Refundar el capitalismo fue
una reacción absurda de intentar tapar los errores cometidos por los gobiernos
cuando el estallido de la crisis los desnudó dejando al aire las políticas que
erróneas que durante años han ido cediendo poder democrático a la dictadura
financiera. Y es que, no se puede refundar desde la democracia un sistema que
de por sí es antidemocrático, y que si algo nos está enseñando la crisis, es
que, el intento de regularizarlo ha sido un auténtico fracaso, como en la
fábula del escorpión y la rana (cuando la rana es picada por el escorpión
mientras esta lo estaba ayudando a cruzar el río y esta señaló que así se ahogarían
los dos y este dijo que estaba en su naturaleza) está en su esencia. Claro, que
también es verdad, que depende de lo que se entienda por democracia, si
entendemos que democracia es un sistema donde se alternan gobiernos que no
cuestionan los defectos económicos, funcionales o productivos innatos en el
sistema, entonces capitalismo y democracia pueden ir juntos de la mano pues la
segunda solo servirá para disimular las penurias de la primera, tal y como la
burguesía francesa ideo en su momento para ser la cúspide social sin que
pudieran tener problemas de ningún tipo. Pero, si por el contrario, entendemos
que democracia es el poder absoluto del pueblo, donde la política sirve para que
la sociedad, como órgano máximo del sistema, esté presente a todos los niveles,
ya sean económicos, sociales o productivos, entonces capitalismo y democracia
son antagónicos, y por lo tanto está claro que hemos estado viviendo una mentira,
que nos han contado, nos hemos creído y mientras tanto se han reído de nosotros
como los abusones se ríen de sus iguales hasta que estos se unen y les hacen
frente.
Ahora, cuando vivimos uno de
los peores momentos de la Unión Europea, nos hemos tragado la gran mentira, de
que el problema viene por la regularización del mercado, cuando ha sido una
progresiva desregularización la que ha generado este problema, osea, que ha
sido una constante entrega y venta de los valores democráticos la que nos ha
llevado a esta situación, y no es que esto sea una invención de algún marxista
trasnochado, tan solo es la observación de cómo los gobiernos han privatizado
empresas o han entregado derechos, como la vivienda, a las empresas, o lo que
es lo mismo, al capital. Ayudados, eso sí, por la gran mentira, que ha sido la Unión
económica Europea, que es una puñalada más a cualquier ápice de poder de los
ciudadanos, de hecho, es alarmantemente antidemocrático la actuación de las entidades
europeas, no consultando jamás al pueblo cuando de una decisión socieconómica
trascendental se trataba, y cuando había que hacerlo se acudía a métodos
caciquiles, controlando la opinión a través de los medios de comunicación o
como sucedió con la Constitución europea que tras ser rechazada por los ciudadanos
fue transformada en un tratado para que fuera aprobada sin referéndum.
Esto ha hecho que, la Unión Europea, ahora controlada por Ángela Mérkel, a través del Banco Central Europeo para plasmar en Europa, la política neocón del Tea Party estadounidense. Utilize a los miembros de los gobiernos, como sí de verdugos sin piedad se trataran, para que, olvidando a quien le deben obediencia según las constituciones de los países, realicen recortes salariales, precaricen la educación o la sanidad, o destruyan cualquier residuo de prestación social, o lo que es lo mismo, para que acaben con el estado del bienestar, que el propio capitalismo creó con la intención de que el pensamiento comunista revolucionario que se encontraba al otro lado del telón de acero, no se extendiera por las clases populares occidentales si estas se sentían desamparadas. Pero ahora, cuando el marxismo institucionalizado parece reducido solo a algún lugar caribeño o sudamericano y el pensamiento capitalista está globalizado e inculcado en prácticamente todas las sociedades del primer mundo, tras la eliminación del bloque soviético, no hay peligro de contagio en las masas de cualquier ideología revolucionaria que pueda interferir en los planes de los señores del capitalismo. Es por ello, que no puedo dejar de recordar unas palabras de Joaquín Sabina en cierta canción, bastante crítica, “tiene gracia ¿esto es democracia?”.
No cabe duda de que la democracia es una gran mentira...¿Qué podemos esperar de una democracia patrocinada cual camiseta de balonmano, cuyos jugadores políticos reciben la financiación del pueblo diferida a través de los patrocinadores?
ResponderEliminarSi a ello añadimos el "dumping" que ofrece la marca PPSOE & CIUPYD ofreciendo un producto con marketing atractivo y precio competitivo no nos queda más que acogernos a esa pequeña tienda de barrio llamada 15M...sí...el 15M cerramos por falta de ventas.