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jueves, 16 de enero de 2020

De asaltar los cielos a gobernar con la "casta"


No hace tanto PODEMOS surgió como algo nuevo aprovechando la ola de indignación del 15M, hoy forma parte de un gobierno de coalición presidido y con mayoría de carteras del PSOE, partido más representativo del modelo surgido con la Transición.

La pregunta entonces es ¿Qué ha pasado? Algunos dirían que en PODEMOS se han hecho mayores, y posiblemente sea verdad, pero desde mi punto de vista lo que han cambiado son las circunstancias. No estoy seguro de que el ciclo de impugnación abierto por el 15M se haya cerrado, de hecho creo que la crisis territorial abierta por Cataluña que, ha supuesto el crecimiento del nacionalismo español, lo ha reorientado hacia posiciones más conservadoras quitando del foco mediático los problemas sociales que aún siguen existiendo y que siguen en la base del descontento.

A partir de aquí podemos señalar errores cometidos, y  posteriormente magnificados por los medios de comunicación, como problemas en la organización interna, alianzas con otros partidos (opinable), decisiones personales que podrían tacharse de hipocresía, luchas internas… pero no se puede perder la perspectiva de que la orientación del descontento que dio origen a PODEMOS ha cambiado.

Frente a esto tenemos un PSOE que se ha rearmado, con turbulencias internas (el PSOE es un partido que las absorbe muy bien), pero que ha sabido recomponerse. Por lo tanto ya es imposible ese “sorpasso”

A partir de aquí surge la duda que siempre ha caracterizado a la izquierda institucional ¿Oposición frontal o colaboracionismo? Algo, que en mi opinión, depende también de las circunstancias. No hubiera sido razonable no intentar conformar un gobierno progresista para dar solución a los problemas sociales y territoriales desde la izquierda, cuando las posiciones estén tan polarizadas y el nacionalismo español y reaccionario tan exaltado. Pero para ello el PSOE, que es el único capaz de liderar esas soluciones, debe ser arrastrado hacia la izquierda. No había, pues, otra salida que el gobierno de coalición.

A partir de aquí, lo que debemos esperar de este, es fundamentalmente que no haya retroceso de derechos sociales y laborales, creo que podemos estar de acuerdo que la presencia de Unidad Podemos es una garantía, sobre todo de lo segundo. Además, en la medida de lo posible aumentar esos espacios de libertad y justicia social.

Posiblemente todos soñamos con asaltar los cielos, pero la realidad actual es otra.

martes, 28 de mayo de 2019

¿Qué ha pasado?


¿Qué ha pasado? Esta fue la sensación que muchos tuve al ver como Carmena perdía la alcaldía de Madrid, todo un símbolo de las alcaldías del cambio que cristalizaba así, una realidad que era predecible: que la galaxia PODEMOS (partidos y confluencias surgidos debidos a su efecto, estuvieran ellos dentro o no) iban a tener un retroceso.

Una vez más la cuestión es el por qué. Sin duda hay aspectos de carácter localista, de gestión, y habrá que analizar cada lugar, pero hay un hecho que, en mi opinión, es indiscutible: el periodo de impugnación abierto con el 15M, y que tuvo su cristalización electoral con el surgimiento del partido morado y posteriormente con fórmulas electorales abiertas al ciudadano, se ha cerrado o se ha ido cerrando poco a poco, aún así todavía pueden quedar fisuras. La ciudadanía ha recuperado la confianza en los viejos partidos y sobre todo en el gran partido institucional de España, como es el PSOE.

A esto, en mi opinión, hay una excepcionalidad como es el conflicto catalán, pero es una excepcionalidad que a la larga ha contribuido a afianzar y movilizar, por lo menos en el resto del estado, las posturas y partidos cómodos con y para él sistema, así como a contribuir en Cataluña a la pérdida de una alcaldía como la de Barcelona por parte de Colau ante el avance del independentismo.

No se puede, tampoco, desdeñar la estrategia. De hecho, PODEMOS y sus confluencias, han pasado de querer asaltar los cielos huyendo de las dinámicas tradicionales de los partidos a jugar constantemente por el poder interno y “apuñalarse” unos a otros generando, además, divisiones. Madrid, tanto comunidad como Ayuntamiento, ha sido la gran pantalla en este aspecto, pero han sacudido a organizaciones similares a lo largo de todo el territorio español. No obstante, y dicho sea de paso, creo que sería un error achacar la pérdida de Madrid capital a esta división, pues, siendo, en mi opinión, estratégicamente un error la candidatura de Más Madrid, lo cierto es que la bajada de participación en los barrios del sur, que apoyaron a Carmena en las anteriores elecciones, puede denotar factores de otro tipo.

Aun así, no hay que caer en el pesimismo (y lo digo yo, que tiene valor doble) pero hay que ser consciente de que la estrategia tiene que cambiar, de asaltar los cielos a guardar las trincheras y a avanzar en los lugares que se pueda. Tal y como le decía a un conocido mientras disfrutábamos de cerveza en las fiestas de San Miguel del Pino, la izquierda va a caer pero no obstante electoralmente estaremos mejor que hace 4 años, y así es: Cádiz y Zamora siguen gobernados por la izquierda, se puede condicionar muchos gobiernos locales, autonómicos y hay 42 diputados en un congreso sin mayoría absoluta que pueden orientar la política de gobierno hacia necesidades sociales.  Eso sí, hay que ordenar ideas y ver que queremos ser de mayores, PODEMOS tiene mucho que pensar, pero también IU y en cada uno de los territorios cada una de las confluencias, sabiendo que el territorio es muy plural, y que lo que funciona en Madrid puede no funcionar en Valladolid.

viernes, 18 de enero de 2019

De la ilusión a la desilusión


Siempre he sido muy descreído a la hora de votar, quizás porque he tenido ideas muy contradictorias durante gran parte de mí, quiero pensar, joven vida, posiblemente debido a lo que llamo “ideologización  forzosa” por parte del “pecero” de mi padre, que me inculcó desde pequeño una conciencia de clase,  y a desarrollarme en un entorno social muy conservador, del cual para nada renuncio, voté, por primera vez con ilusión, hace 5 años, en las europeas del 2014, fruto, también, de profundas reflexiones que tuve durante mis años cursando Geografía, y es que a mis profesores les encantaba hacernos pensar, y entre los compañeros nos picábamos a ver quién leía más libros marxistas.

Recuerdo, entonces, la ilusión de votar a Pablo Iglesias, porque no voté a PODEMOS, voté al chico normal, que vivía en Vallecas, que salía en la tele hablando de problemas de la gente de la calle, que no sonaba a esa izquierda tradicional que mucha gente rechazaba, y que hizo su lista electoral de forma totalmente abierta y democrática. Y también, debo reconocer, que voté con ganas de darle una colleja a Izquierda Unida, quien habría sido mi opción en otras circunstancias, aunque de forma poco ilusionante.

