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domingo, 4 de enero de 2015

El Triunfo del pensamiento único

Cuando se estudian las dictaduras, basadas en cualquier premisa ideológica y que en su mayoría tienen su origen en el fracaso de las relaciones internacionales tras la segunda Gran Guerra, se puede resumir su consolidación en el triunfo de un determinado pensamiento, ya sea por medios bélicos o, incluso, por medios democráticos. Es decir, muchas dictaduras convencieron antes de llegar al poder, otras lo hicieron después, pero una vez en el gobierno homogeneizaron al pueblo reeducándolos y convirtiéndolos en ciudadanos responsables. Para ello el pensamiento era transmitido a todos los niveles, gubernamental, por los medios de comunicación, la educación, en los espacios al aire libre, por supuesto por medio de la represión, con el miedo… Un mecanismo que creaba seres obedientes y que castigaba a los que opinaban diferente.

Afortunadamente en la actualidad estos regímenes de terror están en retroceso, en el mundo occidental ni existen, y desde Estados Unidos y Europa nos estamos preocupando de exportar nuestra idea de democracia liberal al resto del mundo a no ser que sea más rentable la creación de caos y destrucción ¿Para qué íbamos a arriesgarnos a que los pueblos buscaran por si solos sus caminos?

Aun así, el dominio de la voluntad ya no se realiza por mor de la represión y el miedo (a dios gracias) ahora se utilizan mecanismos más sutiles, aunque en muchos casos no por ello diferentes: se sigue utilizando la educación, los medios de comunicación, los discursos políticos como herramientas para desarrollar el pensamiento único. Un pensamiento que permita mantener una sociedad basada en el consumismo, la insolidaridad y la aceptación de la pobreza y las necesidades como algo insalvable.

Por lo menos si piensas diferente te permiten hablar, aunque tu capacidad de decisión sea pequeña y prácticamente se reduzca a un voto en la urna cuatrianualmente. Si es cierto en este sentido que hay variedad de partidos políticos, lo que no hay es variedad ideológica salvo en pequeños detalles  que desde luego son insuficientes para superar los grandes problemas que tiene la humanidad. Y esto es porque estos partidos políticos forman parte de una red de relaciones en las que están también los grandes representantes del poder económico o los medios de comunicación. Es decir forman parte de un gran tejido que desarrolló un discurso único que nos podemos encontrar allá por donde vamos, imposible de no ser escuchado para convertirte en uno más.


En realidad todo se reduce al interés de mantener los privilegios de unos, ellos son quienes controlan el mundo y ellos son los que vertebran este discurso con el que mantenerse. Si en España nos fijamos en los apellidos de los poderosos de principios de siglo, coinciden en un alto porcentaje con los de la actualidad. Las mismas familias han estado dirigiendo nuestras vidas como si fuésemos marionetas. Por mucho que nos guste ir a votar y que nos reconozcan derechos sin mecanismos para desarrollarlos, no somos libres, esto lo seremos cuando consigamos superar los límites del pensamiento único. 

lunes, 22 de diciembre de 2014

Las barreras de la felicidad

¿De verdad siendo consciente de los problemas de la humanidad se puede ser feliz? No quiero decir que no se deba disfrutar de la vida, que para eso está, ¿Pero hay de verdad gente que puede obviar esa realidad? Entiendo que los seres humanos luchamos por nuestro propio bienestar de forma individual y nos da igual lo que dejemos por el camino, no es que seamos egoístas es que vivimos en un gran sistema mundial que lo fomenta, sencillamente somos uno más. Todo el mundo occidental está paulatinamente adquiriendo los valores del mundo anglosajón, de la competitividad y de la prosperidad económica y social individual. El calvinismo elevado a la máxima potencia.

No es que tener una cierta ambición personal sea malo en sí, pero la historia nos enseña que los grandes avances se construyen de manera colectiva, no de manera individual por mucho que tu nombre perdure en el tiempo. ¿Acaso hicieron las revoluciones los que luego se llevaron la gloria? No, las revoluciones las hicieron las gentes, aunque necesitaran de las ideas de los primeros para ello.
 
Pensando solamente en el interés personal los individuos se deshumanizan, son incapaces de empatizar con los demás, se aíslan del mundo y levantan barreras mentales para evitar ver la realidad que les molesta. No es, por tanto, una locura pensar que individuos egocéntricos, interesados y deshumanizados, son capaces de construir estados y gobiernos egocéntricos, interesados y deshumanizados, que también levantan barreras, tanto físicas como mentales, para tapar la parte molesta de la realidad.

