No suelo hablar mucho de cine,
soy aficionado a muchos tipos de películas (que desde luego no son las de
terror, ni las comedias americanas al estilo American Pie, aunque a esta saga
si la salvo), de hecho hay algún género que no diré que me gusta ni aunque me
tortures. Pero hoy, voy a hacer una excepción sobre 3 films que quiero
recomendar.
Hace tiempo, después de escuchar
su nombre en la televisión, me invadió la curiosidad y vi la película: “La Ley
de Herodes” (o te chingas o te jodes XD), un crítica, en clave de comedia
satírica, al entramado de poder elaborado por el PRI en México a través de un
personaje que es nombrado alcalde y que, debido a la podredumbre y
normalización de la corrupción, poco a poco se va convirtiendo en un verdadero
tirano. Una película, sin duda, muy recomendable, incluso para la gente, que,
como yo, no tenemos mucha idea de la política Mexicana.
Leyendo sobre esa película llegué
a otra llamada “La dictadura perfecta”, y hablando con un amigo sobre ella me
recomendó verla. Cosa que he hecho este fin de semana. Si bien, en el anterior
film, había una idea en la que cada vez creo más como es la de que al final el
sistema corrompe a cualquiera, en este es interesante ver el poder mediático de
los medios de comunicación, que, en esta trama consiguen llevar a lo más alto a
un político cuyos escándalos habían desahuciado.
Esta última película me recordó
mucho a un largometraje norteamericano que me obligaron a ver con 15 años en el
instituto, se llamaba “La cortina de humo”, protagonizada por Dustin Huffman y
Robert de Niro (¡Ahí es nada!), donde
inventaban una guerra para desviar la atención de un escándalo sexual del
presidente de los Estados Unidos (A veces la realidad da tramas de películas
por sí solas ¿verdad?).
Hay un montón de películas
interesantes sobre estos dos temas que he mencionado aquí, dos ideas que hay
que tener muy en cuenta, y que a mí me han hecho reflexionar mucho, incluso
entrando en contradicciones. De hecho, no puedo evitar pensar que si se
participa dentro de las instituciones al final todo el entramado acaba
fagocitándote, pero claro, soy de los que cree que para cambiar las cosas hay
que estar dentro. Pero bueno, quizás llegue alguien que me haga cambiar de opinión,
de hecho hasta hace poco pensaba que los medios de comunicación no eran una
opción para los movimientos más progresistas, hasta que apareció PODEMOS y supo
cómo utilizarlos y captar la atención.
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