jueves, 26 de mayo de 2016

Venezuela, provincia de España

¿De verdad puede haber algo más ridículo que el espectáculo que se está viviendo en torno a Venezuela? Parece que no hay nada más en el mundo. Ya ha salido más veces en televisión española que Teruel o Soria. No sabía que todavía teníamos colonias en Ultramar.

Albert Rivera, representante de la cuarta fuerza en las últimas elecciones, en un fervor de preocupación por los derechos humanos ha acudido a Venezuela, no a Arabia Saudí o Marruecos, a reunirse con la oposición, y los medios han tratado la noticia como si no hubiera nada más. Joder, la gente muriéndose a las puertas de Europa, Francia pendiente de un 15M y nosotros mirando al otro lado del atlántico.

Diría muy poco de aquella persona que no fuera capaz de ver la intención del “naranjito” y los medios de comunicación. Demasiado descarado un viaje así, y ese autobombo, a las puertas de unas elecciones generales.

¿De verdad no vemos la manipulación que estamos sufriendo? No digo que los venezolanos lo estén pasando mal, pero ese teatro que hay montado, esas lágrimas de Albert Rivera por los pobres venezolanos (a los desahuciados y pobres españoles que les den)… Eso es teatro, y malo. No me fío de los políticos que lloran (tampoco me creí las lágrimas de Iglesias abrazando a Julio Anguita, ¡ni que fuera yo! XD), de hecho todavía me acuerdo de la ministra italiana que lloraba mientras aprobaba un decreto recortando todo lo recortable.

Creo que es demasiado absurdo los métodos que se están utilizando para atacar a PODEMOS, y demasiado ineficaces también. Pero, para mí, lo más vergonzoso es la confabulación de los medios en este show. Ya sé que no son independientes, y que los periodistas tampoco, quien paga manda. Pero, ¿Este trato a noticias sobre Venezuela cuando la muerte y la miseria llaman a las puertas de Europa? Por favor, es insultante.


Si de verdad quieren tratar los derechos humanos, no hace falta que cojan un avión, con ir a un desahucio tienen bastante.

lunes, 23 de mayo de 2016

Sopa de siglas, el mal menor

Que quede claro que no me planteo otra cosa que no sea votar Unidos Podemos, porque ya tomé la decisión en su momento y porque como dice Anguita: el momento es ahora. Eso sí, sobre el senado, y aún sabiendo que es necesario para impulsar una reforma constitucional, no prometo nada.  

Si bien estoy ilusionado con la posibilidad de que por primera vez haya una candidatura de izquierdas que sale a ganar, y eso prima sobre cualquier otra cosa. Por convicciones no puedo apoyar como se ha conformado la candidatura: despachos, siglas y sillones.

 Lo siento, no me van esas cosas y como dice el refrán “para este viaje no hacían falta alforjas”. ¿Qué quiero decir? Pues que fueron muchos los reclamos de mayor participación ciudadana en política y mayor democracia interna para que ahora se haga esto.

No soy tan ingenuo como para querer que las candidaturas se conformen con una horizontalidad máxima, más ahora que no hay tiempo y es lógico que se tengan que hacer así (quiero pensar que es lo lógico), aunque remarco que a mí no me gusta, pero ¿de verdad tiene que ser todo a base de consensuar puestos entre partidos políticos, casi sin hablar de nombres, solo siglas?. Lo siento, me parece muy lamentable.

No he sido nunca una persona que haya defendido las primarias, que cada partido lo haga como considere, cualquier método es bueno mientras les funcione. Ahora bien ¿sentirme representado por una lista donde se ha contado, poco o nada, con la gente? No, gracias, eso está muy visto.

Por otra parte, tampoco me gusta tener que votar a un cunero. Pero bueno, visto lo visto, no será lo peor.


Como dije, votaré Unidos Podemos, pero como la llamada “nueva política” se traduzca en estas formas a partir de ahora, como dice la famosa canción de Ska-P “cuando pasen cuatro años, y lleguen las elecciones, va a votar su puta madre”. 

jueves, 19 de mayo de 2016

Sensaciones encontradas

Hoy, en mi municipio ha sido un día intenso. La verdad es que no se puede decir que haya sido un día donde celebrar nada ya que desde fuera ha venido impuesto un cambio en la normativa de espectáculos taurinos que afecta al espectáculo más controvertido de Tordesillas: El torneo del Toro de la Vega.

