales...). Mientras tanto los vecinos y vecinas pensamos aquello de “que de cosas hace este Ayuntamiento”, cuando en realidad no lo necesitamos porque, para la mayoría, hay otras prioridades o debiera haberlas.

En segundo lugar hay que desmitificar aquello de que el turismo genera trabajo, porque es una verdad a medias. El turismo está muy vinculado a la hostelería y a la restauración, sí, y es cierto que estas se ven muy beneficiadas de ello, se mantienen establecimientos y se generan puestos de trabajo. Pero también es cierto que llegados a un punto óptimo esto ya no ocurre (Un ejemplo: ¿Cuantos camareros puede haber detrás de una barra por mucha gente que haya?). En el mismo sentido ¿que puestos de trabajo se crean con el turismo? Es decir, el hecho de que sea una actividad estacional, o concentrada en fines de semana debido a que es cuando suelen tener lugar los eventos (porque es cuando la gente dispone de tiempo libre), hace que no sea necesaria una gran mano de obra más allá de esos días, por lo tanto se generan puestos de trabajo precarios no compatibles con un proyecto de vida a largo plazo.

En nuestro municipio, en Tordesillas, no sufrimos ese impacto de grandes afluencias de turistas que nos obliguen a los vecinos a competir en un mismo espacio con ellos. El mayor malestar que puede generar todo lo relacionado con lo que estamos hablando es a los vecinos del centro del pueblo, ya que es ahí dónde se concentra la mayor parte de los eventos. Pero si que sufrimos las otras dos cuestiones planteadas. Es decir, las buenas cifras de visitantes a nuestro municipo, unidos a la buena organización de las numerosas actividades que hay a lo largo del año para atraer turistas, y también para el ocio de los tordesillanos (algo que es necesario pues permite dinamizar el pueblo y socializar entre los vecinos) no debe impedirnos juzgar la gestión de los servicios básicos. Da la impresión de que no es son tan importantes en nuestra escala de prioridades cosas como la gestión del agua, el gasto en infraestructuras, que se caiga un edificio que debía estar hace tiempo consolidado... como que no suba un encierro un día de las fiestas o el concierto de tal o cual cantante.

Por otra parte, el aumento de eventos que tenemos en Tordesillas, que buscan en gran parte el aumento de visitantes, llega a un punto en que no da más de sí y no va a generar más puestos de trabajo ni que se abran más establecimientos. Por lo tanto, habrá que buscar otra alternativa económica, sin perjuicio de todo lo relacionado con el ocio y el turismo, que consiga absorber toda esa mano de obra que estaba vinculada a la construcción y solventar los problemas económicos de las familias.


La cuestión es ¿dónde buscamos esa alternativa complementaria al turismo y el ocio? Estamos esperando como “agua de Mayo” que nuestro polígono se llene de empresas, pero la realidad es que eso no está ocurriendo y la mayoría son empresas de servicios (requieren pocos trabajadores) que ya estaban implantadas en nuestro municipio. No podemos esperar que eso sea nuestra salvación, más aún cuando la cantidad de suelo industrial libre en Castilla y León es muy alto, debemos buscar un plan B aunque se siga trabajando en la promoción del polígono. Todo esto, desde luego, no es fácil, hay que analizar nuestras potencialidades y localizar nuestras debilidades para poder tener un proyecto de futuro, y es un proceso difícil y que se une a otros debates como son la Ordenación Territorial o el debate sobre la despoblación, es decir, el de gestionar de manera más eficiente los servicios y encontrar alternativas que reviertan la situación de éxodo que está sufriendo las zonas “no urbanas”. Desde luego, no hay fórmulas mágicas, pero no podemos buscar las soluciones en lo que ha fracasado en el pasado o en las actividades que ya no dan más de sí.   

