Creo que hay un error en la
percepción de la gente sobre que Felipe VI se haya ido a Arabia Saudí con su “corte”
empresarial. Nos hemos lanzado a criticar a la Monarquía por ello y al propio
rey en concreto. No seré yo quien defienda a tan “arcaica” institución, pero
esto no va de Monarquía o República, va de la política exterior del estado, y
la política exterior del estado se basa en dos preceptos: Estados Unidos es
nuestro amigo y sus enemigos son nuestros enemigos (vamos, la filosofía de la UE),
por algo estamos en la OTAN. Dicho de otra forma, si tienes petróleo y lo pones
al servicio de occidente, eres guay, en cambio si tienes petróleo pero no lo
cedes eres “Satanás”.
El problema de todo esto es como se
vende a la opinión pública. Hace poco tiempo, para frenar a PODEMOS, se
demonizó a Venezuela, a pesar de que era una democracia y respeta los derechos
humanos bastante más que Arabia Saudí. Venezuela parecía otra provincia más de
España. Hoy, nuestro Jefe del Estado se va a hacer negocios a un país donde no
hay manifestaciones porque están prohibidas, y no pasa nada, ni un debate… Ya
no pido que la prensa haga autocrítica, que ya sé que quien manda paga, ¿pero qué
menos que poner en cuestión la política exterior?
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