Hoy, que parece que hay una
preocupación real en la ciudadanía por las áreas más deprimidas, no sé si
inducida interesadamente por los medios de comunicación, y que fruto de ello
los partidos políticos lo han puesto en sus agenda políticas, lanzando propuestas
de todo tipo, cabe señalar que este no es un fenómeno “nuevo” sino que es la
consecuencia de un modelo de desarrollo y de muchos años de inacción alrespecto.
Tampoco es un fenómeno que no
haya sido antes estudiado y analizado, así como afrontado por las
administraciones públicas y la sociedad civil, con mayor o menor éxito, y
alejados del foco mediático actual: Los grupos de acción local, diferentes
planes regionales, foros de debate al respecto o todo el flujo de fondos
estructurales de la Unión Europea que han tenido en su ejecución un impacto
desigual.
Todas ellas son cosas que hay que
tener presente para desarrollar estrategias futuras, que a buen seguro deben
ser multiescalares, es decir desde lo más cercano (municipio, comarca…) hasta
estrategias de la propia Unión Europea, deben ir en la línea de la equiparación
de derechos de los habitantes vivan donde vivan y deben tratar de revertir, o
cuanto menos paliar, la dinámica demográfica de flujos entre el medio rural y
el urbano así como el envejecimiento y la masculinización.
Como se hace eso es la gran
pregunta y dependerá de la situación particular y los recursos de cada
territorio, aun así la respuesta debe estar alejada del buenismo señalando
claramente que para que el medio rural deje de agonizar se debe producir una
descentralización de los recursos de las ciudades a las áreas deprimidas, y eso
solo se puede hacer a través de una ordenación del territorio que dote a las comarcas de capacidad y se opte por esta unidad administrativa como base para la ordenación de los servicios.
Posiblemente así fuera mucho más
fácil coordinar planes de desarrollo entre personas que comparten lazos
sociales más allá del municipio y generar economías de escala basadas en la
puesta en valor de los recursos propios, lo que unido a una red de servicios
fuerte en el medio rural: educación, sanidad y dependencia (la cual en lugares
con gran envejecimiento puede ser un foco laboral importante así como una ayuda
para mantener población pues impediría que mucha gente mayor tuviera que
emigrar) podría contribuir a generar el dinamismo necesario para rehabilitar
demográficamente estas zonas.
Ahora bien, hay que tener en
cuenta otro factor como es el cultural, desde mi punto de vista el más
determinante y el que más daño hace a los pueblos. Vivimos en una cultura
urbana, dónde la ciudad es vendida como el lugar dónde están las oportunidades
y “la vida”, mientras que el medio rural es algo visto en contraposición a
esto, y eso es lo más difícil de cambiar porque el cambio de mentalidad
colectiva es un proceso a largo plazo dónde hay que tocar muchas cosas, desde
la educación hasta los medios de comunicación…