Digo que ha sido triste no porque a partir de ahora el torneo no acabe en muerte (ya veremos donde acaba el toro, eso sí), lo cual es lo más razonable, sino porque ha sido una decisión impuesta, y a mí las imposiciones no me gustan, prefiero que las cosas lleguen fruto de la reflexión de los afectados. También tengo que decir, y aunque no me resigno a estas cosas, que no sé qué espacio para la reflexión colectiva ha generado la confrontación que ha surgido en torno al torneo. Lo tengo claro, nunca voy a perdonar a quienes han querido borrar la historia de Tordesillas sustituyéndola por lo que ocurre durante un día al año.

Soy tordesillano como el que más, he vivido el espectáculo y lo he defendido hasta que mis convicciones me hicieron caer en contradicción y darme cuenta de que no podía defender esto, aunque en el fondo quería hacerlo, al fin y al cabo es lo que desde pequeño había “mamado”. Aun así siempre he tenido una posición crítica ante aquellos que sin haber pisado Tordesillas se atreven a censurar o a dar lecciones de moralidad o directamente insultar a los tordesillanos. Algo que a mí no se me ocurriría ni aunque todos estuviéramos a favor, ¡JODER! Corridas hay en todas las partes y a nadie vincula a todo Madrid o toda Sevilla con ello.

Por otra parte reconozco que no me ha gustado la reacción de mi municipio, ni mucho menos de la mayor parte de mis representantes a excepción de Tordesillas Toma La Palabra, como ya he dicho en algún post creo que en este tema no han estado a la altura (http://laparadaenelcamino.blogspot.com.es/2015/07/cogemos-el-tren.html) . La verdad es que hay un discurso por ahí en el que se defiende Tordesillas ante los antitaurinos diciendo que Tordesillas es más que un espectáculo al año, pero viendo la rueda de prensa multitudinaria que ha dado el alcalde, frente a otros actos, creo que difícilmente va a triunfar ese discurso cuando no nos lo creemos ni nosotros.

Aunque pienso que lo peor de todo en Tordesillas son esas salidas de tono que circulan por los wasapp o por las redes sociales. Sabiamos que este momento iba a llegar, quizás es el momento de plantearnos estrategias y cambiar algunas cosas, pero pensemos fríamente.


Como conclusión diré que para mucha gente que tiene un pensamiento parecido al mío puede que hoy sea ese gran día de la canción de Serrat, pero no para mí, desde luego no ha sido un buen día. 

lunes, 9 de mayo de 2016

Transporte y Medio Rural: Un tema pendiente

No es la primera vez, ni será la última, que tengo conversaciones con amigos sobre movilidad. Normalmente nos centramos en las ciudades, y concretamente en Valladolid por ser la que todos conocemos, y sobre todo en el uso de la bicicleta, pero hoy, no sé por qué, hemos acabado hablando del uso del transporte público en la provincia, concretamente en el medio rural.

Por cierto, dicho sea de paso, estoy harto de que haya gente que achaque “rural” a todo lo que no es urbano, me parece una división simplista realizada por alguien en una oficina de la torre más alta de Madrid. Lo digo, porque, yo, que soy de Tordesillas soy consciente de que el dinamismo de mi municipio (económico, social o demográfico) poco tiene que ver con municipios vecinos aunque esté claro que no somos una ciudad.

Pero volviendo al tema que estaba tratando, como me dijo una vez un amigo en tono jocoso “no podéis pretender tener un buen sistema de transporte en el medio rural cuando la red de carreteras está pensada para llevar a la gente de esas zonas al mundo urbano”. Joder, si lo pienso tenía más razón que un santo, aunque esa reflexión fuera fruto de algunas copas de más. Miremos el mapa, el modelo radial de carreteras no puede ser más claro ya que conecta todas las ciudades de España con “papi” Madrid, aunque se haya avanzado mucho en revertir esa situación. Mucho más acentuado si hablamos del tren.

