Hoy, al pasar por la Plaza Mayor
de Tordesillas, mi pueblo para el que no lo sepa, he levantado la vista y he
observado por un instante una pancarta donde se hablaba del Tratado de
Tordesillas, en seguida he pensado “Claro si va a ser 7 de Junio”.
Continuando mi camino me he absorbido, una
vez más, en mis pensamientos (mi mundo que dirían algunos XD), de esa forma en
la que pasas al lado de la gente te saludan y no te enteras. Mi mente me trasladó a 1994 para explorar los recuerdos que tengo de aquel momento en el
que se celebró el V Centenario del
Tratado de Tordesillas, que fue ese tratado donde los Reyes de España y Portugal
decidieron repartirse la Conquista del Nuevo Mundo como el que se reparte una
tarta (como hacen ahora las multinacionales). Era yo muy pequeño pero recuerdo bastante
fiesta entre los vecinos ese día, banderas de España en los balcones, y la
salida de los Reyes del Monasterio de Santa Clara, así como de Jose María
Aznar. Para un niño de 6 años por aquel entonces, ver famosos era algo increíble,
lógicamente ahora no saldría a verlos.
En aquel momento no fui
consciente de lo que significó aquel día, no me parecía una cosa normal que en
la Radio hubieran estado dando la matraca durante varios días, ni toda la
campaña de publicidad que se hizo para aquel momento (todavía guardo algún
llavero creo). No fui consciente, en ese momento, de lo que significó para Tordesillas
y para sus vecinos. Fue como una reivindicación de la historia de Tordesillas,
un “¡Coño, Aquí estamos nosotros!. Cámaras de televisión, periodistas, ambiente
festivo… y ningún toro de por medio. Desde entonces sí que tomó significado
aquello de “Villa del Tratado”.
Hubo una gran inversión para
vestir al pueblo de gala, y aunque con el tiempo pienso que algunas inversiones
fueron un desastre, los tordesillanos tenemos que reconocer que pocos lugares
más aprovechados que “las casas del Tratado” vamos a encontrar en el municipio (dicho lo cual no es, ni de largo, mi rincón favorito de Tordesillas).
El resultado a corto plazo fue positivo, hubo una proyección al exterior
importante, aunque creo que no lo utilizamos como deberíamos y soy de los que
piensa que la marca “Villa del Tratado” ha perdido su valor con el tiempo, y
aunque esa historia no nos la quita nadie, creo que en el futuro para vendernos
como imagen nos deberemos fijar más en la relación de Tordesillas con la Reina
Juana.
No obstante la conmemoraciones
anuales de este momento y recuerdos de haber vivido el quinto centenario deben
hacernos, cuanto menos, y sin envolvernos en ninguna bandera, sentir un poco de
orgullo.
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