miércoles, 18 de julio de 2012

No todos son iguales


Ese espectáculo teatral en que se ha convertido la actividad parlamentaria, ya no solo en el Congreso de los Diputados, sino en el resto de parlamentos autonómicos de España, está alcanzando durante estos días de flagelación a la ciudanía cotas esperpénticas. No es que esto sea algo nuevo pero sí que se está convirtiendo en algo continuo, hemos pasado del maravilloso y lleno de rabia ¡A la mierda! Del enigmático y entrañable José Antonio Labordeta, al lleno de odio ¡que se jodan! de la diputada Andrea Fabra.  Pero, y aunque  esto último es lo que más repercusión mediática ha tenido, como no podía ser de otra manera dada las medidas antisociales y de empobrecimiento que se estaban mostrando en ese momento, no es el único gesto o anécdota que llama la atención, puesto que, ya son parte inamovible del telediario la sonrisa nerviosa del ministro de Hacienda Cristobal Montoro o la hipocresía de los diputados de la bancada mal llamada socialista, pero sobre todo, hay que fijarse en las respuestas a la defensiva, nerviosas y sin contenido social defendible de nuestro presidente del gobierno, Mariano Rajoy.

De todas las respuestas de Mariano Rajoy me ha llamado la atención la que ha dedicado a la intervención plenaria de hoy del diputado de la izquierda plural, Cayo Lara, cuando este le estaba mostrando los datos sobre el paro que generarán, según organismos oficiales, las políticas aplicadas por el Gobierno. Tras esto Rajoy le ha dedicado las mismas palabras de reducción que recalca constantemente, quizás con el intento de que quede grabado en la cabeza de la gente, como al niño al que mandan repetir una y otra vez la tabla de multiplicar, para recriminar al líder de izquierda unida que el toma decisiones que no tomó la izquierda y que en eso no puede dar lecciones, como si, él, Gaspar Llamazares, Paco Frutos o Julio Anguita hayan tenido oportunidad de gobernar este país.

Ante esto uno se pregunta si Rajoy se habrá confundido entre IU y el PSOE, quizás por lo pasado en Andalucía o en Asturias (donde son fácilmente confundibles dada la previsibilidad de su política de pactos), o si se ha olvidado de que Cayo Lara, con sus gestos y su ética, puede sacar los colores a más de un diputado de la cámara. Izquierda Unida, a pesar de tener muchos errores y alejarse bastante de lo que fue su intención inicial, tiene políticos, que se suelen acercar bastante al pueblo, y en muchos casos, partirse la cara por escribirlo coloquialmente. Su coordinador general no es una excepción a esto, como pequeño agricultor fue cofundador del sindicato COAG en un momento en que tuvieron que cortar más de una carretera al estilo “minero”, gracias a lo cual ahora los pequeños agricultores se pueden sentir representados, pero además fue notoria su lucha contra la corrupción urbanística, más concretamente, con el caso de “El Pocero” y Seseña, donde Lara y Manuel Fuentes (alcalde de la localidad por IU), tuvieron una lucha en los juzgados verdaderamente dura, en un momento en el que PP y PSOE daban la espalda, como la dan ahora, modelo urbanístico que ha desembocado en una crisis de productiva salvaje. Además, hay que señalar que, Cayo Lara, para predicar con el ejemplo y defender al pueblo, como uno más, en las instituciones, rechaza, al igual que sus compañeros  de partido, cualquier privilegio amén de negarse a cobrar el sueldo íntegro de diputado, predicando así con el ejemplo.

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