miércoles, 23 de noviembre de 2016

Día 25, la necesidad de señalar un problema

Un año más llega el 25 de Noviembre, fecha en la que se conmemora el día contra las violencias machistas. Ya el hecho de haber conseguido un día para su celebración es todo un reto, que muestra lo mucho que se ha avanzado, pero también lo mucho que hay todavía por avanzar.  

Sobre estos actos, y la conveniencia de acudir a ellos, se suscita amplio debate, excesivo para una causa tan clara creo yo. Esto se debe a que, por debajo subyace la idea, bastante extendida, de que sí que existe igualdad. Es uno de los problemas de aprobar leyes sin que haya una opinión mayoritaria a favor. La lógica suele decir que los derechos se consiguen en la calle y cuando la presión es muy grande llega el legislador, siempre “a rebufo”… Pero claro ¿Qué pasa si sobre el papel se conceden derechos y no llegan recursos para llegar a ellos? Pues que es papel mojado…

Una de las críticas a estos actos que me llamó más la atención, me ocurrió el año pasado, diciéndome que si ya había terminado de manifestarme por cosas obvias, porque, ¿Quién no está a favor de q no haya maltrato? Que era de sentido común... No contesté, pero claro, ¿para qué manifestarse contra desahucios? ¿a favor de la educación pública? ¿contra la corrupción? Ect. Es decir, para que manifestarse.

Yo creo en las manifestaciones, pero soy de los que piensa que sin estar en las instituciones es imposible cambiar las cosas. Aunque, ¿Cómo se llega a las instituciones? De ahí gran parte de la importancia de la movilización popular. Ahora bien, y a modo de anécdota, creo que muchas veces tratamos de repetir los mecanismos que nos funcionaron en el pasado (o para colmo, que no nos funcionaron) sin entender que la sociedad ha cambiado (relaciones laborales, tercerización y globalización de la economía, endeudamiento de las familias, capacidad de participación del ciudadano en la política, …) y equivocándonos en las formas.

Ahora bien, hay una cosa que las manifestaciones y las concentraciones no han perdido con el paso del tiempo, es más, con la universalización en el mundo desarrollado del acceso a la información se ha aumentado. Estoy hablando de la capacidad de focalizar un problema, darlo visibilidad, concienciar de ello a la población, y por supuesto, pedir soluciones.

En el caso de la violencia de género, es obvio que existe un problema, porque es cierto que la sociedad mantiene, y transfiere a las generaciones, una serie de valores que hacen que haya una posición de dominancia masculina que en sus situaciones más extremas deriva en violencia física o psicológica, causando incluso la muerte.  Esto es algo común a todas las sociedades, y además, es un indicativo de desarrollo, pues son las sociedades más subdesarrolladas donde la situación de la mujer es de mayor debilidad. Pero en el mundo desarrollado también existen contrastes, al fin y al cabo todos somos fruto de nuestro devenir histórico. En nuestro país, a pesar de que la situación de la mujer siempre ha sido de mayor inferioridad que la del hombre, lo cierto es que el nacionalcatolicismo la otorgó un rol subalterno, donde la violencia de género se entendía como violencia doméstica y se aplicaba aquello de “los trapos sucios se lavan en casa. Esto, a día de hoy, todavía lo estamos pagando, pues aquí también se nota la impregnación de la cultura de la dictadura en la sociedad, haciendo evidente, una vez más, la falta de ruptura con la dictadura.

Contra esas ideas, es contra lo que se lucha. Lógicamente, la llegada de la democracia también supuso la facilidad para transmitir, y hacer llegar a mucha más gente, la necesidad de la lucha por la igualdad, pero también es cierto, que partimos de situaciones mucho más precarias que las de otros países.

Pues bien, por esto hay que manifestarse ese día. Porque hay un problema, porque hay que señalarlo, porque hay que concienciar de ese problema y porque hay que pedir recursos para solucionarlo.


PD: Es interesante siempre ver donde se producen la mayor parte de las agresiones machistas (siempre teniendo en cuenta que no todo se denuncia, y por lo tanto, hay que orientarse). Y eso es algo verdaderamente interesante desde un punto de vista geográfico (sectores degradados vs sectores rehabilitados, áreas urbanas vs rurales etc…)

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