lunes, 1 de octubre de 2012

Populismo


Ver para creer… eso es lo que dije cuando días atrás me enteré de que Maria Dolores de Cospedal, primera presidenta autonómica en traspasar las líneas rojas que ella misma trazó, estaba intentando que los señores diputados no cobraran por ejercer su labor política, es decir, que se dedicaran a su actividad profesional. Y es que, llama la atención que una persona que ha cobrado sumas de dinero que rondan los 200.000 euros, diga ahora para defender esta propuesta “no hay  nada más grato que trabajar por el bien común” ¿Por qué no renunció a su dinero cuando era diputada en la oposición?

No seré yo  quien me vaya a poner a defender el salario de unas personas cuyas acciones en el pasado y en la actualidad nos han condenado a una situación de pesimismo colectivo. Pero, esto no tiene nada que ver con la mayor o menor culpabilidad de sus señorías, sino con la accesibilidad de personas de cualquier clase social a la función de representar de los ciudadanos. Lo que se traduce indirectamente, en la existencia, o no,  de diferentes discursos ideológicos dentro de las instituciones.

Creo, que pese a los intentos por maquillar las acciones del gobierno, no se puede negar que se está aplicando desde el poder ajustes ideológicos, es decir que el gobierno está aplicando liberalismo puro y duro, una doctrina basada en que los estados tengan poco peso frente al poder financiero, así este podrá disponer de mano de obra barata y mover e dinero de negocio en negocio sin que nadie le pueda detener, no existe el ser humano como persona sino como mano de obra al servicio del crecimiento económico, dando igual para ello si se generan guerras o si se pisotean los ya denigrados derechos humanos. Así “los gobiernos”, porque no es exclusivo del gobierno de España, ni siquiera del actual gobierno, han cedido al chantaje de los mercados rebajando las indemnizaciones por despido, han rebajado impuestos a los que más tienen, han precarizado la educación y la sanidad pública a favor de la privada… Es decir han realizado una serie de acciones, que perjudican a la gente sencilla, la gente de la calle, o lo que es lo mismo: la clase trabajadora (aunque algunos se crean mini botines, por tener una pequeña empresa).

Todo esto, es mucho más sencillo de realizar, cuando existe un solo discurso, el discurso del poder, el del liberalismo. Para domar las mentes de los ciudadanos, no debe haber nadie que pueda corromperlas, que pueda hacerlas reflexionar, es decir, cuando en las instituciones no existen sujetos que puedan rebatir al que manda. Es este el verdadero sentido de lo que pretende realizar la presidenta castellanomanchega, porque el hecho de que los diputados no cobren por su trabajo parlamentario, hace que solo puedan cobrar aquellos que tienen un colchón económico importante o una empresa que le genera importantes beneficios y de la que se puede ausentar. No podrá estar en estas instituciones la persona de origen humilde que tiene que dedicar sus horas en un empleo para conseguir dinero y así satisfacer sus necesidades.

Los ciudadanos debemos diferenciar entre lo que son políticas para salir de la crisis, y son peligrosas propuestas populistas como esta, que va en la misma línea de la propuesta del presidente Gallego, Alberto Núñez Feijoo, de reducir el número de parlamentarios autonómicos, ya que favorece a aquellos partidos mayoritarios, evitando que los minoritarios, ya castigados por la ley electoral, puedan llegar hasta el parlamento, ya que disminuiría la proporcionalidad de las cámaras.

Si lo que los políticos quieren es adelgazar el gasto de los parlamentos y de los gobiernos, pueden rebajar la cuantía económica de los diputados, en vez de eliminarla, pueden eliminar asesores y dietas, o incluso eliminar esa tarjeta que les permite viajar gratis y empezar a soltar pasta… pero que no intenten callar voces diferentes, porque al final alimentan la voz de la calle.

2 comentarios:

  1. Hola Juan Fran, veo que sigues comprometido con la causa.
    SUERTE!! y un saludo,

    Jesús

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    1. Gracias por ese deseo, igualmente. De momento no me he vendido ajaj

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