Mostrando entradas con la etiqueta despoblación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta despoblación. Mostrar todas las entradas

lunes, 7 de octubre de 2019

La España Vaciada y la Ordenación del Territorio




Al hablar de la España vaciada parece que hay una fotografía de la realidad clara pero que falta análisis, diagnóstico y sobran titulares.  Esto se traduce en la reducción del debate a una falta de ordenación de servicios, que siendo importante, no solucionaría el problema.  

No se puede obviar que el gran golpe para el medio rural fue la erradicación de una forma de vida vinculada al campo, con la modernización de las explotaciones, y la ausencia de una alternativa que permitiera que la gente no tuviera que abandonar el pueblo. Cierto es que el progresivo desmantelamiento de la red de servicios públicos ha agudizado el problema y  es de justicia que todos podamos disfrutarlos vivamos dónde vivamos, siendo necesarios para cualquier plan contra la despoblación en el futuro. Pero la pregunta es ¿Acaso durante años no ha habido servicios de todo tipo y los pueblos han seguido despoblándose?

Es por ello, que creo, que no se habla de cuestiones que están en esa raíz del problema como es  que para que la España vaciada se llene es necesario que la España saturada se vacíe un poco. Es decir, que las medidas no sólo deben afectar al medio rural, sino también al medio urbano, ya que muchas veces se habla de acciones sin atender a la otra realidad del problema, especialmente a las grandes aglomeraciones de población, que tendrán que aceptar actuaciones en favor de su descongestión y de flujos de población hacia pueblos pequeños, centros comarcales, o, incluso, pequeñas y medianas ciudades.

Por otra parte, se debate mucho de la prestación de servicios pero se prescinde de los planes para dotar de un cierto desarrollo el territorio que, cabe señalar, sería el gran aliciente para que esa gente, que vive en las ciudades pero que mantiene cierta vinculación los pueblos, vuelva.

Todo esto se podría resumir en la ausencia de una Ordenación del Territorio eficaz y realista, que debe tener varias líneas de actuación, porque no sólo se trata de servicios sino de generar autonomía  y capacidad de desarrollo, en función de los recursos de cada lugar, de forma coordinada y evitando competencia entre territorios, ya que si no los espacios con más dinamismo pueden volver a imponerse. Pero de lo segundo se habla poco, quizás porque es más complejo o quizás porque es chocar con una realidad amarga, porque aunque se consiguieran salvar muchos lugares hay otros dónde el proceso puede fracasar, o por lo menos una parte de este proceso.

domingo, 31 de marzo de 2019

Despoblación, Ordenación del Territorio y Mentalidad... Las claves de la España Vacía


Hoy, que parece que hay una preocupación real en la ciudadanía por las áreas más deprimidas, no sé si inducida interesadamente por los medios de comunicación, y que fruto de ello los partidos políticos lo han puesto en sus agenda políticas, lanzando propuestas de todo tipo, cabe señalar que este no es un fenómeno “nuevo” sino que es la consecuencia de un modelo de desarrollo y de muchos años de inacción alrespecto.

Tampoco es un fenómeno que no haya sido antes estudiado y analizado, así como afrontado por las administraciones públicas y la sociedad civil, con mayor o menor éxito, y alejados del foco mediático actual: Los grupos de acción local, diferentes planes regionales, foros de debate al respecto o todo el flujo de fondos estructurales de la Unión Europea que han tenido en su ejecución un impacto desigual.

Todas ellas son cosas que hay que tener presente para desarrollar estrategias futuras, que a buen seguro deben ser multiescalares, es decir desde lo más cercano (municipio, comarca…) hasta estrategias de la propia Unión Europea, deben ir en la línea de la equiparación de derechos de los habitantes vivan donde vivan y deben tratar de revertir, o cuanto menos paliar, la dinámica demográfica de flujos entre el medio rural y el urbano así como el envejecimiento y la masculinización.

Como se hace eso es la gran pregunta y dependerá de la situación particular y los recursos de cada territorio, aun así la respuesta debe estar alejada del buenismo señalando claramente que para que el medio rural deje de agonizar se debe producir una descentralización de los recursos de las ciudades a las áreas deprimidas, y eso solo se puede hacer a través de una ordenación del territorio que dote a las comarcas de capacidad y se opte por esta unidad administrativa como base para la ordenación de los servicios.

Posiblemente así fuera mucho más fácil coordinar planes de desarrollo entre personas que comparten lazos sociales más allá del municipio y generar economías de escala basadas en la puesta en valor de los recursos propios, lo que unido a una red de servicios fuerte en el medio rural: educación, sanidad y dependencia (la cual en lugares con gran envejecimiento puede ser un foco laboral importante así como una ayuda para mantener población pues impediría que mucha gente mayor tuviera que emigrar) podría contribuir a generar el dinamismo necesario para rehabilitar demográficamente estas zonas.

Ahora bien, hay que tener en cuenta otro factor como es el cultural, desde mi punto de vista el más determinante y el que más daño hace a los pueblos. Vivimos en una cultura urbana, dónde la ciudad es vendida como el lugar dónde están las oportunidades y “la vida”, mientras que el medio rural es algo visto en contraposición a esto, y eso es lo más difícil de cambiar porque el cambio de mentalidad colectiva es un proceso a largo plazo dónde hay que tocar muchas cosas, desde la educación hasta los medios de comunicación…

jueves, 24 de enero de 2019

Un sector estratégico: La Dependencia


Cuando se habla de fijar población, siempre nos fijamos en ese tramo de edad que falta en los pueblos, es decir, la juventud, pero no hay que olvidar que quienes viven en estos actualmente son, fundamentalmente, personas mayores, personas que necesitan una serie de cuidados, de ahí la importancia en invertir en la sanidad rural, pero, es importante otra serie de servicios que en su planificación no costaría tanto poner en marcha o aumentarlos, y significaría un importante campo de trabajo para mucha gente: la ayuda a la dependencia

Desde luego que hay que invertir para fijar población jóven en los pueblos, y costará mucha inversión y proyectos innovadores a medio largo plazo, pero dado que los pueblos están tan envejecidos a corto plazo hay que trabajar porque esa gente mayor siga en ellos, porque además, si una persona mayor se va del pueblo, no solo se va él, sino toda esa familia que deja de ir a visitarla. Así que el impacto negativo sobre el dinamismo del pueblo es múltiple.

En este sentido, me gustaría contar (y no me gusta mucho hacerlo) una anécdota personal. Una de las últimas veces que coincidí con mis primos en el pueblo de mi madre, aprovechando las fiestas del este y visitando las peñas de vino en vino, uno de ellos me dijo unas palabras que no se me han olvidado “¿Tú no crees que la abuela podría haber aguantado más tiempo en el pueblo antes de irse a la residencia? Estaba bien, sólo necesitaba ayuda”.