Después de eso vinieron otras elecciones y mi participación en movimientos municipalistas pensando que se podía cambiar algo. Recuerdo las municipales del 2015 como un recuerdo gratificante, como el niño que descubre un mundo nuevo, pero también recuerdo todas las desilusiones que han venido después y la desconfianza por la coalición “Unidos Podemos” pensando que por el camino nos dejábamos gran parte de los logros conseguidos pero que era necesario para asaltar los cielos. Pues bien, los cielos no se asaltaron y me da la impresión que después de no hacerlo la hoja de ruta de la izquierda era hacer lo que ha hecho siempre pelearse entre ellos y hacer coaliciones electorales apelando a una falsa unidad.  

Cinco años después de que empezara el terremoto electoral generado por la irrupción de PODEMOS no reconozco aquellos proyectos con los que me ilusioné, y coincide con la caída de la figura que nos hizo replantearnos que había otras formas de hacer política en las instituciones rebasando a los partidos políticos, y sus limitaciones. Ese chico normal que hablaba con la gente normal, ya no parece tan cercano, ya no parece tan diferente al resto y desde luego, su discurso se parece mucho al de la izquierda más tradicional, que ya fracasó. Te dás cuenta, que Pablo Iglesias, no era él solo, era gente como Luis Alegre, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa o el propio Monedero, quien es el único que se mantiene a su lado.

Hoy, puedo decir, que ya no me fío, como votante de Pablo Iglesias, ni, desgraciadamente de los partidos políticos de los que, reconozco (no sé si con vergüenza), empecé a fiarme en 2015. Y hoy, desgraciadamente… me planteo, por primera vez, no votar… cosa que había hecho ilusionado y no ilusionado.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Ilusión perdida

“Ibamos a dar el sorpasso y al final nos han dado un sopapo” Así sentenció una amigo mío el día de las últimas elecciones generales, mientras seguíamos el escrutinio en un bar, tomando una cerveza después de una jornada dónde nos creíamos que algo “gordo” podía ocurrir. Por primera vez la izquierda había actuado como la derecha, apartando las diferencias y acudiendo conjunta a una cita electoral. Por ello muchos nos habíamos comido principios, aceptado cosas que en otros momentos no aceptaríamos, incluso involucrándonos en campañas y proyectos electorales (no hablo solo de las generales). En la puerta se encontraban personas más mayores como ajenas al sentimiento de decepción que un servidor tenía, quizás porque ellos ya habían vivido muchas derrotas de la izquierda aunque tuvieran sabor a victoria. Por mi parte, lo más grande que yo había vivido eran 11 diputados de IU que valían para poco y que si me pilla unos años más adelante me hubiera comido el voto, y las maravillosas historias de mi padre señalando que la izquierda una vez tuvo 21, despertando así mi interés por la figura de Anguita. Ese día no solo perdió la izquierda, se apagó la ilusión, le política dejó de ser menos atractiva y volvimos a la estrategia de resistencia.

Toda esta conclusión, que no se si será coyuntural, viene de la mano de todo lo que estoy viendo relativo a Cataluña, pero es un proceso que arrastro de muy atrás. Aunque, personalmente pienso que toda esa frescura que me enamoró de PODEMOS se ha ido perdiendo y el último episodio es un debate identitario que me aburre y que no me aporta nada ni me ilusiona.

Pablo Iglesias ha pasado de ser ese tipo con coleta que hablaba para todos en las televisiones a ser una persona que ha adoptado el discurso y las formas de una izquierda “perdedora” y lo peor de todo es que con tanto cambio de estrategia, dudo que ya tenga credibilidad si lo cambia. Ese discurso valiente y desafiante, que convenció en el pasado, se ha convertido en un discurso previsible y cobarde que ya he escuchado y visto fracasar un montón de veces. La estructura de partido, las formas, la retórica... todo eso ya es pasado. Es más, incluso se han vuelto torpes delante de las cámaras, que era una cosa que antes se les daba muy bien.


Da la sensación de que el próximo ciclo electoral va a ser una ola de decepciones, yo, por si acaso, en esta próxima etapa ya he decidido no comerme más principios, que me pegué un empacho y me he indigestado. Al fin y al cabo, ya no me pueden prometer el cielo y considero que principios es de las pocas cosas buenas que tengo, me tengo esa estima y me jodió mucho obviarles por "una causa mayor".

viernes, 27 de octubre de 2017

¿Y ahora qué?

No se si decir que lo que mal empieza mal acaba (que no creo que haya acabado), se veía venir o que hubieran estado más espabilados. Pero lo cierto es que en todo esto ha sobrado testosterona. Recuerdo a una concentración que fui a favor del derecho a decidir, el día de la votación del “referendum” (pongo entre comillas porque yo no lo reconozco como tal), en la que una activista allí presente me dijo que en el conflicto faltaban mujeres, yo me reí, a pesar de que estoy un poco cansado de esas insinuaciones que a mí como hombre no me dejan en buen lugar, pero lo jodido es que tenía razón.

Hasta ahora hemos llegado a través de un cúmulo de infortunios y de ver quien la tiene más larga. El independentismo no ha medido bien su fuerza, en un primer momento se envalentonó y cabreó al estado, y se ha comprobado que el estado es más fuerte. Quizás cometieron el error de rechazar la ayuda que desde el exterior de Cataluña podrían tener, de aquellos que apostaban por un referendum pactado. Pero claro, ese hubiera sido un camino más largo y no se puede vivir eternamente de propaganda y prometer un mañana que nunca llega.

Por su parte el estado, el PP, no ha solucionado para nada un problema territorial que yo considero que está en las bases de la configuración del estado, vamos que es estructural y forma parte de eso que llaman “crisis de régimen”, aunque no me guste utilizarlo. Pero si que es cierto que ha ganado este asalto, anulando a la oposición, salvo a PODEMOS que se están anulando ellos solos, y con una habilidad de actuación por parte de Rajoy a la que nos tiene poco acostumbrados, como ha sido la forma en la que ha aplicado el 155. Realmente yo pensaba, que siendo como es la derecha española, aprovecharía para intentar recentralizar algo las competencias (y ojo yo soy de los que piensa que educación y sanidad deben ser gestionadas, en parte, por el estado) y convocar elecciones en el momento que más les hubiera convenido, pero mira, Rajoy ha hecho algo como señalando “oigan, que es que les decía la verdad”. Probablemente esto es una batalla ganada para ellos, a la espera de como se reconfigure el bloque independentista.


Y me queda PODEMOS, reconozco que me han cansado. Quiero decir ¿Aparte de referendum y plurinacionalidad ¿hay algo más? Lo digo porque yo vivo en Tordesillas no en Cataluña. Ya se la apuesta de IU, el eterno estado federal con poca permeabilidad entre los ciudadanos. Pero ¿y PODEMOS? ¿Ese estado plurinacional? ¿En que consistiría? ¿Y cual es la posición frente al nacionalismo y el independentismo?

martes, 8 de agosto de 2017

PP, PSOE, PODEMOS y EL DERECHO A DECIDIR

El debate territorial suscitado a raíz del desafío soberanista catalán es, sin lugar a duda, la prueba más visible de la crisis de régimen que tenemos en nuestro país, y a la vez, el punto más importante de fricción entre PSOE y PODEMOS, que hace imposible, cualquier acuerdo para formar gobierno entre ambas formaciones. Desde cualquier análisis, y comparación con otros países como puede ser Portugal, este punto debe siempre estar sobre la mesa, y es que, la realidad (plurinacional, de identidades, territorial... como prefiramos llamarla) hace imposible un acuerdo entre un partido que apuesta por la defensa del orden constitucional actual y otro que apuesta por un cambio de este. Se trata de una realidad que no existe en otros países, por lo que es más fácil el acercamiento entre “las izquierdas”.