También a menor escala se cumple esto, pues, se ha tratado de conectar los pueblos con la ciudad, con su capital, no de cohesionar el medio rural. Puedo entender que el dinamismo del mundo urbano y las fluctuaciones por carretera justifiquen esta acción, ya que económicamente es lo lógico, pero ¿y socialmente?.

Hay que entender que los municipios del medio rural tienen conexiones entre ellos, de familia o de amistades, o incluso de abastecimiento de servicios. Es decir, que desde un punto de “purismo” social, sería lógico que existiera un transporte inter-rural. Alguno se echaría las manos a la cabeza pues dada la forma de poblamiento de Castilla Y León la inversión en este sentido debería ser demasiado alta, supongo que es cuestión de prioridades.

Por supuesto, no hay que negar que sí que existe una conexión de transporte entre pueblos y centros comarcales, pero esta conexión es muy ineficaz, dando servicio a horas en las que no es necesario, incluso cara para la empresa concesionaria lo que hace que tenga que subir billetes o directamente cerrar la línea.

Es decir, como modalidad de transporte, se nos presenta el uso casi exclusivo del coche, con lo que ello supone:

  •  Inaccesibilidad para la mayor parte de la población: Siendo el medio rural una zona especialmente envejecida, muchos de sus individuos no usan el coche (por no haber necesitado nunca carnet o por edad), dependiendo de familiares o de esa proximidad y cercanía entre vecinos para sus desplazamientos.
  • Un hándicap para la juventud: La adolescencia es una etapa en la que necesitamos fuertemente relacionarnos con nuestros iguales, la escasa juventud del mundo rural no posee carnet de conducir y dependen de familiares en sus desplazamientos. Pero además, el hecho de desconocer el transporte público, hará más difícil un uso en la madurez.
  •  La fijación del modelo de transporte privado: un modelo mediambientalmente muy agresivo y económicamente poco rentable para el bolsillo.
  •   Un punto a favor del “éxodo rural”: La necesidad de cercanía a determinados servicios y la ausencia de transporte obliga a gente a tener que emigrar.


La solución a este problema no es sencilla, y desde luego no se puede tratar como algo sectorial, es una ficha más en lo que sería un proceso de reordenación de servicios. Lo que si tengo claro es que la solución pasa por un cambio de prioridades, donde desde las administraciones haya mayor sensibilidad hacia los espacios rurales, siendo incluso conveniente, un proceso de “discriminación positiva”, en la adjudicación de recursos, dado que existe una clara disparidad en el acceso a servicios (y derechos) entre pueblos y ciudades. Mal vamos si queremos solucionar el problema haciendo que los recursos destinados a los municipios más pequeños se vayan al periurbano de las ciudades, donde lógicamente, por mero dinamismo, se ha concentrado la mayor parte de la población.



martes, 3 de mayo de 2016

Las "garrapatas" de ¿La izquierda?

Con todo este debate de “confluencia si” “confluencia no” “confluencia de si pero de aquella manera”… mucha gente se ha quitado la careta. Son a los que les regalo este post, con un título más que claro, para el que he tenido que descartar otras posibilidades como “rastreros”, “acomodados”, “carcas”, “casta”, “lastre”… inclusive “cenizos”.

Se trata de esa gente que está bombardeando, y me da igual las siglas, cualquier tipo de confluencia por su propio interés, o por el interés partidista de su formación. Descarto eso sí de esta clasificación a aquellos que no quieren confluencia porque entienden que fuera de sus “grupúsculos” todo es revisionismo, por llamarlo así, al fin y al cabo siempre habrá una izquierda a la izquierda de la izquierda. No obstante, a estos últimos, les recuerdo una estrofa de los chicos del maíz: “que di que sí, que tú eres el más auténtico, pero ser residual no tiene mérito”.

Para que todo el mundo entienda a qué tipo de personas me estoy refiriendo: Llamazares. Es decir, un tío que ha echado raíces en el escaño desde que Franco era alférez,  que no se va ni con agua caliente y que lo único que hace es intentar bombardear cualquier tipo de unión de la izquierda.

