miércoles, 30 de marzo de 2016

¿Gobierno del Cambio? A lo mejor en un futuro

Reconozco que estoy algo desencantado. No sé muy bien lo que esperaba de la izquierda, de los “partidos del cambio” (palabra que empieza a perder sus sentido). Sé que me volveré a ilusionar, también sé que necesitamos ilusión.

Los partidos políticos se han convertido en una verdadera lacra sin ideologías, llenos de intereses personales y al servicio de gente por encima del bien y del mal. No creo, por lo tanto, que la solución pase por los dos partidos del turno, ni el PP, ni el PSOE (por mucho que este repita que es “el cambio”). Pero entiendo, aunque me joda, que son necesarios. Además está claro que sin PSOE no hay gobierno posible, y necesario. Y es que quizás necesitemos una legislatura, aunque sea corta, con un parlamento tan fragmentado, que sea capaz de revertir el rodillo del PP en los últimos años y consensuar una serie de reformas (como por ejemplo educación). Es evidente que no se abarcaría el desafío territorial que ha puesto encima de la mesa Cataluña, de hecho da la sensación que el PSOE no entiende muy bien la situación, propone cosas que ya no valen (como un nuevo estatuto). 

Tampoco el PSOE se atreverá a plantar cara a la troika, así que no podrá haber cambios económicos importantes (recordemos el gobierno de Zapatero en su trato con Europa, que solemos tener memoria de pez). Quiero decir que, no es que tenga ilusión en esta vía pero la veo necesaria. 

Vaya camino ¿Verdad? Al final el bipartidismo siempre gana, y eso es desmoralizante, por todo lo que significa, porque no supone una verdadera solución a la situación actual. ¿Pero que nos queda? Está claro que ninguno de los viejos partidos que se hacían llamar alternativa pueden convertirse en esta, aunque sí que podrían formar parte de ella, por ello espero que en IU ganen las propuestas de Alberto Garzón (por eso, y por el bien de los Ayuntamientos del cambio”) y no las de aquellos que nos obligaron a la gente a buscar otras opciones más ilusionantes. 

Pero si se habla de alternativas hay que hablar de PODEMOS. Quizás el haber puesto tantas esperanzas en su resultado electoral ha sido lo que me ha producido esta sensación de desencanto. No me gusta el cambio de estrategia cada dos por tres, con una relación con el PSOE de “amor y odio”, pero ante todo no me gusta la estructura organizativa excesivamente vertical (y no lo digo por el cese de Sergio Pascual, que entiendo que el Secretario General pueda hacerlo, y deba si cree que es necesario, aunque luego tenga que rendir cuentas). No quiero decir con esto que tenga que tener una estructura totalmente horizontal, eso sería inviable en los ritmos en los que la realidad institucional te exige moverte, pero creo que tienen la obligación de otorgarnos esa participación y esas nuevas formas que tanto nos han vendido. Tienen la obligación de hacerlo, porque no nos pueden fallar, este es el momento con el que muchos soñaron, lo que intentó conseguir la IU de Anguita con la que muchos de los que ahora se aferran a las siglas se ilusionaron, sin entender que ahora hay procesos de confluencia más allá de ese 3-5% en lo que ha quedado. 

No se si el futuro pasa solo por PODEMOS, lo que si se es que no es posible sin PODEMOS, pero para ello debe demostrar que es lo que ha predicado siempre. 


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