Tanto PP como PSOE quieren que nada cambie, a pesar del ruido que llega desde Cataluña. Unos con un inmovilismo, que aunque irresponsable, electoralmente les viene muy bien, y otros articulando una serie de propuestas basadas en un poco más de autonomía, pero que ya no tienen cabida en el momento actual, porque el debate ya no es ese. El debate, ahora, se centra en derecho a decidir, es decir en democracia, o no. Por ello las propuestas del PSOE no funcionan, o tienen difícil calado, y al final se les asocia más con fórmulas parecidas a las del Partido Popular.

PODEMOS, por su parte, sí que ha sabido dar una respuesta, basada en la participación del ciudadano, como es un referéndum pactado con el estado, y, si es necesario, modificar la constitución para facilitarlo. De hecho, solo así, este podría tener garantías de fiabilidad, ya que en el caso que saliera sí a la independencia, solo el reconocimiento de la comunidad internacional da a otro país el status de estado. Además, esto juega a favor, electoralmente, del partido morado, pues puede, en Cataluña, ser visto como la herramienta útil para tender puentes entre Barcelona y Madrid.


Es normal, que partidos como PP y PSOE no reconozcan el derecho a que la gente vote en Cataluña. Un resultado que no entre en las expectativas, creo que de nadie, como sería el sí a la independencia, valdría para abrir la caja de los truenos y probablemente avanzar hacia otro proceso constituyente. 

jueves, 2 de febrero de 2017

PODEMOS y el Síndrome de Peter Pan

Los hombres con síndrome de Peter Pan son aquellos que se han quedado anclados en su infancia, tienen miedo a crecer y aceptar los roles que les corresponden por su edad. Viendo lo sucedido en Podemos los últimos meses me pregunto si el Partido (creo que ya no lo puedo llamar movimiento, desgraciadamente) y sus dirigentes no estarán sufriendo algo parecido, porque desde luego ni saben y ni quieren crecer.

El problema no es lo que haga o deje de hacer internamente, el problema es la ilusión frustrada, las esperanzas puestas en ese “asalto a los cielos” fallido, en ese cambio de estrategia de resistir a intentar ganar que llevó a los mejores resultados de la izquierda en la actual democracia… Es decir, a todo aquello que ha significado PODEMOS y que poco a poco vemos cómo se va diluyendo mientras pensamos “hemos perdido la oportunidad que nos brindó el 15M”.

¿Dónde están la alternativa, la frescura del pasado, el miedo de quienes no entendían que las cosas habían cambiado? Hoy la política vuelve a ser más acartonada y desde luego no se ha conseguido parar a un PP cada día más envalentonado.

Sí, es cierto, aislando solo los resultados electorales se podría decir “no estamos tan mal”. Pero el camino que ha tomado el principal agente electoral de eso que se llamaba “cambio” hace muy difícil reconstruir lo destruido de un año a esta parte. El comportamiento como partido tradicional, los movimientos de despacho, el discurso cambiante cada vez más alejado de aquel “Pablemos” que dio la sorpresa en las europeas… y por supuesto, la inestimable ayuda de unos medios de comunicación  (que en el pasado supieron aprovechar) ha generado una imagen del partido de los círculos poco seductora para quienes queríamos algo diferente, y de la misma forma, que su aparición supuso un terremoto político para confluencias y otros partidos de izquierdas, su crisis puede tener un efecto contrario.

Los últimos acontecimientos surgidos entre Iglesias y Errejón recuerdan a “Si no quieres una taza, taza y media”. Personalmente no recuerdo en ningún otro partido una lucha así, quizás también porque jamás se ha prestado una atención tan mediática a “líos internos”, aun así al final estamos hablando de más de lo mismo, llamemosló “vieja política”.


La imagen que se está dando es una imagen de no haber sabido madurar, de temblarles demasiado las piernas desde las elecciones de Diciembre de 2015. Personalmente creo que hay un debate interesante de fondo,  de ideas, de proyecto, de estrategia, de organización… que está solapado por la guerra de egos en la cual Errejón tiene todas las de perder, porque, es cierto, que sin él PODEMOS se puede resentir, pero sin Pablo Iglesias (y aunque esté desgastado) no puede existir, por ahora y a expensas de que surja otro liderazgo. Y para la gente de izquierdas que diga “pues mejor”, si no existe PODEMOS no existe una herramienta con más fuerza que ellos para participar en las instituciones. 

lunes, 26 de diciembre de 2016

Los suicidas de PODEMOS

Al finalizar el año es ineludible echar algo la vista atrás para analizar lo que ha ocurrido (probablemente para volver a caer en los mismos errores). No voy a centrarme hoy en mi persona, quizás, y si tengo ganas haré la reflexión en los próximos días, aunque en cierto modo lo que voy a señalar también habrá tenido alguna repercusión en mí mismo.

El año empezó de forma ilusionante, desde el punto de vista de la parte de la sociedad que quiere ver cambios, Podemos y sus confluencias habían tenido 69 diputados, incluso la izquierda tradicional de IU, aunque solo tuvo 2 fueron unos resultados bastante aceptables. Si bien es cierto que no se logró ser partido de gobierno, ni el Sorpasso, las cosas habían cambiado, y en teoría para mejor.

Hay que recordar que la aparición de PODEMOS en las europeas fue un soplo de aire fresco que tumbó el tablero tradicional de la política donde todo era previsible y al que se habían adaptado los partidos de izquierda más tradicionales, quizás sólo la izquierda nacionalista y soberanista Catalana,  Bildu o la confluencia de AGE en Galicia había sido capaz de actuar de forma diferente. Había surgido a nivel estatal una fuerza que aspiraba a todo, que no era conformista, que apostaba por una democracia más pura y horizontal, que utilizaba un lenguaje que llegaba a todo el mundo y que tenía un liderazgo muy fuerte…. ¡¿Dónde Coño se ha quedado ese proyecto?!

Pero volviendo al año actual. Las cosas no estaban mal, y de hecho incluso en la repetición de elecciones tampoco se puede decir que fuera un fracaso, aunque la estrategia fue errónea , las negociaciones fallidas fueron vistas como “vieja política” y la coalición, me niego a llamar confluencia a una coalición entre partidos  donde los puestos vienen marcados por las siglas, con IU no tuvo el efecto deseado. Pero bueno, al final el único movimiento que a nivel estatal propone cambios profundos tiene 71 escaños y eso hay que ponerlo en valor. Es el reflejo de lo que las calles decían en su momento: La sociedad española es más plural, ha cambiado.

