Durante los últimos días he
tenido una de esas sensaciones en la cual me he replanteado si estaba
equivocado, algo que no me lo tomo a mal porque te obliga a informarte y a
reflexionar lo cual siempre es positivo, pero ya llevo un tiempo “reflexionando”
demasiadas cosas en lo relativo al terreno ideológico y me empieza a preocupar,
amén de dar demasiadas vueltas a las cosas y tender siempre a creer estar
equivocado.
La última polémica que me ha
hecho dudar ha sido el video de una chica recibiendo una paliza a las puertas
de un local de Murcia. Creo que pocos debieron ser quienes la primera vez que
salieron las imágenes pensaran que era imperdonable que un grupo de “personas” ( a saber lo que
estaba pensando cada uno) actuaran de esa forma hacia otra, incluso en mi caso,
pensé, unos chicos (ya no tan chicos) hacia una chica.
Creía que no había discusión al
respecto, era una vergüenza. Pero de pronto, surgió la noticia de que la chica
era nazi y que era una “joyita”, y que los otros eran “antifas”. Para mí no seguía
sin existir debate alguno, ya que, al final siempre he pensado (y eso desde
adolescente, y he cambiado bastante desde entonces) que el uso de la fuerza, ya
no digo la violencia, solo está legitimado en casos muy excepcionales dónde las
circunstancias no quedan otra. De hecho ha habido casos en los que, aunque haya
funcionado (que son los menores), ha tenido que pasar tiempo para que analice y
reconozca que, en ese caso concreto, fue efectivo. Hablo por ejemplo de los
disturbios de Gamonal. De pronto, empecé a ver comentarios en Twitter o “post”
en Facebook a favor de la acción de los agresores (o cuanto menos un intento de
justificación) y una solidaridad porque la justicia había actuado. No seré yo
quien defienda la justicia actual, pero ciñéndonos solo a la imagen, era para
hacerlo. Los comentarios eran fundamentalmente de gente vinculada a la
izquierda, pero posteriormente también hubo comentarios defendiendo a la
agredida de gente vinculada a la derecha.
Claro, todo esto me hizo preguntarme
¿Me estaré perdiendo algo? ¿Me estaré equivocando? Yo, en mi escala de valores
no podía justificar la acción, así que recurrí a gente que entiendo que “pasa”
bastante del marrón político, en definitiva la mayor parte de la gente común. Saqué el tema en grupos de wasapp con amigos míos, en alguna conversación
de bar, con gente de mi familia… con gente que se definía de derechas o de izquierdas (o con sentido común). Al final
prácticamente me dieron la razón. Hubo comentarios graciosos como “tan
gilipollas la una como los otros” o “Una hostia a un nazi es merecida, pero
joder, no se puede hacer”. Al final, me quedé tranquilo y me di cuenta de que
yo no he cambiado de posición, y que me encuentro bien pensando lo que pienso
del uso de la fuerza, y que es uno de esos principios de los que me siento
orgulloso.
Pero este tema además me ha dado pie
a plantearme en qué lugar estoy, si es el que corresponde, porque ver a tanta
gente de “izquierdas” defender algo que, yo, por principios, no puedo defender, me hace pensar. No es la primera vez que me pasa, ya ha habido más posiciones
con las que yo no estoy de acuerdo y que la izquierda, o los movimientos
progresistas, han defendido. Afortunadamente no tiene que ver ninguno con los
derechos sociales, pero sí, quizás, con la estructura, con la identidad
territorial, con la participación… Cosas que me hacen pensar.
Recuerdo en este sentido que tuve
en Navidad una charla con una persona (la verdad es que el cerveceo da para
grandes reflexiones) que yo considero de izquierdas, y que ha participado en este
tipo de movimientos, dónde más que
señalarme me ayudó a “alumbrar”, o a comprender, algo que yo ya venía viendo,
como es que hay una serie de “ideas” dentro de la izquierda que se han
convertido en “dogmas” y que eso es peligroso. Claro, tal y como yo entiendo la
izquierda, eso no puede ser, porque la izquierda debe tener una continua
reflexión, no puede tener nada intocable.
El caso es que todo esto me plantea
situaciones de posicionamiento ideológico incómodo, que yo creí que ya había
pasado hace años. Por quitar hierro al asunto, hay dos teorías al respecto :
La primera sería la que tiene una
amiga mía que señala que lo que me pasa es que soy anarquista pero todavía no
lo sé, o no lo quiero reconocer.
La segunda sería la que tiene
otro amigo mío en la cual dice que soy comunista pero que tengo un ramalazo
fascista que aflora de vez en cuando. La verdad es que no niego que pueda tener
ideas conservadoras, al fín y al cabo me he criado en un entorno así, aunque
tampoco me voy a castigar por ello.
Principalmente creo que, códigos
morales aparte, me molesta la falta de autocrítica y las cosas preestablecidas
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