El debate territorial suscitado a
raíz del desafío soberanista catalán es, sin lugar a duda, la prueba más
visible de la crisis de régimen que tenemos en nuestro país, y a la vez, el
punto más importante de fricción entre PSOE y PODEMOS, que hace imposible,
cualquier acuerdo para formar gobierno entre ambas formaciones. Desde cualquier
análisis, y comparación con otros países como puede ser Portugal, este punto
debe siempre estar sobre la mesa, y es que, la realidad (plurinacional, de
identidades, territorial... como prefiramos llamarla) hace imposible un acuerdo
entre un partido que apuesta por la defensa del orden constitucional actual y
otro que apuesta por un cambio de este. Se trata de una realidad que no existe
en otros países, por lo que es más fácil el acercamiento entre “las izquierdas”.
Tanto PP como PSOE quieren que
nada cambie, a pesar del ruido que llega desde Cataluña. Unos con un
inmovilismo, que aunque irresponsable, electoralmente les viene muy bien, y
otros articulando una serie de propuestas basadas en un poco más de autonomía,
pero que ya no tienen cabida en el momento actual, porque el debate ya no es ese.
El debate, ahora, se centra en derecho a decidir, es decir en democracia, o no.
Por ello las propuestas del PSOE no funcionan, o tienen difícil calado, y al
final se les asocia más con fórmulas parecidas a las del Partido Popular.
PODEMOS, por su parte, sí que ha
sabido dar una respuesta, basada en la participación del ciudadano, como es un
referéndum pactado con el estado, y, si es necesario, modificar la constitución
para facilitarlo. De hecho, solo así, este podría tener garantías de
fiabilidad, ya que en el caso que saliera sí a la independencia, solo el reconocimiento
de la comunidad internacional da a otro país el status de estado. Además, esto
juega a favor, electoralmente, del partido morado, pues puede, en Cataluña, ser
visto como la herramienta útil para tender puentes entre Barcelona y Madrid.
Es normal, que partidos como PP y
PSOE no reconozcan el derecho a que la gente vote en Cataluña. Un resultado que
no entre en las expectativas, creo que de nadie, como sería el sí a la
independencia, valdría para abrir la caja de los truenos y probablemente
avanzar hacia otro proceso constituyente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario