Ayer, estuve siguiendo el
recuento en un colegio electoral de Tordesillas como apoderado. Pero entre el
buen ambiente y enfrascado entre las risas que generaban los votos nulos (con
temática toro de la vega) apenas me dí cuenta de lo que estaba pasando en el
resto del estado, salvo por miradas rápidas al WhatsApp, hasta dos horas después.
Cuando empecé a mirar más atentamente
las redes sociales comprobé, de forma esperada tras conocer cómo iba el
escrutinio, como gente de ideas “progresistas”, llamaba a los votantes del PP
de todo. No lo comparto, y de hecho, entendiendo que hay un componente de
frustración, creo que para crear proyectos ganadores hay que estudiar muy bien
esa fidelidad de voto del electorado del PP.
Me fascina la base electoral de
los grandes partidos. Lo asimilo a los seguidores de un equipo de futbol,
siempre tan incondicionales. No me cabe duda de que se debe, en gran parte, a
que hay muchas personas mayores, que, como he escuchado muchas veces.: “yo, ya
tengo la vida hecha”, y por lo tanto, son gente poco dada a cambiar. Pero aun así, también hay un
componente familiar, y en el mundo rural sociológico.
No quiero que esto se entienda
como una crítica, porque no lo es, es sencillamente la constatación de que
estos partidos tienen, a corto plazo, un punto muy fuerte en esa fidelidad. Por
supuesto, más en el caso del PP, pero también en el caso del PSOE (aunque este
sufra un proceso de erosión lento pero constante).
Entiendo que los resultados
electorales, desde el punto de vista de la izquierda, son decepcionantes, había
mucha ilusión puesta y otra vez las encuestas han fracasado. No obstante
querría poner énfasis en algunas cosas:
·
El discurso general de la campaña, no ha sido la
gestión de la crisis, no ha habido debate de modelos de país para el futuro. Ha
habido una polarización entre ilusión y miedo. Y ha ganado el miedo. No podemos
culpar al PP de que realice ese discurso, cuando desde la izquierda también
estamos apelando a las emociones. PODEMOS ha demostrado que sabe jugar con las
emociones, que además es un recurso muy legítimo, así como una verdadera arma
política, pero, por primera vez, desde hace tiempo el PP ha conseguido elaborar
un discurso bastante efectivo.
·
Encuadremos, también ahí, la escasa importancia
de la corrupción. Es verdad que al PP la corrupción le pasa poca factura (aunque
hay zonas, como Andalucía, donde ese mimetismo del PSOE con la población genera
que tampoco le dañe en exceso), pero también es verdad que este discurso ha
quedado en un segundo lugar. El PP ha jugado bien, y ha movilizado a su
electorado. Aun así, no me cabe duda de que para la derecha la corrupción no es
tan mala, pues tienen diferente escala de valores, y esto es un triunfo del PP
pues ha conseguido implantar su pensamiento en un sector importante de la
población y desligar la corrupción del sistema achacándola a la actitud individual de las personas ( http://laparadaenelcamino.blogspot.com.es/2014/11/todo-el-sistema-esta-corrupto.html)
·
Creo que merece mención la abstención. Vinculada
fundamentalmente a la izquierda. Por una parte por un PSOE, que ha perdido
votos, pero que Unidos Podemos no ha sabido agarrar. Por otro, por el propio
Unidos Podemos, donde gente que votó a PODEMOS o UP no se han encontrado
reflejados en esta coalición (que de confluencia tenía poco). Esto deberá
generar un debate, sobre todo en el partido morado, y ver si tiene que revisar
su política de alianzas, y si alguna de estas ha supuesto un lastre electoral.
Que no me cabe duda de que en algunos lugares ha sido así.
·
El análisis territorial nos muestra un hecho
claro. Cataluña y País Vasco han sufrido una fuerte desconexión con España. La composición
de fuerzas en estos territorios es representativa de las particularidades que
allí hay. Por lo tanto, cualquier gobierno, por muy reaccionario que sea deberá
abordar de alguna forma el problema en Cataluña y negociar con ellos algo que
de salida a esta situación.
En definitiva, creo que en el
caso de Unidos Podemos, comienza otra etapa. Debemos realizarnos preguntas y
ver que recorrido tiene esta alianza, y sobre todo, iniciar un proceso de
organización que permita que haya implantación en la sociedad organizada.
Pero sobre todo, quedarnos con lo
positivo, quizás no hayan sido los resultados esperados, pero hay un parlamento
mucho más plural que hace un año, y eso dará lugar a un mayor control del
gobierno.
Es el momento de hacer una oposición dura pero constructiva, demostrar que hay otra forma de hacer las cosas y como dices, lo más importante, generar una estructura social que permita una amplia base imprescindible como dice Harvey para llevar a cabo una concienciación política desde el activismo social. Está claro que cambiar este rancio país es más difícil de lo que esperábamos.
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