Para que lo entendáis mi abuela es la abuela perfecta para los nietos, nunca tenía una palabra mala y, salvando que la señora es muy católica, no la pongo ninguna pega. Todavía recuerdo cuando íbamos a visitarla al pueblo y abría la puerta recibiendo ese impacto de calor que salía de la gloria de leña, ella miraba quien entraba y en cuanto me veía decía: “¿pero quien ha venido?” y ya acudía yo a que me diera un “saco” de besos. La señora no callaba, además cantaba muy bien, pero me obligaba a escucharla, mientras que yo quería irme a tirar de alguna alpaca, a ver las gallinas o a empaparme en la fuente. Su vida pasaba tranquila, veía la tele y se iba a caminar con las amigas. En verano ampliaba su actividad socializante saliendo por la tarde noche “al fresco”. Pero sus amigas se acabaron yendo persiguiendo a sus familias o a sitios con mejores servicios y la señora empezó a tener achaques propios de la edad, así que ella pidió irse a una residencia... Pero yo estoy seguro de que con un buen servicio de dependencia (limpieza en casa, que supervisaran las medicinas o un servicio de comida a domicilio...) mi abuela podría haber seguido algún año más en el pueblo. A mí no me importa que esté en una residencia, ella es feliz, pero cuando me dejo caer, de milagro, por el pueblo de mi madre noto como si me faltara algo...

jueves, 1 de febrero de 2018

Despoblación y medio rural no son prioridades

Siempre he pensado que debe ser desolador ver cómo la gente que te ha acompañado a lo largo de una parte importante de tu vida va desapareciendo. Cuando paseas por el medio rural castellano es imposible no ponerte en el lugar de una señora mayor que ve como, sus vecinas y amigas, con las que ha crecido, paseado o reído, van desapareciendo, retirándose a residencias o a vivir con sus familias a la ciudad. Los testimonios de la gente de la gente mayor de los pueblos, al hablar con ella, son desgarradores, ven como algo natural que sus pueblos se vacíen, no se asombran al hablar de la realidad de casas cerradas que a otros nos asustan tanto, ni siquiera en sus palabras añoran un pasado lleno de jóvenes y niños por las calles. Han normalizado la catástrofe demográfica, y eso es triste, porque quiere decir que se han resignado a ver morir a sus pueblos, aunque lo cierto es que no se mueren solos, los matan, quizás con una muerte dulce y lenta, como quien toma cicuta, pero los matan. Me vienen recuerdos de conversaciones a la cabeza, como cuando pregunté a una señora en un pueblo de Burgos sobre cuanta gente vivía en su calle y me respondió “mañana solo yo, porque mi vecina se vuelve a la ciudad y a ver si al año que viene puede volver”. O cuando paseando con una conocida por un municipio cercano a Valladolid la pregunté si había niños en el pueblo y me dijo que solo en verano, y extrañado señalé que por qué había tantos parques y equipamientos para los pequeños y me dijo “En algo hay que gastarse el dinero”.

Y aun así, podría haber alternativas, porque a día de hoy, la realidad podría ser distinta. Lo que pasa es, que las políticas llevadas a cabo no sirven para combatir la despoblación del medio rural, sino todo lo contrario. Personalmente me produce un rechazo muy fuerte la hipocresía y la falsedad, y eso es precisamente lo que tiene el gobierno de la Junta de Castilla y León. Estoy harto de escuchar a encorbatados reírse o mentir en mi cara hablando de falsas intenciones. Y lo peor, es que, sabiendo que tengo que otorgar el beneficio de la duda, no me fio del resto, han conseguido que, gente como yo, no tengamos esperanza en que con gente diferente esto puede cambiar.

Todo son palabras bonitas para hablar de lucha contra la despoblación, es lo que vende, lo que está de moda (ya pasará y retornará a la invisibilidad), pero sus políticas, que es lo importante, dicen lo contrario. Lo que la junta está haciendo con el medio rural, debería ser algo personal, porque no están ni siquiera vendiendo humo, están haciendo todo lo contrario a lo que prometen defender, están favoreciendo la despoblación, abriendo la puerta (de momento con educación) a la gente para que se vaya. Deberíamos ser más conscientes del problema porque al final en los pueblos tenemos nuestras raíces, nuestra cultura, nuestra identidad, no solo en forma de lazos familiares sino como sociedad frente a un proceso de homogeneización hacia una cultura urbana y consumista.

Pensemos un poco, si en los pueblos lo que predomina es gente mayor y queremos que se queden en sus casas lo máximo posible ¿no sería lógico apostar por unos buenos servicios para estos? Pues, a día de hoy, las políticas de la Junta hacen justamente lo contrario. Hace poco tiempo volví al pueblo de mi madre, tuve un encuentro familiar, y un primo mío me preguntó si no creía que mi abuela, que ahora está en una residencia, no podía haber aguantado más el el pueblo con determinada ayuda, mi respuesta fue un “claro que sí”, ¿Cuánta gente como mi abuela habrá o ha habido en el medio rural? Son gente mayor, que a lo mejor lo único que necesitan, es una atención primaria más constante, ahora que está habiendo recortes en las horas de los médicos rurales, o alguien que se asegure de que toman sus medicinas, ahora que hay cada vez más recortes en dependencia… Y todo esto mientras nos dicen que luchan contra la despoblación. La situación es crítica, porque un anciano menos en el medio rural, no solo es una persona menos en el censo (ya que en este mundo parece que solo nos interesan las cifras), es una familia que ya no visita el pueblo tan asiduamente para ver a sus mayores, y que con el tiempo perderán el vínculo, es una casa cerrada que será muy difícil que entre otra persona a vivir, y es, un motivo más, para que psicológicamente, el resto de vecinos piensen en retirarse a otro lugar.


Mejorar la sanidad y los servicios en el medio rural  son  medidas urgentes mientras se aplican otras a corto y largo plazo para atraer nuevos pobladores y fortalecer los vínculos con la gente que emigró (recuperación de oficios tradicionales y trabajos rurales, facilitar viviendas, medidas fiscales...), costará dinero, sí, que es limitado, pero al final la política es distribución de recursos y prioridades y creo que la Junta de Castilla y León, como todo el PP en general, no tiene al medio rural como prioridad más que para generar titulares. 

miércoles, 15 de noviembre de 2017

El cierre de la central de Velilla del Río Carrión, una contradicción para la izquierda

Hace unos días saltó la noticia a los medios de comunicación sobre el posible cierre de la central térmica de Velilla del Rio Carrión. Me he fijado en las reacciones, y una vez más me sorprende la falta de capacidad de análisis, de sensibilidad y de autocrítica.

Falta de autocrítica porque, como siempre ocurre, lo ocurrido es consecuencia de una serie de toma de decisiones, o ausencia de estas, en el pasado. En nuestro país ha habido ayudas para todo, desde el propio estado, pero sobre todo desde la Unión Europea, dónde se ha nos ha vendido que la lucha por la igualdad de los habitantes de todo el territorio solo puede conseguirse a través de los fondos de cohesión, algo que en la práctica se ha visto como algo no cierto, posiblemente porque no se han aplicado correctamente, pero también porque el mercado y las políticas de cuotas han asfixiado el modelo productivo de muchas zonas.

