La verdad es que el año 2015
empezó como suelen empezar la mayoría, con un fiestón con mis amigos. Algunos
dirán “pues que cutre, no es nada especial”, y ciertamente tienen razón, pero
el hecho de poder reunirnos todos, aunque sea 4 veces al año, hace que estos
momentos sean de lo más imprescindibles para nosotros. Al fín y al cabo hemos
crecido juntos, y aunque la mayoría vivamos cerca unos de otros la vida
personal de cada una hace que sea difícil que nos podamos ver todos de forma
regular.
Recuerdo que desperté el día 1
sobresaltado, sin saber que hora era (tampoco una novedad), escuchaba el ruido
de platos y tenedores en mi casa, ni se habían molestado en despertarme para
comer, la verdad es que lo agradecí. No tenía mucho hambre así que después de
desperezarme encendí el ordenador y abrí twitter donde la tendencia principal
era el hastag #felizañodelcambio.”
El cambio… creo que ha sido uno
de los conceptos que más he escuchado este año, de hecho es probable que sin yo
quererlo me lo haya aplicado. Referido al plano político es obvio que este no
ha sido el año… que la sociedad ya venía progresivamente evolucionando desde
hace un tiempo, pero este ha sido el año de la plasmación en los resultados
electorales. La victoria en muchas ciudades de candidaturas municipalistas de
confluencia, así como los resultados electorales de movimientos de izquierdas
en las elecciones generales, ha abierto un escenario de ilusión y de políticas
alternativas que hace que se pueda afrontar el futuro con incertidumbre pero
con una cierta esperanza (aunque no descarto que seamos capaces de destruir lo
construido, de hecho sigo diciendo que es imposible que no hagamos y caigamos
en las trampas que nos ponen).
También en mi municipio,
Tordesillas, en cierto modo surgió algo diferente que en cierto modo recompuso
el espacio electoral de lo que en su momento fue izquierda unida, y francamente
se echaba en falta escuchar voces diferentes. Estoy hablando de “Tordesillas
Toma La Palabra”. No obstante, como tordesillano, si me siento algo decepcionado
por las prioridades a la hora de votar de un municipio que ronda el 30% de
paro. El espectacular resultado del PP y Cs, y la caída del PSOE en las
elecciones generales, así como la victoria aplastante de un alcalde que había
hecho todo lo contrario a lo prometido, es claro síntoma de que el debate sobre
el Toro de la Vega manda manda en este pueblo que tantas oportunidades ha
tenido y ha dejado pasar. Esto se confirma cuando hablas con la gente por la calle
o en las tertulias de bar. No voy a recriminar nada a nadie, ¡Solo faltaba! No soy
quien para ello, de hecho, en el fondo entiendo a esa gente que teniendo sus
propias ideas en la cabeza vota movida por el asedio y el insulto constante
hacia todo un municipio. No lo comparto pero son conductas entendibles.
Guste o no nadie puede decir que
estos cambios están vinculados a PODEMOS (también por el 15M, las mareas, la
lucha antideshaucios, los preferentistas… no se puede dudar de la infuencia de
eso, pero PODEMOS ha sido, sencillamente, la cristalización de todo). Pablo
Iglesias y compañía han sabido analizar los errores que la izquierda ha tenido
en el pasado y los problemas de los ciudadanos creando una alternativa que ha
sacudido la política española, esperemos que para bien. Los nostálgicos
deberían tomar nota (o deberíamos, que yo a veces estoy entre ellos) para
señalar que no se puede ganar aplicando las mismas técnicas con las que se ha
fracasado una y otra vez. Personalmente, en el nuevo año que surge, espero que
PODEMOS aprenda de los errores, que los ha tenido, y que busque ser más fuerte
intentando aglutinar los máximos movimientos para conseguir convertirse en la
alternativa que muchos esperamos, aunque para eso desde otros movimientos de
cambio se deba entender que PODEMOS ha conseguido lo que siempre habíamos
deseado todos, de hecho son el agente fundamental y más fuerte, y aunque nos
gustara, el tratamiento no siempre puede ser de igual a igual.
Pero lo importante en este año no
ha sido, por lo menos para mí, la agitación del panorama político. Para mí lo
importante es, y siempre será, la gente con la que disfruto de los días. Hablo
de los amigos con los que empecé el año 2015 y con los que voy a empezar el
2016, y con los que reconozco que este año no he estado tanto tiempo como otros.
También me refiero a todas esas personas que conocí en mis años de Universidad
y que a día de hoy, y peleas y discusiones aparte, sigo reuniéndome con ellos
aunque sea menos veces de las que esperábamos. A todos los que por aceptar la
locura de ver desde dentro procesos electorales, he conocido y me han caído tan
bien como para querer seguir conociéndoles, incluso en algunos casos para
entablar amistad. A otros que, fruto de circunstancias, raras muchas veces,
aunque agradables no obstante, he podido acercarme. Y por supuesto a los
familiares que tienen la desgracia de aguantarme. A todas estas personas les
deseo “FELIZ AÑO NUEVO”
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