viernes, 19 de agosto de 2016

Seguimos en lo mismo

Hace unos días tuvo lugar en Tordesillas el día de las Portadas, que para el que no lo conozca es el día en el que se subastaban, cuando la Plaza Mayor se convertía en plaza de toros, las gradas para ver los festejos. Con el paso de tiempo, y tras el cambio de sitio para estos eventos, se convirtió en el día donde se presentaba el programa de fiestas, el Toro de la Vega y se pujaba por el arrastre.

Cierto es, que para los que hemos vivido la tensión y la ilusión de pujar por el arrastre, hay cierta melancolía de que se haya acabado, ya que con la desaparición del torneo del Toro de la Vega y de la lidia de toros, esto no tiene mucho sentido puesto que se basaba en  trasladar a los astados muertos, lo cual te permitía ver todo, incluido el Toro de la Vega, en una situación privilegiada.

Alguno me podrá criticar por esto que estoy escribiendo, supongo que no será de Tordesillas, pero sí, yo he disfrutado de todo lo que tiene que ver con las fiestas de mi pueblo como el que más, y no pienso pedir perdón por ello, además reconozco que cuando era pequeño me gustaban las corridas de toros, de hecho recuerdo ir a verlas con mi familia y pasar una buena tarde. Por ello, y por lo anteriormente mencionado, comprendo a la perfección a los vecinos y vecinas que están dolidos por la prohibición de matar al animal en el torneo, que no de celebrarlo (aunque sea cambiando las reglas).

Por otra parte habrá gente que me pueda señalar de “anti”. Pero en este post no voy a hablar de mi posición sobre la tauromaquia, quienes me conocen la saben (aunque no es un debate que me apasione), aunque sí señalaré que me gustaron las palabras de Albert Rivera en el Parlamento de Cataluña al respecto, cuando dijo que la tauromaquia se acabaría cuando dejara de ser rentable. Y también diré, que debates morales aparte sobre estos eventos, está claro que la campaña mediática (bastante bochornosa) contra el Toro de la Vega ha conseguido que Tordesillas deje de ser vista como “la Villa del Tratado” a “donde se mata un toro a lanzazos”, y eso desde el punto de vista de la proyección exterior, la fijación de empresas y el marketing territorial es un lastre muy grande. Una buena solución habría sido aceptar el festival que, por parte de una plataforma, se ofreció a cambio de quitar el Toro Vega (de toda la gente que ha protestado contra el torneo, estos, por mi parte, merecen un respeto), pero tanto el PSOE como su vasallo en esta aventura, el PP, se mostraron inflexibles, y ahora no tenemos ni festival ni torneo (imaginémonos algo parecido al Sonorama, pues nada). Algunos darán aplausos y palmaditas en la espalda, pero ahí, los concejales de estos partidos no defendieron lo mejor para el municipio ya que deberían haber negociado alguna salida. De hecho, raro es, que no supieran que el Toro Vega se iba a acabar, puesto que seguro que hubo reuniones previas dado que estas cosas no suceden de la noche a la mañana.

Pero volviendo al día de las Portadas, me molestó bastante todos los silbidos que se dedicaron al Toro de la Peña, sustituto del Toro de la Vega, creo que no era el momento (como creo que el martes de la Peña no es el momento para la manifestación antitaurina), aunque entiendo que desde el PSOE y el PP de Tordesillas se ha alimentado esta actitud: con manifestaciones (con menos gente de la esperada, y porque vinieron de fuera) respaldadas por el ayuntamiento y con recursos que no llegarán a ningún lado (dicho por el consejo consultivo y por catedráticos de derecho de la UVA, así como por la concejal de Tordesillas Toma La Palabra). De hecho el propio alcalde, en su discurso totalmente partidista, donde hizo extensibles sus errores a todo el pueblo (como cuando dijo que se había denunciado al pueblo por prevaricación, cuando aquí y en todos los lados prevarica en que está en posición de hacerlo por su cargo) y vinculó al mismo su posición personal en este tema, cuando es obvio que hay gente que piensa diferente, aunque sea una minoría.


Creo, que ya va siendo hora de que pasemos página, las cosas se han hecho mal y no  hemos sabido sacar tajada. Tordesillas tiene muchos problemas, y muchas injusticias, que requieren para su solución del mismo interés popular, dado que el institucional está muy parado. Hay prioridades, no todo gira en lo que pueda suceder un día al año. 

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