Pero, a partir de ahí, y a pesar de que el PSOE ha competido con ellos, en PODEMOS se están dedicando a destruirse. Me da igual que la prensa lo magnifique, que sea un debate de ideas (que no me creo que solo sea eso). El caso es la percepción que tiene la ciudadanía de ellos, que es algo que hasta el momento habían sabido jugar. No se dan cuenta que los medios de comunicación van a aprovechar cualquier error para fulminarles y ahora mismo PODEMOS parece una carnicería para una jauría de perros hambrientos. Tampoco parecen darse cuenta de que ellos no son el PSOE, que el PSOE tiene una base electoral fuerte, que hace que en su momento de mayor debilidad no bajen del 18% de intención de voto.

Además se han convertido en un partido previsible en la actividad parlamentaria, juegan demasiado al tactismo, han cambiado demasiado de discurso. A mí siempre me gustó el discurso del PODEMOS del principio: la gente, la ciudadanía, la casta… simple y lo entendía todo el mundo.


En más de una ocasión me he sentido identificado con PODEMOS, y concretamente con las palabras de Pablo Iglesias, quien creo que es el líder político que mejor transmite, y para mí con más carisma. Pero ahora mismo me empiezan a preocupar.  Me daría igual que se quisieran destruir si no fuera porque si caen se jodió cualquier tipo de alternativa. Nos deben un respeto a los que nos creímos que podía haber una izquierda parlamentaria más allá del 15% de los votos. Si PODEMOS se diluye puede que haya una masa crítica pero no habrá un canal mediante el cual pueda tener una importante presencia en las instituciones. 

sábado, 29 de octubre de 2016

Como ser mediáticos

Hoy me he sentado a leer noticias sobre el debate de investidura del pasado Miércoles. He visto a la prensa muy preocupado por las formas de PODEMOS (que, por cierto, dicho sea de paso, prefiero a este Pablo Iglesias, fresco y descarado, que al comedido pactista) y lo único que me ha venido a la cabeza ha sido un “joder, que buenos son”.

Iglesias, con su discurso, ha girado todo el foco mediático hacia PODEMOS, se podría decir que ha ninguneado a un PSOE que ya se pone la zancadilla él solito. Han conseguido polarizar el debate entre ellos y el PP (lo cual al PP también le viene muy bien y se le nota cómodo).

Todo el mundo hablaba del discurso de Iglesias por las cuatro perlas que soltó. Un discurso que si no hubiera sido por esto habría pasado desapercibido. Pero PODEMOS, para hacerse notar y reivindicarse como oposición, debía marcar territorio. Y eso es lo que hizo al llamar delincuentes potenciales a la gente del PP, al provocar a Cospedal o a Rivera, o al levantarse para irse de la cámara. Es decir, tensar la cuerda, polarizar las posturas, hacer notar que son algo diferente a los demás.


Lo dicho, esta gente sabe ser mediática, sabe colarse en las pantallas de televisión y hacer notar su mensaje. Y eso, es algo que les hace “peligrosos” para unos “ilusionantes” para otros. 

miércoles, 13 de julio de 2016

¿Se quiere convertir PODEMOS en el PSOE del siglo XXI?

“Somos socialdemócratas”, “hay que crear una estructura territorial”, “Zapatero el mejor presidente”… Hay declaraciones de la gente de PODEMOS que me hace pensar si lo que está pretendiendo Pablo Iglesias y compañía es la refundación del PSOE en una versión S.XXI.

Vale, puedo entender que esa oda a la socialdemocracia y ese repugnante “tactismo” con el que se negoció la fallida investidura, no es más que “postureo” para atraer votantes en ese objetivo de ganar, con el que dicho sea de paso, y aunque parezca contradictorio, estoy de acuerdo, al fin y al cabo si no ganas no cambias nada.

Aun así, nunca me gustó, incluso siempre creí que era un error el alejarse de ese discurso de “arriba y abajo” “ciudadanía y casta”, que es mucho más representativo que el tradicional discurso de la izquierda, aunque en el fondo el sentido sea similar. Además, decir eso en plena campaña cuando por otro lado Alberto Garzón está diciendo que “es muy comunista”, un error imperdonable.

 Mi miedo es que PODEMOS pueda convertir ese discurso en su eje fundamental, pues creo que ya no tiene cabida. Hay un aparte de la ciudadanía, los que nos identificamos en su momento con el partido de los círculos, que creemos que hay que superar ese discurso que jamás ha triunfado y optar por formulas “populistas”, y que nadie se asuste por ello.

Por otra parte me sorprende como ese partido al que se ha identificado como herederos del 15M (como si este se pudiera reflejar en un solo partido) ha achacado rápidamente su fracaso (siempre en función de las expectativas) en la falta de estructura territorial. Entiendo aquello de que, sobre todo en los pueblos pequeños, la gente de los partidos mueve los votos ¿Pero no se supone que PODEMOS es diferente?

No quiero decir que no deba de haber una cierta organización, pero como dije en su momento, si PODEMOS quiere ser algo diferente (que por ahora organizativamente no lo es, o no lo es en exceso), deberá conjugar los tiempos de la participación ciudadana con los tiempos que se les exigen en las instituciones, y por las declaraciones de algunos de sus líderes creo que están olvidando lo primero.


Lo dicho, socialdemocracia más estructura, falta un amor a las siglas para autoproclamarse PSOE del siglo XXI. Espero que no sea así.

lunes, 23 de mayo de 2016

Sopa de siglas, el mal menor

Que quede claro que no me planteo otra cosa que no sea votar Unidos Podemos, porque ya tomé la decisión en su momento y porque como dice Anguita: el momento es ahora. Eso sí, sobre el senado, y aún sabiendo que es necesario para impulsar una reforma constitucional, no prometo nada.  

Si bien estoy ilusionado con la posibilidad de que por primera vez haya una candidatura de izquierdas que sale a ganar, y eso prima sobre cualquier otra cosa. Por convicciones no puedo apoyar como se ha conformado la candidatura: despachos, siglas y sillones.

 Lo siento, no me van esas cosas y como dice el refrán “para este viaje no hacían falta alforjas”. ¿Qué quiero decir? Pues que fueron muchos los reclamos de mayor participación ciudadana en política y mayor democracia interna para que ahora se haga esto.

No soy tan ingenuo como para querer que las candidaturas se conformen con una horizontalidad máxima, más ahora que no hay tiempo y es lógico que se tengan que hacer así (quiero pensar que es lo lógico), aunque remarco que a mí no me gusta, pero ¿de verdad tiene que ser todo a base de consensuar puestos entre partidos políticos, casi sin hablar de nombres, solo siglas?. Lo siento, me parece muy lamentable.

No he sido nunca una persona que haya defendido las primarias, que cada partido lo haga como considere, cualquier método es bueno mientras les funcione. Ahora bien ¿sentirme representado por una lista donde se ha contado, poco o nada, con la gente? No, gracias, eso está muy visto.

Por otra parte, tampoco me gusta tener que votar a un cunero. Pero bueno, visto lo visto, no será lo peor.


Como dije, votaré Unidos Podemos, pero como la llamada “nueva política” se traduzca en estas formas a partir de ahora, como dice la famosa canción de Ska-P “cuando pasen cuatro años, y lleguen las elecciones, va a votar su puta madre”. 

miércoles, 30 de marzo de 2016

¿Gobierno del Cambio? A lo mejor en un futuro

Reconozco que estoy algo desencantado. No sé muy bien lo que esperaba de la izquierda, de los “partidos del cambio” (palabra que empieza a perder sus sentido). Sé que me volveré a ilusionar, también sé que necesitamos ilusión.

