lunes, 26 de junio de 2017

Pero que buenos son...

¡Dios! Que buenos son. Es imposible no felicitarse por lo bien que los sistemas son capaces de neutralizar causas que les pueden ser molestas. La verdad es que me fascina: algunas las absorben, otras las ridiculizan y otras sencillamente se van disipando.

Durante un tiempo, desde el 15M hasta el último ciclo electoral pensaba que las altas esferas del estado tenían un balance negativo en lo qua a aciertos se refiere, pero el tiempo me hace pensar que no, que saben perfectamente lo que hacen, y los movimientos contestatarios también les dan muchas facilidades.

Personalmente siempre he visto la fiesta del orgullo gay como un carnaval, es así, y lo sigo viendo, tengo conocidos que asisten solo por pasárselo bien, ya ves… todo muy crítico, no me extraña que al PP le salgan “palomos cojos” hasta de debajo de las piedras.

Pero bueno, es que el sistema es muy bueno en lo suyo. Fijaros que ha pasado en Francia con la indignación, como ha sido perfectamente canalizada por Macrón, o el papel de Ciudadanos en España, o lo que hicieron con la imagen del Ché. La pena es que con el 15M y el surgimiento de PODEMOS en España anduvo un poco perdido, pero ya se ha encontrado, ya lo tienen todo encarrilado. En ese aspecto, tarde o temprano, la izquierda (ya no quieren ser el “cambio”, volvemos a los ejes tradicionales, que error) volverá a ser ese conjunto de grupos con cierta presencia en la calle incapaces de cambiar nada por su “residualidad” parlamentaria.


Pero bueno, lo que decía… Joder, es que son muy buenos, y nosotros caemos en los mismos errores constantemente.

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