A prácticamente un mes de las elecciones
Europeas nos encontramos con un auténtico universo de siglas que, críticos con la
situación actual, quieren desbancar al bipartidismo y desbordar el sistema. No
seré yo quien les quite la ilusión de hacerlo pero en las elecciones europeas
no lo van a conseguir, puesto que el parlamento europeo a la hora de las
decisiones pinta menos que la opinión de un militante en los aparatos de los
partidos tradicionales. Quizás por eso
muchos han pensado que es el momento de experimentar opciones de cara a poder
lograr una gran coalición en unas elecciones autonómicas o generales, aunque
para ello tengan que renunciar a personalismos y egos que tanto daño hacen a la
izquierda.
No se puede negar que, pese a que
ha habido acercamientos por parte de los movimientos y partidos de izquierdas,
el sector más duro de izquierda unida, o mejor dicho del Partido Comunista de
España, ha bombardeado cualquier intento de convergencia (sino que se lo digan
a la Chunta Aragonesista), probablemente por miedo a que se cuestionen los
puestos de aquellos que llevando tanto en la dirección y en los parlamentos
jamás han querido que la izquierda pueda ser una alternativa parlamentaria, llegando
como mucho a ser muleta de la socialdemocracia o el socioliberalismo.
Muchos vimos la luz con el gran
pacto de toda la izquierda gallega, que tan buenos resultados consiguió,
parecía que lo tenía todo: un programa de ruptura, candidatos con gancho, presencia
en la calle, posibilidad de seguir creciendo y convertirse en alternativa… Parecía que desde Galicia nos habían marcado
el camino, pero no era así, la diferencia entre AGE y el resto de la izquierda
española, es que en AGE todos estaban dispuestos a renunciar a egos, lo cual
era bastante fácil, pues todos partían desde una posición parlamentaria igual.
Pero en el resto del estado no es así, hay una parte de un partido que al tener
representación parlamentaria no está dispuesto a ceder. Están de acuerdo con
las peticiones de mayor democracia interna, pero ellos no la practican, están de
acuerdo con converger pero siempre y cuando ellos lleven la voz cantante, están
de acuerdo con que necesitamos frescura pero siguen los mismos candidatos…
Entiendo los reparos que desde
izquierda unida se tienen hacia las primarias, al fin y al cabo depende de la
opinión de las personas, y ya sabemos que la opinión es un conjunto de imágenes
e ideas que desde los medios de comunicación nos meten en la cabeza. Rara es la
persona que aparta la mirada del televisor para informarse por sí mismo.
Podemos mirar si no, las primarias de Podemos o del Partido X, ¿Quiénes son los
ganadores? No son los que más valía pueden tener (que no estoy diciendo que no
la tengan), son el Señor Pablo Iglesias y el señor Falciani, es decir los más
conocidos. ¿Cuánta gente se ha interesado por el currículum de todos los
candidatos? Seguro que poca, y hacen bien, porque la gente va a votar a quien
más les llame la atención, no al que esté mejor preparado o al que sea más de
izquierdas. Este problema de las primarias es algo que en Francia y Estado
Unidos saben bien, de ahí todas las campañas a favor o en contra de un
candidato o de otro dentro del mismo partido, yo espero que aunque los partidos
españoles lleguen a abrirse no nos convirtamos en esto.
Aun así el clamor popular que hay
sobre las primarias es síntoma del ansia de una parte de la ciudadanía, la
parte más movilizada, por tener una mayor participación en la democracia, ya
sea dentro de sus propios partidos, dentro de movimientos sociales o directamente
como ciudadanos anónimos. Nadie está diciendo que las primarias sean un modelo
de selección de candidato perfecto, como tampoco nadie puede afirmar que los procesos
democráticos lo sean, pero desde luego es un proceso de selección bastante más
en sintonía con el momento actual y con las proclamas de la calle, frente al
dedazo o los mecanismos de selección interna de candidatos controlados por los
aparatos de los partidos, y que no se pude negar que en el pasado tuvieron su
lógica.
Pero método aparte, lo cierto es
que lo que nos tenía que mover es el programa, y si nos fijáramos solo en el
programa de los partidos, veríamos que hay o va a haber una gran similitud
entre los programas de gran cantidad de ese universo de siglas, ¿Cuál es el problema?
Pues como ya se ha señalado los Egos. Como persona que busca el cambio político
y social, y que en la medida de lo posible lucha contra ello (a veces haciendo
menos de lo que debería, todo hay que decirlo), espero que no tardando se
consiga una convergencia de toda la izquierda a la izquierda de la
socialdemocracia, o mucho me temo que estaremos perdiendo la oportunidad que
nos está brindando la historia.
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