lunes, 7 de marzo de 2016

El por qué de la fidelidad al PP en Castilla y León

Hace unos días tuve una conversación con un vecino de Tordesillas sobre la fuerza del conservadurismo en Castilla y León, llegándolo a comparar con las zonas más profundas de Estados Unidos. Lo cierto es que hay una cosa clara, el voto al PP en Castilla y León sufre menos desgaste que en otros lugares.

Hay mucha gente de izquierdas que esto lo achacaría a la “estupidez” del electorado, dando a entender que ellos son mejores que los otros. La verdad es que esta actitud está muy extendida y que, francamente, me molesta, no solo por ese carácter “elitista”, sino por esa incapacidad autocrítica así como por el nulo análisis de la realidad, algo que es básico a la hora de construir alternativas.

Por mi parte no pude evitar recordar una asignatura que tuve en la carrera, “Geografía de Castilla y León”, así como de un trabajo que hice sobre la distribución del voto en nuestra comunidad.  Y, haciendo un ejercicio de memoria, creo recordar lo siguiente (y voy a obviar lo que afortunadamente aporta León que también habría mucho sobre lo que hablar).

·         Gran parte de los símbolos que se relacionan con la antigua Castilla han sido tomados para la promoción del ideal “españolista”. Es fácil, por lo tanto, que haya una identificación entre los habitantes y los valores españoles.

·         Aunque existen diferencias provinciales, incluso latitudinales, creo que la principal diferencia es la del mundo urbano frente al mundo rural (o no urbano). La ciudad es siempre un espacio más propenso a los cambios. Esto es debido a la interacción entre gente que piensa diferente, con movimientos sociales, la mayor cercanía de la información, el acceso a la formación reglada y no reglada o la posibilidad de contactar con personas que poseen tus mismas inquietudes. Frente a esto tenemos un mundo rural donde el pensamiento es más o menos homogéneo y por lo tanto se produce una afirmación en los valores conservadores. Además en el mundo rural, hay todavía una gran cantidad de minifundios que acentúa la idea de propiedad privada de sus habitantes.

·         La tasa de envejecimiento de Castilla y León también influye en esa fidelidad de voto, la gante de mayor edad es menos propensa a los cambios. Castilla y León es una de las comunidades con mayor tasa de envejecimiento la cual se dispara en el medio rural, ya que los jóvenes deben emigrar ya no solo hacia las capitales de provincia sino directamente fuera de la región.

·         En el plano electoral, donde se refleja la mentalidad, está claro que el PP no ha tenido una oposición capaz de constituir una alternativa. Además la mayor parte de la población muestra poco interés por la política autonómica.

·         El gobierno regional favorece un clientelismo con el que lograr que todo siga igual: funcionarios, subvenciones para asociaciones, la PAC, los contratos públicos, la publicidad en los medios de comunicación…


Se podría decir que Castilla y León tiene una situación muy estable. Donde la mentalidad de una población mayoritariamente envejecida hace muy difícil cambios políticos importantes. Favorecido además por el tipo de poblamiento, donde hay multitud de municipios pequeños muy fieles al PP y que la izquierda parece haber abandonado en su intención de penetrar poco a poco en ellos. Personalmente creo que es imposible entender un cambio de gobierno en la región sin avanzar en cambios a nivel municipal (ocurre algo parecido en Andalucía con el PSOE). 

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