Los partidos políticos se han convertido en una verdadera lacra sin ideologías, llenos de intereses personales y al servicio de gente por encima del bien y del mal. No creo, por lo tanto, que la solución pase por los dos partidos del turno, ni el PP, ni el PSOE (por mucho que este repita que es “el cambio”). Pero entiendo, aunque me joda, que son necesarios. Además está claro que sin PSOE no hay gobierno posible, y necesario. Y es que quizás necesitemos una legislatura, aunque sea corta, con un parlamento tan fragmentado, que sea capaz de revertir el rodillo del PP en los últimos años y consensuar una serie de reformas (como por ejemplo educación). Es evidente que no se abarcaría el desafío territorial que ha puesto encima de la mesa Cataluña, de hecho da la sensación que el PSOE no entiende muy bien la situación, propone cosas que ya no valen (como un nuevo estatuto). 

Tampoco el PSOE se atreverá a plantar cara a la troika, así que no podrá haber cambios económicos importantes (recordemos el gobierno de Zapatero en su trato con Europa, que solemos tener memoria de pez). Quiero decir que, no es que tenga ilusión en esta vía pero la veo necesaria. 

Vaya camino ¿Verdad? Al final el bipartidismo siempre gana, y eso es desmoralizante, por todo lo que significa, porque no supone una verdadera solución a la situación actual. ¿Pero que nos queda? Está claro que ninguno de los viejos partidos que se hacían llamar alternativa pueden convertirse en esta, aunque sí que podrían formar parte de ella, por ello espero que en IU ganen las propuestas de Alberto Garzón (por eso, y por el bien de los Ayuntamientos del cambio”) y no las de aquellos que nos obligaron a la gente a buscar otras opciones más ilusionantes. 

Pero si se habla de alternativas hay que hablar de PODEMOS. Quizás el haber puesto tantas esperanzas en su resultado electoral ha sido lo que me ha producido esta sensación de desencanto. No me gusta el cambio de estrategia cada dos por tres, con una relación con el PSOE de “amor y odio”, pero ante todo no me gusta la estructura organizativa excesivamente vertical (y no lo digo por el cese de Sergio Pascual, que entiendo que el Secretario General pueda hacerlo, y deba si cree que es necesario, aunque luego tenga que rendir cuentas). No quiero decir con esto que tenga que tener una estructura totalmente horizontal, eso sería inviable en los ritmos en los que la realidad institucional te exige moverte, pero creo que tienen la obligación de otorgarnos esa participación y esas nuevas formas que tanto nos han vendido. Tienen la obligación de hacerlo, porque no nos pueden fallar, este es el momento con el que muchos soñaron, lo que intentó conseguir la IU de Anguita con la que muchos de los que ahora se aferran a las siglas se ilusionaron, sin entender que ahora hay procesos de confluencia más allá de ese 3-5% en lo que ha quedado. 

No se si el futuro pasa solo por PODEMOS, lo que si se es que no es posible sin PODEMOS, pero para ello debe demostrar que es lo que ha predicado siempre. 


jueves, 17 de marzo de 2016

Necesidad de Autocrítica en PODEMOS

Soy una de esas personas que se ilusionó con el nacimiento de PODEMOS. La forma en que se conformó la candidatura, con primarias (de verdad), y sobre todo Pablo Iglesias hicieron que no dudara en cambiar mi voto. Un mes antes mi opción hubiera sido izquierda unida, no porque ilusionara, sino porque no había otra opción mejor… y todo a pesar de Willy Meyer y de “algo”, que no sé muy bien explicar pero que tiene que ver con el discurso y las formas, que me hacía mirar a IU de reojo. En convocatorias electorales posteriores he optado, no sé si acertadamente, no siempre por PODEMOS, aun así siempre he confiado en sus buenos resultados.

El caso es que el llamado partido de los círculos, que en sus inicios era el partido de Pablo Iglesias, me resultó interesante, tanto en el discurso como en las formas, y por supuesto en su cabeza de lista. Y es que descubrí a Pablo Iglesias uno años antes en youtube, en un programa de la Tuerka, por entonces se debía emitir en TeleK, y me fascinó esa forma de analizar en profundidad diversos temas, de hecho era común que algún amigo y yo los viéramos y los comentáramos, como frikis universitarios  que éramos. Me encantaba escucharlo a él y a habituales contertulios como Juan Carlos Monedero, Tania Sanchez, Miguel Urban o Fernando Díaz Villanueva y Rubén Herrero de Castro… Se trataba de algo diferente a lo que se veía en Televisión.

Posteriormente saltó a los grandes platós, y era todavía más llamativo contrastar un discurso que era poco habitual, con el del resto de tertulianos en los debates. Su discurso y sus formas transmitían frescura y sencillez, era algo que todo el mundo entendía y que podía ser tomado por todo tipo de gente. Lo piensas y en una sociedad que necesita esperanza es normal que calara tan bien.

El resultado de las europeas fue ilusionante, como lo había sido la campaña, algo nuevo había nacido, pero había que dotarlo de una mínima estructura para seguir caminando y todo esto en un continuo y frenético proceso electoral. Creo que esto explica muchos de los buscaglorias que se han colado en las filas, incluso la necesidad de prescindir, en cierto modo, de debate interno haciendo a los círculos meros espectadores. Pero si se quiere ser algo diferente, hay que organizarse de diferente forma al resto, confío en que empiece a haber movimiento en el principal partido del cambio haciendo más caso a Monedero y a lo que el propone. De los errores se aprende y desde luego en PODEMOS han demostrado no ser tontos, han sido unos genios del márketing (de hecho han vendido democracia interna ahí donde no la ha habido), pero el marketing es cortina de humo si no hay contenido.


España necesita a PODEMOS, pero para continuar siendo útiles deben reflexionar ciertos pasos que han dado. 

lunes, 18 de enero de 2016

Eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca

El revuelo que se ha armado en el Congreso de los Diputados con la llegada de tantas caras nuevas. Aquellos/as que creen tener derechos históricos sobre las instituciones (en algunos diputados “de casta le viene al galgo”) “fliparon”. Muchas de las caras de las bancada “rojiazul”, con Sanchez y Rajoy sin entender ni jota de lo que pasaba, eran un poema. De hecho seguro que el Ministro de Interior (en funciones, ya queda menos…) estaba pensando “¿A cuántos de estos les habrán aplicado mi querida ley mordaza?”. Alguno se llevaría la mano a la cartera cuando el ya famoso diputado con rastas pasó a su lado (si llega a estar José Bono que amonestó a Miguel Sebastián por no llevar corbata le hubiera dado un “jamacuco”… y dicho sea de paso la Razón habría culpado a PODEMOS), sería normal que se asustaran y es que si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña, es decir, como sus señorías han pasado de la gente que estaba en la calle estos se han organizado y han entrado, y oye lo mismo el aire de la calle es lo que dice Pilar Cernuda que huele mal, supongo que su olfato ya se había acostumbrado a la naftalina y el olor a viejo.

