miércoles, 24 de octubre de 2012

El camino de la izquierda

Un fantasma recorre toda Europa del Sur, sin duda ese es el fantasma de la izquierda, del anticapitalismo. La estafa que ha sumido en la depresión a la ciudadanía española empieza a tener una contestación social en la calle, una contestación muy diferente a las anteriores que pone en tela de juicio no solo a los agentes habituales, dueños de los medios de producción o gobiernos, sino a propios instrumentos que en el pasado fueron de vital importancia para defender los intereses de los menos desfavorecidos, instrumentos que el propio sistema ha corrompido transformándolos en elementos indispensables para la legitimización de la regresión social, así los sindicatos han sido comparsa, junto con el bipartidismo y la patronal, de los intereses de los poderes financieros, sirviendo para mantener distraída a los de abajo a cambio de migajas del festín de los de arriba. Ahora, en este momento tan difícil, la población está organizándose bajo la única bandera de la indignación y la responsabilidad democrática, y todos aquellos, movimientos o asociaciones, que no estén de acuerdo con ello deberán apartarse o reformarse para ser útiles a los desfavorecidos, aplicando para ello mecanismos de democracia participativa y transparencia.

La imagen más inmediata y concreta de este cambio, se observa en las tendencias electorales. Hay una enorme, y peligrosa, desafección por los partidos políticos, que no por la política, que se traduce en una amplia abstención, así como un aumento de los votos nulos y votos en blanco. Está claro que esto se debe a una vinculación de la situación actual, fundamentalmente con los partidos “del turno”, pero indirectamente también con los minoritarios. Pero por otra parte, se observa un incremento de los movimientos de izquierda, lo que podíamos llamar “efecto Syriza”, es decir, el hundimiento progresivo del partido socialdemócrata debido a su inoperancia política como consecuencia de un escoramiento, o sumisión, hacia posiciones neoliberales, y su sustitución cuantitativa por grandes coaliciones de la izquierda alternativa, surgida de coaliciones de movimientos socio-políticos pequeños y que no necesariamente se encuentra en el espectro político de la socialdemocracia. Lo hemos visto en las elecciones gallegas, donde a pesar de la victoria del partido conservador y una alta abstención, la llamada “Syriza gallega”, unión de Esquerda Unida, Anova y Equo fundamentalmente, liderada por el histórico dirigente del independentismo gallego Xose Manuel Beiras, ha conseguido, en apenas un mes captar gran parte del electorado descontento y entrar con fuerza en un parlamento donde tradicionalmente estaba reservado a 3 partidos que monopolizaban todo el espacio político gallego. Esto choca con el resultado electoral que ha obtenido la izquierda federalista en el País Vasco, donde el hecho de acudir separados, les ha condenado a la extinción parlamentaria y prácticamente social.

Todo esto debe servir de reflexión para conformar un camino hacia una alternativa por la izquierda, hay que reducir la disgregación del voto de la izquierda y concentrarlo en grandes coaliciones que permitan una representación parlamentaria más contundente con la que tener fuerza dentro de las instituciones y luchar tanto desde dentro, como desde fuera, por cambiar este sistema que cada vez se tambalea más. Ahora bien, surgen varias dudas a nivel nacional, la primera tiene que ver con la capacidad de liderazgo, ya que tanto en Grecia como en Galicia, los referentes de estos movimientos son personas capaces de captar el descontento y de generar ilusión debido a su capacidad oratoria, a su coherencia y a su análisis de la situación, pero eso es algo que a nivel nacional no se encuentra en ningún movimiento que pueda formar parte de esta gran coalición, ya sea IU, Equo o diferentes opciones de ámbito regionalista. La segunda duda que me viene a la cabeza es la predisposición de Equo a un gran pacto, en su momento el movimiento ecologista se desvinculó de un pacto así por entender que ellos no se movían en una escala derecha-izquierda y que representaban otros intereses, pero el hecho de su participación en Alternativa galega de Esquerdas tira por el suelo esa justificación, aunque no es un secreto que a esta formación huyeron antiguos cargos de IU y que fruto de esto ha habido ciertos roces importantes, y esto tiene que ver con mi última reflexión, que es, la necesidad de que todas las partes cedan, el PCE deberá dar un paso atrás en su continua obsesión por controlar IU o cualquier coalición en la que esté, amén de que se deberán superar redencillas personales que no hacen sino desmembrar la izquierda.

sábado, 13 de octubre de 2012

La gran mentira


Si algún amigo tuyo deseara que el día de mañana la vida de tus hijos fuera peor que la tuya y presionara para conseguirlo ¿Sería conveniente seguir conservando su amistad? Probablemente la mayor parte, siempre puede haber gente a la que le vaya “la marcha”, estemos de acuerdo en que una amistad así cuanto más lejos mejor. Entonces si nuestro país estuviera presionando para que el día de mañana los ciudadanos españoles tengamos menor prestación por desempleo, una mayor precarización laboral, salarios más bajos… ¿es un socio al que España deba tener en consideración? La mayor parte de los ciudadanos pensaremos que no, pero parece ser que gobiernos y personas a las que les va bien así están encantados.