En las zonas mineras ha habido un problema, el carbón no es rentable por diversas circunstancias: es más barato en otras zonas europeas, hay nuevas formas de energía… Pero todo el desarrollo de esas zonas estaba vinculado a la extracción y utilización de este. ¿Qué hacer? La idea era buena, es decir, la lluvia de recursos económicos para subvencionar el sector e ir diversificando el modelo productivo. Pero en la práctica ha sido un desastre, la inversión no ha ido destinada a la construcción de una alternativa laboral y económica. ¿Quién es el culpable? Las administraciones autonómicas y locales no han utilizado ese dinero para dinamizar la zona, pero a la vez los ciudadanos han vuelto la mirada a sus pueblos y lo han invertido en las ciudades. En el futuro se debería empezar a buscar otro modelo de inversión desde el estado, porque este no funciona.

Personalmente creo que es importante, en la izquierda y en la derecha, analizar los hechos que nos llevan hasta el momento actual, porque las cosas no ocurren por generación espontánea, y una vez más, ha faltado el relato.

Por otra parte, me asusta la superioridad moral de una importante parte de la izquierda urbana.  Reconozco que siempre me he movido en una constante contradicción en este aspecto, desde pequeño me han hablado de las luchas obreras, dónde los mineros despertaban especial interés para mí, pero a la vez, hay que tener en cuenta que el futuro pasa por las energías renovables, y que conceptos como ecología, pacifismo y feminismo (aunque en algunos casos estoy en contra de la forma que se tiene de conseguir los objetivos) forman parte de la izquierda del siglo XXI. Ahora bien, para mí no es muy difícil pensar que para mantener vivos determinados espacios, y luchar contra el vaciamiento demográfico, es necesario promover perspectivas laborales y que se pueden cerrar fábricas sin dar alternativas porque obligas a la gente a emigrar. Pues bien, creo que hay un sector importante de la izquierda urbana que actúa mal, que aplaude con las orejas el cierre de una central, que si bien hace tiempo tenía que haber sido sustituida por otras alternativas para la zona, va a destruir las perspectivas laborales de un espacio muy castigado por el mal hacer de las administraciones. Un giro de tuerka más hacia la irreversibilidad del problema de la despoblación en estos espacios.  Pero claro, desde la ciudad siempre se ha tenido una moralidad superior y se pueden permitir decir lo que le conviene a cada uno sin preguntar.

 Lo lógico es, cambiar el modelo productivo, pero mientras tanto mantener la central abierta. Hay mundo más allá de la ciudad, aunque no nos guste afrontar de forma consecuente sus problemas.


domingo, 24 de septiembre de 2017

¿Refugiados para combatir la despoblación?

Era de esperar que en esto de la lucha contra la despoblación, dónde ya se invierte mucho dinero en congresos y poco en actuaciones, íbamos a escuchar de todo. Durante la tarde de hoy, y dado que estaba haciendo tiempo antes de salir a dar una vuelta, he decidido ponerme a leer ese estudio (que me ha mandado un amigo para iniciar un debate que yo no quería) en el que se señala a los refugiados como posibles nuevos habitantes en municipios de la provincia de Valladolid, algo que, según creo, ya se había propuesto en algún otro estudio dentro del marco de una serie de propuestas para combatir la despoblación. Debo decir que la primera vez que oí hablar de este estudio se me vino a la cabeza un caldero de agua que tiene una pitera por dónde se va el agua y que, para solucionarlo, en vez de tapar la pitera, echamos más agua, con lo cual se vuelve a llenar pero se sigue vaciando. Pues eso es lo que me parece esta propuesta a grandes rasgos, con el agravante de que mal realizada podría conllevar otros problemas en los municipios.

Lo primero que he hecho ha sido fijarme en la ficha técnica, para ver cuales eran los municipios propuestos dónde se había desarrollado el muestreo. Y son básicamente, las cuatro cabezas comarcales más importantes de la provincia y el área metropolitana. Pienso que vincular el proceso que llamamos despoblación, y que ocurre en el medio rural, con el medio urbano o periurbano como es el de los municipios colindantes a la capital es un error de libro, porque los procesos por los cuales se produce esa pérdida de habitantes no son ni mucho menos los mismos, así como el envejecimiento y la desfeminización de los núcleos. Por lo tanto nos quedarían las cabezas comarcales como lugares afectados por esa dinámica de vaciamiento, que aunque agravada con la crisis, lleva desde la mecanización del campo allá por los años 60. Un problema, por lo tanto, si no de sistema económico, si que vinculado al modelo del que nos hemos dotado.

Hay que señalar que, en el estudio si que pone que todos somos muy transigentes, pero que vemos ciertos problemas a la recepción de inmigrantes, por ejemplo que afecte a la devaluación del trabajo. Me viene a la mente un hostelero de mi pueblo diciendo, y esto es real, que no entendía como la gente estaba en contra de la llegada de inmigrantes, que el estaba a favor porque así les podía pagar menos que a un español. Quizás este hombre sea muy cabrón, pero por lo menos tiene la valentía de decir abiertamente lo que piensa, que no es el único que “barrunta” de esta forma. Pero, en realidad, lo que me parece importante en este aspecto, y es algo que más o menos se cumple, es que, en espacios donde la gente tiene una forma de pensar conservadora, costumbres muy marcadas, gran arraigo y relación entre ellas.... la introducción de un sujeto extraño se ve con rechazo y se dificulta la integración.

Por otra parte, creo que es un error intentar utilizar el drama de los refugiados para solucionar otro aspecto que no tiene nada que ver (mas que en el caso remoto del sistema globalizado en el que vivimos y que relaciona las dos cosas). No dudo que puntualmente puedan caer en alguno de estos núcleos de población, pero no de forma generalizada. Pienso que, a día de hoy, la ciudad está mucho más dotada para ofrecerles la ayuda necesaria para unas personas que están huyendo del del horror y a las que hay que dar ayuda a muchos niveles.


Por más que lo doy vueltas, y por más que lo he debatido con gente, sobre todo este fin de semana, sigo viendo más puntos negativos en esta propuesta que positivos, así como negar que una propuesta así, de forma sectorial sea eficaz en un problema que tiene profundas raíces.  

domingo, 17 de septiembre de 2017

La Ordenación del Territorio en Castilla Y León: ¿lucha contra la despoblación o negocio?

Uno de los grandes desafíos que tiene Castilla y León, y que ni mucho menos es nuevo, es el desafío de la Ordenación del Territorio. De hecho ya nadie esconde que la actual forma de vertebrar nuestra comunidad ha sido un auténtico fracaso, de no ser así, no habría esa carencia de servicios en el medio rural y la situacióne no sería tan dramática.

Es curioso que cuando se ha puesto el grito en el cielo por la despoblación que sufre el mundo rural, cabe destacar que hace tiempo que los geógrafos lo llevan denunciando (pero claro ya sabemos el poder mediático de Jordi Evole y de los grandes titulares de periodistas), no se ha señalado como un factor clave la Ordenación del Territorio. Y es extraño, porque aunque en los debates siempre “revolotea” por el aire la OT, lo cierto es que no hay una señalización clara a esta.

