lunes, 12 de febrero de 2018

No son las instituciones, es la sociedad


No creo que España sea una dictadura como se dicen desde ciertos circulos, pero tampoco creo que sea la panacea y la perfección democrática que se clama desde otros sectores, conservadores fundamentalmente.

Aun así, parece evidente, que se está produciendo un giro autoritario en ciertas leyes, probablemente porque es mucho más fácil para el poder intentar utilizar la “represión” para evitar la movilización social y las protestas que profundizar en los problemas, y solucionarlos, o directamente que estamos asistiendo a un atrincheramiento de las viejas formas (o sencillamente de una forma) de hacer política, que ha encontrado, sorprendentemente, una gran aceptación social cuando no hace tanto estaba en cuestión. Pero eso no quiere decir que España no tenga unas ciertas garantías democráticas, aunque podamos pensar que estén en retroceso, y que las cosas puedan modificarse desde dentro (por otra parte, creo, que lo ocurrido en Cataluña hace que esto sea bastante evidente, aunque haya que tener “cuajo” para querer entrar en ese juego, vista la miseria que hay).

Hace unos días veíamos como un joven había sido multado por superponer su cara a la de un Cristo. Yo no soy religioso, tampoco se si el laicismo es lo mejor para un estado, la verdad es que es un debate que no me entusiasma, pero si que creo que hace falta una separación Iglesia católica- Estado que en nuestro país no se da, y aunque tras un análisis histórico me permito cuestionar y criticar a la iglesia católica por el papel que ha tenido, tampoco me parecen bien las ofensas a unas creencias (me da igual cuales). Eso sí, no considero que una acción humorística, por muy de mal gusto que sea (que no es el caso), deba ser motivo de multa o castigo (y me vale para muchos tipos de humor).

Pero lo que más me preocupa no es el hecho de la multa, aunque me parezca deplorable, sino el nivel de aceptación social que tiene, como el que tiene el hecho de querer instaurar la prisión permanente revisable o el mantenimiento de la doctrina Parot cuando ya no se dan las causas (si es que se puede justificar alguna vez) para su mantenimiento. Recuerdo que hace unos días, reflexionaba con una amiga de la pérdida de valores, de la falta de memoria como sociedad y de la falta de respeto, dicho sea de paso, que significaba que un Remix del Cara al Sol estuviera entre los más escuchados de Spotify. Y eso es lo más preocupante, porque lo que se está denotando con todas esas cosas es que hay una aceptación de los valores “reaccionarios” vinculados al conservadurismo y que, lo que evitan, es el progreso de una sociedad moderna. Porque las sociedades avanzan y conquistan derechos cuando el “caldo social” es favorable a ello, no son las leyes las que otorgan derechos, es la ciudadanía las que los conquistas y luego los legisladores los incluyen en el marco legal. Pero si la sociedad posee unas ideas reaccionarias, al final no se producirá ese avance, sino que será todo lo contrario, como, personalmente pienso, está ocurriendo. Habrá que ver, el por qué, se está generando esta aceptación, cuando no hace tanto, la dinámica era diferente.

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