Estos gobiernos nos han hecho ver la pobreza como algo natural, como si fuera algo que no se puede cambiar y que además las personas sumidas en ella son personas fuera del sistema que no pueden participar en él. Está claro por qué, porque si participaran en él no les gustaría y serían una amenaza. El problema para los gobiernos viene cuando sus propios sistemas no pueden aislar a la gente de la pobreza, porque el funcionamiento del propio sistema condena a los que lo están sosteniendo a ella, y por lo tanto la gente empieza a notar que pierde calidad de vida y se rodea de gente con el mismo problema para solucionarlo, y muy destacable, con mucha gente que ya luchaba contra esos mismos problemas pero que los propios sistemas los silencian, porque como se ha dicho antes son una realidad molesta. Es decir la gente empieza a conocer lo que es la solidaridad, algo radicalmente opuesto al individualismo, pues es la cooperación entre personas interesadas y desinteresadas para solucionar una determinada patología social.

A mí como persona, como ser humano, lo que más me molesta de todo esto, es que tengamos que esperar a que se caiga todo el mundo que conocemos para empezar a derribar muros y ver la realidad y por lo tanto luchar para cambiarla. Hoy, como ayer, hay mucha pobreza que incluso siendo egoístas genera en el mundo occidental muchos problemas. ¿Por qué emigran de África a Europa? ¿Lo hacen por gusto? ¿Por qué aumenta la violencia y la conflictividad social en los barrios más degradados? ¿Por qué hay en los institutos determinados problemas sociales? Estas cosas no son sino síntomas de un problema mucho mayor, un problema que es sistémico, pero que tiene su origen en la propia mentalidad de los individuos, y por lo tanto solo cambiando la mentalidad se podrán cambiar los sistemas y se podrá combatir la pobreza.


Estos días cuando nos sentemos a comer y a cenar con nuestra familia deliciosos manjares, deberíamos pensar que, para que nosotros vivamos más o menos bien hay unos que viven mucho peor, que son la base de la pirámide de la sociedad mundial, en cuya cúspide están los grandes interesados en que esto siga igual. Y si de verdad somos humanos, deberíamos preguntarnos ¿Qué podemos hacer nosotros para cambiarlo? 

martes, 7 de agosto de 2012

Sánchez Gordillo y la lucha


Juan Manuel Sánchez Gordillo es uno de esos políticos incapaz de dejar a alguien indiferente, desde el momento en el que uno ve su característica imagen de barba alargada estilo combatiente de Moncada y palestina al cuello para definir su lado de la trinchera la mente ya te predisposiciona tu opinión a favor o en contra dependiendo de tus códigos morales. Pero no solo la imagen puede generar relevancia y Sanchez Gordillo lo sabe bien, esta imagen de comunista utópico es acompañada por acciones que rompen los moldes de este sistema y que demuestran que desde el asamblearismo y la rebeldía la política puede solucionar los problemas que genera el capitalismo salvaje.

Se puede decir que Gordillo, como la mayor parte de los vecinos de Marinaleda, se han ganado su pequeño paraíso, su isla roja, a base de palos. Conquistaron la tierra que cultivan de forma pacífica y legítima, rozando la ilegalidad, muchas veces dentro de ella como se hace cada vez que hay que conquistar derechos que el sistema, esa verdad de la que nadie puede salir, nos niega. Acordémonos de porque tenemos democracia o un sistema de salud pública o derechos laborales, no fue porque nuestros abuelos o padres se quedaran sentados mientras veían pasar los años, fue porque desafiando la injusticia, que en este caso vestía de militar y llevaba bigote, decidieron levantarse y salirse de la legalidad que ofrecía el sistema.

Hoy las cosas no son diferentes en su esencia, tenemos democracia, sí, pero no la democracia que un día arrebataron al pueblo y por la que tanto se luchó y murió. Tenemos una democracia en la que a través de un sistema electoral que favorece el bipartidismo sin generar alternativa ninguna, a los ciudadanos se nos ofrece elegir entre zipi o zape, sin posibilidad de que afloren nuevas ideas, y da igual a quien elijas porque al final el resultado es el mismo viene un señor gordo, en este caso señora con acento alemán, con un sacudecolchones a ponerte firme.