Si un servidor fuera algo “desconfiado” podría pensar que es que a la agenda mediática le interesa que se hable de despoblación pero no de vertebrar el territorio de otra forma. ¿Por qué? ¿Por qué no se dice claramente que lo que hay ahora es “una mierda” y  se abre la caja de los truenos? Pues porque si el foco mediático se pone sobre la OT impediría a la Junta de Castilla y León sacar a la luz con total tranquilidad la nueva Ley de Ordenación del Territorio  que tienen en el horno (que la sacarían igual, porque a estos “se la Pela”, solo que con más problemas).

Una buena Ordenación territorial es fundamental en la lucha por la despoblación y en la construcción a largo plazo de lo que queremos ser como Comunidad Autónoma. Se trata de buscar cohesión territorial, económica y social, de dotar de infraestructuras y servicios los diferentes espacios y de explotar sosteniblemente los recursos del territorio. En definitiva, algo que está en la base de la lucha contra la llamada “demotanasia” (palabra que no me termina de gustar). Pero por el contrario la Junta de Castilla y León nos presenta una ley alejada de la realidad de la comunidad, pues omite a las comarcas tan presentes en nuestra comunidad y  donde se muestran lazos culturales, históricos y económicos. Y centra la ordenación en las llamadas Unidades Básicas de servicios del territorio. Pero al final, lo que se pretende, no es ni más ni menos que seguir la filosofía de la Ley Montoro, es decir, atentar contra el poder municipal y aplicar el principio, liberal, de las economías de escala, dónde se supone que los recursos son más eficientes si sirven a una mayor concentración de población, lo cual está demostrado que es mentira, ya  que la gestión directa de servicios por municipios pequeños saneados es más barata. Pero de esta forma, se permite que las diputaciones ganen poder, y que cada vez más servicios de los municipios sean gestionados por unos organismos de “dudoso” carácter democrático y que intentarian externalizar la gestión de estos, a través de consorcios provinciales. Por lo tanto se ve la intención de la Junta, no solo en no querer solucionar el problema de la despoblación sino en querer entregar a negocios privados los servicios al ciudadano. Se trata pues, de una ley ideológica y poco realista para afrontar los problemas de la región.

Frente a esta hay alternativas, que cuanto menos pasan por democratizar administraciones como la diputación, pero sobre todo por atender a la realidad territorial de Castilla y León y al concepto tan arraigado de comarca,  con el objetivo de dinamizar económicamente el territorio y mejorar la prestación de servicios públicos esenciales así como corregir los desequlibrios territoriales cada vez más acentuados. Para ello, no cabría otra cosa, que iniciar un proceso de descentralización de competencias desde las diputaciones a los municipios, que tendrían en las cabezas comarcales sus centros de servicios, sobre todo de aquellos servicios que afectan directamente al ciudadano. Sin olvidar, que esta prestación de servicios requeriría de una nueva forma de financiación municipal. Es decir, una nueva Ordenación Territorial que diera autonomía a los municipios y a los territorios para poder potenciar y tomar iniciativas de desarrollo rural y local atendiendo a sus potencialidades. Una forma de gestión más cercana al ciudadano, más participativa ( si se hace correctamente) y con un mayor control de estos sobre los servicios pues serían los ayuntamientos los que los gestionarían directamente.



Lo que quiero decir con esto, es que, en pleno debate sobre la despoblación, con la ley de la Junta sobre OT están, una vez más, señalando cuáles son sus prioridades, y no es la lucha contra el vaciamiento demográfico del mundo rural, ni mucho menos, sino la privatización y el negocio con los servicios públicos. Y que, esto está ocurriendo sin que haya una contestación y alarmismo de la sociedad, a pesar de que nos echamos las manos a la cabeza por un problema tan unido como es el de la despoblación. 

domingo, 3 de septiembre de 2017

La importancia de la mujer en la lucha contra la despoblación

Durante una charla entre conocidos (a base de chascarrillos y risas, nada serio) empezaron a hablar sobre el medio rural y sobre despoblación. Yo escuchaba, estaba a gusto pero no soy de los que dé su opinión en ambientes donde haya gente con la que no tengo mucha confianza. En un momento de la charla uno me dijo “¿tu Juanfran? ¿cual crees que es el mayor problema de los pueblos?”, supongo que mi respuesta les chocó al ver la cara que pusieron, al fin y al cabo, la gente estaba relacionándolo todo con la falta de perspectivas laborales (que sin duda es un tema clave en este asunto). Dije que la mentalidad, pero que como esto era algo muy difícil de cambiar, a corto plazo el gran problema era la desfeminización del campo.

Me preguntaron que por qué, supongo que por esa idea de “la gente se va de los pueblos porque no hay trabajo”. Señalé, que en mi opinión, aunque eso sea verdad, el gran movimiento al respecto ya ocurrió en la segunda mitad del siglo pasado y que ya las tasas de emigración ya no eran tan altas y la mayor parte de la gente que se va de los pueblos son ancianos, y lo hacen por falta de servicios o para estar cerca de la familia (quizás si se consiguiera revertir esa idea de que los abuelos deben estar cerca de los hijos y no al revés, sería un paso importante), no por búsqueda de trabajo. Es decir, que ha cambiado al respecto la naturaleza de las migraciones campo-ciudad. No es ya tanto un tipo de migración que afecte a los segmentos de población en edad reproductora, y cada vez va a ser menos cuantiosa ese movimiento de población, porque cada vez hay menos gente en edad joven, la mayor parte de gente joven y mediana edad que ves en los municipios son los hijos e hijas de quienes se fueron en el pasado y que no tienen una intención de enraizar en esos municipios más allá que, como mucho, pasar la temporada estival. Entonces, si no tenemos entradas de efectivos desde la inmigración, lo único que tenemos sería a través de la natalidad y cada vez hay menos mujeres en edad fértil.

Si nos damos cuenta, éxodo rural, lleva habiendo mucho tiempo, pero los pueblos resistían porque tenían nacimientos, en épocas de bonanza también había inmigrantes... es decir, se compensaba un poco la pérdida de efectivos. Pero cuando cada vez hay menos mujeres en edad fértil, va a estar complicado.



Ya he dicho alguna vez que creo que a veces pecamos de infantilismo al pensar que el tema de la despoblación se puede solucionar. Es unproblema estructural, sistémico (cuanto menos de modelo). Pero pienso que una buena política de discriminación positiva hacia el campo puede revitalizar algunas áreas, y compensar ciertos problemas como el de la desfeminización.

lunes, 31 de julio de 2017

La Mentalidad como problema para luchar contra la despoblación

A lo largo del mes de Julio he tenido muchas conversaciones con amigos y conocidos (con los primeros, a veces, con cervezas de por medio con las teorías y absurdeces divertidas que ello supone) sobre el tema de la despoblación. La mayor parte pensábamos que esto no era más que una moda pasajera y cuando ya se entraba a hablar sobre las medidas a tomar también el grueso coincidía en que no se iba a solucionar el problema. Y yo siempre he achacado esta falta de confianza por mi parte a la falta de intencionalidad de los que mandan, es decir, que no van a querer cambiar grandes cosas y por lo tanto va a fracasar por ausencia de radicalidad (de ir a la raíz de los problemas), pero me di cuenta que el problema es más profundo, es un problema de ideología y de mentalidad de la población, que se refleja, lógicamente, en las instituciones (y a la vez ambas se retroalimentan). Quizás es que a veces tendemos a analizar los problemas con meros criterios técnicos  y perdemos la esencia de las cosas.

