jueves, 10 de diciembre de 2015

Algunos apuntes sobre aconfesionalidad

Hace poco se presentó, por parte de Tordesillas Toma La Palabra (asamblea de la que formo parte), una moción  con la que garantizar la aconfesionalidad de administración local y sus representantes en la función de representación al ciudadano. Algo que era de justicia y de coherencia con nuestras convicciones y con nuestros compromisos hacia los vecinos y vecinas.

Independientemente de lo que ponga en la Constitución al respecto, que lo pone en, su artículo 16 donde se señala que ““Se garantiza la libertad religiosa y de culto. [...] Ninguna confesión tendrá carácter estatal”. Lo cierto es que es de sentido común que vivamos en una sociedad donde las instituciones públicas sean espacios en los que no haya simbología religiosa o ideológica más allá de la que practique cada concejal o empleado público en su vida privada.

Hay que tener en cuenta, por otra parte, que nuestro devenir histórico ha hecho que durante siglos hayamos estado ligados, como sociedad, a la iglesia católica. Sin duda a veces para lo bueno pues hubo una etapa en la que fue sinónimo de transmisión de valores éticos y de enriquecimiento cultural, pero otras también para lo malo. No obstante esto ha influido, e influye, enormemente en nuestras vidas. Y por mucho que queramos no vamos a dejar de tener una tradición judeocristiana, y no tiene por qué molestar a nadie ese hecho.

Desde Tordesillas Toma La Palabra hemos pretendido, teniendo en cuenta la realidad, una mayor separación entre institución pública y religión, porque a día de hoy (y ahí está el concordato con la iglesia católica) no es completa. Tampoco lo es en nuestro municipio pues, reconocido tanto por el señor alcalde como por el portavoz del PP, son invitados (lógicamente por su calidad de concejales) a las misas y  a las cuales acuden en representación del poder municipal.

Si la corporación municipal acude en calidad de representantes públicos están vinculando a todos los tordesillanos y tordesillanas con una creencia, y nosotros no podemos estar de acuerdo, cada uno en su vida privada que haga lo que quiera, pero en Tordesillas no tenemos por qué estar todos vinculados a una misma religión, o estando vinculados a ella creer que no está bien que se nos intente vincular. Se trata de garantizar que las instituciones públicas nos representen a todos ya seamos católicos, cristianos de base, judíos, musulmanes, ateos…


No hace falta decir, dado el sentido de párrafos anteriores, que la moción fue rechazada. Pero cabe señalar el por qué. En primer lugar el portavoz del PP acusó a Mercedes (nuestra concejal) de que esto era algo ideológico. Lógicamente es así, una ideología totalmente contraria a la que tuvo el cuándo la rechazó o cuando hizo lo propio con nuestra propuesta para que el pleno se posicionara en defensa de los servicios públicos municipales (bueno, ahí también suponemos que tendría que ver que se cuestionaba la labor del PP en instituciones supramunicipales y ya sabemos que donde hay patrón no manda marinero). En segundo y último lugar, tanto PSOE como PP, alegaron que esto iba en contra del Arte, de las Edades del Hombre o de la Semana Santa. Nada más lejos de la realidad, de hecho solo se habla de actos oficiales (para dejar que determinados actos sean oficiales con que no vaya la corporación en representación del Ayuntamiento ya es suficiente, a tenor al tema de la semana Santa), y sobre el Arte debemos estar tranquilos todos, que hay arte con simbología religiosa, pero se trata de no utilizarlo para  adoctrinar, de hecho ojalá todo el arte y patrimonio de Tordesillas estuviera a disposición de los tordesillan@s y tordesillan@s y no en manos de órdenes religiosas siendo inaccesible. 

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