Uno de los factores claves en la
coyuntura socioeconómica actúal ha sido la plasmación de que las organizaciones
políticas, sindicales o plataformas ciudadanas tal como las conocemos, han
quedado obsoletas y han sido relegadas a un segundo lugar frente al poder
económico. Ya no hablo solo del PP y del PSOE, que han sido agentes básicos,
con sus políticas, en la cesión de poder público a los mercados, ese ente con
nombres y apellidos que parece manejar nuestras vidas sin que nosotros podamos
hacer nada ( o queramos hacer nada). Cuando hablo de organizaciones políticas
hablo de organizaciones como IU, que cuando han tenido oportunidad de romper
moldes e influir de forma tremendamente positiva en la gestión de los
territorios.
La izquierda Unida de Cayo Lara y
Gaspar llamazares, tiene mucho que envidiar a la de Julio Anguita. Con este
últimos, era claro que Felipe González prefería hacer cualquier cosa a pactar
con la izquierda, pues las condiciones exigidas por Anguita y compañía eran las
puestas en el programa electoral. Esta cosa tan simple, es algo revolucionario,
pues en un mundo donde los partidos utilizan el programa como papel mojado,
realizar acuerdos con el programa electoral de la mano, suponía ser
consecuente, exigente y que los ciudadanos supiéramos que IU era segura. Si
comparamos aquella época con la actual, vemos que el pacto IU-PSOE en Andalucía,
es alejado totalmente de la forma de actuar de IU en la actualidad, donde los
políticos se venden por 4 propuestas semiprogres y entran a formar parte de
gobiernos a los que hasta hace 2 días estaban acusando de practicar liberalismo,
pero más bochornoso es oir como una de las primeras medidas va a ser bajar
salarios a los trabajadores, eso que Cayo Lara criticó tanto en el
parlamento. Luego es la propia IU
federal, la que se cree con el poder
moral de recriminar la acción de la federación extremeña, por el mero hecho de
respetar que sus bases dijeran no al PP y no al PSOE, algo, que por otra parte,
es muy pronunciado en los mítines del coordinador general.
Es triste, ver como un proyecto
tan ilusionante ha fracasado por la mala práctica de líderes y el miedo al que
dirán en los medios de comunicación, pero es así, IU ha muerto.
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