¿Qué quiero decir? En primer lugar, que tenemos un problema con el término “despoblación”, no sé si es intencionado o no, pero achacamos este término a dos problemas que tienen diferente génesis. Recuerdo en este sentido a la portavoz de Valladolid Si SE Puede hablando en un pleno de la capital pucelana sobre cómo se despoblaba la ciudad de Valladolid, en sentido estricto tiene razón, pero puede confundir la ciudadanía utilizar este término para referirnos a un proceso urbano y a lo que ocurre en el medio rural. Me explico: A lo largo del siglo XX las ciudades han crecido y han rebasado sus límites municipales incrementándose la población y urbanización del alfoz, pero entre municipios del alfoz y ciudad se han mantenido las mismas dinámicas que ocurrían dentro de la ciudad. Esta población era, en su mayoría, población que venía del medio rural, por lo tanto, ya el medio rural estaba sufriendo pérdida de población, y sobre todo, pérdida de población joven y femenina. Actualmente, con la crisis económica hay municipios del alfoz (periurbano) que han empezado a perder población, pero es debido a un problema coyuntural de la economía española, no quiero decir que no haya que estar atento, pero utilizar el mismo término para describir un problema que ha empezado hace unos años con algo que lleva más de medio siglo, y que genera otros problemas más preocupantes como son el sobreenvejecimiento y la desfeminización, puede dar lugar a confusión

En segundo lugar, y creo que más importante, es la mentalidad de la gente. Es decir, vivimos en una sociedad consumista y urbana, lo cual hace que inevitablemente empecemos a pensar soluciones con los mismos parámetros de la ciudad: de ahí el turismo activo o el turismo rural que van más encaminados a seguir manteniendo el estatus de sitio de recreo de urbanitas que de solucionar problemas. Pero también de ahí el asía de los pueblos por crecer demográficamente (algo a lo que contribuye la forma en que las administraciones “sueltan la pasta”), que es algo que tenemos interiorizado por aquello que nos venden de que crecer económicamente es bueno cuando la realidad es que llega un punto óptimo en el que una vez cubiertas las necesidades básicas ya no tiene tanto sentido ese crecimiento. Pues algo parecido debería pasar con los pueblos. El problema no es la falta de habitantes, el problema es la falta de juventud, mediana edad y mujeres, por lo tanto las políticas deben ir orientadas a esos sectores, y el discurso igual. Esto inevitablemente traerá consigo el crecimiento de áreas del medio rural, pero llegará un punto en que sea óptimo y no habrá necesidad de mayor crecimiento de población. Ahora bien, por mucho que demos las facilidades y se dote de servicios, ¿Cuánta gente de forma voluntaria está dispuesta a salir de la ciudad donde tiene todos los servicios para el ocio a un pueblo, que aunque tenga las necesidades básicas cubiertas la vida es menos consumista? Creo que no la suficiente para generar un movimiento de retorno a gran escala. De hecho recuerdo una tertulia dónde estaba Sergio del Molino (Periodista estrella por hacer una fotografía del medio rural muy acertada y con grandes titulares) y este señaló que él no estaba dispuesto a salir de la ciudad (por cierto, en la mesa había otros expertos que hablaban también desde sus sitios de confort en el mundo urbano). Es decir, podemos teorizar y dotar de todos los servicios posibles pero la mentalidad de la sociedad impedirá lograr objetivos.

En este sentido me gustaría contar un chiste que me cuenta un conocido en diferentes ocasiones:
-Jaimito: Papá hoy hemos ayudado entre 5 a una señora a cruzar la calle
-Padre: Muy bien Jaimito ¿pero por qué entre tantos?
-Jaimito: Porque no quería cruzar.

martes, 9 de mayo de 2017

¿Alarmismo por el medio rural o reclamo de identidad?

Hoy, he tenido la oportunidad de asistir a una charla relativa al fenómeno de la despoblación. Entre las cosas que se han dicho, donde muchas estaba de acuerdo y otras no tanto, ha habido una cosa que me ha hecho pensar: el hecho de que no es que estemos asistiendo a una preocupación por el medio rural, es que estamos asistiendo a una preocupación por nuestra identidad, ya que en un mundo globalizado buscamos la diferenciación frente a la homogeneidad.

Es cierto que siempre he pensado que la sociedad urbana propiciaba nuestro alejamiento de nuestras costumbres más tradicionales. Al fín y al cabo la globalización no es otra cosa que la imposición del consumismo, y la americanización de la cultura, y eso solo se puede dar en un mundo como el urbano, pues es dónde se concentra la actividad económica.

Lo que no era capaz es de unir esta idea al concepto de despoblación, a pesar de que siempre he pensado que la gente por lo general quiere vivir en la ciudad debido a que vivimos en la sociedad de consumo, y que eso era un punto a favor de mantener la supeditación (económica, demográfica, alimentaria...) del campo hacia la ciudad. Entonces puede ser que lo que yo entendía como un interés de la sociedad urbana hacia el medio rural por alarmismo fuera en realidad un reclamo de identidad de una sociedad que poco a poco pierde todo apego por sus tradiciones.


Puede que en realidad sea ambas cosas, no lo sé, pero es un debate tan interesante como el de las posibilidades de desarrollo del medio rural, porque al final marca también nuestra mentalidad, y es que si conseguimos conectar con nuestra cultura habremos tendido un puente y echado un cable al medio rural, aunque vivamos en la ciudad... pero seremos capaces de verlo de otra forma, sin prejuicios, de igual a igual.

miércoles, 26 de abril de 2017

Apuntes sobre el avance del padrón

Según el avance del Padrón Castilla y León es la comunidad autónoma que más población pierde. No me sorprende que esté entre ellas, vamos que tradicionalmente la cosa siempre ha sido pierden las comunidades autónomas con más peso del sector primario (a excepción de Andalucía): Galicia, Castilla y León, Extremadura y Castilla La Mancha, y ganan las que tienen más peso del sector servicios: Madrid, la Costa Mediterránea, así como Andalucía. Con la destrucción de la industria Asturias entró en el equipo de los primeros. Así fundamentalmente, luego hay otro tipo de comunidades, que francamente se escapan más a la dinámica tradicional y tienen altibajos y habría que estudiar el por qué. Al final, se podría concluir que pierde las comunidades rurales y ganan las ubanizadas o que pierde el centro y gana la costa y Madrid.

