lunes, 29 de diciembre de 2014

Meseta Sky, nuestra colaboración a la crisis

Cuando uno analiza los datos de la situación actual, y alejándote de la frialdad de los números ves el rostro humano de la miseria generada por la avaricia del ser humano, es imposible no pensar que hubiera pasado si no se hubiera derrochado tanto dinero.

Yo, que soy de Tordesillas, de tierra de firmes valores católicos por tanto muy caritativa poco solidaria, estaba leyendo el otro día el Norte de Castilla, periódico nada sospechoso de antisistema, y leí mientras me sumía en la tristeza una noticia donde a través de la vida de una serie de personas humanizaba los datos de la pobreza. Es triste leer estas cosas pero es necesario.

 Continúe pasando las hojas y me topé de lleno con la palabra Tordesillas, lógicamente al tratarse de mi pueblo leí la noticia. Se trataba de una noticia en la que se ponía de manifiesto todo el dinero invertido en el proyecto de Meseta Sky, para quienes no lo sepan se trataba de desarrollar en pleno secarral castellano una pista de ski que fue construido en una zona prohibida por la ley de montes (había tenido un incendio unos años atrás, y se trata de que en esta situación no se pueda construir nada en X años, es decir una forma de evitar el cerillazo para urbanizar). Una millonada como os imaginareis, nuestro aeropuerto de Castellón particular. ¿Cómo no pensar en qué hubiera pasado si todos estos proyectos de inversión pública no hubieran sido construidos? Probablemente sería porque hubiéramos apostado por otro modelo económico. Pero lo cierto es que el estado no habría ayudado a inflar la burbuja económica que nos ha quedado con las miserias actuales, y las anteriores que ya existían.


Pero mucho me temo que esto no va a cambiar, pues cuando paseo por las calles de Tordesillas y me resguardo en sus bares a tomar una  cerveza y tener una conversación de barra, veo con sorpresa la defensa de Meseta Ski por parte de la ciudadanía y la criminalización de los ecologistas por hacer cumplir la ley. Aun así lo peor no es el ataque a los movimientos ecologistas es la idea de que un proyecto tan pintoresco iba a traer prosperidad a Tordesillas, un publo situado en pleno centro de Castilla y León y relativamente cerca de lugares con nieve de verdad y pistas adecuadas para su uso. ¿Cómo vamos a cambiar nada con esta mentalidad?

jueves, 25 de diciembre de 2014

Cristo 2.0

Yo, que no siendo cristiano me he interesado por algunas historias sobre las que se ha cimentado el cristianismo en general y el catolicismo en particular, siempre me he preguntado cómo hay católicos capaces de defender posturas de injusticia social mientras defienden a una corrupta iglesia y votan gobiernos que representan los intereses de las élites. Supongo que es porque el ser humano es fascinante, prefiero pensar eso porque de no ser así llegaría a la conclusión de que somos borregos.

Cristo era un revolucionario, una persona que se levantó contra la injusticia y buscaba un futuro mejor para la sociedad. Esa  es la idea sobre la que debería fundamentarse la religión católica. Pero esa idea no sirve, porque choca directamente con los intereses económicos, aunque como todo en este mundo es susceptible de ser mercantilizado. Si Cristo levantara ahora la cabeza sería crucificado por aquellos que dicen difundir su palabra.


No creo en Mesías pero sí creo en ideas, y he de decir que el hijo de dios las tenía, y muy buenas. En el mundo actual hay la suficiente injusticia como para tomar ejemplos como este, pero para rebelarnos juntos, sin esperar a un Mesías, porque es posible que este no sea más que la unión de toda la ciudadanía para solucionar nuestros problemas. Aun así, si hoy, en un país como España naciera Jesús probablemente sería hijo de un obrero de una empresa de carpintería que trabajaba poniendo ventanas en edificios de nueva construcción, pero que con el estallido de la crisis inmobiliaria habría perdido el trabajo con el que sustentar a su familia compuesta por una ama de casa mal atendida y un hijo que vino de penalti y que, aunque quiere, siempre sospechó que podía no ser suyo. Este hijo desde pequeño fue a colegios públicos de barrios marginales, vio como sus padres se esforzaban para sacarlo adelante y se hipotecaron comprandose un piso cuando tuvieron los ahorros suficientes para poder dar una señal,  viviendo antes de alquiler en un pequeño domicilio de una calle llamada Belén. Pues bien, este joven pudo ir a la Universidad gracias a su esfuerzo y a las ayudas económicas del estado  y a lo mejor participó en movimientos estudiantiles, en manifestaciones del no a la Guerra, contra la injusticia del Prestige… Se involucró en el 15M, y fruto de ahí, las circunstancias de tener que ayudar a sus padres que iban a ser desahuciados le empujaron a participar en la PAH y a ser un miembro destacado de ella, convirtiéndose en activista cuando no está trabajando gracias a una beca. Esta situación le ha generado problemas pero  no le ha impidido continuar porque sabe que es posible que exista otra realidad. El problema es que se encuentra de frente con los gobernantes, los cuales, es curioso, suelen ir a Misa los domingos y celebrar por todo lo alto la Navidad, donde se conmemora el nacimiento de una persona, que vaya casualidad, en su momento crucificaron por buscar un mundo mejor. 

