En el fondo, desde Diciembre,
todos sabíamos que el PP y el PSOE iban a llegar a un entendimiento para
facilitar un gobierno. Probablemente si se hubiera producido el sorpasso esto
hubiera llegado mucho antes, pero no solo de voto urbano debe vivir el partido
morado, y además Castilla es muy grande y conservadora.
Quizás los que lo dábamos por
hecho nos olvidamos de que la gente antes de morir puede tener comportamientos
heroicos, y eso es lo que hizo que Pedro Sanchez arriesgara. Eso, o que quería
seguir en la poltrona, que cada uno elija.
Al final, ha ocurrido. El
periódico el País no lo llamará “Pinza”, lo llamará responsabilidad o pacto de
estado, esas definiciones que utiliza la prensa con los acuerdos entre el PP y
el PSOE. Pero no por ello deja de ser bochornoso y traumático, para el partido
que más legislaturas ha gobernado en España desde que llegara la democracia.
Hay que entender que el
espectáculo del último mes es la conjunción de varias crisis en un momento
determinado:
·
Crisis ideológica: Desde finales de los años 90
los partidos socialdemócratas empezaron a abrazar la ideología liberal, y eso
se tradujo en propuestas de liberalización de los sectores económicos y de
adelgazamiento del estado del bienestar (de por sí, en España ya bastante esquilmado).
Esto lo compensaban con avances en los derechos sociales. Al estallar la
crisis, estos partidos fueron incapaces de realizar una política diferente y de
dar respuesta a la emergencia social, adelgazando así la línea que les separaba
de los conservadores. Aquí tenemos el caso de Zapatero, pero para mí el ejemplo
más paradigmático es el caso en Francia de Hollande, que llegó como la gran
esperanza de la izquierda Europea y va a salir del gobierno como el fracaso más
sonado.
·
Lo viejo contra lo nuevo: El 15M pilló a los
partidos tradicionales con el pie cambiado. Sus estructuras monolíticas no se
han sabido, o no han querido por meros intereses de poder, adaptar bien a esas
nuevas formas que la sociedad (la que participaba y la que simpatizaba con este
movimiento) anunciaban. La lucha constante de Pedro Sanchez con los barones
(los cuales le promocionaron en las primarias) y su posterior “asesinato
político” lo retrata. Es decir, se ofrece a la militancia elegir al capitán del
barco, es decir un mecanismo de participación, pero luego es la estructura de
partido la que marca la política y los tiempos y al final en una pugna por el
poder pierde lo surgido de las primarias.
·
El debate territorial: Algunos dicen que los
problemas territoriales de España empiezan con el café para todos, pero creo
que en España esto ha sido una constante que solo se ha podido enfriar cuando
ha habido entendimiento. Pero si hay que poner un antecedente yo me iría más al
franquismo que a la transición, porque se trató de homogeneizar el “sentimiento
territorial” de todos los habitantes del Estado, imponiendo una cultura
españolista, lo que provocó, lógicamente, una reacción de aquellos territorios.
Ese sentimiento sigue impregnado en gran parte de la sociedad y es aprovechado
electoralmente por el PP. Entre estos dos mundos el PSOE ha sabido moverse muy
bien, siempre con la idea del federalismo en la mente (algo que no se han
creído mucho). El envite soberanista les ha obligado a posicionarse del lado de
las posturas más conservadoras frente a alternativas más valientes que
reconocieran la plurinacionalidad del estado y que hoy son representadas por
PODEMOS y sus confluencias. Esto ha hecho que en los territorios donde el
nacionalismo es electoralmente una fuerza relevante hayan sufrido un desgaste
enorme, territorios donde solía marcar diferencias en la carrera electoral con
el PP (Galicia aparte).
·
Crisis de liderazgo: Ante el fracaso de
Rubalcaba, desde el aparato del PSOE tuvieron que buscar otro Secretario
General que pareciera una ruptura con lo que se consideraba “viejo”. La mejor forma para vender eso eran unas
primarias donde se dejara participar a la militancia, algo que se supone que
está acorde con los nuevos tiempos. Las primarias, como la mayor parte de
procesos, tienen sus cosas buenas y sus cosas malas, lo que las hace más
adecuadas es la necesidad que tiene la gente de participar en las decisiones de
su partido. Ante esto se buscó el candidato más adecuado, es decir más
disciplinado, con el aparato, en la figura de Pedro Sanchez. El resto, ya se
sabe, se le promocionó por parte de medios afines, fue apoyado por los barones
y votado en consecuencia. Desde entonces, Pedro Sanchez, ha demostrado ser el
Secretario General con menos visión política de la historia: cambios de
discurso, poco contenido político, enfrentamientos con las federaciones
territoriales, estrategias para intervenir en ellas… Es decir se ha ganado un
montón de enemigos que en cuanto han tenido la oportunidad han ido a por él.
·
PODEMOS:
Al final el surgimiento del partido de los círculos es lo que más daño ha hecho
al PSOE. Porque hasta la aparición de este nadie discutía que la única forma de
cambiar al PP (ya fuera en municipios, CCAA o en el estado) era a través del
PSOE, con lo cual bajara o no en las encuestas siempre podría recurrir a
determinados con movimientos de izquierda o con nacionalistas (que no
soberanistas), lo cual permitía posponer ciertos debates. Pero el hecho de que
una fuerza política le dispute la hegemonía de, ya no solo la alternancia ,
sino la alternativa al PP y que se permita negociar sin posición e inferioridad
hace que todos los problemas surjan y se magnifiquen.
En definitiva el PSOE está ante
un momento fruto de la conjunción de problemas que arrastra desde hace tiempo,
y que tienen que ver con la dificultad de la socialdemocracia de dar solución a
la crisis económica, la dificultad de los partidos de responder a las ansias de
participación de la ciudadanía, los problemas particulares del estado y el
surgimiento de nuevos movimientos que han cambiado el tablero electoral. Y
esto, como ya he dicho alguna vez es
síntoma, en su conjunto, de que la sociedad del siglo XXI no es ni mucho menos
la del siglo XX y para dar respuesta a sus problemas primero hay que
comprenderlos.
Cabe señalar, para finalizar, que
a pesar de lo que muchos anuncian, no está muerto. Esto dependerá de lo que
haga en el futuro. Se trata de un partido “histórico” (aunque estuviera 35 años
de vacaciones), que tiene una militancia, y unos simpatizantes, bastante fieles
(aunque cada vez se vaya erosionando más), en su mayoría mayores de 50 años. Lo
que les va a garantizar cierta tranquilidad para afrontar un debate interno que
les permita resurgir. Aunque es cierto que, en su mismo espacio está compitiendo
con otro movimiento que querrá aprovechar este movimiento de debilidad.