La verdad es que últimamente no
sigo mucho la política, me han hartado (dicho lo cual que nadie dude que como
tenga que volver a votar, votaré). Ahora bien, sí
que he visto fugazmente alguna de las encuestas que se publican sobre las próximas
elecciones en País Vasco y Galicia.
Si comparamos los previsibles
resultados con los que ya conocemos de citas electorales anteriores a lo largo de
todo nuestro estado, vemos claramente que el PSOE tiene un claro problema para
volver a convertirse en ese partido que en el pasado representaba mejor que nadie a la sociedad Española, y además lo va a tener difícil con el peso
que tiene el PSOE de Andalucía pues representa unos valores poco asumibles en
otras comunidades, y concretamente en aquellas que siempre han tenido un
reclamo de identidad propia.
Pero lo que más me llama la
atención de todo esto es como en estas comunidades, fundamentalmente en País
Vasco y Cataluña, se pone en contradicción esa idea de país centralizado y
valores “españolistas” con los que el PP siempre se ha sentido cómodo y que
ahora da la sensación que el PSOE abraza. Y es que el PSOE siempre supo moverse
muy bien en estos territorios, hasta que llegó la amenaza del soberanismo y de
poner en cuestión el orden constitucional, ante lo cual no tiene un discurso
muy diferente al PP (al fín y al cabo son los dos principales partidos del
régimen).
Ahora bien, esto coincide con el
surgimiento con fuerza en estas comunidades de PODEMOS y de las confluencias
(que dependiendo la convocatoria electoral reciben más o menos respaldo). Y es
que, estas formaciones tienen otra idea diferente, es decir, es el único
partido de ámbito estatal que propone algo diferente, que no es el separatismo,
pero tampoco es seguir como estamos ahora, o una regresión en la transferencia
de competencias (que habría que mirar si es justo que las comunidades tengan
transferidas determinadas cosas).
Lo que está claro es que este
panorama electoral, muestra, no solo que hay varias ideas de España dependiendo
de los territorios, sino que será imposible gobernar sin tener en cuenta lo que ocurre en Cataluña o País Vasco, que
es lo que está pasando ahora. Y, que aunque la pasión y las ideas nos cieguen,
no podemos exigir, por ambas partes el cien por cien de nuestras pretensiones.
Deberemos cambiar la organización territorial del Estado pero intentando llegar
a acuerdos.
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