Hoy Sanchez Gordillo ha saltado a la luz como un Robin Hood de aspecto guerrillero, para con su compañeros del Sindicato Andaluz de Trabajadores y su gesto quitándole alimentos a un supermercado que cada día se desace de miles de ellos y dárselos a los que lo necesitan, conseguir que nos fijemos en que el sistema capitalista, ahora en crisis, ha abandonado a miles de personas, pero que todavía hay viejos revolucionarios a dispuestos a luchar por ellos.

miércoles, 4 de julio de 2012

Tiene gracia ¿Esto es democracia?



Refundar el capitalismo fue una reacción absurda de intentar tapar los errores cometidos por los gobiernos cuando el estallido de la crisis los desnudó dejando al aire las políticas que erróneas que durante años han ido cediendo poder democrático a la dictadura financiera. Y es que, no se puede refundar desde la democracia un sistema que de por sí es antidemocrático, y que si algo nos está enseñando la crisis, es que, el intento de regularizarlo ha sido un auténtico fracaso, como en la fábula del escorpión y la rana (cuando la rana es picada por el escorpión mientras esta lo estaba ayudando a cruzar el río y esta señaló que así se ahogarían los dos y este dijo que estaba en su naturaleza) está en su esencia. Claro, que también es verdad, que depende de lo que se entienda por democracia, si entendemos que democracia es un sistema donde se alternan gobiernos que no cuestionan los defectos económicos, funcionales o productivos innatos en el sistema, entonces capitalismo y democracia pueden ir juntos de la mano pues la segunda solo servirá para disimular las penurias de la primera, tal y como la burguesía francesa ideo en su momento para ser la cúspide social sin que pudieran tener problemas de ningún tipo. Pero, si por el contrario, entendemos que democracia es el poder absoluto del pueblo, donde la política sirve para que la sociedad, como órgano máximo del sistema, esté presente a todos los niveles, ya sean económicos, sociales o productivos, entonces capitalismo y democracia son antagónicos, y por lo tanto está claro que hemos estado viviendo una mentira, que nos han contado, nos hemos creído y mientras tanto se han reído de nosotros como los abusones se ríen de sus iguales hasta que estos se unen y les hacen frente.  

Ahora, cuando vivimos uno de los peores momentos de la Unión Europea, nos hemos tragado la gran mentira, de que el problema viene por la regularización del mercado, cuando ha sido una progresiva desregularización la que ha generado este problema, osea, que ha sido una constante entrega y venta de los valores democráticos la que nos ha llevado a esta situación, y no es que esto sea una invención de algún marxista trasnochado, tan solo es la observación de cómo los gobiernos han privatizado empresas o han entregado derechos, como la vivienda, a las empresas, o lo que es lo mismo, al capital. Ayudados, eso sí, por la gran mentira, que ha sido la Unión económica Europea, que es una puñalada más a cualquier ápice de poder de los ciudadanos, de hecho, es alarmantemente antidemocrático la actuación de las entidades europeas, no consultando jamás al pueblo cuando de una decisión socieconómica trascendental se trataba, y cuando había que hacerlo se acudía a métodos caciquiles, controlando la opinión a través de los medios de comunicación o como sucedió con la Constitución europea que tras ser rechazada por los ciudadanos fue transformada en un tratado para que fuera aprobada sin referéndum.

Esto ha hecho que, la Unión Europea, ahora controlada por Ángela Mérkel, a través del Banco Central Europeo para plasmar en Europa, la política neocón del Tea Party estadounidense. Utilize a los miembros de los gobiernos, como sí de verdugos sin piedad se trataran, para que, olvidando a quien le deben obediencia según las constituciones de los países, realicen recortes salariales, precaricen la educación o la sanidad, o destruyan cualquier residuo de prestación social, o lo que es lo mismo, para que acaben con el estado del bienestar, que el propio capitalismo creó con la intención de que el pensamiento comunista revolucionario que se encontraba al otro lado del telón de acero, no se extendiera por las clases populares occidentales si estas se sentían desamparadas. Pero ahora, cuando el marxismo institucionalizado parece reducido solo a algún lugar caribeño o sudamericano y el pensamiento capitalista está globalizado e inculcado en prácticamente todas las sociedades del primer mundo, tras la eliminación del bloque soviético, no hay peligro de contagio en las masas de cualquier ideología revolucionaria que pueda interferir en los planes de los señores del capitalismo. Es por ello, que no puedo dejar de recordar unas palabras de Joaquín Sabina en cierta canción, bastante crítica, “tiene gracia ¿esto es democracia?”.