Alemania ha cedido a los chantajes de su poder financiero, ha decidido perder su memoria, olvidar lo que la pasó en el pasado y convertirse en el verdugo de la Europa del Sur. Cuando España entró en la Unión Europea, y posteriormente la unión monetaria, fue forzada a destruir su industria, algo, que aparte de destruir puestos de trabajo, privó a nuestro país de un sector que está resistiendo de una mejor forma la crisis actual. Pero aparte de eso, las grandes empresas alemanas hicieron su negocio, al destruir la industria española tuvieron un nuevo nicho donde poder vender sus productos. Nuestro país se convirtió en un país importador y dependiente de Alemania. Pero aquí no acabó el negocio de los grandes “usureros” alemanes, porque los productos alemanes son financiados con capital de los bancos alemanes, que a su vez también financia, en su mayoría, la economía española, para que esta pueda cuadrar su balanza de pagos desequilibrada debido a la mayor importación que exportación.

Lo cierto es que este gran negocio ha sido el verdadero espíritu de nuestra Unión Europea, que con el estallido de la burbuja inmobiliaria dejó a la luz sus vergüenzas, pues la caída del consumo y la inversión hacen que aflore el endeudamiento de las empresas y bancos españoles con el capital financiero alemán. ¿A quién recurrimos cuando no hay dinero? … a mamá, en este caso, a mama estado, así este asume las deudas de las entidades privadas y las convierte en públicas, es decir las pérdidas multimillonarias de unos pocos son transformadas en pérdidas de toda la población española y el poder financiero alemán pone su foco de atención sobre el estado que ha heredado la deuda, que como cualquier institución que busca la rentabilidad económica, antepone la prestación de dinero al compromiso del pago de la deuda por parte del estado aunque haya que destruir todo el estado del bienestar.

A raíz de esto, parece claro que la unión monetaria no ha sido más que el negocio de unos pocos, el poder financiero es el gran ganador de la crisis, a pesar de que ellos, unido a la debilidad de los gobiernos democráticos, han sido los principales causantes. De cara al futuro hay que plantearse si el euro es viable para los intereses de la ciudadanía, o tan solo es viable para los intereses de una parte de la ciudadanía. Desde las instituciones europeas y españolas, no pueden vendernos la actual Europa como una maravilla, cuando a nuestro alrededor vemos como cae nuestro mundo. No se puede negar que las presiones mediáticas para seguir en el euro son inmensas, y es posible que en una hipotética salida de él, pueda haber contratiempos, pero tras mucho reflexionar y viendo cómo funciona Europa en la actualidad… es o el euro o la democracia… o lo que es lo mismo o los bancos o los ciudadanos. 

miércoles, 3 de octubre de 2012

Modulando


Han saltado las alarmas, y con razón, de todos aquellos que piensan que el derecho, y deber, de un ciudadano no termina cuando se deposita el voto en la urna, sino que durante cuatro años hay que estar controlando al gobierno y reivindicando lo que creemos justo, así como denunciando los abusos que se produzcan. Sé que una gran parte de la ciudadanía piensa que las manifestaciones son algo, en cierto modo, despreciable, que no son formas. Se trata de ciudadanos, en gran parte, contaminados por el discurso de la derecha, el discurso de que el gobierno puede hacer lo que quiere porque solo él sabe lo que le conviene a España, y actualmente hay que vender imagen de tranquilidad a los mercados, además se ven con fuerza en el poder, controlan todos los poderes del estado y gozan de legitimidad gracias a los votos que les han aupado al poder en una democracia algo descafeinada.

No soy de los que suele llevarse las manos a la cabeza al oír hablar a los políticos, creo que los ciudadanos ya hemos oído de todo. Aún así, nuestros representantes, siguen teniendo esa capacidad para que nos quedemos con la boca abierta. Las declaraciones de la delegada del gobierno en Madrid, ha dejado en un segundo lugar la pataleta de Mayor Oreja sobre que se den imágenes de las movilizaciones. Parece ser que hay vacío de poder en el sector duro de  Génova tras la marcha de Esperanza Aguirre y la señora Cifuentes, aprovechando que es rubia y mujer, quiere cubrirlo, con declaraciones como a la que dedico esta entrada, las ya famosas sobre modular el derecho de manifestación.

