lunes, 20 de septiembre de 2021

EL IMPACTO DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES SOBRE EL TERRITORIO

 


Hace unos días acudí a una charla en el Valle de Esgueva, sobre el impacto que tenían las energías renovables en nuestro entorno. Me pareció interesante, dado que, en conversaciones informales, había hablado con vecinos y vecinas de Tordesillas sobre lo “frustrante” que era cubrir el campo de paneles fotovoltaicos. Recordaba cómo, cuándo pusieron los aerogeneradores en la Cuesta Carracastro, hubo una “resignación” general motivada por el discurso de que iba a llenar de “dineros” las arcas municipales, pero en el fondo nos dolía que fuera a ser a cambio de modificar un espacio emblemático para los tordesillanos y las tordesillanas, modificando totalmente la clásica imagen de nuestro municipio con el Cerro culminando o poniendo en peligro el yacimiento arqueológico allí situado.

Probablemente, todas esas inquietudes y preocupaciones, han surgido en diferentes lugares ante el avance de las renovables, sin duda energías que deben ser presente y futuro, y que han dejado dinero (en arcas municipales a través de licencias y a los dueños de la tierra), pero a qué precio. En el momento actual la tranquilidad de la vida en los pueblos, de tener espacios cercanos al aire libre, se ha convertido en una necesidad a reivindicar. Los pueblos tenemos eso, pero nos lo están quitando.

La Plataforma vecinal “Defensa del Valle Esgueva” es la solidificación de ese hartazgo, vecinos y vecinas que han decidido pasar de la resignación a la acción. Comprobaron como intereses económicos y políticos estaban convirtiendo su entorno en un paisaje negro, cubierto de paneles fotovoltaicos, lo que estaba modificando su tradicional paisaje, a la biodiversidad y que no estaba teniendo un impacto positivo en el territorio.

En Tordesillas no somos ajenos a esta ocupación del espacio por parte grandes proyectos de péneles fotovoltaicos dónde antes había cultivos, a ese cambio del tradicional campo amarillo castellano a un paisaje negro que ni siquiera repercute económicamente a nivel local, más allá del pago de las licencias al ayuntamiento.

La cuestión es ¿Por qué se eligen entornos cercanos a centros comarcales de servicios o a áreas urbanas? La respuesta está en que deben concentrase en lugares con subestaciones de red eléctrica cercana, para evitar pérdidas de tensión que encarecerían la factura. Además, el hecho de que fueran zonas de cultivo añaden la oportunidad de ocupar espacios que ya han sido allanados y por lo tanto trabajar sobre ellos es menos costoso.

Lo curioso es el avance de estas instalaciones en los últimos años, un avance que se ha producido sin planificación y prácticamente ha sido “a la caza del territorio” dando igual las consecuencias y la forma. Digo curioso porque si bien responde a la intención por parte del gobierno de pasar en los próximos años de una producción en renovables de 108 GW a 250GW, la realidad es que desde 2008 el consumo eléctrico en España está disminuyendo fruto, fundamentalmente, de la marcha de la industria a otros países, ya que esta es el mayor foco de consumo eléctrico. Entonces ¿Por qué este aumento en producción de energía? La explicación hay que buscarla en los planes de la Unión Europea, concretamente en la Agenda 2030, donde se pretende que la energía generada por renovables, en especial la energía fotovoltaica, en países mediterráneos sirva para satisfacer los intereses de países del Norte de Europa como Dinamarca, Alemania… generando que los impactos negativos  se produzcan aquí, concretamente en las áreas rurales próximas a las ciudades o en las zonas próximas a los centros comarcales de servicios, como es el caso de Tordesillas, pero la energía se consuma y genere productividad o puestos de trabajo, en otros países europeos. Estamos, una vez más, ante otra evidencia de la mala construcción de la Unión Europea, dónde los países mediterráneos, salimos perdiendo.

Sin duda las energías renovables deben formar parte del futuro ya que son fuente ilimitada, el problema viene de la forma en que se están implantando en el territorio, primando el interés económico, no de los espacios y de los municipios dónde se instalan, sino de otros lugares. Relegando de esta forma a estas zonas a una posición secundaria, mientras modifican el paisaje, la actividad agraria, formas de ocio o culturales.

Personalmente pienso que los tordesillanos y las tordesillanas fuimos muy permisivos permitiendo la construcción de un parque eólico en la Cuesta Carracastro, conozco a muy poca gente que le haya gustado y desde luego las repercusiones económicas a las arcas del ayuntamiento no hay cambiado la vida de nadie, ni han supuesto un gran avance de nuestro municipio. No permitamos que los paneles fotovoltaicos se conviertan en algo de lo que después nos tengamos que arrepentir. Desde mi punto de vista el Ayuntamiento debería dejar de conceder licencias para su implantación. La gente del Valle Esgueva así lo ha entendido, vecinos y vecinas, pero también políticos de todas las ideologías, y desde luego, tienen mi admiración por ello.