martes, 1 de marzo de 2022

Emociones dirigidas

 

La empatía es una cualidad fundamental para formar sociedades justas, supone meterse en la piel de los demás e intentar  comprender sus emociones y circunstancias. El problema es que en la era del consumo masivo e inmediato de noticias y de la estimulación constante por redes sociales y (me voy a permitir la licencia) por “medios de desinformación”, es factible intentar orientar esa sensibilidad emocional de las personas, poniendo el foco mediático dónde interesa.

En la radio, el twitter, la televisión…  a todas horas nos “bombardean” con imágenes y comentarios sobre la invasión Rusa en Ucrania ¿Quién puede defender aquello? Efectivamente, la muerte de civiles por los intereses geoestratégicos de las oligarquías es indefendible, porque no hay que olvidar que, al final, en las guerras, los muertos siempre son la gente sencilla (ya sean civiles o militares).

¿Por qué los muertos de Ucrania merecen las lágrimas que occidente le niega a otros pueblos? De hecho, los palestinos son masacrados por Israel a diario y nadie se acuerda de ellos, los sirios siguen huyendo del horror de la guerra, y los Kurdos son asediados mientras luchan contra el ISSIS,  por poner algunos ejemplos. En el mismo sentido también es cuestionable, por lo menos para mí, la actitud hacia los refugiados sirios, que no contaron en su momento con la gran generosidad que la totalidad de europeos estamos mostrando a los ucranianos. Esto no quiere decir, ni mucho menos que esté en contra de la ayuda a los que peor lo están pasando, “líbreme Dios”, pero se empieza a vislumbrar un “doble rasero”.

No dudo que en la segunda cuestión hay un componente de rechazo racial, pero lo que marca verdaderamente este comportamiento es el “entramado mediático”, el discurso único que se transmite desde periódicos, televisores, palabras de representantes políticos, redes sociales y radios. Nos dicen “indígnate por esto aquí y ahora”.

No nos engañemos, todos sabemos que muere gente en el Mediterráneo huyendo de los horrores de sus países o que los palestinos están sufriendo un verdadero exterminio. Cuando hay muertes los medios de comunicación se encargan de mostrárnoslo, nos indignamos un tiempo y luego, cuando ya no es noticia, seguimos con nuestra vida como si no pasara nada.

Vivimos en una sociedad dónde, a pesar de creernos libres, nos están señalando dónde debemos poner el foco de nuestra emociones y hacia quien debemos descargar nuestro odio.

Debo reconocer que cuando he visto manifestaciones contra la Guerra de Ucrania a gente que jamás se apunta a una causa pacifista, he pensado que eran unos hipócritas, pero la realidad es que no, no lo son, sencillamente es que la "exhibición" en los medios de comunicación de los horrores en Ucrania (y comentarios en tertulias “bien posicionados”) es tan agresiva que hace imposible la evasión que solemos utilizar ante la dura realidad del mundo que nos rodea.