Un año más llega el 25 de
Noviembre, fecha en la que se conmemora el día contra las violencias machistas.
Ya el hecho de haber conseguido un día para su celebración es todo un reto, que
muestra lo mucho que se ha avanzado, pero también lo mucho que hay todavía por
avanzar.
Sobre estos actos, y la
conveniencia de acudir a ellos, se suscita amplio debate, excesivo para una
causa tan clara creo yo. Esto se debe a que, por debajo subyace la idea,
bastante extendida, de que sí que existe igualdad. Es uno de los problemas de
aprobar leyes sin que haya una opinión mayoritaria a favor. La lógica suele
decir que los derechos se consiguen en la calle y cuando la presión es muy
grande llega el legislador, siempre “a rebufo”… Pero claro ¿Qué pasa si sobre
el papel se conceden derechos y no llegan recursos para llegar a ellos? Pues
que es papel mojado…
Una de las críticas a estos actos
que me llamó más la atención, me ocurrió el año pasado, diciéndome que si ya
había terminado de manifestarme por cosas obvias, porque, ¿Quién no está a
favor de q no haya maltrato? Que era de sentido común... No contesté, pero
claro, ¿para qué manifestarse contra desahucios? ¿a favor de la educación
pública? ¿contra la corrupción? Ect. Es decir, para que manifestarse.
Yo creo en las manifestaciones,
pero soy de los que piensa que sin estar en las instituciones es imposible
cambiar las cosas. Aunque, ¿Cómo se llega a las instituciones? De ahí gran
parte de la importancia de la movilización popular. Ahora bien, y a modo de
anécdota, creo que muchas veces tratamos de repetir los mecanismos que nos
funcionaron en el pasado (o para colmo, que no nos funcionaron) sin entender
que la sociedad ha cambiado (relaciones laborales, tercerización y
globalización de la economía, endeudamiento de las familias, capacidad de
participación del ciudadano en la política, …) y equivocándonos en las formas.
Ahora bien, hay una cosa que las
manifestaciones y las concentraciones no han perdido con el paso del tiempo, es
más, con la universalización en el mundo desarrollado del acceso a la
información se ha aumentado. Estoy hablando de la capacidad de focalizar un
problema, darlo visibilidad, concienciar de ello a la población, y por
supuesto, pedir soluciones.
En el caso de la violencia de
género, es obvio que existe un problema, porque es cierto que la sociedad
mantiene, y transfiere a las generaciones, una serie de valores que hacen que
haya una posición de dominancia masculina que en sus situaciones más extremas
deriva en violencia física o psicológica, causando incluso la muerte. Esto es algo común a todas las sociedades, y además,
es un indicativo de desarrollo, pues son las sociedades más subdesarrolladas
donde la situación de la mujer es de mayor debilidad. Pero en el mundo desarrollado
también existen contrastes, al fin y al cabo todos somos fruto de nuestro
devenir histórico. En nuestro país, a pesar de que la situación de la mujer
siempre ha sido de mayor inferioridad que la del hombre, lo cierto es que el
nacionalcatolicismo la otorgó un rol subalterno, donde la violencia de género
se entendía como violencia doméstica y se aplicaba aquello de “los trapos
sucios se lavan en casa. Esto, a día de hoy, todavía lo estamos pagando, pues
aquí también se nota la impregnación de la cultura de la dictadura en la
sociedad, haciendo evidente, una vez más, la falta de ruptura con la dictadura.
Contra esas ideas, es contra lo
que se lucha. Lógicamente, la llegada de la democracia también supuso la
facilidad para transmitir, y hacer llegar a mucha más gente, la necesidad de la
lucha por la igualdad, pero también es cierto, que partimos de situaciones
mucho más precarias que las de otros países.
Pues bien, por esto hay que
manifestarse ese día. Porque hay un problema, porque hay que señalarlo, porque
hay que concienciar de ese problema y porque hay que pedir recursos para
solucionarlo.
PD: Es interesante siempre ver
donde se producen la mayor parte de las agresiones machistas (siempre teniendo
en cuenta que no todo se denuncia, y por lo tanto, hay que orientarse). Y eso
es algo verdaderamente interesante desde un punto de vista geográfico (sectores
degradados vs sectores rehabilitados, áreas urbanas vs rurales etc…)
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