Syriza, el partido mal llamado “radical de izquierda” en
Grecia, es una ventana de aire fresco para los griegos, azotados por las malas
prácticas de sus políticos, convertidos en mercenarios del poder financiero y
controlados desde Alemania, sin tener la vergüenza suficiente de plantarse y
decir basta. Ellos, al igual que en España, han sido los verdaderos culpables
de la crisis, han sido los que han vendido poder público, poder del pueblo a
los intereses privados, los que han permitido las malas prácticas en las
administraciones públicas y, por lo tanto, los traidores que han vendido la prosperidad
de su pueblo.
La revelación de las elecciones griegas, que gana cada vez
más adeptos entre nuestros hermanos griegos, surge como proyecto de unión de la
izquierda, como el Frente de izquierdas en Francia o como Izquierda Unida en
España. Pero al contrario que este último Syriza ha demostrado ser una
alternativa fiable al no venderse a los causantes de la crisis, algo, que IU
tras sus pactos con el PSOE no puede decir.
Izquierda Unida que surgió como proyecto de unión de la
izquierda, allá en los 80, ha fracasado en su intento, y no es cuestión de
buscar culpables, a mí me da igual que la culpa la tenga el PCE que los
independientes, me da igual Centella que Llamazares, el caso es que ha
fracasado y que el proceso de Refundación de la Izquierda impulsado por la
nueva dirección de Cayo Lara no ha servido más que para lavar la cara sin
solucionar problemas, una chapuza, se ha tapado la gotera pero volverá a salir,
a no ser que se afronte el problema.
Durante años los problemas de IU, han sido los problemas del
PCE, Nueva Izquierda, LLamazaristas contra comunistas…. Se trata de problemas
surgidos en el seno del PCE que salpican a toda la asociación, ya que a menudo
esta es refugio de disidentes. Quizás IU ha olvidado su discurso claro, inicial
y ha intentado ocupar un espacio, que por definición no es de su propiedad.
Hablo de ocupar el espacio de la socialdemocracia, donde IU no debería estar
puesto que en su formación jamás hubo partidos de esta tendencia y porque ese
espacio te acerca al problema del sistema, el fracaso de la socialdemocracia
como ideología reguladora de los mercados. Esto cristaliza en los sucesivos
pactos con el PSOE, que es ilógico en cuanto a formas y en cuanto a contenido.
En cuanto a formas porque no se puede decir que el PSOE y el PP son partidos
pro sistema que están al servicio de los bancos y luego pactar con ellos. En
cuanto a contenido, porque se ha olvidado aquel famoso “programa, programa,
programa” teniendo la organización pactos pre electoral para un futuro gobierno
después de las elecciones y olvidándose de los compromisos con los votantes.
Pero este no es el único problema de IU. Esta coalición
debería ser la alternativa por la izquierda, el foro donde convergieran todas
las ideologías a la izquierda de la socialdemocracia. Pero partidos como Equo,
Izquierda Anticapitalista o PACMA, son partidos con importante potencia
electoral y que teniendo un ideario, en la teoría, muy parecido, no son capaces
de integrarse en un proyecto común. Obviamente no es solo culpa de IU, suele
haber otros factores. En primer lugar factores de tipo personales, es obvio que
un proyecto como Equo, con una persona al mando como Juan López de Uralde, pues
es un partido muy personalista en lo que a cara visible se refiere, y
obviamente, en una posible alianza con otros partidos el podía perder gran parte
del peso en la organización, en el mismo sentido, la presencia al lado de
Uralde de gente como Inés Sabanés hace difícil el entendimiento entre
personalidades pues es conocida la escasa afinidad entre los representantes del
PCE y gente procedente del “llamazarismo”. Pero también hay problemas de tipo
orgánico, o mejor dicho de tipo democrático, entendido esto como funcionamiento
de partidos. Las organizaciones políticas, y en esto IU no se salva, son muy
monolíticas, poco transparentes y muy piramidales y eso no ayuda a la
integración de nuevos agentes.
El resultado de todo esto se vió claramente en las elecciones
generales, donde la verdadera izquierda pese a haber crecido logró un resultado
decepcionante, con una alta abstención electoral y con la gente de izquierdas
pensando que si hubiera habido una gran alianza de la izquierda el PP podría no
haber tenido mayoría absoluta e IU mayor capacidad de decisión. Por lo tanto,
debemos pensar que ha llegado el momento de una gran unión de la izquierda o si
no muchos vamos a acabar por pensar que es imposible el cambio.
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