El domingo por la noche, como
viene siendo ritual en muchas casas españolas, sintonicé “La Sexta” para ver el
programa de Salvados relativo a “despoblación”, con el móvil en la mano
mientras lo comentaba con unos amigos. Nos quedamos con la sensación de “Nada
nuevo bajo el Sol”. Realmente, tal y como comentábamos en “la previa”, no
esperábamos más que una fotografía, y como mucho ver algún intento desde dentro
de los pueblos por dinamizarlo, y es lo que ocurrió, con el ya famoso alcalde
de Chumillas.
Valoro bastante el hecho de que
un programa como Salvados trate este problema, esta realidad, o esta
consecuencia o característica, si se me permite la licencia, del sistema, o
cuanto menos modelo, del que nos hemos dotado. Creo que hay una moda, que como todas
las modas son pasajeras, de hablar de este tema, pero pasará. Quizás, hay que
utilizarlo para concienciar lo máximo posible a la gente y para intentar abrir
un debate en la calle, que agrupe a la mayor parte de gente posible, intentando
incluso hacer presión, aunque luego pasé “el fervor” y se queden los cuatro “demógrafos”,
“ruralistas” y asociaciones de siempre en las mesas redonda.
Lo que me molesta es la forma en
la que se están tratando estos problemas en todos los lados, incluso desde las
propias administraciones, donde cada vez que quieren hacer un proyecto que, en
teoría quiere “atajar” el problema, se queda en eslóganes y en medidas con poca
capacidad de revertir la situación. Por una sencilla razón, porque somos
incapaces de hacer autocrítica y de señalar las causas de la situación de “vaciamiento
demográfico” actual. Solo hay que ver el preámbulo de la agenda contra la despoblación
de la Junta de Castilla y León dónde directamente se lava las manos y dice “es
lo que hay”. Además cada vez que se quiere hacer algo al respecto, recurrimos
al “subvencionazo” que durante años ha acabado invertido en las ciudades o
creando infraestructuras, que siendo importantes (no todas), ni se acercan a
revertir ni un poco el problema (fijémonos en las zonas fronterizas con
Portugal o la “Terra Cha” gallega).
Por otra parte, esta moda en los
medios de comunicación, positiva desde el punto de vista de dar visibilidad al
problema, tiene una contrapartida, como es la simplificación. Quiero decir,
prácticamente vemos reportajes y fotografías de la situación actual, pero no se
ahonda en las causas, fundamentales para realizar un plan de acción al
respecto. No es algo exclusivo de este tema, pasa con muchas de las “dolencias”
que estamos sufriendo en este país. La explicación pienso es sencilla, para
revertir estas situaciones los cambios tienen que ser muy profundos, desde el
punto de vista económico, como administrativos, pero también de la mentalidad
(muy urbana, consumista, competitiva).
Creo, por lo tanto, que el
programa de Salvados se enmarca en esto que estoy comentando. Buena fotografía,
pero nulo análisis de causas a pesar de que de fondo, aunque con los
comentarios que se hacían, se podían intuir tanto estas como las bases para
posibles cambios al respecto. A corto plazo puede ser algo positivo para la
Serranía Celtibética pues hicieron buena promoción de la zona y somos animales
que nos movemos por impulsos, así que iremos en masa a disfrutar del “rural
profundo”. No se habló, eso sí, de proyectos endógenos, es decir proyectos de
dinamización que surgen de la movilización de los agentes del propio
territorio, y que hay experiencias muy interesantes al respecto, por lo menos
en Castilla y León, poniendo en valor el patrimonio cultural, artísitico,
artesano y agroalimentario (fundamental en estas zonas)
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