Hace poco se presentó, por parte
de Tordesillas Toma La Palabra (asamblea de la que formo parte), una moción con la que garantizar la aconfesionalidad de
administración local y sus representantes en la función de representación al
ciudadano. Algo que era de justicia y de coherencia con nuestras convicciones y
con nuestros compromisos hacia los vecinos y vecinas.
Independientemente de lo que
ponga en la Constitución al respecto, que lo pone en, su artículo 16 donde se
señala que ““Se garantiza la libertad religiosa y de culto. [...] Ninguna
confesión tendrá carácter estatal”. Lo cierto es que es de sentido común que
vivamos en una sociedad donde las instituciones públicas sean espacios en los
que no haya simbología religiosa o ideológica más allá de la que practique cada
concejal o empleado público en su vida privada.
Hay que tener en cuenta, por otra
parte, que nuestro devenir histórico ha hecho que durante siglos hayamos estado
ligados, como sociedad, a la iglesia católica. Sin duda a veces para lo bueno
pues hubo una etapa en la que fue sinónimo de transmisión de valores éticos y
de enriquecimiento cultural, pero otras también para lo malo. No obstante esto
ha influido, e influye, enormemente en nuestras vidas. Y por mucho que queramos
no vamos a dejar de tener una tradición judeocristiana, y no tiene por qué
molestar a nadie ese hecho.
Desde Tordesillas Toma La Palabra
hemos pretendido, teniendo en cuenta la realidad, una mayor separación entre
institución pública y religión, porque a día de hoy (y ahí está el concordato
con la iglesia católica) no es completa. Tampoco lo es en nuestro municipio
pues, reconocido tanto por el señor alcalde como por el portavoz del PP, son
invitados (lógicamente por su calidad de concejales) a las misas y a las cuales acuden en representación del
poder municipal.
No hace falta decir, dado el
sentido de párrafos anteriores, que la moción fue rechazada. Pero cabe señalar
el por qué. En primer lugar el portavoz del PP acusó a Mercedes (nuestra
concejal) de que esto era algo ideológico. Lógicamente es así, una ideología
totalmente contraria a la que tuvo el cuándo la rechazó o cuando hizo lo propio
con nuestra propuesta para que el pleno se posicionara en defensa de los
servicios públicos municipales (bueno, ahí también suponemos que tendría que
ver que se cuestionaba la labor del PP en instituciones supramunicipales y ya
sabemos que donde hay patrón no manda marinero). En segundo y último lugar,
tanto PSOE como PP, alegaron que esto iba en contra del Arte, de las Edades del
Hombre o de la Semana Santa. Nada más lejos de la realidad, de hecho solo se
habla de actos oficiales (para dejar que determinados actos sean oficiales con
que no vaya la corporación en representación del Ayuntamiento ya es suficiente,
a tenor al tema de la semana Santa), y sobre el Arte debemos estar tranquilos
todos, que hay arte con simbología religiosa, pero se trata de no utilizarlo
para adoctrinar, de hecho ojalá todo el
arte y patrimonio de Tordesillas estuviera a disposición de los tordesillan@s y
tordesillan@s y no en manos de órdenes religiosas siendo inaccesible.
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