Normalmente son cargos públicos aferrados a su sillón como Gollum a su anillo, que como este harán cualquier cosa por mantenerse aunque saben que ya van sobrando, por lo que ven en una posible confluencia quedarse sin puesto ya que lógicamente la ola se los llevará de calle. Dudo mucho que el problema sea al final las siglas, creo que eso es una excusa con la que movilizar a cierta parte de su militancia (en algunos casos demasiado obediente y acrítica para ser de izquierdas, lo cual es frustrante de ver), pero en el fondo lo que quieren es el puestecito y los privilegios que conlleva. Son gente que utilizan el victimismo: “Mirad la prepotencia del otro” cuando en realidad se mueren de envidia en muchos casos y les gustaría “ser Califa en lugar del Califa”, al fín y al cabo hasta hace dos años con un 7% de intención de voto para la izquierda todos contentos.

Me recuerdan a cuando la derecha reacciona ante cualquier intento de avanzar por parte de la progresía, parece ser que también hay “reaccionarios” en los partidos de izquierda. Gent(-uza) que quiere que todo siga igual, que les importan poco las personas, los parados, los estudiantes, las mujeres maltratadas… porque de no ser así querrían que cualquier tipo de fuerza que luchara por esto tuviera la mayor representación, aunque ellos tuvieran que dar pasos atrás. A tod@s estos les recuerdo una estrofa de Sabina: “Ese tipo que va al club de Golf si lo hubieras visto ayer, dando gritos de Yankees go home, coreando eslogans de Fidel.”


ARRANQUEMOS A ESTA GENTE DE LA POLTRONA DONDE HAN ENRRAIZADO (COMO POR CIERTO HIZO IZQUIERDA UNIDA CON LA CASTA DE MADRID). 

lunes, 2 de mayo de 2016

PUES YO SI QUIERO QUE HAYA CAMPAÑA ¡COÑO!

No sé si decir que me ha sorprendido el debate que se ha levantado sobre el coste de campañas electorales. Francamente, veo mucho “postureo” (aprovechando que las redes sociales han puesto de moda esta palabra) en todo este tema de la repetición de elecciones. Gente que se queja de tener que repetir elecciones, y que si el coste de la campaña, cuando muchos de ellos han votado siempre lo mismo aunque se les escupa en la cara. ¿Saben lo que les digo? Que si no quieren campañas electorales una dictadura es lo suyo. En España tuvimos una, pero económicamente también fue un desastre, un auténtico expolio al pueblo.

El dinero que se va a gastar en la campaña electoral es irrisorio en comparación con lo que se ha malgastado durante cuatro años, en puestos políticos innecesarios, en obras absurdas y en pago de intereses de deuda que no sabemos muy bien de donde sale (aunque lo intuyamos). Centremos nuestras críticas ahí, aunque no salga en los medios de comunicación, que Jorge Javier Vazquez no es tan listo como parece. 

Es lamentable ver como desde los medios de comunicación se dirige el debate hacia la disminución, cuando no eliminación, de la próxima campaña. ¡Qué casualidad! Que los mismos que han realizado pésimas campañas electorales en las últimas convocatorias electorales estén tan interesados en este asunto. Lo que están proponiendo es una estafa tan grande como la del Partido Popular pidiendo que gobernara la lista más votada cuando veía que iba a perder la mayoría absoluta en muchos ayuntamientos. Pero lo peor de todo es la permisividad con que la sociedad permite, y en un gran porcentaje acepta, que esto monopolice el debate actual. ¡Somos ovejas y la televisión nuestro pastor!.  

Analicemos las últimas campañas electorales desde las europeas. El PP y el PSOE han hecho campañas penosas, y en cambio PODEMOS ha sido el gran beneficiario de estas. ¿Qué querrán conseguir eliminando la campaña?

Las campañas electorales son necesarias, permiten conocer propuestas (aunque luego las incumplan), estimulan el voto (y ya sabemos quién gana cuando hay mayor abstención) y, en este caso, muchos tendrán que explicar por qué han actuado así en estos meses. Concretamente tengo ganas de ver como PSOE y Ciudadanos se tiran los trastos a la cabeza, me van a recordar mucho a la canción de Sabina “Y sin embargo”.

Si de verdad están tan indignados por el malgasto, voten en consecuencia el 26J y ya está. No sigan votando a los mismos que lo han estado haciendo hasta ahora. Pero no caigan en la trampa fácil e interesada