El mejor servicio que
podía hacer Rajoy a nuestro país es irse. No estoy pidiendo que el
PP deje de gobernar, seguro que hay gente en su grupo parlamentario
más consciente del momento en el que nos encontramos y que puede
marcar otro rumbo, pero Rajoy ya ha demostrado que no.
No voy a negar que no soy
muy fan del Partido Popular ni de todo lo que representa, tampoco lo
soy del PSOE (y en general de la mayor parte de partidos políticos
presentes desde el 78), en parte porque creo que su gestión de la
crisis económica ha sido nefasta para la mayor parte de la
ciudadanía, aunque no les achaco torpeza en esa gestión como hacen
otros, sencillamente creo que tienen claras cuales son sus lealtades,
el problema, quizás, le tienen quienes sufriendo las consecuencias de
sus políticas siguen apostando por ellos. Aún así, y
manifestándome cuando entendía que tenía que hacerlo contra sus
políticas, no me gustaba la idea de apartar a Mariano a cualquier
costa, es decir, con propuestas de gobiernos débiles y de poco
recorrido (PSOE-Cs-Podemos o POSE-Podemos-independentistas) y que no
se creen ni los propios protagonistas.
No me rasgado las
vestiduras por el proceso soberanista de Cataluña, también es
cierto que jamás pensé que algo así pudiera pasar con Convergencia
en el Govern, pero está claro que la fuerza de la calle ha podido
más que ellos. No me molesta que la gente vote (es más, lo
prefiero), ojalá pudiera haberse normalizado el proceso y no caer en
este cúmulo de despropósitos, aunque si que me gustaría que el
resultado fuera en la dirección de poder seguir caminando todos
juntos, aunque haya que cambiar el marco de convivencia. Pero
reconozco que tampoco era algo que me quitara el sueño. Hasta ahora
he vivido el proceso entre bromas e ilusión, incluso desinterés,
frente a la indignación de otros.
Aún así, durante los
últimos días me ha envuelto un sentimiento de preocupación cuando
he pensado en este tema, de momento no muy grande pero está ahí.
Quizás viene dada por esa posición irresponsable por parte de
determinados partidos políticos, Ciudadanos entre ellos, pero sobre
todo del Partido Popular. Un partido que ya utilizó esta estrategia,
que no es más que una estrategia electoral basada en agitar los
sentimientos más patrióticos e irracionales de la población para
reunirles en torno a su redil, durante las negociaciones para poner
fin al conflicto con ETA, poniendo el peligro el fin de un problema
que ha traído mucho sufrimiento.
Ahora en el gobierno, el
PP está agitando contra el soberanismo, ya no solo contra el
independentimo, ese sentimiento patriótico, poco práctico y
peligroso vinculado a ese ideal conservador de una España
centralizada dónde solo habría una identidad que es esa que muchos
tenemos interiorizada, en mayor o menor medida, y que es fruto de una
fuerte imposición ideológica de un pensamiento único durante la
dictadura y que ha sido transmitida a través de generaciones aunque
se haya adaptado a los tiempos modernos. Ejemplo claro de esa
interiorización es que nos asusta (y choca) más una urna que ver
banderas con el águila y cánticos propios de otras épocas en
manifestaciones a favor de la democracia, ver para creer. Digo que
este sentimiento es poco práctico porque intenta laminar o obviar
otras identidades que conviven dentro del mismo territorio, es decir,
no se da cuenta de que vivimos en un estado plurinacional, y solo
gestionando esta circunstancia se podrá buscar un marco de
convivencia común.
Es precisamente la
consecuencia de esta agitación del “españolismo” por parte del
gobierno lo que me tiene preocupado, creo que está alimentando a una
bestia dormida, que hasta ahora el partido popular tenía controlada
pero que se le puede ir de las manos, la vinculada a esa derecha más
radicalizada, algo violenta, xenofoba, racista... y que da síntomas
de estar despertando, y de no preocupar en exceso al conjunto de la
población.
Es por ello, no por las
ansias de voto de los catalanes, sino por el estar alimentando los
sentimientos más irracionales de una parte de la derecha que pido al
Señor Rajoy que se vaya, que no le está haciendo ningún favor a
España, que aparte de la desmembración social, está alimentando
una desmembración territorial y un despertar del pasado. Vayasé, no
haga más daño.
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