Personalmente, cuando ví las imágenes, después de que me llegara algún mensaje de wasapp (indignado por la presencia de Gomez de la Serna… que noooooo, eso será en otros países), me encantaron, era como un choque de culturas, de formas diferentes de entender la vida y la política que se manifestaba estéticamente. Pero para colmo de muchos, Bescansa llevó a su niño de unos meses. Por su puesto esto fue criticado por PP y PSOE, sin darse cuenta de que diputadas de sus filas habían hecho lo mismo, además ¿Acaso entorpeció la sesión la presencia del niño? Todo lo contrario, sirvió para poner un problema encima de la mesa. Bueno cierto es que también valió para que los medios de propagan…, quiero decir de comunicación, dieran más bombo al niño que al hecho de que Gomez de la Serna se estaba paseando a cuerpo de rey por el hemiciclo.

Lo cierto esque esta indignación por las formas y no por el contenido, tiene mucho que ver con aquella famosa canción de Serrat que decía “esto no se dice, esto no se hace, esto no se toca”. La sociedad española tiene una serie de formas de actuación muy asimiladas, que son inculcadas desde todos los ámbitos de la vida, hasta tal punto que tu puedes robar y ser un tipo respetable. De hecho recuerdo como cuando el caso de “Bankia” estaba en pleno apogeo, el SAT se llevó unos productos por valor de 1000 euros de un supermercado para denunciar la pobreza que se estaba generando, y todo el mundo se echó las manos a la cabeza. La explicación a este hecho la encontré en una conversación con un amigo:

-¿Te parece bien lo de Gordillo?

- Hombre, era un acto reivindicativo, además se llevó solo productos por valor de 1000 euros, Bankia ha sido saqueada y no os he visto tan indignados.

- Ya, pero es que no es lo mismo hacerlo de una forma que de otra.

Esta conversación me hizo entender que nuestra sociedad proyecta una realidad apacible, que por debajo puede estar podrida, pero nada debe modificar esa imagen ni intentar cambiar las cosas, porque en la cúspide de los problemas de las reivindicaciones están los estamentos más poderosos que son precisamente los que intentan mantener el orden a través de: la tele, la radio, la educación, la familia…


Esto viene porque, detrás de esa crítica a los diputados de PODEMOS por su forma de vestir y actuar, está el miedo a perder los valores que sustentan la posición de privilegiada de quienes se están beneficiando con la situación actual y no quieren que cambie nada.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

PODEMOS por aquí, PODEMOS por allá

Hoy, al tomar un café por la mañana,entré a un bar, agarré el Norte de Castilla y me puse a leerlo. Justo a mi lado había un grupo de unas 5 personas, conformado por jubilados y trabajadores, que hablaban con el camarero sobre PODEMOS y que si hoy venía a Valladolid Pablo Iglesias. Había alguno que hablaba de forma muy insultante hacia “Coleta Morada” y argumentando que todos eran iguales (lo que en la actualidad es como decir voy a votar al PP y al PSOE pero no me atrevo a decirlo). Como el espectáculo no me estaba gustando me bebí el café y me fui, pero justo cuando salía por la puerta escuché a otro miembro del grupo decir “por lo menos le echan huevos” (no sé cómo continuaría la conversación, pero seguro que el de “todos son iguales” se nervó aún más).

A la hora de comer quedé con un par de amigos, de esos que hice en la universidad y con los que empecé a ir a manifestaciones, a algún mitin (de IU) y que juntos nos ilusionamos en las Europeas con el éxito de “Pablemos”. Yo sabía que, hoy, la conversación con ellos iba a girar en torno al partido morado y a intentar convencerme de votarlo. Utilizaban argumentos que compartía, pero fundamentalmente era el del voto útil, señalando que a ellos también les gusta más el ideario de Unidad Popular pero que hay que ser prácticos, y que yo antes lo era, me recordaban un poco a los chicos del maíz: “di que sí que tú eres el más auténtico/pero ser residual ya no tiene mérito (…) que mientras acusas a todos de izquierda falsa/hoy han desahuciado a tu vecino”. La verdad es que la conversación tuvo tintes divertidos, además yo ya me había quitado la presión de saber a quién voy a votar, como dije va a ser a UP, y sin negarles la razón a mis dos compañeros de fatigas (porque creo que también la tienen) argumenté lo mismo que dije ayer en este blog pero esta vez acompañado de un broche: “porque me da la gana” (la verdad es que con esa afirmación poco más podían hacer).

Por la tarde, y aprovechando que estaba cerca, fui al auditorio Miguel Delibes: “joder, ya que viene Pablo Iglesias me voy a acercar a verlo” –pensé. Después de aparcar (y tardé un rato) entré al auditorio teniendo que quedarme en el hall con mucha gente que no había podido entrar porque el aforo estaba completo. Allí a través de unos televisores seguí la presentación de Pablo Fernández mientras estaba atento a las personas que tenía alrededor, algunos conocidos de vista no precisamente por ser de PODEMOS, estaba claro que no era el único allí que no iba a votarlos. Pero al igual que yo, allí estaban, compartiendo estancia con votantes de ese partido como comparten espacio en las manifestaciones, eso sí, parece ser, que siendo imposible ir juntos a las elecciones.

No tardé mucho en irme de allí, estaba cansado después de todo el día fuera de casa y acababa de caer en el micrófono, con su paracaídas, Juanma del Olmo (el cabeza de lista por Valladolid). Me hizo gracia, empezó a recitar los barrios de Valladolid y diversos municipios de la provincia como para reafirmarse (Eso es algo que Paco de la Rosa, el candidato de Unidad Popular, no tendrá que hacer, él es de la provincia y no tiene que demostrar nada al respecto).


Como además de cansado no me gustan los paracas, cogí el coche y me volví para Tordesillas. Durante el trayecto estuve pensando sobre PODEMOS. Ha sabido jugar bien sus bazas, le ha colado un gol a un sistema que en la génesis de dicho partido tuvo miedo de una IU en las encuestas y tiró de Pablo Iglesias y compañía,para rebajar las expectativas de voto de la izquierda, pero que se les fue de las manos. El problema que tiene PODEMOS, creo yo, es que han utilizado mucho la prepotencia, han tenido la misma actitud hacia IU que tuvo esta hacia ellos y han tenido miedo de una verdadera confluencia lo que nos va a hacer mucho daño a toda la izquierda. No obstante, desde mi humilde posición de persona que va a votar a UP, confío en que saquen un gran resultado porque será positivo para intentar conseguir una verdadera unidad espero que no tardando.

domingo, 4 de octubre de 2015

Adonde "coño" vamos

Hace bastante que no escribía algo sobre esta temática, digamos que no me sentía motivado. Pero después de leer tanto al respecto, y tras un fin de semana casero de estudio, he dicho: “ostias, yo  tengo una opinión, la voy a publicar en mi blog para que la leamos mis cuatro amigos y yo”.

Que acertada fue la representación que se hizo de la izquierda en “La vida de Brian”, hasta cuando se habla de confluencia se está practicando todo lo contrario. Se buscan  las diferencias de la gente que piensa igual en vez de centrarnos en todo lo que nos une. Deberíamos aprender un poco más de la derecha, siempre unidos para representar los intereses de la oligarquía o la casta, término bastante más acertado en estos tiempos que corren.