martes, 8 de agosto de 2017

PP, PSOE, PODEMOS y EL DERECHO A DECIDIR

El debate territorial suscitado a raíz del desafío soberanista catalán es, sin lugar a duda, la prueba más visible de la crisis de régimen que tenemos en nuestro país, y a la vez, el punto más importante de fricción entre PSOE y PODEMOS, que hace imposible, cualquier acuerdo para formar gobierno entre ambas formaciones. Desde cualquier análisis, y comparación con otros países como puede ser Portugal, este punto debe siempre estar sobre la mesa, y es que, la realidad (plurinacional, de identidades, territorial... como prefiramos llamarla) hace imposible un acuerdo entre un partido que apuesta por la defensa del orden constitucional actual y otro que apuesta por un cambio de este. Se trata de una realidad que no existe en otros países, por lo que es más fácil el acercamiento entre “las izquierdas”.

Tanto PP como PSOE quieren que nada cambie, a pesar del ruido que llega desde Cataluña. Unos con un inmovilismo, que aunque irresponsable, electoralmente les viene muy bien, y otros articulando una serie de propuestas basadas en un poco más de autonomía, pero que ya no tienen cabida en el momento actual, porque el debate ya no es ese. El debate, ahora, se centra en derecho a decidir, es decir en democracia, o no. Por ello las propuestas del PSOE no funcionan, o tienen difícil calado, y al final se les asocia más con fórmulas parecidas a las del Partido Popular.

PODEMOS, por su parte, sí que ha sabido dar una respuesta, basada en la participación del ciudadano, como es un referéndum pactado con el estado, y, si es necesario, modificar la constitución para facilitarlo. De hecho, solo así, este podría tener garantías de fiabilidad, ya que en el caso que saliera sí a la independencia, solo el reconocimiento de la comunidad internacional da a otro país el status de estado. Además, esto juega a favor, electoralmente, del partido morado, pues puede, en Cataluña, ser visto como la herramienta útil para tender puentes entre Barcelona y Madrid.


Es normal, que partidos como PP y PSOE no reconozcan el derecho a que la gente vote en Cataluña. Un resultado que no entre en las expectativas, creo que de nadie, como sería el sí a la independencia, valdría para abrir la caja de los truenos y probablemente avanzar hacia otro proceso constituyente. 

domingo, 6 de agosto de 2017

Las minorías en Juego de Tronos

No soy muy de comentar el mundo audiovisual, más que nada porque reconozco mi nula capacidad analítica al respecto. Sí que se que me gustan mucho las películas con temática histórica y las de denuncia social. Además, por descontado, que ese frikismo innato que tengo me hace ser un loco de las películas de Marvel y de Star Wars. Y tengo clara que mi película preferida es Novecento, no la he visto muchas veces, 3 o 4 (las que me quedarán de verla), solo o con amigos mientras la comentábamos, pero es la que más me ha gustado. Como veis tengo un amplio abanico de temáticas al respecto, no se si eso es porque consumo cine de forma poco crítica.

Pero hoy no quiero hablar de cine, quiero hablar de una serie que se ha convertido en fenómeno de masas, como es Juego de Tronos (y no, no me he leído los libros ni me los voy a leer, tengo una lista amplia de recomendaciones que hace imposible nuevos proyectos al respecto en unos años).

Me he convertio en fan de Juego de Tronos, sí. Me interesa mucho como se ha convertido en algo que ha sobrepasado el mundo del frikismo y se ha convertido en un fenómeno transversal, que hace que puedas comentarla con cualquier persona. Es una serie diferente, compleja, dónde no hay buenos y malos, porque todos tienen su cuota de protagonismo, su propia personalidad, la cual va evolucionando a lo largo de toda la serie (sensacional el caso de Jamie Lanister, dónde tras una experiencia traumática ves como empieza a tener contradicciones internas que le hacen tener una lucha constante consigo mismo) y todos tienen sus razones igualmente válidas para hacer lo que hacen.