lunes, 22 de diciembre de 2014

Las barreras de la felicidad

¿De verdad siendo consciente de los problemas de la humanidad se puede ser feliz? No quiero decir que no se deba disfrutar de la vida, que para eso está, ¿Pero hay de verdad gente que puede obviar esa realidad? Entiendo que los seres humanos luchamos por nuestro propio bienestar de forma individual y nos da igual lo que dejemos por el camino, no es que seamos egoístas es que vivimos en un gran sistema mundial que lo fomenta, sencillamente somos uno más. Todo el mundo occidental está paulatinamente adquiriendo los valores del mundo anglosajón, de la competitividad y de la prosperidad económica y social individual. El calvinismo elevado a la máxima potencia.

No es que tener una cierta ambición personal sea malo en sí, pero la historia nos enseña que los grandes avances se construyen de manera colectiva, no de manera individual por mucho que tu nombre perdure en el tiempo. ¿Acaso hicieron las revoluciones los que luego se llevaron la gloria? No, las revoluciones las hicieron las gentes, aunque necesitaran de las ideas de los primeros para ello.
 
Pensando solamente en el interés personal los individuos se deshumanizan, son incapaces de empatizar con los demás, se aíslan del mundo y levantan barreras mentales para evitar ver la realidad que les molesta. No es, por tanto, una locura pensar que individuos egocéntricos, interesados y deshumanizados, son capaces de construir estados y gobiernos egocéntricos, interesados y deshumanizados, que también levantan barreras, tanto físicas como mentales, para tapar la parte molesta de la realidad.

Estos gobiernos nos han hecho ver la pobreza como algo natural, como si fuera algo que no se puede cambiar y que además las personas sumidas en ella son personas fuera del sistema que no pueden participar en él. Está claro por qué, porque si participaran en él no les gustaría y serían una amenaza. El problema para los gobiernos viene cuando sus propios sistemas no pueden aislar a la gente de la pobreza, porque el funcionamiento del propio sistema condena a los que lo están sosteniendo a ella, y por lo tanto la gente empieza a notar que pierde calidad de vida y se rodea de gente con el mismo problema para solucionarlo, y muy destacable, con mucha gente que ya luchaba contra esos mismos problemas pero que los propios sistemas los silencian, porque como se ha dicho antes son una realidad molesta. Es decir la gente empieza a conocer lo que es la solidaridad, algo radicalmente opuesto al individualismo, pues es la cooperación entre personas interesadas y desinteresadas para solucionar una determinada patología social.

A mí como persona, como ser humano, lo que más me molesta de todo esto, es que tengamos que esperar a que se caiga todo el mundo que conocemos para empezar a derribar muros y ver la realidad y por lo tanto luchar para cambiarla. Hoy, como ayer, hay mucha pobreza que incluso siendo egoístas genera en el mundo occidental muchos problemas. ¿Por qué emigran de África a Europa? ¿Lo hacen por gusto? ¿Por qué aumenta la violencia y la conflictividad social en los barrios más degradados? ¿Por qué hay en los institutos determinados problemas sociales? Estas cosas no son sino síntomas de un problema mucho mayor, un problema que es sistémico, pero que tiene su origen en la propia mentalidad de los individuos, y por lo tanto solo cambiando la mentalidad se podrán cambiar los sistemas y se podrá combatir la pobreza.


Estos días cuando nos sentemos a comer y a cenar con nuestra familia deliciosos manjares, deberíamos pensar que, para que nosotros vivamos más o menos bien hay unos que viven mucho peor, que son la base de la pirámide de la sociedad mundial, en cuya cúspide están los grandes interesados en que esto siga igual. Y si de verdad somos humanos, deberíamos preguntarnos ¿Qué podemos hacer nosotros para cambiarlo?