Entiendo perfectamente que a muchos les ha podido escocer la llegada de PODEMOS, pero en realidad ha sido algo necesario, un partido nuevo, fresco, con un discurso donde diciendo lo mismo se ha alejado de la vieja retórica algo apolillada de la izquierda tradicional. Se ha convertido en lo que muchos queríamos que llegara a ser IU como principal partido de la izquierda, que dicho sea de paso en su nacimiento fue una confluencia de partidos alternativos donde destacaba el PCE que, por necesidad y generosidad, cedió espacio (que no estamos inventando nada nuevo, quizás le estamos dando otro barniz). En definitiva PODEMOS se ha convertido en el movimiento por el cual, hoy por hoy, pasa cualquier opción de entrar con fuerza en las instituciones.

¿Por qué digo esto? Porque desde mi punto de vista se equivoca la gente que ve en PODEMOS un nuevo PSOE. Probablemente para intentar legitimar la postura de alejarse de estos sea más cómodo inventar esa teoría, pero ni es justa, ni tiene base. Hay que aceptar que han sabido entender el momento: aprovechando los medios, con sus discursos, con proclamas del 15M y vendiéndose como algo nuevo.

Desde otras opciones se podrá practicar la confluencia, pero al final la confluencia sin PODEMOS servirá para que el cambio tenga menos fuerza. Las elecciones municipales han tenido que servir de algo, no solo para aumentar los egos de unos y otros. Entiendo que la postura, a veces intransigente, de PODEMOS pueda escocer, pero no admito que gente que  antes de las elecciones Europeas ninguneaba a Pablo Iglesias y a los suyos y no quería saber nada de confluencias y primarias, ahora vengan enarbolando esa bandera (los reciclajes se tiran al contenedor). Entiendo que para los que vimos un futuro no tan negro a partir del 15M haya una serie de premisas que son muy importantes, pero si con esas premisas estamos favoreciendo que sigan gobernando los mismos partidos de siempre estaremos equivocados. La izquierda debe estar a la altura de los tiempos.


PD: Dicho esto, reconozco que no tengo nada claras mis ideas al respecto y que este escrito solo ha servido para liarme más (me ha salido el tiro por ahí…)

sábado, 31 de mayo de 2014

Bofetón a Rubaljoy

Después de haber sido invitado por mi querida vecina, residente en Madrid pero vecina al fin y al cabo, a leer una entrada en su blog “Usuario 1 Millón” (http://marivavm.blogspot.com.es/2014/05/no-castigamos-al-bipartismo-catigamos.html) relativo a los resultados de las elecciones europeas en España, me he sentido en la necesidad de contestarla aquí, en mi blog, en mi casa, como si de una eliminatoria de ida y vuelta se tratara.

Creo que debe quedar claro que quien más votos ha sacado ha sido el “partido abstencionista”, lo que pasa que el sistema está muy bien blindado y con la abstención pasa lo mismo que cuando eres pequeño y no quieres jugar a un determinado juego, es decir, que si no participas en él el sistema te ignora. De hecho uno de los sistemas electorales más admirados en el mundo, o por lo menos más admirados por una parte del espectro político, es el sistema electoral estadounidense, donde siempre hay una alta abstención y el sistema lo soporta perfectamente. Aun y con todo esto, cuando la desafección hacia todos los pilares del estado está en niveles altos y se presuponía una abstención record, ha resultado que los datos de participación han sido unos datos prácticamente similares a las últimas elecciones europeas, que dicho sea de paso siempre se han visto como unas elecciones de segundo grado donde la abstención ha sido más alta que en municipales o en generales, a lo mejor es por la lejanía que a los españoles nos produce Europa o directamente porque no nos terminamos de tragar la pantomima de elegir unos representantes cuya autonomía está supeditada a otros organismos no democráticos como el Consejo de Europa.

 Pero aunque los resultados de participación han sido similares no ha sucedido lo mismo con el reparto de escaños, muy diferente a lo ocurrido en 2009 donde el bipartidismo copó más del 80% de los escaños que corresponden a la circunscripción española, y es que los comicios del domingo dieron como resultado una caída de todo del régimen del 78, ya que no solo cayó el bipartidismo, también sus dos principales sustentos parlamentarios el PNV y CiU. Frente a esto nos encontramos con el aumento de la izquierda alternativa, nada menos que 12 escaños (6 de IU, 5 de PODEMOS y 1 de Primavera Europea), frente a los 2 conseguidos en 2009, es decir el aumento de esos movimientos que quieren cambiar el sistema para transformarlo en un sistema con mayor participación ciudadana, sin fronteras entre representantes y representados  y donde el estado sea capaz de garantizar los derechos básicos del ciudadano que, según informes Cáritas, hoy por hoy el sistema que tanto defiende el PPSOE no lo hace.

No voy a negar que cuantitativamente las elecciones las ha ganado el Partido Popular, a los datos me remito, pero han perdido 7 escaños, y sobre todo no pudieron celebrar su tradicional DISCO PARTY GUACHIPIRULY en la sede de la calle Génova en Madrid, y eso es indicativo de algo. Pero si bien el PP se la pegó, lo cierto es que Cañete cayó encima de Valenciano que por inercia de la onda expansiva  debido al impacto contra el suelo se cargó también a Rubalcaba, y es que el PSOE lo tiene bastante peor porque mientras que el PP puede presumir que la mayor parte de los votos perdidos se pueden haber quedad en la abstención (dado que la suma de Ciudadanos, UPyD y Vox no cubren los votos perdidos) parece claro que los del PSOE se han repartido entre los 3 partidos de izquierda estatal, y será más difícil que los puedan recuperar, todo depende múltiples factores entre los que destaca su capacidad de ser un partido fiable y los pasos que den IU, PODEMOS y EQUO.

Quizás, y pese a que había indicios en elecciones y manifestaciones pasadas, es la primera vez que estamos ante un síntoma electoral de primer nivel de que estamos asistiendo a una reconfiguración de fuerzas tras el régimen constitucional del 78 (dicho sea de paso un régimen impuesto a los ciudadanos desde los que ostentaban el poder entonces con algunas concesiones hacia posturas de izquierdas), es decir una transición donde posturas de izquierda real, alejadas de la izquierda del siglo XX y cercanas a la ciudadanía, están progresivamente aumentando su fuerza e influencia. Aun así, la historia nos enseña que cada vez que la izquierda ha adquirido poder los poderes económicos han reaccionado  (algunas veces de forma autoritaria) con todos sus medios, que son muchos (desde el cuarto poder, hasta la justicia pasando por los medios de producción)

ALGUNOS APUNTES POST ELECTORALES:
*Las cuchilladas que ha recibido Rubalcaba demuestran la mezquindad y la poca democracia dentro de los partidos políticos. No es la primera vez que el PSOE cambia de cara para que los que mandan sigan en su poltrona, siguiendo la filosofía gatopardista de “que todo cambie para que nada cambie”, ya se encargaran de vender la revolución los voceros del régimen.