Alguien debería recordarla a la señora Cifuentes, que este es un derecho constitucional, si ya se que la constitución en este país vale para lo que vale, pero ha costado mucho que se asuma que protestar es tan legítimo como los sueldazos políticos, mira señora Cifuentes, podíamos empezar por modular eso, o modular que la gente que tenga “asuntillos” con la justicia no pueda acceder a cargos públicos o modular que los gobiernos sean esclavos de sus programas. Pero, por favor, no intente modular algo que costó tanto conseguir, si hasta ustedes lo han cogido con ganas con eso de la JMJ o de las movilizaciones antiabortistas.

lunes, 1 de octubre de 2012

Populismo


Ver para creer… eso es lo que dije cuando días atrás me enteré de que Maria Dolores de Cospedal, primera presidenta autonómica en traspasar las líneas rojas que ella misma trazó, estaba intentando que los señores diputados no cobraran por ejercer su labor política, es decir, que se dedicaran a su actividad profesional. Y es que, llama la atención que una persona que ha cobrado sumas de dinero que rondan los 200.000 euros, diga ahora para defender esta propuesta “no hay  nada más grato que trabajar por el bien común” ¿Por qué no renunció a su dinero cuando era diputada en la oposición?

No seré yo  quien me vaya a poner a defender el salario de unas personas cuyas acciones en el pasado y en la actualidad nos han condenado a una situación de pesimismo colectivo. Pero, esto no tiene nada que ver con la mayor o menor culpabilidad de sus señorías, sino con la accesibilidad de personas de cualquier clase social a la función de representar de los ciudadanos. Lo que se traduce indirectamente, en la existencia, o no,  de diferentes discursos ideológicos dentro de las instituciones.

Creo, que pese a los intentos por maquillar las acciones del gobierno, no se puede negar que se está aplicando desde el poder ajustes ideológicos, es decir que el gobierno está aplicando liberalismo puro y duro, una doctrina basada en que los estados tengan poco peso frente al poder financiero, así este podrá disponer de mano de obra barata y mover e dinero de negocio en negocio sin que nadie le pueda detener, no existe el ser humano como persona sino como mano de obra al servicio del crecimiento económico, dando igual para ello si se generan guerras o si se pisotean los ya denigrados derechos humanos. Así “los gobiernos”, porque no es exclusivo del gobierno de España, ni siquiera del actual gobierno, han cedido al chantaje de los mercados rebajando las indemnizaciones por despido, han rebajado impuestos a los que más tienen, han precarizado la educación y la sanidad pública a favor de la privada… Es decir han realizado una serie de acciones, que perjudican a la gente sencilla, la gente de la calle, o lo que es lo mismo: la clase trabajadora (aunque algunos se crean mini botines, por tener una pequeña empresa).

Todo esto, es mucho más sencillo de realizar, cuando existe un solo discurso, el discurso del poder, el del liberalismo. Para domar las mentes de los ciudadanos, no debe haber nadie que pueda corromperlas, que pueda hacerlas reflexionar, es decir, cuando en las instituciones no existen sujetos que puedan rebatir al que manda. Es este el verdadero sentido de lo que pretende realizar la presidenta castellanomanchega, porque el hecho de que los diputados no cobren por su trabajo parlamentario, hace que solo puedan cobrar aquellos que tienen un colchón económico importante o una empresa que le genera importantes beneficios y de la que se puede ausentar. No podrá estar en estas instituciones la persona de origen humilde que tiene que dedicar sus horas en un empleo para conseguir dinero y así satisfacer sus necesidades.

Los ciudadanos debemos diferenciar entre lo que son políticas para salir de la crisis, y son peligrosas propuestas populistas como esta, que va en la misma línea de la propuesta del presidente Gallego, Alberto Núñez Feijoo, de reducir el número de parlamentarios autonómicos, ya que favorece a aquellos partidos mayoritarios, evitando que los minoritarios, ya castigados por la ley electoral, puedan llegar hasta el parlamento, ya que disminuiría la proporcionalidad de las cámaras.

Si lo que los políticos quieren es adelgazar el gasto de los parlamentos y de los gobiernos, pueden rebajar la cuantía económica de los diputados, en vez de eliminarla, pueden eliminar asesores y dietas, o incluso eliminar esa tarjeta que les permite viajar gratis y empezar a soltar pasta… pero que no intenten callar voces diferentes, porque al final alimentan la voz de la calle.