Me parece bien simplificar todo, pero me gustaría que por una vez los medios de comunicación analizaran las cosas huyendo de los limites administrativos. Por ejemplo, centrándonos en la provincia de Valladolid (que conozco algo más porque soy de aquí y sobre la que algún día me lanzaré a interpretar los datos demográficos si es que termino de hacer las gráficas), he visto alarmismo sobre que la ciudad pierde habitantes, puede ser que eso afecte a la distribución de concejales o a la hacienda local, pero desde el punto de vista demográfico quiero saber si esos habitantes los recogen los municipios colindantes (que a falta de confirmar, es imposible que compensen la pérdida), porque de ser así no me parece como para echarse la mano a la cabeza, debemos entender que las ciudades por lo mucho que han crecido y los lazos con el periurbano deben ser gestionadas de forma diferente (claro, que falta legislación al respecto), ya están avanzando en la CUVA, aunque cada vez me parece más un cajón de Sastre donde van a acabar entrando los municipios de media provincia, algunos municipios de dinámica rural han visto ahí su “salvación”.

Lo interesante será ver si se confirma la tendencia de otros municipios con relación directa con la capital pero con una cierta entidad como “pueblo”, es decir que no son ciudades dormitorio aunque hay importantes movimientos diarios hacia la ciudad. Hablo de municipios como Tudela de Duero o Cigales que empezaban a perder población en el último dato del padrón, y se trataría de confirmar la tendencia porque ahí sí que introduciría una dinámica nueva en nuestra provincia, ya que hasta ahora había tres fundamentales, dentro de la pérdida generalizada de población, por supuesto:

  • la capital perdía (y envejecía) y crecía el periurbano (y rejuvenecía)
  • Los centros de servicios se mantenían a costa de los pueblos de alrededor (envejecimiento, despoblación, baja tasa de fecundidad, de fertilidad, de feminidad... Prometo, que si termino de hacer gráficas algún día me lanzaré a hacer su interpretación).
  • Centros de servicios más alejados de la ciudad y de dinámica más “rural” perdían


Es decir, entiendo que el Padrón no va a cambiar nada de estas tres tendencias, tampoco hemos hecho nada para que así sea, y desde luego aunque empecemos ahora la efectividad se verá a largo plazo, pero podemos tener otro problema si no actuamos en esos núcleos del alfoz que empiezan a perder habitantes.  

martes, 14 de marzo de 2017

Perspectiva errónea

El domingo por la noche, como viene siendo ritual en muchas casas españolas, sintonicé “La Sexta” para ver el programa de Salvados relativo a “despoblación”, con el móvil en la mano mientras lo comentaba con unos amigos. Nos quedamos con la sensación de “Nada nuevo bajo el Sol”. Realmente, tal y como comentábamos en “la previa”, no esperábamos más que una fotografía, y como mucho ver algún intento desde dentro de los pueblos por dinamizarlo, y es lo que ocurrió, con el ya famoso alcalde de Chumillas.

Valoro bastante el hecho de que un programa como Salvados trate este problema, esta realidad, o esta consecuencia o característica, si se me permite la licencia, del sistema, o cuanto menos modelo, del que nos hemos dotado. Creo que hay una moda, que como todas las modas son pasajeras, de hablar de este tema, pero pasará. Quizás, hay que utilizarlo para concienciar lo máximo posible a la gente y para intentar abrir un debate en la calle, que agrupe a la mayor parte de gente posible, intentando incluso hacer presión, aunque luego pasé “el fervor” y se queden los cuatro “demógrafos”, “ruralistas” y asociaciones de siempre en las mesas redonda.

Lo que me molesta es la forma en la que se están tratando estos problemas en todos los lados, incluso desde las propias administraciones, donde cada vez que quieren hacer un proyecto que, en teoría quiere “atajar” el problema, se queda en eslóganes y en medidas con poca capacidad de revertir la situación. Por una sencilla razón, porque somos incapaces de hacer autocrítica y de señalar las causas de la situación de “vaciamiento demográfico” actual. Solo hay que ver el preámbulo de la agenda contra la despoblación de la Junta de Castilla y León dónde directamente se lava las manos y dice “es lo que hay”. Además cada vez que se quiere hacer algo al respecto, recurrimos al “subvencionazo” que durante años ha acabado invertido en las ciudades o creando infraestructuras, que siendo importantes (no todas), ni se acercan a revertir ni un poco el problema (fijémonos en las zonas fronterizas con Portugal o la “Terra Cha” gallega).

Por otra parte, esta moda en los medios de comunicación, positiva desde el punto de vista de dar visibilidad al problema, tiene una contrapartida, como es la simplificación. Quiero decir, prácticamente vemos reportajes y fotografías de la situación actual, pero no se ahonda en las causas, fundamentales para realizar un plan de acción al respecto. No es algo exclusivo de este tema, pasa con muchas de las “dolencias” que estamos sufriendo en este país. La explicación pienso es sencilla, para revertir estas situaciones los cambios tienen que ser muy profundos, desde el punto de vista económico, como administrativos, pero también de la mentalidad (muy urbana, consumista, competitiva).


Creo, por lo tanto, que el programa de Salvados se enmarca en esto que estoy comentando. Buena fotografía, pero nulo análisis de causas a pesar de que de fondo, aunque con los comentarios que se hacían, se podían intuir tanto estas como las bases para posibles cambios al respecto. A corto plazo puede ser algo positivo para la Serranía Celtibética pues hicieron buena promoción de la zona y somos animales que nos movemos por impulsos, así que iremos en masa a disfrutar del “rural profundo”. No se habló, eso sí, de proyectos endógenos, es decir proyectos de dinamización que surgen de la movilización de los agentes del propio territorio, y que hay experiencias muy interesantes al respecto, por lo menos en Castilla y León, poniendo en valor el patrimonio cultural, artísitico, artesano y agroalimentario (fundamental en estas zonas)

domingo, 19 de febrero de 2017

La despoblación y el desarrollismo

Hoy me he fijado en una noticia de “El Confidendencial” con un mapa de coropletas, muy logrado, donde se exponía la distribución por edad de la población de España, no solo a nivel municipal, sino de barrios. Aunque, sin duda, es interesante ver la distribución dentro de las ciudades de la población en función de su edad, no es, para mí, lo más representativo de este mapa. Pero quizás merezca mención aparte en otro post, a pesar de que nunca fueron los temas relacionados con el urbanismo los que más me han gustado dentro de la Geografía, ni tampoco los que mejor se me han dado.

Lo más representativo de este mapa es la distribución de colores a lo largo de todo el Estado. ¿Por qué? En primer lugar, porque desde el punto de vista estético  las representaciones gráficas sirven para esto, es decir, para que con un solo golpe de vista captes la idea. Pero en segundo lugar, para mí lo realmente importante, porque podría tener una distribución de colores igual si habláramos de dinamismo económico, de importancia de sectores económicos, de feminidad, de nupcialidad, de natalidad, de densidad de población…. Es decir, de toda una serie de parámetros que tienen directamente que ver con el fenómeno de la despoblación, en el caso de regiones como Castilla y León.

Y esta distribución de colores en el mapa, para todos estos índices, es el resultado de un modelo de desarrollo, basado en el plan de estabilización de 1959 que marcó los centros donde se iban a desviar recursos de todo tipo para el desarrollo económico del país, y que señaló los lugares donde en adelante, y hasta ahora, se iba a desarrollar la actividad industrial.

