Hace ya casi una año pudimos
comprobar que los ciudadanos todavía no estábamos perdidos, que en un momento
de crisis social generada por la caída de un sistema económico insolidario,
éramos capaces de aglutinarnos, olvidar muchas diferencias y unirnos. Hay que
recordar que nos precedían una etapa de gran resignación social, donde se
palpaba el descontento popular pero donde no había una reacción lógica de
rebelión frente a la dictadura de los mercados y su correa de transmisión en forma
de políticos ineficaces. Era pues un momento de incertidumbre en el que las herramientas
que normalmente servían de aglutinador de masas para la reivindicación habían
quedado desactivadas y descreditadas, habiéndose destapado que los sindicatos
no eran más que unas asociaciones que agarradas a la ubre gubernamental habían
descarrilado y olvidado su objetivo como útil de los trabajadores en la
conquista de sus derechos.
Todo esto hacía pensar que el 15
de Mayo de 2011 no iba a ser un día muy atípico en la situación de España, que
la manifestación convocada por Democracia Real Ya, por mucha razón que se tuviera (que la tenían),
no iba a dejar de ser una anécdota más. Pero resultó que esta manifestación fue
la chisma que se necesitaba para encender la mecha, estallando un movimiento
nuevo que pilló por sorpresa a medios de comunicación y a dirigentes políticos.
Se trataba de una nueva forma de movimiento, vinculado a las redes sociales como
nuevo canal de información por encima de la pinza formada por los medios de
comunicación tradicionales y el gobierno. Fuimos un antecedente en España,
destapamos una nueva forma de rebelarse, de actuar, que por su incertidumbre
era difícil de saber cómo iba a evolucionar, lo cual desquiciaba a la
administración. Asambleas, acampadas, reflexiones, y sobre todo…. Apoyo social
activo, aunque también pasivo, hicieron de este movimiento algo mediático e
imposible de apartar de los medios de comunicación, aunque muchos de estos nos
dedicaran sus “mejores palabras” por el mero echo de reivindicar un futuro más
justo, esto evitó , de paso que el gobierno pudiera entrar como elefante en
cacharrería, como entró la policía, ordenada claro está por la subdelegación
del gobierno o el Ministro Rubalcaba, el primer día de acampada en la Puerta
del Sol, era demasiado peligroso para los intereses, para la imagen del
gobierno.
Personalmente, recuerdo esos días
como algo mágico, con un sentimiento de valentía y de euforia por pensar que se
podían conseguir cosas. Obviamente, y aunque la lucha continúa, no hemos
conseguido todos nuestros propósitos, siendo, desde luego, el fundamental el
cambio de sistema electoral. Pero ahora la gente mira la política de otra
forma, se ha vuelto menos permisiva y más reflexiva, digamos que este
movimiento ha hecho pensar, y eso ya es un gran avance para la sociedad, aunque
los políticos no quieran ni oir hablar de esto.
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