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lunes, 6 de agosto de 2018

Castilla la conservadora, un binomio difícil de separar


Tú, tierra de Castilla, muy desgraciada y maldita eres, al sufrir que un tan noble reino como eres, sea gobernado por quienes no te tienen amor “ Así rezaban los pasquines que se colgaban en las puertas de las Iglesias (facebook de la época, parece ser) en el preludio de la Guerra de las Comunidades. Puede ser, por lo tanto, que, como Castilla no se ha vuelto a levantar, hay cosas que no tienen por qué cambiar, y hoy Castilla, cuyos símbolos se han convertido en las bases sobre las que se ha construído la identidad española más cañí, sigue gobernada por quienes no tienen más amor que el poder y el dinero.

Esto, que queda muy bien como inicio de un reclamo de corte castellanista, es algo común al resto de territorios. Al final, lo cierto es, que la casta, que decía el PODEMOS del principio, o la oligarquía que dicen los partidos de tradición marxista, solo busca su propio interés, residan dónde residan. Por ello jamás creí que el Partido Popular de Castilla y León fuera diferente al del resto de España y el caso Enredadera está constatándolo.

Yo, que me considero buen castellano, estoy más atento siempre a la política que se realiza en la “corte” madrileña o en tierras catalanas, y es que, tirando de refranero (como buen castellano) “se ve antes la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio”, aunque la realidad es que los medios de comunicación hace que nos fijemos más en la paja, de hecho, todos, incluídos los más despegados del debate político (eso, los cuñados), sabemos quien es Oriol Junqueras (viejas del lugar se santiguan según escucha su nombre), pero pocos conocemos el nombre de algún consejero castellanoyleonés.

No obstante, y a pesar de lo antes mencionado, el nombre de Ulibarri ha llegado a más gente de lo previsto, haciendo ver que, también en Castilla y León hay corrupción (si es que, como parece, hay gente que no se había dado cuenta). Lo realmente interesante de esto, no es que haya una importante red clientelar, sino el por qué de la fidelidad de voto al PP elección tras elección.

Se me ocurren varias explicaciones:

1- La historia de Castilla es la que se identifica con la idea de España, es la que adoptó el conservadurismo para desarrollar su relato. Puede ser, que por ello, no haya tenido mucha fuerza el discurso castellanista, al fín y al cabo es difícil luchar contra gigantes y “David y Goliat” era una fábula.

2- En envejecimiento de la población, dado que siempre es más difícil cambiar cuanto más mayor eres y Castilla y León se está convirtiendo en un geriátrico.

3- El carácter rural del poblamiento. De hecho, con el alto porcentaje de municipios por debajo de los 5000 habitantes, y con una ley electoral hecha a medida, hace que el voto rural, de tendencia conservadora, pueda contrarrestar el voto urbano (que dicho sea de paso no es que sea precisamente “antiPP”). Hay que señalar al respecto, que el medio rural, muy envejecido, es un espacio dónde se ve bien ser de derechas, en muchos lugares si eres del PSOE ya eres un “rojo subversivo”, además, la sociedad es muy homogénea y los valores se transmiten de generación en generación, habiendo poca “agitación de conciencias” y choque de opiniones.

4- En frente el PP tiene “nada”, y es que el PSOE ( a nivel regional, se entiende), está perdido en peleas continuas y falta de liderazgo, que produce que cambien de cabeza continuamente, lo cual dificulta aún más sus “escasas” posibilidades. Por otra parte, se podría decir, que la izquierda parlamentaria ha alcanzado ya su tope en las anteriores generales, si acaso, a través de movimientos sociales, y demás, pueden tener algo de relevancia en el mundo urbano, pero no parece que lleguen a ser una verdadera amenaza al poder de la derecha regional. En el medio rural, el carácter conservador de este, y el empecinamiento por hacer bandera de reivindicaciones “mal vistas” (entiendasé que chocan con determinados valores), hace que lo tengan “crudo”.

5- La estructura de la tierra, la PAC, las subvenciones … Son elementos que generan pequeños propietarios que se identifican más con posiciones conservadoras.

6- La política de subvenciones a asociaciones, la burocracia, los tratos con empresas, la hegemonía del PP en administraciones supramunicipales que escapan al control ciudadano (diputaciones, mancomunidades...)...produce una red clientelar muy sólida, que quizás solo es comparable con Galicia, Asturias o Andalucía.

7- El debate político en la calle se centra en lo que ocurre en otras comunidades o a nivel nacional, alimentado esto por los medios de comunicación, ya sea debido a la ausencia de Castilla y León en las cadenas y periódicos generalistas o a través de la ausencia de contenidos comprometidos en la prensa regional.




Dicho lo cual, tenemos derecha para rato. Viva la democracia.

domingo, 17 de septiembre de 2017

La Ordenación del Territorio en Castilla Y León: ¿lucha contra la despoblación o negocio?