El problema de este plan, no fue que desde el estado se planificara un modelo de desarrollo, sino que la distribución de industria no se realizara con fines estratégicos sino de intereses “políticos”, así como no saber contrarrestar los efectos negativos de las áreas más desfavorecidas, que en poco tiempo vieron disminuir su población joven que huyó a las ciudades haciéndolas crecer de forma exponencial, y muchas veces generando caos urbanístico, pues no estaban preparadas para ese “aluvión”.

El caso es que, desde que ocurrió esto, no hemos sabido contrarrestar esos efectos negativos, que se agudizan en épocas de crisis. Además si nos fijamos en el mapa ya han generado en zonas periféricas (frontera con Portugal, interior de Galicia y sectores montañosos) una situación, que yo, personalmente, pienso que es irreversible (la red de carreteras llegó tarde, ya no hay juventud, no hay vinculación de la gente exiliada, los núcleos urbanos están lejos,  no hay posibilidad de dinamizar esta zona…), a pesar de que desde Europa se ha invertido bastante cantidad de recursos económicos en ellas, pero claro, se ha invertido mal.

Lo que quiero decir, y ya lo he señalado alguna vez en el blog, es que el problema de la despoblación está tan vinculado al modelo de desarrollo que tenemos desde los años 60, que para abordarlo es necesario una reforma más profunda que el clásico “subvencionazo”, y es que en este país lo solucionamos todo a base de subvenciones. Damos subvenciones sin entender que para ello primero se tienen que generar recursos. Por esto pienso, que la alarma generada entre las clases políticas es más un slogan que una realidad, al fín y al cabo, una reforma en profundidad podría llevarse por delante muchas cosas. Porque la despoblación, al igual que la crisis económica y social es un problema que deriva de la desregularización y la falta de capacidad política para poner freno a los desajustes de la economía de mercado. 

lunes, 30 de enero de 2017

No me creo la prioridad hacia la despoblación

Desde que se anunciara en la conferencia de presidentes, a bombo y platillo, que se iban a poner a trabajar para poner soluciones al fenómeno de la “despoblación”. Como siempre la administración, tarde, mal y nunca, ante un problema que es la otra cara del sistema económico del que nos hemos dotado: industrialización, urbanización y tercerización.

En este tema, y tal y como señala Fernando Manero, quizás debamos poner en valor el trabajo de muchos geógrafos al respecto, que una vez más, ante lo moderno siempre pone el foco en lo que el resto de la gente no ve. El “ojo del geógrafo” que nos decían nuestros profesores en la carrera, en alusión a esa capacidad que se va desarrollando a lo largo de los cursos para ver el mundo de forma integral (o por lo menos lo que ellos se proponían como objetivo a la hora de enseñar).

Pero independientemente de este homenaje a una formación que me dio una serie de técnicas y que permitió abrir mi mente, lo cierto es que lo que en esa conferencia se anunció me pareció más slogan que otra cosa. Y lo digo porque creo que es un problema que requiere soluciones más complejas de las que un gobierno del PP o del PSOE están dispuestos a afrontar, y desde luego porque en un mundo globalizado, el problema no depende solo de lo que se haga en Valladolid, Castilla y León o España, el problema también tiene sus causas “globales” ( A vueltas con la Despoblación). Algo que la Unión Europea también ha entendido. Aunque cabe señalar que la UE lleva años, a través de los fondos estructurales, intentando combatir estos problemas y fomentar el desarrollo rural. A la vista está, que al igual que las acciones de las diputaciones, ha habido un rotundo fracaso y que hay que plantearse seriamente cambios en la aplicación de esas políticas. Siempre señalaré, en este sentido, que las políticas a favor del turismo rural que hubo antes de la crisis, fueran la gran oportunidad perdida. Es decir, que se han intentado cosas al respecto y se ha invertido mucho dinero en ellas, pero el balance nos indica que debemos partir de cero, en un momento donde los recursos son menores, y donde no parece que desde la administración entiendan la gravedad del problema. Mucho me temo que al final la solución pase por conceder ayudas a actividades que no generan dinamismo, es decir, lo mismo de siempre.

Esta conversación la tuve hace unos días con un par de compañeros de la carrera, donde se tienen las buenas conversaciones, en una mesa de un bar con unas cañas, y en las cuales al final se acaban diciendo cosas poco coherentes pero divertidas. Como aquella vez que propuse, para solucionar los problemas de despoblación de Soria, convertir esa provincia en un gran parque temático para la tercera edad. El caso es que mis interlocutores coincidían conmigo en el análisis pero eran más optimistas que yo en los objetivos. Que le voy a hacer si cada vez creo menos en las acciones de las administraciones. Me recordaron “el chico que fui”, y es cierto que cuando me conocieron siempre esperaba algo más y era más ambicioso. Pero ahora no, y en este caso concreto, soy pesimista y tengo claro que el problema no se va a solucionar porque no estamos dispuestos a cambiar las cosas de una forma radical, y digo radical porque el problema de la despoblación, entendiendo por esto el fruto del éxodo rural, es un problema innato al sistema, al modelo de desarrollo que tenemos y por lo tanto, para revertir esa situación no solo hay que “regionalizar” o “aislar” el problema, es algo mucho más complejo.


Hay que tener claro de que estamos hablando, es un fenómeno que ocurre en las zonas “no urbanas” (que se me perdone la expresión, que no me gusta, aunque me vale para excluir los espacios urbanos y periurbanos), porque a día de hoy, el fenómeno de la despoblación en estas zonas es algo que viene de largo, que no es momentáneo o “coyuntural” como puede ser el proceso de pérdida de habitantes que se tiene en el mundo urbano (que no se limita solo a las capitales), ya que en este caso habrá que ver si en situaciones económicas favorables estas zonas siguen perdiendo población, o no, como es el caso de esos espacios sacudidos por el vaciamiento demográfico. 

viernes, 9 de diciembre de 2016

LA DIPUTACIÓN Y EL REPARTO DE RECURSOS

Uno de los grandes problemas que actualmente tiene nuestro entramado organizativo es la cuestión de una financiación de los municipios con la que poder resolver las necesidades sociales de los vecinos, y, concretamente, de los municipios más pequeños. La mayor parte de este dinero es entregado por el gobierno central a las diputaciones provinciales para que estas lo gestionen.

Esto ha generado en el pasado, y genera actualmente, en la distribución de los recursos problemas de transparencia, falta de conocimiento, partidismo, una burocracia excesiva, derroche en megaestructuras… Además, de imponerse en el reparto, criterios injustos que no tratan de revertir los desequilibrios territoriales generados por la dinámica económica y que, como mucho, tratan de dulcificarlos.

Se trata de criterios liberales, desde el punto de vista económico, e interesados, desde el punto de vista electoral, derivados de una composición de fuerzas, dentro de la institución, dónde los ciudadanos ni siquiera podemos intervenir con nuestro voto directo. El más utilizado de estos criterios, es el demográfico, es decir, dar más recursos a aquellos municipios con más población. En la práctica, son las zonas que bordean a las ciudades, es decir, el periurbano. Zonas con gran cantidad de equipamientos sociales y con un nivel de infraestructuras bastante satisfactorias que han llegado a ese número de personas debido a la absorción de recursos que, de forma natural, se genera en el mundo urbano.

