lunes, 17 de junio de 2019

Lo que se echará de menos estos cuatro años...


Ahora, cuando empieza a arrancar la nueva legislatura, no puedo sino echar la vista atrás y pensar en lo que vamos a echar de menos los tordesillanos,  en los plenos y en la desagradecida labor de concejal en el Ayuntamiento,  una figura como la de Mercedes San José.

 Algunos dirán que no soy objetivo, y tienen razón, pero nadie podrá negar que tanto ella como toda Tordesillas Toma La Palabra han puesto la nota discordante y las propuestas de cambio en una legislatura donde, auditorio aparte, las mayores diferencias políticas entre el alcalde saliente y el entrante han sido las deposiciones de los perros y si entran o no entran los encierros, que no digo que no haya que tratarlo pero como la política municipal se vea reducida a eso, será imposible revertir la marcha de los más jóvenes.

Todavía recuerdo cuando me contó uno de los primeros encontronazos que tuvo con el resto de concejales, todos ellos habían recibido unos abonos para los toros de las fiestas y ella los rechazó argumentando que en Toma la Palabra estaban en contra de los regalos a cargos públicos, el cabreo del resto fue brutal y las críticas a su persona también, pero bueno, como ella dice muchas veces “está curada de espanto”. De hecho fruto de ello desde la asamblea de la formación se desarrolló una moción para impedir que los cargos públicos recibieran gratificaciones de este tipo que fue rechazada por el resto del pleno, como era de esperar. Son pequeños gestos que dicen mucho de las personas y del tipo de política que quieren seguir.

Conociéndola, probablemente, una de sus grandes frustraciones habrá sido no conseguir que el Ayuntamiento de Tordesillas mueva ficha para hacerse con el Hospital de Mater Dei, cuando además, la gran parte del trabajo ya había sido hecha por corporaciones anteriores, curiosamente, en su mayor parte del PSOE, pero la mayoría absoluta del alcalde saliente fue como una losa en ese aspecto, como en otros, de hecho hasta tuvo problemas para colgar la bandera contra la violencia de género el último 8M teniéndola que pagar de su bolsillo cuando hasta la diputación presidida por el PP la ha colgado, debe ser que hay dinero para todo menos para eso.

Pero no todo han sido desilusiones, todavía me acuerdo de lo contenta que estaba el día que Aimar, un joven tordesillano con discapacidad, pudo volver al colegio gracias a haber conseguido que el CEIP Pedro I tuviera un servicio de enfermería para su aula sustitutiva, un servicio que dicho sea de paso cualquier colegio como es el Pedro I debería tener. Fue una alegría conseguida fundamentalmente gracias a la dignidad de la familia de joven, con Remedios, su madre a la cabeza pero dónde Mercedes se volcó presentando mociones y organizando concentraciones para captar la atención de la prensa. Tampoco se puede olvidar en este asunto a los diputados de Toma La Palabra en la diputación o a Virginia Hernández, alcaldesa de San Pelayo, quienes también batallaron lo suyo al respecto, y por supuesto, al procurador de Izquierda Unida en Cortes, José Sarrión, quien saliéndose, una vez más, de la forma tradicional y encorsetada de hacer política consiguió sacar los colores al consejero y obligarle a comprometerse a garantizar el servicio (ya con eso hizo más por Tordesillas que el resto de procuradores regionales).

Dudo mucho que en los actuales partidos de la nueva corporación municipal batallaran por lo que consideran justo como ha hecho Mercedes, solo por ello creo que merece un reconocimiento.

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