*Fue acertado por parte de los partidos de izquierda acudir en separado, dudo mucho que juntos hubieran logrado 12 escaños, pero deben tener claro que las elecciones europeas son diferentes al resto, desde la circunscripción única hasta la mentalidad de la ciudadanía. PODEMOS está ante un reto, hasta ahora se han movido de forma brillante, pero ahora con una mayor exposición mediática lo tendrán más difícil.

*Los dirigentes de Izquierda Unida deben estar avergonzados, pese a haber multiplicado por 3 su representación PODEMOS ha sido el gran vencedor. Para los de Cayo Lara el negarse a realizar primarias y mecanismos de democracia interna les ha costado mucho, ahora deberán entenderse con los de Pablo Iglesias pero ahora estos ya van a caballo las negociaciones serán de igual a igual.

*Digan lo que digan el PP tiene motivos para no preocuparse, han ganada los elecciones con una tarea de gobierno mediocre, y saben que muchos de los electores que les han dado la espalda ahora les volverán a votar.


*La gran coalición es un hecho, la mayor parte de las políticas las votan conjuntamente PP y PSOE, y desde Europa y las viejas estrellas multimillonarias de los partidos empujan a una relación más estrecha. Por fin, 15 años después la gente empieza a dar la razón a Julio Anguita, si lo hubieran escuchado antes no estaríamos en esta situación. Los ciudadanos también somos culpables.

lunes, 12 de mayo de 2014

Crisis de Valores

Debo ser muy raro, pero me parece muy lógica la postura de PODEMOS respecto a interrumpir sus actos electorales por el lamentable asesinato de Isabel Carrasco, que desde luego no era una santa, aunque nada justifica quitar la vida otro ser humano.


La candidatura al Parlamento Europeo que encabeza Pablo Iglesias sencillamente se ha desvinculado del resto de partidos cuando estos estaban cancelando actos electorales y ha argumentado que cuando se suicidan los desahuciados nadie interrumpe estos actos. Probablemente lo que ha molestado a mucha gente es que esto choca directamente con los códigos y normas éticas de esta sociedad. Sociedad que ha permitido y permite, la corrupción, los sobresueldos, la pobreza, los desahucios, las privatizaciones…. Como comprenderán a mí personalmente esos códigos no son algo que me preocupen, es más, repudio. Quizás es que la crisis económica también me ha provocado una crisis de valores o sencillamente es que deseo que se hagan las cosas de otra forma, probablemente sean las dos cosas. Aun así, realmente lo dicho por Pablo Iglesias no ha sido nada irrespetuoso, lo que pasa es que siempre necesitamos un chivo expiatorio. 

lunes, 28 de abril de 2014

Guerra de Egos, oportunidad perdida

 A prácticamente un mes de las elecciones Europeas nos encontramos con un auténtico universo de siglas que, críticos con la situación actual, quieren desbancar al bipartidismo y desbordar el sistema. No seré yo quien les quite la ilusión de hacerlo pero en las elecciones europeas no lo van a conseguir, puesto que el parlamento europeo a la hora de las decisiones pinta menos que la opinión de un militante en los aparatos de los partidos tradicionales.  Quizás por eso muchos han pensado que es el momento de experimentar opciones de cara a poder lograr una gran coalición en unas elecciones autonómicas o generales, aunque para ello tengan que renunciar a personalismos y egos que tanto daño hacen a la izquierda.

No se puede negar que, pese a que ha habido acercamientos por parte de los movimientos y partidos de izquierdas, el sector más duro de izquierda unida, o mejor dicho del Partido Comunista de España, ha bombardeado cualquier intento de convergencia (sino que se lo digan a la Chunta Aragonesista), probablemente por miedo a que se cuestionen los puestos de aquellos que llevando tanto en la dirección y en los parlamentos jamás han querido que la izquierda pueda ser una alternativa parlamentaria, llegando como mucho a ser muleta de la socialdemocracia o el socioliberalismo.

Muchos vimos la luz con el gran pacto de toda la izquierda gallega, que tan buenos resultados consiguió, parecía que lo tenía todo: un programa de ruptura, candidatos con gancho, presencia en la calle, posibilidad de seguir creciendo y convertirse en alternativa…  Parecía que desde Galicia nos habían marcado el camino, pero no era así, la diferencia entre AGE y el resto de la izquierda española, es que en AGE todos estaban dispuestos a renunciar a egos, lo cual era bastante fácil, pues todos partían desde una posición parlamentaria igual. Pero en el resto del estado no es así, hay una parte de un partido que al tener representación parlamentaria no está dispuesto a ceder. Están de acuerdo con las peticiones de mayor democracia interna, pero ellos no la practican, están de acuerdo con converger pero siempre y cuando ellos lleven la voz cantante, están de acuerdo con que necesitamos frescura pero siguen los mismos candidatos…

Entiendo los reparos que desde izquierda unida se tienen hacia las primarias, al fin y al cabo depende de la opinión de las personas, y ya sabemos que la opinión es un conjunto de imágenes e ideas que desde los medios de comunicación nos meten en la cabeza. Rara es la persona que aparta la mirada del televisor para informarse por sí mismo. Podemos mirar si no, las primarias de Podemos o del Partido X, ¿Quiénes son los ganadores? No son los que más valía pueden tener (que no estoy diciendo que no la tengan), son el Señor Pablo Iglesias y el señor Falciani, es decir los más conocidos. ¿Cuánta gente se ha interesado por el currículum de todos los candidatos? Seguro que poca, y hacen bien, porque la gente va a votar a quien más les llame la atención, no al que esté mejor preparado o al que sea más de izquierdas. Este problema de las primarias es algo que en Francia y Estado Unidos saben bien, de ahí todas las campañas a favor o en contra de un candidato o de otro dentro del mismo partido, yo espero que aunque los partidos españoles lleguen a abrirse no nos convirtamos en esto.

Aun así el clamor popular que hay sobre las primarias es síntoma del ansia de una parte de la ciudadanía, la parte más movilizada, por tener una mayor participación en la democracia, ya sea dentro de sus propios partidos, dentro de movimientos sociales o directamente como ciudadanos anónimos. Nadie está diciendo que las primarias sean un modelo de selección de candidato perfecto, como tampoco nadie puede afirmar que los procesos democráticos lo sean, pero desde luego es un proceso de selección bastante más en sintonía con el momento actual y con las proclamas de la calle, frente al dedazo o los mecanismos de selección interna de candidatos controlados por los aparatos de los partidos, y que no se pude negar que en el pasado tuvieron su lógica.


Pero método aparte, lo cierto es que lo que nos tenía que mover es el programa, y si nos fijáramos solo en el programa de los partidos, veríamos que hay o va a haber una gran similitud entre los programas de gran cantidad de ese universo de siglas, ¿Cuál es el problema? Pues como ya se ha señalado los Egos. Como persona que busca el cambio político y social, y que en la medida de lo posible lucha contra ello (a veces haciendo menos de lo que debería, todo hay que decirlo), espero que no tardando se consiga una convergencia de toda la izquierda a la izquierda de la socialdemocracia, o mucho me temo que estaremos perdiendo la oportunidad que nos está brindando la historia.