¿No sería más lógico romper con ese centralismo e invertir más en aquellos lugares donde el devenir económico ha generado estragos? No es creíble la apuesta de las instituciones por combatir la despoblación cuando para ello utilizan las mismas ideas y los mismos criterios que han fracasado durante años.


Se demuestra, también aquí, la ineficacia de unos organismos señalados por la ciudadanía y que solo son útiles para los partidos políticos, y sus intereses, como herramientas de poder.

lunes, 28 de noviembre de 2016

A vueltas con la Despoblación

Parece que la despoblación se está convirtiendo en un problema de primera magnitud para los representantes políticos. Ya era hora. Pero como en todo, lo primero es reconocer el problema, y como las cosas de palacio van despacio, parece que no es inmediato poner soluciones.

Me hace mucha gracia como se afronta el debate. Es cierto que desde las instituciones autonómicas, y desde las diputaciones, se hace más bien poco. Aunque también es cierto, que desde la administración local, faltan ideas y hay cierto conformismo no queriendo ir más allá.

Así que el debate sobre la despoblación se enroca de nuevo en acusaciones partidistas y entre administraciones. Una vez más, también aquí, los encargados de gestionar los recursos se ponen a pensar y solo se les ocurre echar la culpa al contrario.

El PP lleva gobernando, a todos los niveles (autonómico, provincial y local) esta comunidad durante casi 30 años (y me atrevo a decir que viendo las prioridades de la izquierda y su forma de actuar en una Castilla tan conservadora y con tanto desinterés por la política regional, van a ser muchos más años), es lógico que se pueda pensar que algo tienen que ver, y no creo que haya nadie que lo dude. Pero no es el causante de todos los males. Hay que estudiar y analizar la tendencia y los precedentes, así como comprender la realidad para ver que esto es un problema mucho más profundo.

La pregunta, viendo los datos demográficos actuales, y sobre todo la distribución de la población en la Comunidad autónoma es ¿Cómo es posible que hayamos llegado hasta aquí?

Para ello hay que analizar que ha pasado desde principios del siglo XX, partiendo de nuestra posición como región interior española y con gran fuerza agrícola, es decir se ha visto muy afectado por una emigración hacia áreas más urbanas y costeras (o hacia otros países como en el franquismo o en el momento actual) y la mecanización del campo que produjo un éxodo y unas características sociales y económicas en el medio rural que son claves para entender la dinámica demográfica actual.

·         La primera mitad del siglo XX es un periodo donde el crecimiento vegetativo de Castilla y León fue mayor (con permiso de la Guerra Civil) encontrándonos en el periodo con mayor población de la historia, en contraposición con otras comunidades  autónomas donde esa situación se produjo en los primero años del siglo XXI. Aun así, hubo una emigración, más o menos homogénea sobre el territorio, que hizo que las tasas de crecimiento no fueran muy altas. Dicho de otra forma aunque la natalidad se disparó, el crecimiento no fue acusado debido a la emigración.

·         Durante el cuarto tercio del siglo XX se empiezan a producir las diferencias por regiones. Las regiones interiores empiezan a perder población en favor de Madrid y las regiones  costeras. Pero mucho más interesante es el fenómeno del éxodo rural en nuestra comunidad, fenómeno que se va a ir recrudeciendo en los años posteriores y que va a ir configurando el mapa demográfico actual. Un fenómeno que se ve impulsado por el Plan de Estabilización de 1959 produciéndose la mecanización del campo, que expulsa de las áreas rurales a muchos vecinos que acuden a las ciudades a trabajar en la industria. Produciéndose un éxodo rural regional (del medio rural a ciudades próximas industrializadas) y otro nacional (del medio rural a las grandes urbes industrializadas, ya que, no todas las provincias tenían polo de desarrollo. Esto produjo grandes problemas de planificación urbana, pero a largo plazo condenaron al olvido al campo, de hecho muchos municipios fueron desapareciendo.

·         Con la crisis de 1975 se ralentizó la emigración de gente, pero el progresivo envejecimiento de nuestra región afectó a la natalidad, con lo cual el crecimiento demográfico no se recuperó. Además, estamos en la época en la que los avances técnicos y el aperturismo de la sociedad conducen a la “segunda transición demográfica” y a un Régimen demográfico moderno en España, es decir el alargamiento de la vida (en Castilla y león envejecimiento) y la caída de la fecundidad, así como el retraso de la gestación del primer hijo.

·         A principios de siglo XXi se produce una llegada de inmigrantes de otros países que permite paliar la pérdida demográfica, así como rejuvenecer la pirámide demográfica con aportaciones de niños y personas en edad activa. Esta migración se centra más en el mundo urbano, pero también tiene su repercusión en las áreas rurales, donde se registraron incrementos de población a pesar de la pérdida de población autóctona.

·         La llegada de la crisis económica frena este proceso, y agudiza, aún más, la pérdida de castellano y leoneses a otras áreas interiores, más dinámicas, o la “emigración forzosa” a otros países. Lo que en la práctica nos devuelve a una dinámica poblacional, en valores absolutos, pero también espaciales (donde la preocupación en el medio rural debe ser prioridad), que ha sido la tónica habitual desde la segunda mitad del siglo XX.





Teniendo en cuenta lo hasta ahora mencionado, parece claro que, no podemos “regionalizar” el problema. La despoblación es un fenómeno que está interconectado con el dinamismo económico dentro de un mundo globalizado, con unos lazos históricos, con una mentalidad urbana y con una concepción de la política en forma de intereses.

Es por lo tanto un problema innato al modelo de desarrollo que tiene nuestro país, pero es un problema que se ha banalizado frente a otros, posiblemente porque las grandes áreas que sufren esta lacra, han sido silenciadas o lo han visto como algo irreversible y han normalizado la situación.

 Por lo general este problema es abordado desde instituciones y mentalidades urbanas, y por lo tanto pierden perspectiva. Se generan propuestas despóticas que carecen de análisis y de percepción del problema, y que redundan en lo mismo que durante décadas no ha funcionado y que condenan a los pueblos al olvido o a ser un parque temático para los fines de semana.

Desde luego lo que hay de manifiesto es una falta de entendimiento entre instituciones y medio rural. Traduciéndose en falta de empatía sobre el problema, falta de recursos y tiranteces. Para luchar contra la despoblación hay que comprender el lugar donde se produce y por qué, hay que escuchar a quienes lo sufren, y hay que hacerles participe de sus soluciones teniendo capacidad decisoria sobre estas. Hay propuestas para ello... pero eso ya es otro tema.



PD: hay mucho que hablar sobre este tema, esto ha sido fruto de un debate que he tenido el fín de semana (uno de muchos que he tenido), prometo seguir hablando de esto ya sea en otros post o en el mismo en cuanto tenga tiempo para profundizar en ideas, porque es fascinante las propuestas que se han desarrollado y como sociedad demuchos pueblos se resiste. Digamos que este post ha sido una toma de contacto.