jueves, 17 de mayo de 2012

PUÑALADAS



Como persona joven que cree en los valores de la izquierda, hace ya cierto tiempo que me alejé del PSOE, sus actuaciones antes de la crisis (con la bajada de impuestos a las clases altas, el mantenimiento de la ley del suelo del PP, la permisividad y relaciones con banqueros y grandes empresarios…) y durante la crisis (reforma laboral, rescate a bancos, amnistía fiscal…) han hecho que me quede claro, que hoy por hoy, sus acciones, no están en la senda de lo que significan sus siglas.

Seguramente por eso, he mostrado poco o escaso interés por las elecciones a la secretaría provincial de Valladolid. No obstante, abrir el domingo el periódico, y ver como Cecilio Vadillo había tenido que presentar su candidatura en una cafetería al lado de la sede socialista, porque esta estaba cerrada, me hizo mostrar cierto interés.

No es la primera vez que desde el poder establecido en el PSOE se intenta bombardear a los que no están “alineados” con él, acordémonos Borrell, Tomás Gómez, o en nuestra comunidad, el tan querido por sus vecinos Carlos Martínez (alcalde de Soria). Y es que, cuando se trata de conseguir un nicho de poder en el PSOE se produce una lucha, que además de hacer palpable una falta de democracia y transparencia interna palpable, suele acabar con la victoria del aparato del partido, sino es en la elección, después de ella. A veces, salvando las distancias, las acciones internas de los partidos políticos recuerdan a las acciones de Hitler y Stalin para controlar toda la estructura del partido desde sus sillones.

Todo indica que el proceso de elección del secretario provincial no va a ser una excepción, miembros destacados del poder en el aparato, como la portavoz parlamentaria o el senador por Valladolid, ya han apoyado a Javier Izquierdo, que unido al apoyo, lógico, de Oscar Puente, queda claro quién es el favorito de Rubalcaba y López. Pero Vadillo ahora ha conseguido algo que Izquierdo no tiene, que es esa cercanía a la ciudadanía. Lejos de su gestión como subdelegado del gobierno, en la cual no voy a entrar, el hecho de que haya sido otro el elegido por Ferraz, unido a la imagen de humildad en una cafetería, hace, que gente idealista como yo lo vea como el caballero que va a enfrentarse a gigantes, como el guerrillero que desafía al poder o como el hombre que lucha contra la tiranía. Y eso a los izquierdistas trasnochados nos gusta, claro que los izquierdistas trasnochados perdieron hace tiempo la confianza en el PSOE. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario