Pedimos desde la calle mayor transparencia en
los partidos políticos, en su funcionamiento interno, y viendo el alto grado de
corrupción y la gestión interna a la hora de elegir representantes o de tratar
a sus trabajadores, creo que no nos falta razón. La última noticia en este aspecto es una
información que amenaza por hundir en otro sótano más la escasa credibilidad que
posee el PSOE.
Según el periódico la Razón el PSOE iba a
acogerse a un ERE (Expediente de regulación de empleo), que se iba a llevar por
delante a 186 trabajadores, cifra nada despreciable, más aún cuando se supone
que estamos ante un partido “socialista” y “obrero”, aunque lo que está claro
es que, desde Surenes, esa ideología acabó y que ni siquiera conservan ya un
ápice de socialdemocracia. No así en sus palabras, pero sí en sus hechos, pero
alguien debería decirles que las palabras sin hechos se las lleva el viento y
para poco valen.
Pero lo más rimbombante de este ERE,
no son los despidos, que tienen su miga, sino como se va a hacer y bajo qué
condiciones. Lo cierto es, que la necesaria política se ha convertido en el
arte de engañar sin que te descubran, y es que este ERE costará al PSOE bastante
menos que lo que le costaría hace 2 años, puesto que para ello, y según apunta
La Razón, este ERE se realizará con normativa de la actual reforma laboral, esa
que tanto molestaba al principal partido en la oposición, a pesar de ser un
grado más que la que ellos realizaron meses antes, y cuyo rechazo mostraron en
las manifestaciones en la calle, eso sí sin bandera no fuera que los que se han
dado cuenta del cambio de la pana por la seda los descubrieran allí. En este
sentido de concordancia con la actual reforma laboral, el Partido Socialista podrá conservar algunos trabajadores de su plantilla,
así habrá reducciones de jornada hasta
en un 42 por ciento de la plantilla o la suspensión de contratos por un tiempo
determinado y la rebaja salarial será acorde a la nueva normativa.
Si hace
unos años a alguien se le ocurre proponer medidas de este tipo, la progresía periodística,
que ahora calla, actuarían como sumos inquisidores condenando a la hoguera al
hereje que se ha atrevido a pronunciar semejante blasfemia. Pero, el problema,
es que la progresía periodística ha quedado reducida al periódico el País, cuyo
grupo empresarial está sumido en otro ERE, y en este sentido, como en todos los
demás, se sienten unidos al PSOE. Tan fuerte es la unión, que se han puesto de
acuerdo, para acusar de filtraciones al ministerio de trabajo, que no digo yo
que no haya sido así, eso corresponde a la justicia, y no hay por que dudar de
ella, o sí…
No hay comentarios:
Publicar un comentario