Uno de los grandes desafíos que tiene Castilla y León, y que ni mucho menos es nuevo, es el desafío de la Ordenación del Territorio. De hecho ya nadie esconde que la actual forma de vertebrar nuestra comunidad ha sido un auténtico fracaso, de no ser así, no habría esa carencia de servicios en el medio rural y la situacióne no sería tan dramática.

Es curioso que cuando se ha puesto el grito en el cielo por la despoblación que sufre el mundo rural, cabe destacar que hace tiempo que los geógrafos lo llevan denunciando (pero claro ya sabemos el poder mediático de Jordi Evole y de los grandes titulares de periodistas), no se ha señalado como un factor clave la Ordenación del Territorio. Y es extraño, porque aunque en los debates siempre “revolotea” por el aire la OT, lo cierto es que no hay una señalización clara a esta.

Si un servidor fuera algo “desconfiado” podría pensar que es que a la agenda mediática le interesa que se hable de despoblación pero no de vertebrar el territorio de otra forma. ¿Por qué? ¿Por qué no se dice claramente que lo que hay ahora es “una mierda” y  se abre la caja de los truenos? Pues porque si el foco mediático se pone sobre la OT impediría a la Junta de Castilla y León sacar a la luz con total tranquilidad la nueva Ley de Ordenación del Territorio  que tienen en el horno (que la sacarían igual, porque a estos “se la Pela”, solo que con más problemas).

Una buena Ordenación territorial es fundamental en la lucha por la despoblación y en la construcción a largo plazo de lo que queremos ser como Comunidad Autónoma. Se trata de buscar cohesión territorial, económica y social, de dotar de infraestructuras y servicios los diferentes espacios y de explotar sosteniblemente los recursos del territorio. En definitiva, algo que está en la base de la lucha contra la llamada “demotanasia” (palabra que no me termina de gustar). Pero por el contrario la Junta de Castilla y León nos presenta una ley alejada de la realidad de la comunidad, pues omite a las comarcas tan presentes en nuestra comunidad y  donde se muestran lazos culturales, históricos y económicos. Y centra la ordenación en las llamadas Unidades Básicas de servicios del territorio. Pero al final, lo que se pretende, no es ni más ni menos que seguir la filosofía de la Ley Montoro, es decir, atentar contra el poder municipal y aplicar el principio, liberal, de las economías de escala, dónde se supone que los recursos son más eficientes si sirven a una mayor concentración de población, lo cual está demostrado que es mentira, ya  que la gestión directa de servicios por municipios pequeños saneados es más barata. Pero de esta forma, se permite que las diputaciones ganen poder, y que cada vez más servicios de los municipios sean gestionados por unos organismos de “dudoso” carácter democrático y que intentarian externalizar la gestión de estos, a través de consorcios provinciales. Por lo tanto se ve la intención de la Junta, no solo en no querer solucionar el problema de la despoblación sino en querer entregar a negocios privados los servicios al ciudadano. Se trata pues, de una ley ideológica y poco realista para afrontar los problemas de la región.

Frente a esta hay alternativas, que cuanto menos pasan por democratizar administraciones como la diputación, pero sobre todo por atender a la realidad territorial de Castilla y León y al concepto tan arraigado de comarca,  con el objetivo de dinamizar económicamente el territorio y mejorar la prestación de servicios públicos esenciales así como corregir los desequlibrios territoriales cada vez más acentuados. Para ello, no cabría otra cosa, que iniciar un proceso de descentralización de competencias desde las diputaciones a los municipios, que tendrían en las cabezas comarcales sus centros de servicios, sobre todo de aquellos servicios que afectan directamente al ciudadano. Sin olvidar, que esta prestación de servicios requeriría de una nueva forma de financiación municipal. Es decir, una nueva Ordenación Territorial que diera autonomía a los municipios y a los territorios para poder potenciar y tomar iniciativas de desarrollo rural y local atendiendo a sus potencialidades. Una forma de gestión más cercana al ciudadano, más participativa ( si se hace correctamente) y con un mayor control de estos sobre los servicios pues serían los ayuntamientos los que los gestionarían directamente.



Lo que quiero decir con esto, es que, en pleno debate sobre la despoblación, con la ley de la Junta sobre OT están, una vez más, señalando cuáles son sus prioridades, y no es la lucha contra el vaciamiento demográfico del mundo rural, ni mucho menos, sino la privatización y el negocio con los servicios públicos. Y que, esto está ocurriendo sin que haya una contestación y alarmismo de la sociedad, a pesar de que nos echamos las manos a la cabeza por un problema tan unido como es el de la despoblación. 

lunes, 13 de marzo de 2017

¿(Des)Ordenación del Territorio de Castilla Y León?

