miércoles, 5 de octubre de 2016

¡PSOE en crisis! un buen entretenimiento

No tenía pensado hablar de ese sainete de puñadas y traiciones barriobajeras que han acabado con Pedro Sanchez fuera de la Secretaría General del PSOE. Pero mira, otra cosa que no cumplo. Mucha gente dice que ha sido un espectáculo lamentable, que desmotiva a la gente, pero para por mi parte ha servido para que vuelva a interesarme un poco por la política nacional. ¡No me jodais! Era todo demasiado monótono, ha sido como una pizca de sal en un guiso soso, ha dado alegría. Durante una semana veías los programas de debate y te recordaba a las atracciones de 3D de los parques como Port Aventura: la sangre te salpicaba en la cara.

Bromas aparte, lo interesante de todo esto (para mí), no es el espectáculo interno de la lucha por el poder. Ni siquiera es tampoco ese debate de lo viejo contra lo nuevo, que por cierto, recuerdo que Pedro Sanchez representaba el PSOE más a la derecha en las primarias y que por mantenerse en el puesto estaba intentando traicionar todo lo que había dicho previamente y que iba en consonancia con aquellos barones que le apoyaron y ahora se lo han cargado, algo de razón tienen también quienes se han quejado porque Sanchez se presentó con un proyecto que ahora quería traicionar. Quiero decir con esto que soy de los que piensa como Joan Tardá “ Si Pedro Sanchez es el progre, lo que piensa Susana Díaz mejor no saberlo”.

Para mí lo importante de todo esto, es lo que representa la crisis del PSOE, que no data de hace una semana, sino que vienen de una larga deriva desde que Zapatero claudicó ante la Troika (fruto de decisiones políticas anteriores que tienen que ver con la crisis de la socialdemocracia).

El PSOE ha sido el partido de la Democracia, ha sido el partido que más ha gobernado, que mayor poder territorial y durante más tiempo logró tener, y el que en un momento dado más porcentaje de voto cosechó. Ha sido el partido con el que los Españoles nos hemos sentido identificados durante más tiempo.

Pero ese “ha sido”, ese pretérito perfecto, no ha continuado en el presente. El PSOE ya no es ese partido que marcaba la actualidad política y el paso al resto. Ha dejado un espacio a la izquierda que está siendo ocupado por un movimiento que ha entendido mejor el momento actual y que no tiene el lastre del pasado.

En definitiva, en este momento de crisis del sistema de democracia representativa, de la economía, de la soberanía de los estado, de socialdemocracia…. es llamativo, e ilustrativo, que el partido que ha representado todo esto, se esté descomponiendo porque no es capaz de convertirse en una alternativa que de soluciones, y que en un momento de cambio como el actual, sufra en su interior tensiones entre lo nuevo y lo viejo.


Puede que el PSOE se convierta en un actor secundario, pero que nadie dude de su capacidad para resurgir… a lo largo de su historia ha estado mucho peor. 

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