Es cierto que trata muy bien la lucha por el poder, dónde cada uno lo ejerce de una forma y se ve claramente como dependiendo de un momento y un lugar el poder se sustenta sobre diferentes cosas, pero lo que más me gusta es como trata temas relacionados con las minorías: problemas físicos, homosexualidad, el racismo o feminismo, además, muchos de ellos desde diferentes puntos de vista culturales y sociales.

Tyrion, Bran, Jamie o incluso Ser Davos, son personajes cuyas dificultades físicas les generan problemas para moverse en la sociedad. Pero nadie podrá dudar que han desarrollado cualidades que les hacen ser indispensables. En el caso de Tyrion además es sorprendente, creo que es uno de los personajes con mejor visión y capacidad crítica de la serie, sería un auténtico maestro de las Ciencias Sociales.

El tema de la homosexualidad es un tema que cobra cierta importancia en determinados momentos de la trama. Loras Tyrrel, Randly Baratheon y Asha Greyjoy, son quienes, desde percepciones culturales, muy diferentes exponen este tema. Frente a los primeros que lo deben llevar con “secreto” debido a esa moral, muy vinculada a la religión y al orden de su sociedad (de hecho cuando la religión aparece en escena se producen situaciones traumáticas), Asha lo trata con especial naturalidad, dado que parece aceptado por los suyos, quizás desde un punto poco ético, ,incluso heteropatriarcal, porque al final es una hija del hierro, y los hijos del hierro saquean y violan.

Hay también aspectos de racismo que se ven en el trato con el Pueblo Libre, son tratados como los de fuera, son demonizados, los intrusos (incluso se construyen muros para que no perturben la paz de los 7 reinos). Dentro de este grupo hay un personaje que me fascina, como es Ygritte, porque es el personaje que hace que Jon Nieve se replantee muchas de las cosas que el creía, que le genera reflexiones internas, que le muestra como muchos de las costumbres que tiene son un poco absurdas, y que le hace ver que el Pueblo Libre no es el enemigo, es como una especie de profesora que le ayuda a ser mejor.

Por último está el tema del feminismo, creo que es lo más vistoso de todo lo que he señalado. Desde Daenerys a Arya, pasando por Cercei, Brienne de Tarth, Asha o, incluso, Sansa (que a base de palos dejó de ser sumisa). Todas ellas ejercen esa liberación y empoderamiento femenino de forma diferente, en función de las circunstancias. Es cierto que el caso de Daenerys es el que más nos gusta, al fin y al cabo es la que defiende su legitimidad al trono con un discurso y unas acciones más “justas” (desde un punto de vista progresista). Pero, a mí me gusta Cercei, frente a una Daenerys que gobierna para el pueblo (lo que ella considera pueblo que son los más pobres), Cercei piensa en los suyos, su gente, que se reduce a sus hijos fundamentalmente, el problema de Cercei es que no tiene empatía por nadie más (mucho menos por el pueblo), pero no cabe duda que es temida por muchos debido a su posición dentro de un mundo de hombres. Es una de mis debilidades, quizás por las veces que he oído criticarla, y porque me encanta esa forma de hacer lo que sea por quien le importa.


Todo esto es lo que más me fascina de Juego de Tronos, y que se esconde tras un argumento principal que es “el poder”, y por cuya pugna, dependiendo de las circunstancias, se ejercen liderazgos diferentes, y lo que no son liderazgos. Por ejemplo, frente al orden y lo establecido, que es la casa Lanister, nos encontramos con alguien que debe su ascenso a la gente y al pueblo que es Daenerys, que confian en ella. Y siendo algo malo, solo diré, que al final Daenerys no representa tanta diferencia a los Lanister (aunque ojalá Daenerys fuera reina XD) pues ambos quieren el poder para no cambiar las relaciones sociales existentes... por contra tenemos al Pueblo Libre que son los que se estructuran de otra forma y lo único que quieren es sobrevivir... pero eso ya es otro debate....