Hacía mucho que no me interesaba por la Ordenación del Territorio de Castilla y León más allá del bombardeo de noticias en los periódicos, que en este asunto más que informar desinforman pues para nada aclaran que son eso de las Unidades Básicas de Ordenación y Servicios del Territorio (UBOST). De hecho da la sensación de que esta nueva división ha sido hecha en algún despacho de “gerifalte” de la Junta tirando de regla en plan Jacobino, sin tener en cuenta identidad, personas y vinculación de estas con el territorio.

A nuestros representantes les gusta complicarnos la vida ¿Cómo es posible que teniendo algo, que con sus indefiniciones, es “tangible” y reconocible por los ciudadanos como las Comarcas se hayan inventado este tipo de fragmentación del territorio? Creo que la respuesta es doble, por un lado pienso que desde las instituciones siempre han pensado que cuanto más complicada sea la normativa más fácil es “colárnosla” a los ciudadanos. Por otro lado, la Geografía, y por ende la Ordenación del Territorio, es una ciencia social, por lo tanto subjetiva y que se da a la utilización “ideológica”, esto se nota perfectamente en la intencionalidad de la Ley, más preocupada por la “racionalización y la estabilidad presupuestaria” que por los propios ciudadanos. Una vez más se gestiona desde la administración pensando como “empresa” y no como  servicio público.

Desde mi punto de vista, esta Ordenación Territorial, no solo no va a solucionar el caos administrativo de todo lo que tiene que ver con la gestión local, sino que está muy lejos de poder ser útil a las personas y a los pueblos del mundo rural, pues para nada los ha tenido en cuenta.

Una de las cosas que más me llama la atención es el fortalecimiento de las diputaciones. Curioso que una administración tan señalada por los ciudadanos se vea fortalecida, pero no es extraño si nos fijamos la defensa que determinados partidos políticos hacen de ellas, y de los que no, empiezo a pensar seriamente que muchos lo dicen con la boca pequeña. De hecho, al absorber funciones de municipios “no urbanos” (no necesariamente rurales), algo facilitado desde la administración general por la “ley Montoro”, estaremos ante una aumento en la “opacidad” de la gestión y una alfombra roja a la iniciativa privada y la externalización de servicios.


Para terminar me llama la atención que parece, y puede que sea así, que la Junta quiere gestionar el territorio tal y como está, es decir, no prevé solucionar el problemas a corto plazo, de ahí que solo se centre en una reordenación de servicios y no en poner en alza el valor de nuestro territorio desde el punto de vista, cultural, natural social o patrimonial, algo con lo que crear dinamismo y riqueza, incluso identidad, más allá del mundo urbano Es decir, con esta Ordenación Territorial se quiere gestionar la despoblación, no combatirla. Algo, que creo que es muy sintomático de lo cómo, desde las administraciones se creen sus eslóganes.  

domingo, 3 de julio de 2016

La izquierda debe aprender del PP

Llevo escuchando, desde el “sopapo” que los votantes dieron a Unidos Podemos, con cierta amargura y hartazgo, justificaciones (no dudo que fruto de la rabia y la impotencia) del tipo: “los votantes del PP son gilipollas”, “putos viejos”, “país de mierda”, “la gente es corrupta”…

Para mí esto es algo insultante, entiendo la frustración de muchos, a mí me duró poco porque enseguida intenté buscar que había pasado (a día de hoy todavía estoy en ello), pero ni mucho menos creo que la gente de derechas sea peor a la de izquierdas, sencillamente tienen otros valores. Podrán gustar más o menos pero lo cierto es que son valores que han triunfado en la sociedad. Si la izquierda quiere ganar tendrá que saber cómo combatirlos, en cierto modo pienso que PODEMOS está en el camino, aunque habrá que ver cómo evolucionan.

Creo que independientemente de las circunstancias, puntuales, que hagan votar o no al PP, la gente debería pensar en el porqué de la fidelidad de voto a la derecha. En Castilla y León, y tal y como mencioné en su momento 
(http://laparadaenelcamino.blogspot.com.es/search/label/Castilla%20y%20Le%C3%B3n ) hay un sentimiento conservador que está muy impregnado en la sociedad, sobre todo en el ámbito rural.

La pregunta es ¿Qué ha hecho la izquierda para intentar llegar a esos espacios tan conservadores y tan difíciles de conquistar? Personalmente creo que poco. Creo que desde posiciones “urbanitas” la izquierda se ha convertido en algo demasiado radical y dogmático para zonas “no urbanas” (insisto, creo que no es el caso de PODEMOS, ya que ha habido lugares donde se ha demostrado un cierto porcentaje de voto, incluso sin haber estructura, aunque habrá que ver como evoluciona). Banderas republicanas, un cierto grado de laicismo, una dialéctica excluyente… son factores que han alejado a la izquierda de esas zonas de la Castilla profunda tan conservadoras, pero que son tan necesarias para intentar convertirse en alternativa electoral. Para llegar a la gente de estas zonas hay que mostrar flexibilidad.

