Es triste ver como el futuro de
un pueblo está supeditado a los números que se muestran en una pantalla. ¿Cuántos
son los hogares que se han familiarizado con los términos prima de riesgo o
Ibex35? ¿Cuántos somos los que estamos atentos a si sube o baja la bolsa,
cuando antes ni nos iba ni nos venía? Pero seamos justos, esto no es culpa de
la crisis económica actual, es culpa de aquellos que desde su discurso
monolítico, un discurso que manda el mensaje a nuestro cerebro desde todos los
medios de comunicación, ese mensaje que consiste en que no hay más solución que
aplicar los ajustes, que hay servicios sociales prescindibles y que los ciudadanos debemos acatar esto sin
movernos. Pero ¿y si te quejas? Es porque eres un perroflauta, un antisistema,
un mal patriota que no quiere a la democracia… en otros tiempos serias un
mason, un judío, un rojo. Es decir el propio sistema te criminaliza, para
mantenerse intacto con sus defectos, o lo que es lo mismo con los pobres siendo
pobres y los ricos siendo ricos.
Pero ¿Por qué no reflexionamos? A
veces es bueno levantarse del sofá, y leer, artículos en internet o en la
prensa, que no necesariamente comulguen con tus ideas pero que te hagan
reflexionar. Se trata, como me decía mi padre de pequeño, de que no te lo den
todo mascao.
En los últimos días, he leído
mucho sobre la “Marca España”, como si de una empresa se tratara, parece ser
que España es producto y por lo tanto tiene su precio. Es el colmo del sistema
actual medir todo por un número. Personalmente, yo no soy ningún producto, no
soy nadie al que se pueda poner precio, pero ni yo, ni ningún ser humano. El hecho
es, que parece ser, que ha molestado mucho a determinados políticos, y
contertulios afines, que en los periódicos internacionales salieran imágenes de
España de gente rebuscando en la basura o de los candados de los contenedores
en Gerona. Entiendo que esa imagen no define al milímetro la realidad de
España, pero también es cierto, que este problema ha aumentado debido a la
gestión de la crisis.
Claro que ahí no acaba la cosa,
se les salían los ojos de las órbitas a los puristas del orden público, cuando
medios internacionales se han hecho eco de la gran manifestación del 25 de
Septiembre, con el objetivo de Rodear el Congreso, y de las cargas policiales
desproporcionadas. Parece ser que eso no le ha gustado mucho a la prima de
riesgo, uno de esos números de los que os hablaba al principio, y por inercia
tampoco al gobierno, que ha salido a decir poco menos que no es tiempo para
quejarse y que la manifestación no debería realizarse y menos en el congreso
porque no dejan recort… quiero decir trabajar a sus señorías.
Uno piensa, que ha hecho mal la
gente de la calle, esa que sufre hasta para comprar una barra de pan, para
merecer, después de tantos años de dictadura, una casta política que hace más
caso a lo que dice un número que representa intereses financieros, antes que a
sus ciudadanos. Es decir, aquellos que dicen actuar en defensa de una
democracia cuya soberanía en teoría reside
en el pueblo, agachan la cabeza y ceden al chantaje de unos intereses
económicos, en vez de levantarla y mirar a sus votantes para comprobar que
están destrozando las ilusiones de millones de ciudadanos.
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