Ya sé que hay más gente en las ciudades, pero fijémonos en Castilla y León y donde reside la fuerza del PP. El PP gana de forma tan holgada, y sin grandes variaciones, no porque las zonas urbanas lo voten (que también) sino porque tienen altos porcentajes de voto, y muy estables, en el medio rural. Esto es algo que encaja totalmente con aquello de su alta tasa de voto de mayores de 65 años.

Ante esto, otra vez, desde gente de ciudad, se ha dicho, tarde o temprano llegaremos porque ellos tienen porcentajes de voto muy  envejecido y Unidos Podemos muy jóvenes. Osea, táctica Rajoy, esperamos a que se muera la gente de los pueblos y llegamos. Eso me nerva, porque además no pienso que sea un pensamiento demasiado progresista ¿No será mejor intentar centrarnos en como penetrar en la sociedad rural?


Ahora que se habla mucho de que PODEMOS, o Unidos Podemos, se tiene que estructurar (a ver si al final van a acabar siendo el PSOE con tanta estructura. Lo siento pero lo dice una persona a la que no le va en exceso la organización). Veremos si tienen en cuenta estos lugares olvidados por la izquierda o quieren seguir siendo la vanguardia de la lucha urbana. 

lunes, 7 de marzo de 2016

El por qué de la fidelidad al PP en Castilla y León

Hace unos días tuve una conversación con un vecino de Tordesillas sobre la fuerza del conservadurismo en Castilla y León, llegándolo a comparar con las zonas más profundas de Estados Unidos. Lo cierto es que hay una cosa clara, el voto al PP en Castilla y León sufre menos desgaste que en otros lugares.

Hay mucha gente de izquierdas que esto lo achacaría a la “estupidez” del electorado, dando a entender que ellos son mejores que los otros. La verdad es que esta actitud está muy extendida y que, francamente, me molesta, no solo por ese carácter “elitista”, sino por esa incapacidad autocrítica así como por el nulo análisis de la realidad, algo que es básico a la hora de construir alternativas.

Por mi parte no pude evitar recordar una asignatura que tuve en la carrera, “Geografía de Castilla y León”, así como de un trabajo que hice sobre la distribución del voto en nuestra comunidad.  Y, haciendo un ejercicio de memoria, creo recordar lo siguiente (y voy a obviar lo que afortunadamente aporta León que también habría mucho sobre lo que hablar).

·         Gran parte de los símbolos que se relacionan con la antigua Castilla han sido tomados para la promoción del ideal “españolista”. Es fácil, por lo tanto, que haya una identificación entre los habitantes y los valores españoles.

·         Aunque existen diferencias provinciales, incluso latitudinales, creo que la principal diferencia es la del mundo urbano frente al mundo rural (o no urbano). La ciudad es siempre un espacio más propenso a los cambios. Esto es debido a la interacción entre gente que piensa diferente, con movimientos sociales, la mayor cercanía de la información, el acceso a la formación reglada y no reglada o la posibilidad de contactar con personas que poseen tus mismas inquietudes. Frente a esto tenemos un mundo rural donde el pensamiento es más o menos homogéneo y por lo tanto se produce una afirmación en los valores conservadores. Además en el mundo rural, hay todavía una gran cantidad de minifundios que acentúa la idea de propiedad privada de sus habitantes.

·         La tasa de envejecimiento de Castilla y León también influye en esa fidelidad de voto, la gante de mayor edad es menos propensa a los cambios. Castilla y León es una de las comunidades con mayor tasa de envejecimiento la cual se dispara en el medio rural, ya que los jóvenes deben emigrar ya no solo hacia las capitales de provincia sino directamente fuera de la región.

·         En el plano electoral, donde se refleja la mentalidad, está claro que el PP no ha tenido una oposición capaz de constituir una alternativa. Además la mayor parte de la población muestra poco interés por la política autonómica.

·         El gobierno regional favorece un clientelismo con el que lograr que todo siga igual: funcionarios, subvenciones para asociaciones, la PAC, los contratos públicos, la publicidad en los medios de comunicación…


Se podría decir que Castilla y León tiene una situación muy estable. Donde la mentalidad de una población mayoritariamente envejecida hace muy difícil cambios políticos importantes. Favorecido además por el tipo de poblamiento, donde hay multitud de municipios pequeños muy fieles al PP y que la izquierda parece haber abandonado en su intención de penetrar poco a poco en ellos. Personalmente creo que es imposible entender un cambio de gobierno en la región sin avanzar en cambios a nivel municipal (ocurre algo parecido en Andalucía con el PSOE).